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Etimología

Te explicamos qué es la etimología, su función y su historia. Además, ejemplos de la etimología de diferentes palabras.

¿Qué es la etimología?

La etimología es una rama de la lingüística que se ocupa del estudio del origen de las palabras, así como de sus cambios a lo largo de la historia de la lengua (su derivación). La etimología de una palabra da cuenta de dónde proviene y de cómo se incorporó al idioma, así como su cronología de cambios y adaptaciones, especialmente cuando provienen de otros idiomas o de lenguas muertas (generalmente el latín y el griego antiguo).

La etimología moderna nació en el siglo XIX, junto con la visión que hoy en día tenemos de la lingüística, pero sus raíces datan desde la Antigüedad misma. Filósofos griegos antiguos como Platón (c. 427-347 a. C.) se interesaron en sus obras por el origen de las palabras de su idioma, y poetas como Píndaro (c. 538-438 a. C.) o el romano Plutarco (c. 46-c.120 d. C.) crearon sus propias etimologías ficcionales con fines poéticos o lúdicos.

También hubo importantes tratados medievales sobre del origen de las palabras, como es el caso de Isidoro de Sevilla (c. 556-636) y su célebre Etymologiae (alrededor del año 630). Sin embargo, recién en la época moderna se constituyó una ciencia etimológica, siguiendo un método científico, organizado y comparativo para su estudio.

La etimología, de esta manera, no sólo satisface la curiosidad respecto al origen de una palabra, es decir, en donde figuran sus raíces y qué significaba inicialmente, sino que también señala una cronología o historia de la palabra, que refleja en gran medida la historia del idioma al que pertenece.

Al mismo tiempo, además, contribuye a una comprensión más plena de cómo opera el idioma, lo cual repercute en una mejor ortografía y un más amplio vocabulario.

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Ejemplos de etimología

Un par de ejemplos de origen etimológico son los siguientes:

  • Etimología de “hierro”. Los antiguos romanos conocieron el hierro y lo trabajaron extensamente, llamándolo ferrum. La “e” breve y tónica del latín, por regla general, con el tiempo pasó en español a sustituirse con el diptongo “ie”, como en servus (“siervo”) o tempus (“tiempo”). De esa manera se obtuvo fierro, que es el vocablo hispano antiguo para este material, aún en uso en algunas regiones de España y América Latina. Sin embargo, el sonido inicial de la f en latín no era homogéneo, sino que tenía muchas maneras de realizarse en lengua vulgar, una de las más difundidas en ciertas regiones hispanas era la h. De allí que acabara perdiéndose la f e imponiéndose hierro como nombre del metal, algo similar a lo ocurrido con “hacer” (facer) o con horno (furnus).
  • Etimología de “subasta”. Esta palabra es fruto de la unión de dos voces latinas: sub (“bajo”, “debajo de”) y hasta (“lanza”). Antiguamente, cuando un ciudadano romano no podía pagar sus deudas y sus bienes le eran incautados, o bien llegaban a la ciudad bienes conquistados militarmente, estos eran rematados al mejor postor (o sea, subastados), y para indicar que se hallaban en propiedad del Estado romano, se enterraba una lanza y se colocaban al lado. De modo que estos bienes se hallaban sub hasta, o sea, “debajo de la lanza”, y de allí nació la expresión que dio origen a la palabra hispana “subasta”.

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Referencias