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Calendario juliano

Te explicamos qué es el calendario juliano y a quién se debe su nombre. Además, cómo estaba compuesto y las causas de su sustitución.

¿Qué es el calendario juliano?

Se conoce como calendario juliano al modelo de calendario introducido por el líder militar y político romano Julio César en el año 46 a.C. (708 AUC, es decir, ab Urbe condita, “desde la fundación de Roma”). Este modelo de calendario entró en vigencia desde la conquista romana de Egipto, y fue el predominante en Europa y sus colonias hasta el año 1582, cuando fue paulatinamente sustituido por el calendario gregoriano, de mayor precisión en un 0,002%.

La aparición de este calendario unificado sustituyó los calendarios lunares de muchas culturas antiguas, como los tradicionales calendarios etruscos y latinos, unificando el mundo romano y sus colonias en torno a un mismo modelo, heredero del calendario solar egipcio, el primero del cual se tiene noticia, desarrollado en la antigüedad remota para intentar predecir las crecidas del Nilo.

De hecho, el Imperio Romano se regía en base a un calendario pagano de 304 días distribuidos en 10 meses, cuyas irregularidades y desfases se corregían de acuerdo a las necesidades económicas y políticas (como el momento de pagar a los trabajadores o el retraso de las votaciones de la República), añadiendo el mes de mercedonius bienalmente.

El calendario juliano introdujo un año regular de 365,25 días a lo largo de 12 meses, con un día bisiesto introducido entre el 23 y el 24 de febrero cada 4 años. Para ello se debió contar durante el año previo a su implantación un año de 445 días, denominado el “último año de la confusión”. La idea de numerar los días surgió posteriormente, herencia de los visigodos, y fue implementada por decisión de Carlomagno.

El calendario juliano tomó además como inicio del año el día 1 de enero en lugar del 1 de marzo, como se acostumbraba. Posteriormente se renombró los meses de quintilius y sextilius como julio y agosto, en honor a los emperadores romanos Julio César y César Augusto, respectivamente. Otros emperadores intentaron renombrar meses a su antojo, pero fracasaron en el intento: Calígula quiso llamar a septiembre germanicus, Nerón quiso llamar neronniano a abril y Domiciano quiso llamar domitianus a octubre.

Las consideraciones matemáticas del calendario juliano se tomaron a pesar de que ya se sabía, desde los antiguos astrónomos griegos, que el año trópico era ligeramente más corto que 365,25 días. Así, este modelo de calendario perdía casi tres días cada cuatro siglos. Esto motivó, durante el Concilio de Trento (1545-1563), la necesidad de un nuevo modelo que corrigiera el acumulado del desfase desde el Concilio de Nicea (325).

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Referencias