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Nihilismo

Te explicamos qué es el nihilismo, cuál fue el origen de este famoso término y en qué consistió el nihilismo ruso.

¿Qué es el Nihilismo?

Cuando se habla de nihilismo, usualmente se hace alusión a la negación de las formas tradicionales de los valores morales y religiosos, o a cualquier forma de pensamiento que le encuentre principios rectores a la vida. Formalmente, el nihilismo es una corriente filosófica y también artística, cuyo eje fundamental era justamente la negación de que la existencia tenga sentido intrínseco alguno.

Esto último significa la negación de toda idea de trascendencia, de orden y de misión en la vida, pudiendo incluso considerarla como algo irrelevante, caprichoso, en el fondo como algo superfluo o insignificante.

Formas de nihilismo pueden identificarse en corrientes contraculturales como la cultura punk o incluso en el anarquismo, y en ocasiones el término se empleó de manera despectiva por parte de los sectores más tradicionales de la sociedad, para indicar que alguna persona o movimiento carecía de ética o de escrúpulos.

Sin embargo, el nihilismo no es equiparable a forma alguna de terrorismo o de negación criminal de la vida (sobre todo ajena), ni es realmente una creencia “en la nada”. Tampoco es necesariamente pesimista.

Simplemente es la oposición a los relatos deterministas y/o jerárquicos que tradicionalmente le dan a la existencia humana una misión en la Tierra, una serie de mandamientos rectores o alguna forma de explicación trascendente, como hacen por ejemplo las religiones.

Ver además: Existencialismo

Origen del nihilismo

El término “nihilismo” proviene etimológicamente del vocablo latino nihil (“nada”), y se uso por primera vez en una carta de Friedrich Heinrich Jacobi al filósofo Fichte, a finales del siglo XVIII, en la que se criticaban las ideas de Immanuel Kant.

El término luego se hizo popular gracias al escritor ruso Iván Turgénev en su novela Padres e hijos (1862), en la que lo explica como una postura política semejante al anarquismo: opuesta a toda autoridad y a toda forma de fe. El término se extendió prontamente por la Rusia imperial, siendo mal visto por los conservadores y abrazado en cambio por los sectores revolucionarios.

En el ámbito filosófico, se vincula al nihilismo con la obra de dos grandes filósofos alemanes: Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger. El primero empleó ese término para describir al cristianismo: al negar el sentido a la vida cotidiana, prefiriendo la promesa de un más allá en el que no haya sufrimiento, ni mortalidad, ni sufrimiento, el pensamiento cristiano tendría un gran vacío en el centro, al que Nietzsche llamó “la muerte de Dios”.

Por su parte, Heidegger describió el nihilismo como un estado del ser en que no le queda “nada en sí”, lo cual equivaldría a reducir el ser a un mero valor, a una cosa. Heidegger veía esa negación como la construcción de un nuevo punto de partida.

Nihilismo ruso

El nihilismo ruso es el nombre con que se conoció a una generación de artistas jóvenes de la Rusia imperial (en pleno mandato del zar Alejandro II). Estos aprovecharon la concesión de algunas libertades civiles, como la de prensa, para arremeter contra las ideas religiosas, morales e idealistas que sostenía la clase conservadora.

Así, procedieron a ridiculizarlas y combatirlas mediante una sinceridad descarnada, empleando textos considerados de “mal gusto” y mediante una provocación despectiva y sostenida. Estas actitudes fueron las que inspiraron a Turguénev para el retrato generacional hecho en su famosa novela Padres e hijos.