Botánica

Cúrcuma (Curcuma longa): características, hábitat, propiedades


La cúrcuma (Curcuma longa) es planta herbácea, perenne y rizomatosa perteneciente a la familia Zingiberaceae. Conocida como azafrán cimarrón, flor de abril, jengibrillo, guisador, oro indio, palillo cholón, palillo chuncho, turmérico o yuquilla, es una especie nativa de la India.

Es una hierba de hojas anchas, ovales o lanceoladas de color verde brillante, cuyos tallos aéreos puede alcanzar un metro de altura. Las flores agrupadas en inflorescencias terminales presentan diversos colores según la variedad, siendo blanquecinas, rosadas, amarillas o violáceas.

La formación de semilla viables es muy escasa, por lo tanto, la planta se reproduce vegetativamente por esquejes a partir del rizoma. Es este rizoma carnoso, alargado y anaranjado, el que hace que la cúrcuma sea una planta beneficiosa desde el punto de vista alimentario, medicinal y cosmético.

Es conocida internacionalmente como una hierba aromática, utilizada en gastronomía por dar un sabor picante y un toque de color a las comidas. Los compuestos fitoquímicos, conocidos como curcuminoides, presentes principalmente en su rizoma, le proporcionan importantes propiedades medicinales.

Índice del artículo

Características generales

Apariencia

Planta herbácea perenne de porte bajo, hojas anchas y lanceoladas que mide entre 80-120 cm de altura. Se caracteriza por sus rizomas tubulares o tubérculos de color marrón-oscuro y corteza arrugada con pulpa aromática de tono amarillo-anaranjado.

Hojas

Hojas oblongo-lanceoladas de color verde brillante dividas en vaina, pecíolo y lámina foliar, pecíolo de 50-120 cm de largo y lámina foliar de 75-120 cm de largo. Las vainas dispuestas en pares se entrelazan formando un falso tallo o pseudotallo de consistencia herbácea.

Flores

Las flores hermafroditas de simetría bilateral se agrupan en posición terminal sobre una larga vara floral que nace directamente del rizoma. Los pétalos pubescentes de color amarillo-blanquecino y bordes aserrados se fusionan en una corola tubular de 2-3 cm de largo.

Los sépalos de color blanco igualmente fusionados y pubescentes se ubican sobre un cáliz con tres dientes de crecimiento desigual. Las flores agrupadas en 3-5 unidades están protegidas por brácteas verdosas matizadas de tonos rosados y bordes violáceos.

Frutos

El fruto es una cápsula globular que se divide en tres compartimientos donde se ubican las semillas ovoides y ariladas. Las semillas tienden a ser inviables, por lo que su propagación es exclusivamente vegetativa, a través de división y multiplicación de rizomas.

Composición química

La cúrcuma contiene diversos compuestos fenólicos antioxidantes, conocidos como curcuminoides, que son los responsables del característico color amarillo-anaranjado de la raíz. El polifenol natural curcumina (curcumina I o CUR) es el principal principio activo presente en la Curcuma longa y constituye aproximadamente el 75% de los curcuminoides.

Además, se encuentran otros elementos similares, como la demetoxi-curcumina (curcumina II o DMC) y la bisdemetoxi-curcumina (curcumina III o BDMC). Estos representan respectivamente, entre un 10-20% y un 3-5% de los curcuminoides totales presentes en el rizoma de la cúrcuma.

Por otra parte, el parénquima cortical contiene un aceite esencial rico en monoterpenos (alcanfor, borneol y terpineno) y sesquiterpenos (atlantona, curcumenol y turmerona). Asimismo, ciertos hidrocarburos terpénicos como el cineol, felandreno, sabineno y turmerol.

La proporción de cada componente, ya sea oleorresina o aceite esencial, depende de la forma de uso del rizoma, fresco o seco. En el rizoma fresco predomina la turmerona aromática, α y β-turmerona, en los secos turmerona aromática, α-santaleno, curcumeno aromático, α y β-turmerona y burlona.

