Felicidad

Cómo ser una pareja feliz: 10 tips que funcionan


Tener una relación de pareja feliz es fundamental para tener una calidad de vida buena y para disfrutar de la vida. Pasar tiempo juntos y mejorar la comunicación son dos de las claves, aunque a continuación te explicaremos otros consejos que puedes aplicar.

¿Tu relación de pareja se encuentra estancada y sientes que ya no sois felices? Puede que estéis pasando por una mala etapa o que no acabéis de solucionar algunos problemas importantes.

Aunque parece interminable, puedes solucionar esta situación y comenzar una etapa en la que tanto tú como tu pareja comencéis a sentiros mejor el uno con el otro. Todos aspiramos a encontrar el amor. Hallar a una persona con la que compartir nuestra vida, que nos haga feliz, que nos cuide y que nos quiera más que a nadie en el mundo.

Esto a veces no resulta fácil, te topas con personas que aparentemente parecen la adecuada, pero al final algo sale mal. Hasta que finalmente das con aquella con la que sí consigues imaginarte un futuro y una vida que compartir y todo es bonito y maravilloso.

Sin embargo, una vez que la encuentras llega el momento de enfrentarte a la aventura de mantener vivo el amor y ser una pareja feliz.

Todas las parejas discuten, tienen conflictos y pasan por múltiples problemas, incluida la monotonía, que pueden desgastar tanto a sus miembros que acaba afectando a la estabilidad de la pareja. La clave está en resolverlos sin que la relación se deteriore en demasía.

Consejos para tener una relación de pareja sana y feliz

1- Tener una visión realista de lo que es una pareja

Las primeras semanas de una relación, incluso los primeros meses, ¡hasta el primer año!, todo es bonito y maravilloso, estás enamorado y lo estarás por siempre, o eso piensas.

Pero el tiempo pasa y ese cosquilleo, esa felicidad inexplicable y esos nervios por estar juntos van disminuyendo y se van convirtiendo en otra cosa, sentimientos que no son tan llamativos, pero sí más estables y firmes.

A veces este cambio es interpretado como algo negativo, como que esa chispa ha desaparecido y el amor se está acabando, y entonces llega el drama.

Los mitos y creencias que se tienen sobre qué es una pareja a veces pueden hacer mucho daño, al centrarte en cómo debería ser según los parámetros estándares, más que en las características de tu propia relación.

Seguro que te suenan algunos de estos mitos más habituales:

  • Los miembros de la pareja deben ser los mejores amigos.
  • La pareja debería hacerlo todo juntos.
  • Si tu pareja de verdad te quiere sabrá lo que piensas y sientes.
  • Las parejas deben contárselo todo.
  • Si tu pareja te quiere es normal que sienta celos.
  • Si te sientes culpable, confiesa.
  • Hay que luchar a toda costa por tu relación.
  • Tener un hijo arregla la relación de pareja cuando va mal.
  • Una pareja infeliz es mejor que un hogar roto.
  • Si tu pareja te quiere dejar, agárrate a ella y lucha.
  • Los opuestos se atraen y se complementan.
  • Las parejas no deben revelar sus problemas a extraños.
  • Confórmese con lo que tenga.

Este tipo de creencias son muy frecuentes y suelen generar conflictos y sufrimiento en la pareja.

Una pareja es una pareja, no sois amigos, el sentimiento y el compromiso es totalmente diferente. Claramente hay complicidad y amistad, pero es necesario algo más. Y para prueba de ello está la archiconocida friend zone.

De hecho, muchas pareas han dejado de serlo al darse cuenta de que son más amigos que otra cosa. Es importante comprender que una pareja está compuesta por tres elementos: persona A, persona B, y la unión de las dos.

Cada miembro es independiente y deben contribuir a mantener esa unión, en el momento en el que se olvidan de ellos mismos, será difícil que la pareja, la unión, esté sana y fuerte.

2- Cuidar la relación

Como la mayoría de cosas en la vida, si no las cuidas, se rompen, incluso aquellas más resistentes. Pues lo mismo sucede con las relaciones y no solo las de pareja.

Algunas personas creen que las relaciones van bien de forma natural, que una vez que conoces a alguien ya no hay que hacer nada más. Das por sentado que va a estar ahí siempre, total, os queréis tanto que ya está todo hecho.

Pero tal vez hayas escuchado eso de “a veces el amor no es suficiente” y una relación de pareja es mucho más que sentimientos.

Influyen los detalles, las cosas que se hagan en común, el crecimiento individual de cada uno, el cuidar del otro, de uno mismo y del futuro que queréis construir juntos.

Las parejas tienen que evolucionar, avanzar, crecer y eso requiere tiempo y dedicación. Abrazaos, besaos, acariciaos, cogeos de la mano cuando caminéis por la calle, y demostrad vuestro amor al mundo.

