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Función fática

Te explicamos qué es la función fática del lenguaje, sus recursos y diversos ejemplos. Además, otras funciones del lenguaje.

¿Qué es la función fática del lenguaje?

La función fática es una de las seis funciones (es decir, posibilidades de uso) del lenguaje, según las identificó el lingüista y fonólogo ruso Roman Jackobson (1896-1982) en su teoría de la información de 1958. Dichas funciones del lenguaje se desprenden de los factores de la comunicación (emisor, receptor, mensaje, código y canal) identificados tradicionalmente, y mejoran los trabajos previos del lingüista alemán Karl Bühler (1879-1963).

La función fática del lenguaje, también conocida como función relacional, es aquella que se centra en el canal comunicativo que permite la transmisión física de la información entre emisor y receptor. En el caso, por ejemplo, del lenguaje hablado, el canal son las ondas sonoras de la voz, transmitiéndose a través del aire.

Esto quiere decir que la función fática tiene lugar cuando se utiliza el lenguaje para verificar la disponibilidad e idoneidad del canal comunicativo, antes de comenzar el intercambio de información. De este modo, se verifica que no existan tropiezos o barreras en el canal, los cuales podrían deteriorar la calidad de la comunicación, cuando no impedirla del todo.

Para ello, se emplean alocuciones que carecen mayormente de significado propio, pero que sirven para retroalimentar la comunicación, o sea, para confirmar que todo está listo para que el emisor emita y el receptor reciba.

Puede servirte: Habla

Recursos de la función fática

La función fática se manifiesta a través de diferentes piezas de lenguaje, como son:

  • Saludos, que pueden servir para iniciar un canal de comunicación o expresarle al emisor que uno está listo para oírle.
  • Preguntas no referenciales, o sea, preguntas que no tienen que ver con el mensaje comunicado, sino con el propio acto comunicativo, como “¿me escuchas?” o “¿Sigues allí?”.
  • Frases y partículas de acompañamiento, como “ok”, “ajá”, “claro” y otro tipo de palabras que realmente carecen de sentido propio, pero sirven para hacerle saber al interlocutor que su mensaje llega sin interrupciones y puede continuar emitiéndolo.

Ejemplos de la función fática

Algunos ejemplos de uso fático del lenguaje son:

  • Cuando atendemos el teléfono y decimos “¿aló?” o decimos “¿hola?”, estamos realmente indicando que estamos listos para empezar a emitir o recibir un mensaje.
  • Cuando nos están contando una anécdota, y el emisor nos hace preguntas como “¿sabes?” o “¿me explico?”, son formas de verificar que su mensaje se entendió a cabalidad.
  • Lo mismo ocurre cuando nos están contando algo y cada cierto tiempo añadimos un “sí”, “ok”, “claro”, “umjum” y otras palabras que no tienen significado en sí mismas, pero le confirman al emisor que seguimos prestándole atención.
  • Cuando entramos a una tienda y saludamos al encargado con un “¿Qué tal?” o un “Hola”, en el fondo no estamos interesándonos por su vida y su bienestar, sino queriendo que nos confirme si podemos empezar a comunicarnos con él y decirle lo que queremos.

Otras funciones del lenguaje

Además de la función metalingüística, existen, según Roman Jackobson, las siguientes funciones del lenguaje:

  • Función referencial, aquella que le permite al lenguaje aludir objetos de la realidad, describir situaciones y expresar contenidos objetivos, concretos, verificables del mundo. Se centra en el mensaje y la situación comunicativa.
  • Función emotiva, aquella que le permite al hablante comunicar una realidad subjetiva, de tipo emocional o interior, como un sentimiento, una percepción, etc. Para ello, obviamente, se centra en el propio emisor.
  • Función apelativa, aquella que le permite al hablante influir de una manera determinada en el receptor, para solicitar de él algún tipo de acción o comportamiento, o al menos algún tipo de respuesta. Lógicamente, se centra en el receptor.
  • Función metalingüística, aquella que le permite al lenguaje explicarse a sí mismo, esto es, hallar equivalentes de una lengua a otra, o aclarar términos que el receptor desconozca, o incluso convertir elementos de un lenguaje a otro. Se centra en el código de la comunicación.
  • Función poética, aquella que habilita al lenguaje para generar efectos estéticos, o sea, para llamar la atención sobre su propia forma y sobre el modo en que se dice el mensaje, más que en el mensaje mismo. En ese sentido, se centra tanto en el código como en el mensaje, y el ejemplo más común de ello se halla en los textos literarios.

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Referencias