Valor nutricional por cada 100 g (rizoma)

– Energía: 350-390 kcal

– Carbohidratos: 66-70 g

– Azúcares: 3,2-3,5 g

– Fibra alimentaria: 20-25 g

– Grasas: 5-10 g

– Proteínas: 8-10 g

– Agua: 12,6-12,9 g

– Tiamina (vitamina B1): 0,058 mg

– Riboflavina (vitamina B2): 0,150 mg

– Niacina (vitaminaB3): 1,350 mg

– Vitamina B6: 0,107 mg

– Vitamina C: 0,7 mg

– Vit. E: 4,43 mg

– Vit. K: 13,4 μg

– Calcio: 168 mg

– Fósforo: 299 mg

– Hierro: 55,00 mg

– Magnesio: 208 mg

– Potasio: 2080 mg

– Sodio: 27 mg

– Zinc: 4,50 mg

Hábitat y distribución

La cúrcuma es una planta tropical nativa del sudeste asiático, específicamente de la India y la región meridional de Vietnam. Se localiza en la Polinesia y Micronesia, siendo la ciudad de Sangli en el estado de Maharashtra al oeste de la India la mayor productora a nivel mundial.

Las regiones cálidas y húmedas son las ideales para el desarrollo del cultivo, con rangos de temperatura promedio entre 20-30 ºC. Crece en ecosistemas de selva baja y selva alta, con altos niveles de pluviosidades durante las fases de crecimiento y desarrollo del cultivo.

Se desarrolla efectivamente sobre suelos francos, bien drenados, con alto contenido de materia orgánica y con pH ligeramente ácido (5-6). Requiere plena exposición solar para expresar su máxima productividad, cultivos bajo sombra desarrollan rizomas de menor calidad.

Taxonomía

– Reino: Plantae

– División: Magnoliophyta

– Clase: Liliopsida

– Subclase: Zingiberidae

– Orden: Zingiberales

– Familia: Zingiberaceae

– Género: Curcuma

– Especie: Curcuma longa L.

Etimología

Curcuma: el nombre del género procede del sánscrito «kunkuma» que a su vez deriva del árabe «كركم, Kurkum» que significa azafrán.

longa: es adjetivo especifico deriva del término en latín «longus» que significa «largo», en alusión a la forma alargada de sus rizomas.

Sinonimia

Amomum curcuma Jacq.

Curcuma brog Valeton

Curcuma domestica Valeton

C. euchroma Valeton

C. ochrorhiza Valeton

Curcuma soloensis Valeton

Curcuma tinctoria Guibourt

Kua domestica Medik.

Stissera curcuma Giseke

Stissera cúrcuma Raeusch.

Propiedades para la salud

Los compuestos fitoquímicos presentes en el rizoma, conocidos como curcuminoides, le aportan ciertas propiedades terapéuticas y medicinales sobre diversas enfermedades. Particularmente, aquellos trastornos relacionados con algún daño oxidativo o afecciones crónicas, como diabetes mellitus, alteraciones neurológicas, inflamaciones y ciertos tipos de cáncer.

Capacidad antioxidante

La curcumina, principal curcuminoide presente en esta especie, ejerce un efecto antioxidativo neutralizando la acción de ciertos radicales libres como los peroxinitritos. Esta capacidad mediada por enzimas catalasa, glutatión y superóxido dismutasa (SOD), previene la oxidación lipídica de la membrana celular y el daño del ADN.

Este proceso, conocido como peroxidación lipídica, se relaciona estrechamente con las enfermedades cardiovasculares, las inflamaciones y el cáncer. De igual forma, las inflamaciones activan diversos trastornos metabólicos relacionados con la diabetes, obesidad, artritis, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

Capacidad antiinflamatoria

La actividad antiinflamatoria de la cúrcuma está relacionada con la expresión génica de las sustancias involucradas en el proceso inflamatorio. Entre estas sustancias se encuentran ciertas enzimas y citoquinas, así como algunos factores de crecimiento de naturaleza proteica, hormonal y neurotransmisores.

Por otra parte, la curcumina presenta un efecto anticancerígeno que actúa sobre la inflamación, oxidación y expresión de los genes. En efecto, influye en la regulación de los genes que intervienen en el desarrollo de los tumores o durante la apoptosis o muerte celular programada.

