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Energías alternativas

Te explicamos qué son las denominadas energías alternativas y por qué son importantes. Ventajas y desventajas de estas energías limpias.

¿Qué son las energías alternativas?

Se llama energías alternativas o, más propiamente, fuentes de energía alternativas, a las técnicas y los procedimientos de obtención de energía diferentes a las tradicionales, consistentes en la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural, etc.). Por lo general este término se asocia con la búsqueda de energías menos contaminantes pero de igual rendimiento.

Desde la Revolución Industrial del siglo XVII, la quema de hidrocarburos sigue siendo la fuente energética más utilizada en el mundo, dado su enorme rendimiento a la hora de fabricar combustibles para automóviles, aeronaves o fuentes de electricidad. Sin embargo, sus consecuencias ambientales, sumadas a la inestabilidad propia de los mercados de materia prima, imponen la necesidad de energías más limpias, seguras y económicas. Esas son, pues, las energías alternativas.

Este término apareció en la década de los 70, cuando ya el impacto medioambiental de la industria humana y su alteración de los ecosistemas animales eran más que evidentes. No existe un criterio definitivo en cuanto a qué formas de obtención de energía son las propiamente “alternativas”, ya que a menudo el término se usa para aludir a las formas de energía ecológica o “energía verde”.

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Ejemplos de energías alternativas

A grandes rasgos las formas de energía alternativa serían:

Importancia de las energías alternativas

El campo de desarrollo de las energías alternativas es vital en el mundo postindustrial, dado que los efectos de nuestra actividad industrial a lo largo de prácticamente dos siglos ya se hacen ver en el medio ambiente y generan polémica entre las comunidades científicas.

Dado que nuestra demanda de energía no hace sino crecer y crecer, a medida que empleamos más tecnología y aparatos sofisticados, urge dar con formas más seguras y confiables de energía para el futuro.

Ventajas de las energías alternativas

Las principales ventajas de las energías alternativas son:

  • Menor impacto ambiental. Si bien no se trata de formas ecológicas o verdes de obtener energía, pues una planta hidroeléctrica tiene un impacto ecológico considerable, resultan más convenientes para el ecosistema global y los problemas de cambio climático que la quema de hidrocarburos, pues no generan tantos gases de invernadero.
  • Menor costo de materia prima. Al no depender de la extracción de petróleo, carbón o gas natural, estas energías mantienen sus costos estables, en muchos casos limitándolos a la instalación inicial y la posterior manutención.

Desventajas de las energías alternativas

A pesar de sus ventajas, estas energías tienen un lado débil:

  • Menor eficiencia. No suelen ser tan potentes como lo son los métodos tradicionales, lo cual exige mayores instalaciones, campañas de ahorro y toda una cultura energética contraria al derroche al que estamos acostumbrados culturalmente.
  • Mayores riesgos. Si bien no perjudican tanto el ecosistema global, estas tecnologías pueden causar mucho daño si sale algo mal: las pérdidas de material radiactivo de las centrales nucleares, los microsismos generados por la energía geotérmica o la caída de la generación de energía de las plantas eólicas cuando el viento disminuye o cambia el clima, son cuestiones que deben ser tomadas en cuenta.

Tipos de energías alternativas

Las fuentes de energía alternativa se pueden clasificar en dos tipos:

  • Energía renovable o sostenible. Aquellas que utilizan materiales o aprovechan recursos inagotables o que la naturaleza repone constantemente, sin riesgo de agotarlas en un futuro inmediato. En algunos casos incluso aprovechan materiales orgánicos de desecho, como la biomasa. Algunas son más o menos ecológicas, pero no suelen tener un rendimiento muy elevado.
  • Energía nuclear. Todas las formas de energía nuclear, tanto de fisión como de fusión (aún no desarrollada), que si bien aprovecha recursos no renovables (como el uranio para la fisión; aunque la fisión aprovecharía el hidrógeno, tan abundante en el universo que es virtualmente eterno), entraña peligros ambientales como la generación de desechos radiactivos altamente tóxicos.

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