3- Pasar tiempo juntos

¿Qué sentido tiene cualquier tipo de relación si no se comparte tiempo juntos? Más aun cuando se habla de parejas que todo es más intenso.

Pasar tiempo con alguien une, pero como se dice en tantas ocasiones: lo importante no es la cantidad sino la calidad de ese tiempo. Imagina que trabajáis juntos, aunque paséis muchas horas el uno con el otro, lo único que estaréis compartiendo son cosas del trabajo.

Es importante que os conozcáis en los diferentes aspectos de la vida y que compartáis tiempo haciendo cosas de parejas, sin interrupciones, sin niños, sin mascotas…

Lo suyo es que hagáis algo más que ver la televisión juntos: ir de viaje, salir a cenar… Todo tipo de actividades que os interesen a ambos.

4- Echarse de menos/extrañarse

Si bien hay que cultivar la relación de pareja pasando tiempo juntos, hacer cosas por separado también contribuye a su mantenimiento. Al contrario de lo que la sabiduría popular nos ha ido inculcando, pasar tiempo separados es saludable para la pareja.

Cuando empiezas a salir con alguien, la tendencia es la de desaparecer del grupo de amigos, sobre todo en los primeros momentos.  Sin embargo, es importante mantener el círculo social de forma independiente. Que quiera salir con sus amigos a solas no significa que te quiera menos.

Es beneficioso tener intereses propios y realizar actividades a solas o con otras personas. Así, sigues evolucionando y creciendo como individuo y tienes más experiencias que compartir luego con tu pareja.  

Igualmente, sirve para echar de menos a la pareja. Reconoce que cuando pasas mucho tiempo con alguien te acostumbras, te acomodas y te acabas olvidando de lo importante que esa persona es.

Salvando las distancias, cuando estas todo el rato con tu pareja sucede lo mismo que cuando te compras algo que te gusta mucho. Lo usas todos los días, lo llevas a todas partes, te encanta mirarlo y tenerlo siempre cerca, pero va pasando el tiempo y el interés va disminuyendo hasta que tu atención pasa a otra cosa.

Esto no significa que ya no te guste esa cosa, sino que estás cansado y necesitas nuevos estímulos, nuevos intereses. De hecho, si te fijas cuando pasa un tiempo vuelven a entrarte las ganas de volver a usarla.

Está claro que tu pareja no es un objeto y que los sentimientos que tienes hacia ella no son iguales a los que tienes por las cosas (o al menos no deben de serlo), por lo que el que disminuya el interés no es sinónimo de falta de amor ni significa que tengas que dejarlo/la por otra persona.  

5- No intentar cambiar a tu pareja

Piensa en cuando conociste a tu pareja, ¿qué fue lo que más te gustaba de ella? ¿Aquello que la hacía adorable?

Suele ocurrir que, con el paso de tiempo, eso que tanto te atraía y que la hacía tan especial acabe relegado en un segundo plano y las cosas que te molestan pasen a ser las protagonistas.  Y entonces piensas en por qué no deja de hacer esas cosas, se comporta de forma diferente y hace las cosas como a ti te gustan. En resumen, por qué no cambia.

Esta es de las creencias más comunes, sobre todo entre las mujeres, el tópico de la dulce muchacha que cree que puede cambiar al chico rebelde. Lo que no se cuenta es que esto raramente llega a buen puerto.

Tu pareja no es alguien al que puedas moldear para hacerlo a tu medida. Ambos sois personas independientes, con vuestras virtudes y defectos. Que te gusten las cosas buenas es muy fácil, aceptar los defectos ya es más complicado y se tiende a querer cambiar al otro para que no los tenga.

Tal vez consigas que disminuya esa conducta que tan mal te sienta, por ejemplo, que no deje abierta la pasta de dientes. Pero habrá cosas que formen parte de su forma de ser y si él o ella es así…es tu elección, o lo tomas o lo dejas.

6- Buscar el beneficio de las diferencias

Este punto está muy relacionado con el anterior. Una vez asumas que no puede cambiar su forma de ser y aceptes a tu pareja tal y como es, puedes dar un pasito más y comenzar a apreciar esas cosas que os diferencian.

Piensa en lo aburrido y monótono que sería estar con alguien idéntico a ti, que siempre piensa igual que tú, tiene ganas de hacer las mismas cosas que tú… Vuestra coordinación es tal que hasta tenéis ganas de ir al baño al mismo tiempo.

El hecho de que tengáis diferencias es lo que le da equilibrio a la relación. Siempre es necesario tener otros puntos de vista desde los que ver la vida.

7- Saber comunicarse

El principal problema que tienen la mayoría de las parejas es que no saben comunicarse. ¡Con lo fácil que parece!