Regeneración muscular

Su efecto antiinflamatorio influye positivamente en la prevención de lesiones por desgaste físico y la recuperación de daños musculares. Investigaciones clínicas han determinado su efectividad en la recuperación de daños causados por entrenamiento deportivo, como el estrés oxidativo de los músculos, la bursitis o la tendinitis.

Articulaciones

El consumo regular de cúrcuma mejora los síntomas relacionados con la osteoartritis (OA), así como la reducción del movimiento, rigidez articular, dolor e inflamación. Asimismo, reduce la producción de las enzimas metaloproteinasa (MMP’s) asociadas con el desgaste del cartílago y alivia trastornos relacionados con artritis reumatoide.

Cardiopatías

El nivel de colesterol alto en la sangre es considerado un factor de riesgo cardiovascular. Sin embargo, un alto contenido de colesterol HDL o colesterol bueno se considera un factor protector, ya que favorece el trasporte del colesterol hasta el hígado.

Por otra parte, el colesterol LDL o colesterol malo se acumula en las arterias favoreciendo la aterosclerosis y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Ante estas cardiopatías, la curcumina tiene la capacidad de disminuir el colesterol de la sangre y regular la oxidación del colesterol LDL.

Ensayos de laboratorio han permitido determinar el efecto de la curcumina al reducir los metabolitos oxidados de la lipoproteína. El consumo de 500 mg diarios ha favorecido el incremento del colesterol HDL y la disminución del colesterol total en pocos días.

Diabetes y sobrepeso

La ingesta de curcumina puede controlar los altos niveles de azúcar en la sangre o hiperglucemia en caso de diabetes. El incremento de radicales libres y el daño oxidativo debilita la acción de la insulina y propicia otros trastornos relacionados con la diabetes.

El consumo de curcumina mejora la acción de la insulina en diabéticos, ya que modifica las enzimas relacionadas con la oxidación de ácidos grasos y glucosa. Además, reduce los procesos inflamatorios y protege ciertos órganos como el páncreas, riñones, ojos, corazón o nervios de los efectos secundarios de la diabetes.

De igual manera, debido a su acción reguladora sobre la insulina, protege al organismo contra la obesidad, disminuyendo la producción de células grasas y triglicéridos. De hecho, su consumo favorece la pérdida de peso y evita recuperar el peso perdido, actúa como protector de la alteración metabólica originada por el excesivo consumo de grasa.

Sistema endocrino

La curcumina mantiene estables los niveles de testosterona en tratamientos médicos que afectan su contenido y durante la ingesta excesiva de cadmio o cromo. Asimismo, protege la funcionalidad de las gónadas masculinas de ciertas sustancias toxicas como el alcohol, tabaco o drogas.

De manera similar, tiene la capacidad de atenuar la actividad enzimática de la 5-α-reductasa durante el proceso de conversión de la testosterona en dihidrotestosterona (DHT). Esta hormona es la responsable del crecimiento de la próstata, el crecimiento del vello facial y la alopecia androgénica.

Aparato digestivo e hígado

La ingesta de cúrcuma está indicada para el tratamiento tradicional de la dispepsia funcional, úlceras pépticas y la pérdida de apetito. Su consumo tiene la capacidad de incrementar la secreción de bilis y jugos gástricos, lo que disminuye la producción de gases y la hinchazón del estómago favoreciendo la digestión.

A su vez, tiene la facultad de proteger el tejido intestinal, aliviando aquellos trastornos inflamatorios como el intestino irritable, colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn. Además, permite reducir la producción de sustancias tóxicas asociadas con la presencia de ciertos tipos de cáncer, como las nitrosamidas y nitrosaminas.

Sistema nervioso

Los compuestos curcuminoides presentes en la cúrcuma actúan como antioxidantes del cuerpo, mejorando su capacidad de defensa y reduciendo las inflamaciones. De igual forma, su consume ayuda en ciertas alteraciones del sistema nervioso, como tumores cerebrales, isquemias o traumatismos cerebrales.

