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Transexual

Te explicamos qué es la transexualidad, su historia y otras identidades de género. Además, cuáles son las etapas del cambio de sexo.

¿Qué es ser transexual?

La transexualidad (a veces llamada también transexualismo) es la identidad de género de las personas que se consideran a sí mismas individuos del sexo opuesto al que naturalmente presentan sus cuerpos.  Así, las mujeres trans son aquellas que nacieron con un cuerpo masculino, pero se identifican a sí mismas como mujeres; mientras que los hombres trans son aquellos que nacieron con un cuerpo femenino, pero se identifican a sí mismos como hombres.

La transexualidad es una identidad de género distinta de la tradicional, parte del espectro de identidades transgénero. Esto quiere decir que es distinta de las personas cisgénero o cis, aquellas cuyo sexo biológico se corresponde con la identidad de género psicológica o emocional. Las personas transexuales suelen disimular los rasgos sexuales de su propio cuerpo, adoptar la vestimenta tradicional del sexo contrario, e incluso someterse a tratamientos e intervenciones quirúrgicas con el fin de reasignar su sexo.

Las personas transexuales normalmente se identifican con la etiqueta trans, o con términos “paraguas” como transgénero, género no binario o como personas sexodiversas. El propósito de estas categorías es resultar lo menos excluyentes posible, dado que a lo largo de la historia de la humanidad las personas trans han sido marginadas, rechazadas y estigmatizadas como enfermos psiquiátricos, desviados sexuales o incluso criminales y delincuentes.

La transexualidad es una condición identitaria muy poco común, propia de aproximadamente el 0,3 % de la población mundial, pero fuertemente estigmatizada e incluso perseguida en buena parte del mundo. La transexualidad y la posibilidad de reasignación de género (legal y/o quirúrgica) es ilegal en numerosos países y fue considerada como una enfermedad mental hasta finales del siglo XX.

Es importante no confundir la transexualidad con el travestismo (el gusto, a menudo de tinte erótico, por vestir las ropas tradicionales del sexo contrario), ni con la intersexualidad (una condición médica también conocida como hermafroditismo).

Tampoco se debe confundir con cualquier orientación sexual existente, pues una persona trans puede sentirse atraída por hombres, mujeres, o por cualquier identidad de género. La identidad de género se refiere únicamente a la manera en que un individuo se concibe internamente a sí mismo, no a los gustos y afinidades erótico-románticas.

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Historia de la transexualidad

Resulta complejo trazar una historia de la transexualidad, ya que existe evidencia de personas trans en las tradiciones mitológicas antiguas, e incluso en culturas ancestrales como la India, en las que existe la posibilidad de reconocer un “tercer sexo”.

El estudio de la transexualidad propiamente dicho tuvo su inicio a mediados del siglo XIX, cuando las aún jóvenes disciplinas de la psiquiatría y el psicoanálisis se interesaron por los llamados “trastornos de la identidad”, que principalmente tenían que ver con la identidad sexual, es decir, con si las personas se identificaban a sí mismas como hombres o como mujeres y por qué.

Los estudios en la materia de médicos y psicólogos como Nikolaus Friedreich (1825-1882), Jean Étienne Dominique Esquirol (1772-1840), Richard von Krafft-Ebing (1840-1902), y luego en el siglo XX de Havelock Ellis (1859-1939) y Magnus Hirschfeld (1868-1935) fueron importantes en el reconocimiento de la condición homosexual y transexual, a pesar de que estas inicialmente se consideraron como “desviaciones”.

Tal es el caso del endocrinólogo alemán Harry Benjamin (1885-1986), quien acuñó el término transexual para los pacientes a los cuales trataba con suplementos hormonales del sexo con el cual se identificaban.

Desde 1977, sin embargo, la OMS incluyó la transexualidad como un síndrome médico, y no como una enfermedad mental. Así aparece actualmente en los documentos médicos oficiales como el DSM IV (Manual de diagnóstico). Sin embargo, presiones de parte de manifestantes en el mundo llevaron a la OMS a incluir la transexualidad en un apartado identificado como “condiciones relativas de la salud sexual” en 2018, bajo el nombre de “incongruencia de género”.

Disforia de género

“Disforia de género” es un término médico, que reemplaza al antiguo “trastorno de identidad de género” con el que se identificaba a la transexualidad, entendida en ese entonces como una patología mental. La disforia de género se define como la profunda incomodidad o sensación de malestar que produce en un individuo la discrepancia entre su sexo biológico y su identidad de género. Lo cual puede traer consigo problemas como depresión, ansiedad y otras aflicciones de índole mental o emocional.

La disforia de género es un problema real en la comunidad trans, causa frecuente de problemas graves de ansiedad e incluso de elevadas tasas de suicidio. Su origen sigue siendo estudiado por los especialistas, sin que se sepa si se debe a causas genéticas, ambientales u hormonales durante la etapa embrionaria o la infancia.

