Arte

Muralismo mexicano: qué es, historia, características, autores, obras


¿Qué es el muralismo mexicano?

El muralismo mexicano fue un movimiento de artistas plásticos mexicanos, promovido por el gobierno de ese país, todavía bajo los efectos de la recién concluida Revolución mexicana.

El muralismo tomó impulso en la década de los veinte del siglo pasado, y se prolongó hasta la década de los setenta, con una estética que mezclaba elementos de vanguardia con un arte figurativo casi ingenuo (en el sentido del arte popular no académico).

Su objetivo era llegar a todos los estratos de la sociedad mexicana, realzando los valores nacionales, el pasado prehispánico y la cultura indígena, los personajes y eventos de la independencia y la Revolución mexicana, mezclados con alusiones a la modernidad, y en especial a la ideología marxista.

Se trata de un arte popular y monumental, por lo que sus espacios naturales de exhibición fueron las paredes y muros de edificios e instituciones públicas. Entre sus principales representantes destacan Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

Historia del muralismo mexicano

La tradición de la pintura mural se remonta en México al período prehispánico y a culturas tan antiguas como la olmeca (1200 a.C.). También hubo pintura muralista durante la Colonia, con pinturas de carácter evangelizador, y ya en pleno período republicano, de la mano del pintor Juan Cordero (1824-1884), a quien se atribuye el primer mural de contenido filosófico (1874).

Sin embargo, el moderno muralismo mexicano comienza después de la Revolución mexicana (1910), tiene como referentes la Revolución rusa, la Primera Guerra Mundial y las vanguardias artísticas europeas, y su primer representante y promotor es el Dr. Atl, seudónimo del pintor y escritor mexicano Gerardo Murillo Cornado (1875-1964).

El Dr. Atl influyó en figuras como David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco y, junto al secretario de educación pública del presidente Álvaro Obregón, José Vasconcelos, contribuyó a impulsar el movimiento muralista, aunque luego guardara distancia respecto al mismo.

A partir de 1922 se forma el Sindicato Revolucionario de Obreros Técnicos y Plásticos (Unión Revolucionaria de Obreros, Técnicos, Pintores y Escultores y Afines), que usarán el arte y particularmente el muralismo para manifestar sus ideas políticas y sociales.

Ya en 1923 el muralismo es famoso dentro y fuera de México, y artistas como Siqueiros, Orozco y Rivera tienen reconocimiento internacional. En los siguientes años, con apoyo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el muralismo se extenderá por todo el territorio mexicano, teniendo su período de mayor actividad entre 1922 y 1954.

Para algunos autores, el muralismo como movimiento se extiende hasta la década de los setenta, aunque en el siglo XXI ha habido intentos de revivirlo en México y en otros países de América Latina.

Características del muralismo mexicano

Arte y oficialismo

El muralismo desde el principio es promovido por instituciones oficiales como la Secretaría de Educación Pública o los gobiernos regionales. De allí que a menudo los temas puedan tener carácter propagandístico y oficialista, aunque en los primeros años tuviera un perfil crítico y revolucionario.

Carácter político

El muralismo nace impregnado por las ideas políticas de su tiempo, con un fuerte sesgo de reivindicación de los valores nacionalistas y una gran influencia de la ideología marxista (varios de sus representantes más destacados militaron en el partido comunista).

Entre las vanguardias y el realismo socialista

La estética del muralismo oscila entre corrientes vanguardistas como el futurismo, el cubismo o el surrealismo y la estética figurativa de corte social y realista. A menudo combina ambas estéticas.

Espacios públicos

El lienzo de los muralistas está constituido por las paredes de espacios públicos, el interior de instituciones oficiales, centros educativos y culturales, como el Palacio de Bellas Artes, el Palacio Nacional, la UNAM, las oficinas centrales de la Secretaría de Educación Pública, la Escuela Nacional Preparatoria, el Polyforum Cultural Siqueiros o el Museo Nacional de Historia (Castillo de Chapultepec), entre otros.

Fue un instrumento de educación

A principios de siglo el analfabetismo dominaba entre las clases populares mexicanas. El muralismo sirvió como herramienta para hablar a las grandes mayorías sobre su historia y luchas, y para reivindicar y rescatar los valores culturales indígenas y campesinos.

Fue un arte de participación colectiva

Aunque haya grandes nombres asociados al muralismo, por su misma naturaleza monumental implicaba un gran número de participantes en su realización.

Técnicas utilizadas en el muralismo mexicano

En el muralismo mexicano confluyen diversas técnicas pictóricas, a menudo compartidas entre distintos pintores y ejecutantes. Inicialmente la más utilizada fue la pintura al fresco: pigmentos de origen mineral mezclados con agua, aplicados sobre paredes recién revestidas con yeso.

Los muralistas también experimentaron con el uso del mosaico, losas prefabricadas, cal, cemento, arena, polvo de mármol.

Pintores como David Alfaro Siqueiros experimentaron con pintura de esmalte y con el uso del aerógrafo.

Representantes y sus obras

Dr. Atl (Guadalajara, 1875-Ciudad de México, 1964)

Seudónimo del pintor, docente y escritor Gerardo Murillo Cornado, es considerado el primer muralista mexicano moderno y padre del movimiento como tal, al influir a través de su actividad docente en artistas como Rivera, Orozco y Siqueiros.

Casi toda su obra mural, realizada en Italia y México, se ha perdido, aunque se conserva en el Castillo de Chapultepec un fragmento de su “Vista arquitectónica de la ciudad de Puebla”, realizado en el Casino de la Selva de Cuernavaca (Morelos).

