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Concubinato

Te explicamos qué es el concubinato, su historia, efectos y características. Además, las preguntas frecuentes sobre el tema.

¿Qué es el concubinato?

El concubinato es un tipo de unión marital distinto del matrimonio, pero que brinda a quienes lo integran muchos de los derechos consagrados en la ley para la protección de los núcleos familiares. Así como los cónyuges son quienes integran un matrimonio, el concubinato está conformado por dos concubinos.

Desde tiempos antiguos existen reglas más o menos estrictas que regulan el matrimonio, ya sean de tipo religioso, cultural, social o jurídico. En consecuencia, el concubinato surge como una alternativa para quienes no pueden o no desean casarse, pero lleven una vida conjunta en cohabitación y desean formalizar legalmente su unión ante la Ley.

Este tipo de unión es libre, voluntaria y responde a los derechos y deberes que el ordenamiento jurídico local le consagre. Por ejemplo, en algunos países es legal el concubinato entre personas del mismo sexo, mientras que en otros no.

El concubinato ha sido una figura usual en la historia. De hecho, muchos monarcas y líderes tenían tanto una esposa como una o varias concubinas, dependiendo de la tradición cultural, religiosa y legal de su nación. En tiempos modernos, en cambio, se ha convertido en una figura legal accesible a cualquiera.

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Concubinato en la Antigua Roma

La palabra concubinato viene del latín concubinus, que era el término en la Antigua Roma para aquellos jóvenes varones escogidos como amantes por su amo, aunque también era posible que se tratase de una concubina, o sea, una mujer.

En principio, las concubinas no eran demasiado distintas de las esposas, excepto en su denominación y en la “dignidad” de su unión, ya que usualmente se trataba de jóvenes plebeyas o de un estatus social que les impedía acceder al matrimonio.

Por otro lado, no disfrutaban de las ventajas materiales de su relación, y sus hijos no eran legítimos descendientes del noble que los engendrara, sino que eran “hijos naturales”, que podían aspirar a lo sumo a heredar la sexta parte de los bienes del padre. Aun así, la ley romana impedía tener varias concubinas a la vez, al igual que varias esposas.

Características del concubinato

Cualquier concubinato se caracteriza por ser:

  • Voluntario. Nadie puede obligar a nadie a formalizar un concubinato, al igual que no pueden obligar a nadie a casarse en contra de su voluntad. Se trata de un vínculo deseado.
  • Singular. Los dos sujetos que forman un concubinato pueden hacerlo con exclusividad, o sea, solamente si es el único concubinato que tienen, al igual que el matrimonio. No pueden tenerse varios concubinos o concubinas a la vez.
  • Permanente. Los concubinatos son uniones duraderas y estables, no pasajeras y efímeras. No puede formalizarse una relación que ya no existe, obviamente.
  • Notorio. El concubinato no es una unión secreta, ni es una figura para esconder el adulterio, sino que es un vínculo notorio, o sea, formal, evidente, de cara al resto de la sociedad.
  • Requiere de cohabitación. Los concubinos deben vivir juntos, con todo lo que ello implica. No son concubinos quienes no comparten un hogar.

El resto de las características o requerimientos varían según la legislación que rija el caso, dependiendo del país y de su ordenamiento legal.

Efectos del concubinato

Los efectos del concubinato están determinados por ley, así que dependen en primer término del orden jurídico aplicable. Aun así, suelen ser bastante parecidos a los del matrimonio, brindando ciertos derechos conyugales a los concubinos, aunque no posea generalmente el mismo tipo de reconocimiento pleno del matrimonio para determinados asuntos legales.

En líneas generales, los concubinos gozan de:

  • Formalización del vínculo. Los concubinatos son uniones jurídicas reales, que permiten a los concubinos compartir pólizas de seguro médico, y que protegen en caso de separación a ambas partes en el reparto de las propiedades obtenidas mediante esfuerzo mutuo.
  • Permite la filiación. Los hijos de concubinos están amparados por la misma ley de paternidad que los hijos de matrimonios, pudiendo de igual forma heredar bienes y recibir el apellido paterno, con plena vigencia de derechos filiales, como la pensión alimenticia por parte del otro progenitor en caso de que el concubinato se rompa.
  • Regulación familiar. A la familia producto de un concubinato se le considera legalmente igual a la familia de un matrimonio, y gozan de los mismos derechos y deberes de cara al núcleo familiar.

Preguntas frecuentes sobre el concubinato

Algunas de las preguntas más frecuentemente hechas en torno al concubinato son:

  • ¿Cuánto tiempo requiere de una unión para ser un concubinato?

Depende de la legislación, pero usualmente se establece un límite de dos años de convivencia plena, notoria y singular, para dar inicio a una relación de concubinato.

  • ¿Puede romperse el concubinato?

Desde luego, a voluntad de las partes (o de una sola de ellas). En ese sentido el concubinato es un vínculo más libre que el matrimonio, ya que no requiere de un divorcio.

  • ¿Qué pasa si un concubinato se rompe?

Al igual que en otros tipos de unión, el concubino menos favorecido económicamente puede negociar con el otro, por intermediación jurídica, un reparto equitativo de los bienes, una pensión temporal de ayuda económica (especialmente si tiene hijos), un régimen de visitas para los hijos y otros derechos semejantes. Todo ello deberá ser sustentado por la ley.

  • ¿Cómo puedo formalizar un concubinato?

La ley de cada país contempla (o no) la posibilidad de formalizar un concubinato y los términos del mismo, así como los deberes, derechos y beneficios específicos de los que cada concubino disfrutará.

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Referencias