Definición de abdicación
Del latín abdicatĭo, abdicación es la acción y efecto de abdicar (declinar a la soberanía o cederla, renunciar a derechos o ventajas). El término también se utiliza para nombrar al documento en que consta dicha abdicación.
Por ejemplo: “El príncipe decidió su abdicación tras la guerra con el pueblo vecino”, “Que lo sepan todos los súbditos y lacayos: la abdicación no es una opción para Su Majestad”, “La abdicación del rey Martín IV dejó el trono en manos de su hijo Felipe”.
En pleno siglo XXI estamos asistiendo, por ejemplo, a algunas abdicaciones por parte de los reyes que se encuentran al frente de sus países en Europa. Este sería el caso, por ejemplo, del monarca español Juan Carlos I que, después de treinta y nueve años en el trono, ha abdicado en favor de su hijo varón.
Así, en la citada nación ahora existe nuevo rey. Y es que el príncipe Felipe ha pasado a convertirse en el monarca Felipe VI y su esposa en la reina Letizia. De esta manera, la heredera al trono es la primogénita de aquel, la Princesa Leonor.
La abdicación, en definitiva, implica un acto a través del cual un sujeto cede por sí mismo su cargo antes de la expiración del tiempo establecido con anterioridad. Se trata de un concepto similar al de renuncia.
En la antigüedad, la noción también se utilizaba para nombrar a la acción de desposeer a un integrante de la familia (como desheredar a un hijo). Actualmente, en cambio, la abdicación se usa casi exclusivamente en el mencionado sentido de renuncia a un poder.
A lo largo de la historia se han producido numerosas abdicaciones trascendentes. Diocleciano (244–311), por ejemplo, fue el primer emperador romano que dejó su cargo de manera voluntaria. Este hombre abdicó en 305 al encontrarse enfermo y acorralado por diversos problemas.
Cristina de Suecia (1626–1689), por su parte, abdicó en 1654, el mismo año en que dejó el protestantismo y se convirtió al catolicismo. Felipe V de España, Luis Bonaparte de Holanda, Víctor Manuel de Cerdeña, Fernando de Austria, Nicolás II de Rusia y Farouk I de Egipto son otros monarcas que, en cierto momento de su reinado, optaron por la abdicación.
De la misma manera, no hay que olvidarse de las conocidas Abdicaciones de Bayona, que tuvieron lugar en el año 1808 en la ciudad francesa que les da nombre. En concreto, aquellas lo que supusieron fue que los reyes Carlos IV y Fernando VII, hijo del anterior, decidieran renunciar al trono de España en favor del famoso Napoleón Bonaparte. Figura esta que, por su parte, procedió a hacer lo propio en beneficio de su hermano: José Bonaparte, conocido popularmente en el país como “Pepe Botella” por su afición al alcohol.
Este último gobernó con el nombre de José I y estuvo ejerciendo como tal hasta 1813, momento en el que se vería en la necesidad de abandonar España por distintos conflictos y batallas perdidas. De su etapa en el trono también se ha destacado que igualmente fue apodado como “El rey plazuelas”, porque abrió muchas plazas en la ciudad de Madrid.