José Clemente Orozco (Ciudad Guzmán, Jalisco, 1883-Ciudad de México, 1949)

Caricaturista, muralista y litógrafo, vivió en San Francisco y Nueva York antes de comenzar a pintar sus primeros murales, primero en California y Nueva York, y luego en México. En 1922 se unió a Rivera y Siqueiros en el Sindicato de Pintores y Escultores, y comenzó a pintar murales patrocinados por la Secretaría de Educación Pública.

Entre sus principales murales destacan: “Reconstrucción o Revolución Social (en el Ayuntamiento de Orizaba, 1924), “Katharsis” (Palacio de Bellas Artes, 1935), “El hombre en llamas” (bóveda del Hospicio Cabañas, 1939) y los murales de la Corte Suprema de Justicia, realizados en 1941.

Diego Rivera (Guanajuato, 1886-Ciudad de México, 1957)

Posiblemente sea el más famoso de los muralistas mexicanos, tanto por su obra como por su relación con León Trotsky y Frida Kahlo. Rivera vivió y realizó estudios en Europa, donde hizo contacto y amistad con vanguardistas como Pablo Picasso y Amedeo Modigliani.

A su regreso a México, en 1921, se unió al grupo de artistas que impulsaban el muralismo, y al año siguiente pinta su primer mural, “La creación”, en la Escuela Nacional Preparatoria. A partir de entonces realizó murales en Ciudad de México y otras ciudades mexicanas, y también en ciudades estadounidenses como San Francisco, Detroit y Nueva York.

De su extensa obra como muralista podemos mencionar: “El hombre en el cruce de caminos” (Palacio de Bellas Artes, 1934), “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” (Hotel del Prado, 1946), el mural del Teatro de los Insurgentes, considerado una de sus mayores obras (1953), y “El agua, origen de la vida” (Cárcamo de Dolores, 1951).

David Alfaro Siqueiros (Ciudad Camargo, Chihuahua, 1896-Cuernavaca, 1974)

Junto a Rivera y Orozco es considerado uno de los tres mayores exponentes del muralismo mexicano. Abandonó sus estudios para participar en la Revolución mexicana, y posteriormente viajó a Europa, donde entró en contacto con las vanguardias artísticas, y conoció a Diego Rivera.

En 1922 regresó a México y se incorporó al movimiento muralista, y en 1923 colaboró en la redacción de un manifiesto, publicado en el periódico El Machete, sobre la necesidad de un “arte colectivo” al servicio de las masas.

Militó activamente en el partido comunista, siendo encarcelado y eventualmente, en los años 30, enviado al exilio.

Apoteosis de Cuauhtemoc (1951) por David Siqueiros

Con una vida intensa, artística y políticamente, Siqueiros es también autor de una gran obra muralista, desarrollada en México, Estados Unidos, Chile, Cuba y Argentina. Entre sus murales destacan: “Entierro del obrero sacrificado” (Colegio de San Ildefonso, 1923), “Mitin en la calle” (Los Ángeles, Estados Unidos, 1932), “Cabeza de caballo” (estación Maclovia Herrera, 1948), “Apoteosis de Cuauhtemoc (1951)”, Patricios y patricidas” (SEP, 1946), y “La marcha de la humanidad” (Polyforum Cultural Siqueiros, 1971).

Roberto Montenegro (Guadalajara, 1887-Ciudad de México, 1968)

Pintor, litógrafo y escenógrafo, como otros grandes muralistas se inició en la Academia San Carlos siguiendo sus estudios en Francia, donde realizó sus primeras exposiciones. En 1920 se inició como escenógrafo en el Teatro Nacional de México, y en 1921 es nombrado por José Vasconcelos Secretario de Artes Plásticas, con lo que organizó una importante exposición de arte popular.

En 1922 realiza su primer mural y dos vitrales: “El jarabe tapatío” y “La vendedora de periódicos”. Utilizando mosaicos realizó varios murales y relieves en México y Guadalajara.

Rufino Tamayo (Oaxaca de Juárez, 1899-Ciudad de México, 1991)

Es uno de los más destacados pintores mexicanos contemporáneos, y aunque participó en el movimiento muralista, no compartió el compromiso político de la mayoría de sus miembros.

Hijo de indígenas de Oaxaca, se inició también en la Academia de San Carlos, aunque pronto se apartó del academicismo y se dedicó a explorar el arte popular por su cuenta. Realizó su primera exposición en 1926, y a principios de la década de los 30 aceptó una oferta para enseñar arte en Nueva York.

En 1933 realiza su primer mural en el Conservatorio Nacional de México, y en los siguientes años plasmará su visión en murales en México, Estados Unidos, Puerto Rico, Francia e Israel.

Entre sus murales más destacados se encuentran: “El hombre” (Dallas, 1953), “América” (Houston, 1956), “Prometeo” (Universidad de Puerto Rico, 1957),  “Prometeo entregando el fuego a los hombres” (sede de la Unesco en París, 1958), y “El día y la noche” (Museo de Antropología e Historia de México, 1964).

Referencias

  1. Silva, P. (2019). El muralismo en México. Tomado de lacamaradelarte.com.
  2. Muralismo mexicano (2021). Tomado de es.wikipedia.org.
  3. Muralismo mexicano (2021). Tomado de museopalaciodebellasartes.gob.mx.
  4. Mexican Muralism (2021). Tomado de moma.org.
  5. Mexican Muralism (2021). Tomado de arthistoryteachingresources.org.