Interés
Te explicamos qué es el interés y cómo se desarrollo el interés económico en la historia. Además, en qué consisten las tasas de interés.
¿Qué es interés?
El concepto interés se origina en el latín interesse, y funciona para expresar aquello que hace que a las personas les importe alguna cuestión. La primera acepción del término es entonces la vinculada con la psicología y la emotividad, que entiende que el interés es un sentimiento que hace que uno atienda a un acontecimiento o a un proceso.
El psicoanálisis cree que el interés es de por sí un interés egoísta (del yo), en oposición al altruismo, que es el interés por el otro. La palabra está relacionada con la idea de motivación, que significa causa del movimiento. En ámbitos como la escuela o el trabajo, se analiza mucho esta cuestión del interés, y se considera que son variadas las motivaciones que despiertan el interés de las personas: la aceptación del otro, la necesidad de alimentarse, el honor cultural, el idealismo, la independencia, la actividad física, el poder, el romance, el ahorro, la posición social o la venganza.
Desprendida de la primera, existe una acepción peyorativa del término. Cuando una persona realiza un acto aparente de buena fe, como se dijo antes, seguramente lo esté haciendo por algún interés. Sin embargo, cuando se dice que explícitamente “lo hizo por interés”, se está dando a entender que la razón que lo motivó no fue algo espiritual y humanitario (como la solidaridad, el amor, la amistad), sino algo para obtener un provecho concreto, inmediato o mediato (bienes materiales, dinero, devolución de favores).
Ver además: Crédito bancario
Interés en economía
En economía, el interés es una magnitud, generalmente expuesta como un porcentaje (comúnmente designada “tasa”) que paga un prestatario por el uso del dinero que toma de un prestamista. En el caso más conocido (el del crédito), el interés será el porcentaje de dinero que obtendría el prestamista como beneficio por el uso temporal de su bien durante una cantidad determinada de tiempo (generalmente un año).
La cuestión del interés económico tiene un origen muy lejano:
- En la Edad Media. Por ejemplo, la Iglesia consideraba al interés como un pecado de usura, basado en cobrar una moratoria por el tiempo que transcurrió cuando el tiempo era propiedad única de Dios.
- En el Renacimiento. Surge la idea del arrendamiento del dinero como cualquier otro bien, ya que el costo del paso de tiempo empezó a ser entendido como un ‘costo de oportunidad’.
- En la Época moderna. La economía clásica introdujo los primeros estudios acerca del tipo de interés. Adam Smith fue el primer exponente de la escuela que creía que el dinero, como mercancía, estaba sujeto a la oferta y la demanda, las que, en el punto de equilibrio, consensuarían una tasa de interés.
Tasas de interés
La discusión más interesante en la actualidad respecto de la tasa de interés es la que la entiende como un recurso de los Estados para influir sobre la economía: los Bancos Centrales de los países establecen una tasa de interés, con la que le darán préstamos a otros bancos. Esta tasa responde a la política macroeconómica de un país, entendiendo que una tasa alta incentiva al ahorro y una tasa baja incentiva el consumo. También influyen otros factores, como la inflación, la producción y el desempleo.
La tasa de interés puede clasificarse de acuerdo a distintos criterios:
- El interés simple. Es el que se obtiene cuando los intereses que se producen lo hacen a partir del capital inicial.
- El interés compuesto. Es el que se obtiene cuando los intereses producidos se suman periódicamente al capital inicial, por lo que reproducen su ganancia.
Por otro lado, el interés nominal es el porcentaje acordado entre el acreedor y el tomador de un préstamo, que deberá agregar al capital el segundo. El interés real es el que resta del nominal la tasa de inflación, por lo que mide el poder adquisitivo de los ingresos con respecto a los intereses.
En tanto el interés nominal será siempre positivo, el interés real puede ser un interés negativo, lo que le trae al inversor una rentabilidad negativa, cosa que puede derivar en consecuencias negativas para la economía.