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Futurismo

Te explicamos qué es el futurismo, el contexto histórico, social y sus características. Los poemas, la pintura y arquitectura futurista.

¿Qué es el Futurismo?

Se conoció como futurismo a una de las muchas corrientes artísticas que compusieron las vanguardias europeas del siglo XX, surgido en Italia en 1909, cuando el poeta, dramaturgo y editor italiano Filippo Tommaso Marinetti publicó en el diario Le Figaro de París su Manifiesto Futurista.

Se trataba de un movimiento ávido por romper con la tradición, el pasado y lo considerado hasta entonces como rasgos principales del arte y la poesía, postulando en su lugar la exaltación de lo sensual, lo nacional y la irreverencia.

El futurismo se ofrecía como un movimiento actual, feroz y agresivo, tal y como se lo puede leer en el Manifiesto Futurista:

“…afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido de una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un automóvil de carreras, con su radiador adornado de gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo… un automóvil que ruge, que parece correr sobre metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia”

Y aunque su eje principal tenía que ver con la literatura, tuvo también una importante repercusión en la pintura, cosa que se hace evidente con la firma del Manifiesto de los pintores futuristas al año siguiente de la publicación del texto de Marinetti.

El futurismo y su manifiesto marcaron un precedente importante para movimientos artísticos posteriores, como el surrealismo, y se le considera como un antecedente, naturalmente involuntario, del pensamiento fascista que habría de surgir en la Italia de Mussolini casi treinta años después.

Ver además: Dadaísmo

Contexto histórico y social del futurismo

El futurismo nació en Milán, Italia, y se considera un movimiento fundamentalmente italiano, dado su temple nacionalista, misógino y guerrerista, que llevó a sus mayores exponentes a enlistarse cuando sonaron las primeras trompetas de la Primera Guerra Mundial.

Pocos volvieron del frente, y quienes lo hicieron no necesariamente continuaron con el movimiento, por lo que el centro operativo del futurismo pasó de Milán a Roma. Así, cuando Marinetti muere en 1944, ya el futurismo se había convertido en un movimiento mucho más sumiso, entregado a la academia, traicionando su espíritu rebelde.

Características del futurismo

El futurismo se definía a sí mismo a partir de su obsesión por la velocidad, que consideraba una virtud de los tiempos venideros. Apreciaba la tecnología, la energía, la fuerza, y ello intentaba plasmarse en sus obras pictóricas o poéticas, empleando formas, ritmos y transparencias, así como sucesiones de imágenes como en un caleidoscopio.

Por otro lado, exaltaba la originalidad, el nacionalismo, el bullicio y la consideración de la vida como una lucha constante, por lo que la belleza, según ellos, se hallaba necesariamente implicada en la confrontación. Eran frecuentes sus cantos a la Revolución, la audacia, la objetividad y el rechazo de la estética tradicional, abrazando en su lugar la vida contemporánea, la máquina y el movimiento. En ese sentido, podía recurrir a cualquier método expresivo (artes plásticas, arquitectura, urbanismo, moda, cine, publicidad, música, etc.) con tal de crear un “arte en acción”.

Poemas futuristas

La poesía futurista fue cultivada escasamente en la Italia futurista, y mucho más en su variante rusa, surgida en los años previos a la Primera Guerra Mundial. Grandes poetas rusos como Mayakovski y Burliuk, que también practicaban la pintura, fueron entusiastas poetas futuristas, tan dedicados al escándalo y a sus propias perspectivas que llegaron a abuchear al propio Marinetti en su visita a Rusia en 1914.

En estos poemas es frecuente hallar el entusiasmo revolucionario, quizá una admonición de lo que ocurriría en la Revolución de octubre de 1917, cuando los militantes comunistas derrocarían el zarismo e instaurarían un régimen soviético. El canto a la modernidad, a la máquina, al progreso y a la velocidad del cambio se hacen sentir en sus versos. A continuación un claro ejemplo de ello:

  • “Poeta y obrero” de Vladímir Mayakovski. Somos parejos. Compañeros, dentro de la masa obrera. Proletarios de cuerpo y alma. Solo juntos hermosearemos el mundo. Y lo impulsaremos con himnos.
  • “Canción del automóvil” de Filippo Tommaso Marinetti (fragmento). ¡Dios vehemente de una raza de acero, automóvil ebrio de espacio,que piafas de angustia, con el freno en los dientes estridentes! ¡Oh formidable monstruo japonés de ojos de fragua,nutrido de llamas y aceites minerales, hambriento de horizontes y presas sideralestu corazón se expande con su taf-taf diabólico (…)”

Pintura futurista

La pintura futurista fue heredera directa del cubismo, a grado tal que las primeras pinturas italianas adscritas al futurismo podrían perfectamente haber sido expuestas como cubistas. Sin embargo, rápidamente se procuraron un estilo propio, a partir de su deseo de representar la realidad en sus trazos y formas.

Empleaban el color puro y las formas geométricas, pintando objetos de manera sucesiva, como en movimiento, o emborronándolos, como se hace hoy en día en las historietas. Muchos de sus cultores llegarán al abstraccionismo, a través de su incursión en el rayonismo.

Arquitectura futurista

Abrazando el antihistoricismo, la arquitectura futurista también persiguió la representación de la velocidad, mediante largas líneas horizontales que aspiraban a transmitir urgencia, movimiento, inquietud.

Se trató de una tendencia arquitectónica dinámica, que valoró el cálculo, la audacia y la sencillez, apuntando a materiales que brindaran agilidad y ligereza, como el hormigón armado, el hierro, el cristal, el cartón y la fibra textil, para sustituir la madera, el ladrillo y la piedra.

La arquitectura futurista deseaba hallar su inspiración en el mundo moderno, así como los antiguos la hallaron en el mundo natural a su alrededor, y deseaban por lo tanto un arte arquitectónico que aceptara su propia caducidad, su transitoriedad, permitiendo a cada generación fabricar su propia ciudad, enterrando las anteriores.

Autores y representantes

Algunos de los principales representantes del futurismo en sus diversas disciplinas artísticas fueron:

  • Poesía futurista. Filippo T. Marinetti, Giovanni Papini, Giuseppe Ungaretti, Carlos Felipe Porfirio, y los rusos Vladimir Mayakovski, David Burliuk, Aleksei Kruchónyj, Velimir Jlébnikov,
  • Pintura futurista. Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo, Gino Severini, Antonio Sant’Elia, o el argentino Emilio Pettoruti.
  • Arquitectura futurista. Angiolo Mazzoni, Antonio Sant’Elia, Nikolay Diulgheroff.

Referencias