Definición de abnegación
El término abnegación proviene del latín abnegatĭo. Según la definición que presenta el diccionario de la Real Academia Española (RAE), se trata del sacrificio que alguien hace de su voluntad, de sus afectos o de sus intereses. Por lo general, dicho sacrificio se realiza por motivos religiosos o por altruismo.
Para el cristianismo, la abnegación es la negación del individuo, en el sentido de renunciar a sí mismo y a los intereses personales. Un buen cristiano no puede hacer siempre lo que quiere, sino que tiene que obedecer la palabra de Dios y vivir según sus mandatos. Esta abnegación es parte esencial en la formación del cristiano: aquello a lo que se renuncia, se lo ofrece a Dios.
La abnegación implica disciplina y supone el control de los deseos, sentimientos, pasiones y pensamientos. También se opone a la hiperactividad y al frenesí, ya que la persona que hace demasiadas cosas no piensa; por lo tanto, esas cosas suele hacerlas mal.
En este sentido es importante dejar patente que dentro del ámbito militar es vital también la abnegación. Así, se establece que dicha virtud es fundamental que esté en posesión de los distintos soldados y del resto de miembros del cuerpo, de la milicia, pues se hace necesario que los mismos dejen a un lado sus intereses, sus gustos, sus ideas acerca de la vida o incluso su vida misma con tal de defender y proteger a su patria.
De esta forma, en la actualidad se alaba la abnegación de muchos profesionales que están dispuestos a todo con tal de salvaguardar la seguridad, la libertad y la vida de los ciudadanos. Este sería el caso de todas aquellas personas que trabajan en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado como sería el caso de militares, policías de diversa índole o bomberos, entre otros.
La abnegación implica enfrentarse al egoísmo. Se centra en dar, en lugar de tener. La persona que renuncia a algo para asistir al prójimo lo hace con libertad y sin ninguna obligación; por lo tanto, en esa negación existe una elección personal que genera gozo y satisfacción.
Relevante es igualmente subrayar el hecho de que durante la historia se ha utilizado el término de madre abnegada. Una expresión con la que venía a establecerse, impuesta por las normas morales y sociales además de religiosas, que cualquier progenitora tenía que caracterizarse por estar dispuesta a darlo todo por sus hijos, que es capaz de no rendirse nunca y de ser permanente fuerte con tal de sacar adelante a su familia, que tiene la valentía necesaria para poder hacer frente a todos los obstáculos que se le pongan en el camino con tal de que sus vástagos no sufran y aunque sea ella la que padezca.
Todas estas características colocan, para los cristianos, a Jesucristo como símbolo y modelo de la abnegación. Jesús decidió renunciar a su condición divina y se hizo hombre para salvar a la humanidad. Por eso pide a sus discípulos que lo sigan, renuncien a la propia voluntad y hagan la voluntad de Dios en la Tierra.