Cambio de sexo

El cambio de sexo es un procedimiento complejo, aún bajo estudio y definición, que consiste en dos etapas:

  • El tratamiento crónico hormonal del individuo para inducir en él los rasgos sexuales secundarios del sexo con el cual se identifica.
  • La posterior extirpación quirúrgica de aquellos órganos propios de su sexo biológico, además de la eventual reconstrucción de los genitales deseados. Esto implica cirugías cuyo propósito es brindar a la persona transgénero un cuerpo más acorde al género con el cual se identifica.

Las primeras cirugías de cambio de sexo tuvieron lugar en el siglo XX, aunque no siempre bajo la luz pública. El primero del que se tiene noticia tuvo lugar en 1912, descrito por Hirschfeld, y se sabe que hubo casos posteriores gracias a su discípulo Felix Abraham, y también que fue una práctica en la que se interesaron los médicos afiliados al nazismo.

Son célebres, sin embargo, los casos de la pintor danesa Lili Elbe (legalmente Einar Mogens Wegener, 1882-1931), quien le pidió en 1930 a Hirschfeld que la convirtiera quirúrgicamente en mujer y murió a causa de las secuelas de la operación; y el caso del soldado estadounidense George Jorgensen que en 1952 atravesó un tratamiento similar con relativo éxito, para lo cual cambió su nombre legal a Christine Jorgensen.

Transgénero y transexual

Los términos transgénero y transexual se suelen utilizar de manera indistinta, y hasta cierto punto pueden llegar a ser sinónimos, pero no designan exactamente lo mismo. Para entender esta diferencia, es importante partir del hecho de que existen varias identidades de género distintas de la tradicional (cisgénero), una de las cuales es, precisamente, la transexualidad. Sin embargo, para denominar a este conjunto de identidades divergentes o alternativas se emplea a menudo el término transgénero.

De modo que toda persona transexual es una persona transgénero. Pero no toda persona transgénero es necesariamente transexual: en dicha categoría se suelen incluir también personas agénero, no binarias, entre otras identidades posibles. Por otro lado, los términos transexual y travesti tienen aún cierta connotación problemática, dado que fueron empleados durante décadas para discriminar y patologizar a las personas trans.

Bandera del orgullo transgénero

La comunidad trans internacional ha creado una bandera para identificar su movimiento de lucha por visibilidad, reconocimiento y protección institucional. Esta bandera consiste en un rectángulo compuesto por cinco franjas gruesas y horizontales: una blanca en la posición del medio, dos rosadas en la posición superior e inferior inmediatamente próxima, y dos franjas celestes en las posiciones exteriores, arriba y abajo.

Esta bandera fue creada en 1999 por la mujer trans estadounidense Monica Helms, y utilizada por primera vez en el desfile del orgullo LGBT de la ciudad de Phoenix, Estados Unidos en el año 2000.

Transfobia

La transfobia es la aversión, odio o miedo a las personas transgénero, y como otros tipos de fobia (la homofobia, por ejemplo) puede conducir a situaciones de acoso, discriminación e incluso violencia. El término “transfobia” es un neologismo surgido a comienzos del siglo XXI, con el que se busca visibilizar (y por lo tanto des-normalizar) el trato diferenciado y peyorativo que a menudo padecen las personas transgénero, tales como discriminación laboral, acoso escolar y callejero, e incluso violencia física y sexual.

Otras identidades de género

Además de la transexualidad, actualmente se reconocen otras identidades de género, como son:

  • Cisgénero. Se trata de aquellas personas cuya identidad de género coincide con el sexo biológico. Esto no quiere decir nada respecto de su orientación sexual, y por lo tanto existen personas cis heterosexuales y personas cis homosexuales.
  • Agénero. Se trata de aquellas personas que no se identifican con ningún género identitario establecido, ni entre las tradicionales (hombre-mujer), ni en el espectro trans. Las personas agénero también se denominan de “género neutro”.
  • Género fluido. Se trata de aquellas personas cuya identidad de género no es particularmente estable, y oscila entre lo masculino y lo femenino, o incluso entre otras identidades, dependiendo de las condiciones ambientales o de la condición interna del individuo. Su género, como indica el nombre de la categoría, “fluye” de un sitio a otro.
  • Género no binario o Genderqueer. Se trata de aquellas personas que se identifican con un género por fuera de la división tradicional entre masculino y femenino, ya sea porque abrazan ambos géneros a la vez, o porque no se identifican con ninguno, o porque asumen ciertos aspectos de uno y de otro. Se trata de un término “paraguas” para todo aquello que sea difícil de clasificar en las demás identidades.

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Referencias