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Edad de los Metales

Te explicamos qué fue la Edad de los Metales, cómo comenzó, sus características y etapas. Además, cómo se utilizó cada metal.

¿Qué es la Edad de los metales?

Cuando se habla de la Edad de los Metales, comúnmente se incluye tanto a la Edad de Bronce como a la Edad de Hierro, en un único lapso histórico. Se caracteriza lógicamente por el inicio del manejo de los metales y de la metalurgia por parte de la humanidad.

Esto marca el final de la llamada Edad de Piedra, al término del período Neolítico. De modo que la Edad de los Metales se extiende entre el año 6.000 a.C. y el año 1.000 a. C., aproximadamente, marcando así el fin de la prehistoria.

Como ocurre con otras clasificaciones de la prehistoria, debemos notar que este margen de tiempo está establecido en términos convencionales, como una simplificación de trabajo, y no es una verdad científica, ya que los procesos civilizatorios se dieron de manera muy distinta dependiendo de la región geográfica a la que hagamos referencia.

Por eso a menudo se piensa la Edad de los Metales como una clasificación de la prehistoria europea y asiática, puesto que hubo civilizaciones que apenas conocieron la metalurgia, como fueron las nativas originarias americanas.

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¿Cómo inicia la Edad de los Metales?

La Edad de los Metales comienza en una época difusa. Las primeras evidencias de fundición del cobre están datadas alrededor del año 5.000 a. C. y son los primeros registros de la consciencia del manejo del metal. Esto ocurrió en Europa en los Balcanes, a mediados del V milenio a. C., y se extendió a lo largo del continente durante los siguientes siglos.

En ese entonces ya la mayoría de la humanidad llevaba una existencia sedentaria, sustentada en la agricultura, y desde el Neolítico se empleaban metales martillados en la cotidianidad, de manera que es realmente la fundición de los mismos la que caracteriza a esta nueva etapa civilizatoria.

Características de la Edad de los Metales

En teoría, la Edad de los Metales se rige por la lógica del descubrimiento de nuevos y mejores minerales, que se sustituyen los unos a los otros a medida que la humanidad aprende a forjar mejores herramientas con ellos: armas, escudos, armaduras, utensilios de toda índole, etc. Así, el cobre es el primero en ser empleado, luego el bronce y finalmente el hierro.

Sin embargo, la Edad de los Metales no fue únicamente un período de descubrimiento de la siderurgia, sino que abarcó enormes descubrimientos civilizatorios y culturales. Entre ellos, en algunas regiones ya se utilizaba la escritura, de modo que en esas regiones es complicado aplicar esta distinción entre la Edad de los Metales y la entrada propiamente a la Historia antigua.

Por ejemplo, en la Mesopotamia y Egipto, se desarrollaron las primeras formas de escritura al mismo tiempo que el bronce era ampliamente utilizado. Sin embargo, nunca se produjo la sustitución por el hierro, ya que dicho elemento era escaso en la región. En cambio, en el África subsahariana se pasó directamente al manejo del hierro sin conocer primero el cobre y el bronce.

Por ende, lo que usualmente entendemos por la Edad de los Metales es diferente para cada región particular, en lugar de constituir un criterio universal en la historia de la humanidad.

Etapas de la Edad de los Metales

Las etapas de la Edad de los Metales se distinguen entre sí por el elemento metálico predominante, aunque como vimos ya algunas regiones eran abundantes en unos y carecían de otros. Estas etapas son:

  • Edad de Cobre o Calcolítico. El cobre fue uno de los primeros metales conocidos por la humanidad, empleado en su estado nativo, moldeado mediante el martillado y el batido en frío, hasta que posteriormente se descubrió la posibilidad de fundirlo. Posteriormente, gracias al descubrimiento de la cerámica, se procedió a fundirlo y alearlo con otros elementos, como arsénico y luego con estaño, esto último muy importante porque dio origen al bronce. En este período, de límites difusos entre el fin del Neolítico (alrededor del 6.500 a. C.) y el inicio de la Edad de bronce (alrededor del 3.000 a. C.).
  • Edad de Bronce. Gracias al descubrimiento de la aleación del cobre, surgió uno de los metales más ampliamente empleados y más versátilmente en esa época: el bronce, cuya importancia en la confección de herramientas, armas, vasijas, platos, utensilios y ornamentos fue inmensa. En este período, además, se dan los primeros sistemas de protoescritura o de ideogramas, dependiendo de la región del planeta. Sus límites, establecidos aproximadamente, marcan el inicio alrededor del 3.000 a. C. (aunque ya en Oriente Próximo se le empleaba de hacía casi mil años) y su fin al iniciar la Edad de hierro, más o menos en el 1.500 a. C.
  • Edad de Hierro. La sustitución del bronce, un metal relativamente blando, por la dureza del hierro le dio la ventaja en muchas situaciones a las civilizaciones que se desarrollaron en geografías donde abundaba este material. De hecho, la del hierro es la forma más sofisticada de metalurgia de la Prehistoria, e hicieron de él un material codiciado y exquisito en la época, desplazando al bronce como mineral únicamente decorativo. Este período inicia con el término de la Edad de bronce en 1.500 a. C. aproximadamente, y tiene fin en distintos momentos dependiendo de la región y de la civilización, con el ingreso a la Historia propiamente dicha tras la invención de la escritura, cosa que ocurrió en Europa alrededor del 550 a. C.

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Referencias