Ensayos clínicos reportan resultados favorables para la prevención y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la esclerosis múltiple. Ambas enfermedades están relacionadas con la inflamación del tejido cerebral, síntomas que tienden a reducirse significativamente en estudios experimentales realizados con el consumo oral de curcumina.

Otros beneficios

– Reduce los síntomas asociados con el estrés.

– Protege contra la inflación del páncreas o pancreatitis.

– Efectiva para erradicar problemas bronquiales relacionados con infecciones microbianas, como el Helicobacter pylori.

– Actúa como protector celular frente al consumo de sustancias cardiotóxicas o nefrotóxicas.

– Reduce la inflamación ocular y la formación de cataratas.

– Favorece la recuperación de los tejidos musculares luego de un trauma físico o cirugía.

– Renueva la piel luego de problemas como psoriasis o vitíligo y favorece la cicatrización de heridas.

– Protege la piel contra daños oxidativos e incluso contra la incidencia de rayos solares.

Formas de consumo

– Infusión del polvo: simplemente se diluyen 20 gr por litro de agua hervida, se recomienda un consumo máximo de tres vasos al día.

– Extracto líquido: cocimiento concentrado de la raíz en agua hervida, su consumo se limita a 25 gotas distribuidas en tres dosis al día.

– Tintura: se recomienda mezclar con jugos de frutas unas 50-80 gotas al día, distribuidos en tres o cuatro tomas.

– Jarabe: se emplea como desintoxicante y para reducir el sobrepeso, combinado con zumo de limón.

– Polvo: usado en gastronomía como condimento para aromatizar o colorear diferentes platillos y guisos.

– Polvo micronizado: forma como se comercializa industrialmente para su utilización en la elaboración de productos alimenticios, farmacológicos o cosmetológicos.

– Aceite de cúrcuma: se emplea de forma tópica sobre la piel para aliviar dolores y contracciones musculares, así como inflamaciones reumáticas. Además, tiene efecto fungicida y es un efectivo repelente contra los insectos.

– Cataplasma: indicado para curar el acné común, manchas y otras impurezas de la piel.

– Suplemento nutricional: su consumo se asocia con diversos complejos de fosfolípidos o de oligoelementos que facilitan su absorción. Se recomiendan 500 mg en tres dosis diarias.

– Cápsulas: se recomienda una cápsula de 50 mg al día.

Dosis

La dosis recomendada depende del tipo de uso, ya sea para gastronomía o para el tratamiento terapéutico de alguna enfermedad. Como complemento alimenticio, se ha consumido desde hace siglos, siendo su consumo promedio en la India de 2-3 gramos diarios (60-120 mg/día de curcumina).

En farmacología, no se ha establecido una dosis óptima, pero una dosis recomendada se ubica entre 1.000-8.000 mg distribuidos en tres tomas diarias. Por ejemplo, para síntomas relacionados con artritis una dosis de 1.200 mg/día ha reportado buenos resultados, mientras que 500 mg/día son suficientes para reducir los niveles de colesterol.

Para tratamientos antiinflamatorias o ciertos tipos de cáncer se recomienda la ingesta con suplementos de 200-500 mg de curcuminoides por dosis. En este caso, se debe tener en cuenta la necesaria suplementación y no asumir la cantidad ingerida en la dieta diaria.

Es importante tener en cuenta la fuente de curcumina, el método para su obtención y la forma de consumo. En efecto, si la fuente es natural o ha sido potenciada durante su fabricación las concentraciones pueden variar significativamente.

Contraindicaciones

– Su uso está restringido durante el embarazo y la lactancia materna.

– No se recomienda el uso en niños o adolescentes menores a los 18 años.

– Altas dosis puede afectar la mucosa intestinal desarrollando úlceras gástricas o intestinales.

– Su consumo frecuente puede reforzar la acción de los anticoagulantes, estando contraindicada en casos de cálculos biliares o afecciones hepáticas.

– No se aconseja su consumo si el paciente está bajo tratamiento antiinflamatorio con medicamentos no esteroides o anticoagulantes.

– En efecto, se recomienda consultar con un especialista antes de consumir Curcuma longa, ya que su uso en combinación con otros medicamentos puede tener efectos secundarios.

Referencias

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