Línea de crédito
Te explicamos qué es una línea de crédito y algunas de sus características. Además, su diferencia con un préstamo.
¿Qué es una línea de crédito?
Se conoce como línea de crédito a una herramienta crediticia ofrecida a gobiernos, empresas o individuos por bancos o consorcios financieros, en los que se estipula de antemano un monto total que se pone a disponibilidad del solicitante, por lo general en una cuenta bancaria o algún instrumento financiero, de donde podrá disponer fondos hasta alcanzar el tope.
La línea de crédito tiene la virtud de que se pagan intereses únicamente por el monto retirado y no por el total del préstamo pactado.
A menudo este tipo de herramientas financieras requieren de un colateral: un activo que sirve de garantía del pago del dinero y que hace las veces de garantía para acceder al crédito. Esto debido a que junto al capital prestado, el solicitante deberá devolver intereses y comisiones estipuladas, y todo en un determinado período de tiempo y con una determinada periodicidad.
En la banca común, se conoce a las líneas de crédito como cuentas de crédito y a menudo operan como un respaldo crediticio a las cuentas corrientes o de chequera. De este modo, si el titular de la cuenta emite un cheque o realiza un pago y su saldo no alcanza para cubrir el monto solicitado, no se devuelve el cheque o se rechaza la transacción, sino que se la cubre con dinero de la línea de crédito, que luego deberá ser pagada al banco de acuerdo a condiciones específicas; un poco a la manera de uso de las tarjetas de crédito.
Ver además: Crédito bancario
Diferencias entre línea de crédito y préstamo
Si bien los préstamos y las líneas de crédito son formas de pasivo, es decir, formas de préstamo de dinero, existen importantes diferencias entre ambos conceptos, como los siguientes:
- Entrega del dinero. En la mayoría de los préstamos se le da al solicitante una cantidad determinada o solicitada en el instante mismo de su solicitud, bajo el compromiso de pago del monto pedido más intereses y comisiones, conforme a un plazo y a una periodicidad de pago. En la línea de crédito, en cambio, se establece un tope máximo de dinero y se le presta al solicitante cuanto desee (por debajo del tope, obvio) y se le cobran intereses y comisiones sólo por el monto retirado, no por el total pautado.
- Devolución del dinero. Al igual que en el punto anterior, los préstamos se cobran íntegros al momento de su vencimiento, a menos que haya habido previamente una amortización; mientras que las líneas de crédito cobran el saldo solicitado al momento de su vencimiento, que puede ser muy inferior al tope máximo pautado.
- Tasa de interés. El monto cobrado por intereses en un préstamo es siempre inferior al pautado para las líneas de crédito. Además, en muchas líneas de crédito se debe pagar comisión de servicios por el monto aún no solicitado, para garantizar su disponibilidad.
- Renovación. Las líneas de crédito pueden renovarse cuántas veces se lo desee, siempre que la entidad emisora del crédito así lo avale; mientras que los préstamos no pueden extenderse ni renovarse: deben pagarse al término del plazo fijado, en todo caso pudiendo pagarse con dinero proveniente de un nuevo préstamo que vendría a reemplazarlo.