En la comunicación intervienen diversas variables más allá del mensaje que queremos transmitir. Por ejemplo, las palabras utilizadas, los gestos, el tono de voz, el momento en el que se dice…

La confluencia de todos estos elementos puede llegar a provocar grandes discusiones de pareja, incluso cuando el mensaje iba con toda la buena intención del mundo.

Otra de las creencias populares que afecta a la comunicación es aquello de que tu pareja debe saber siempre qué piensas y sientes, aun sin decírselo.

Estaría bastante bien que cuando empiezas a salir con alguien, ambos adquirieseis el superpoder de la telepatía. Sin embargo, lamento decir que eso no ocurre y si no explicas lo que te sucede, tu pareja no se va a enterar nunca.

Es cierto que hay personas, que son más observadoras y perceptivas, capaces de saber lo que te pasa con sólo mirarte. Normalmente esa persona es tu madre y algún que otro buen amigo, no necesariamente tiene que ser tu pareja.

Así pues, para conseguir una buena comunicación de pareja en la que apenas haya malentendidos puedes hacer dos cosas básicas:

  • Habla: expresa claramente aquello que te preocupa, te molesta, piensas y sientes. Sin esperar que el otro vaya a entender algo más allá de lo que has expresado y, a poder ser, sin ofender ni menospreciar al otro.
  • Escucha: atiende a lo que tu pareja te está diciendo, no a lo que tú crees que está diciendo. Si tienes alguna duda, pregunta una vez que haya terminado de hablar e intenta comprender su punto de vista.

8- Ser honestos

Una parte importante para la felicidad y la estabilidad en las relaciones de pareja es la sinceridad y la honestidad, pues cuando la desconfianza se instala en la pareja, esta puede derivar en multitud de problemas.

Aunque con este tema hay que tener cuidado, porque ser honesto no significa tener la obligación de compartirlo todo con tu pareja.

Honestidad y sinceridad quiere decir expresarle a tu pareja aquello que piensas y sientes sobre algo, aunque sean cosas que sabes que él o ella no quiere oír. Pero ojo, eso no implica hundirla/lo en la miseria diciéndole todas las cosas que hace mal, estamos hablando de cosas que de verdad sea necesario que la otra persona sepa.

Tu pareja acaba siendo de las personas en las que más confías, entre otras cosas porque piensas que busca tu bien y felicidad, por lo que si ve que hay algo que te va a perjudicar debe de decírtelo.

9- Respetarse mutuamente

Si hay un punto importante en esta lista, sin duda es este. El respeto. Una vez que se pierde el respeto por el otro, la relación tiende a ir cuesta abajo y resulta complicado volver a estabilizarla.

El respeto mutuo es algo que se trabaja diariamente, siendo consciente de las cosas que cada uno hace por el otro, valorándolas y agradeciéndolas.

Pero hay que tener cuidado sobre todo en el momento de las diferencias, cuando llegan las discusiones, pues es cuando resulta más fácil perder de vista el respeto y recurrir al insulto y la degradación con tal de ganar la batalla.

Y al final nadie está ganando nada, al contrario, le haces daño a la persona que quieres y os alejáis más. Porque, aunque se sepa que se dicen en un momento de rabia y enfado, las palabras duelen igualmente y a veces no es fácil olvidar ese daño.

10- Tener un proyecto común

Por último, pero no menos importante. Si hay algo que caracteriza a una pareja es tener un proyecto en común, ya sea de convivencia, de tener mascotas, hijos… 

En el caso de las parejas felices, este proyecto suele ser el mismo para los dos. El problema viene cuando uno quiere una cosa y el otro otra o cuando ambos quieren lo mismo, pero en diferentes momentos.

Aquí interviene en gran medida la capacidad de comunicación de la pareja, para evitar malos entendidos, confusiones y discusiones innecesarias. Es natural que aun teniendo claro que se comparte el mismo proyecto de futuro no se esté sincronizado en cuando llevarlo a cabo.

Vuelvo a recalcar que, en una pareja, cada persona es independiente y lleva su ritmo. Es cuestión de ponerse de acuerdo y esperar a que sea el momento para ambos.

Aquí te dejo un vídeo-resumen del artículo:

¿Y tú qué problemas tienes para mantener tu relación?

Referencias

  1. Baldwin, M.W. (1995). Relational schemas and cognition in close relationships. Journal of Social and Personal Relationships, 12, 547-552.
  2. Brennan, K.A., y Shaver, P.R. (1995). Dimensions of adult attachment, affect regulation, and romentic relationship functioning. Personality and Social Psychology, 21(3), 267-283.
  3. Cupach, W.R. y Comstock, J. (1990). Satisfaction with sexual communication in marriage: links to sexual satisfaction and dyadic adjustment. Journal of Social and Personal Relationsips, 7 (2), 179-186.
  4. Hazan, C. y Shaver, P.R. (1987). Romantic love conceptialized as an attachment process. Journal of Personality and social Psychology, 52, 511-524.