Ruta de la Seda: historia, recorrido, importancia y actualidad
La Ruta de la Seda fue un conjunto de redes de comercio que comunicaban Asia y Europa. Aunque esa denominación no apareció hasta el siglo XIX, estas rutas se iniciaron en el siglo I a. C. Su recorrido comenzaba en China y atravesaba todo el continente asiático hasta llegar a Europa.
El nombre de esta ruta proviene del producto con más prestigio con el que se comerciaba: la seda. También eran transportados para su venta distintas piedras preciosas y minerales, tejidos y otros productos muy apreciados en el continente europeo. Además, la Ruta de la Seda fue una vía por la que las culturas se comunicaron y las ideas de expandieron.
La Ruta de la Seda comenzó a decaer cuando varios de sus tramos comenzaron a ser demasiado peligrosos y las potencias europeas empezaron entonces a buscar alternativas. Portugal logró llegar al Océano Indico en barco, mientras que España, en su intento de hacer lo mismo, acabó alcanzando las costas americanas.
En la actualidad, el gobierno chino ha iniciado un ambicioso proyecto que pretende resucitar esta ruta comercial: la Nueva Ruta de la Seda. Para ello, se ha desarrollado un plan de construcción de infraestructuras a lo largo de Asia y Europa.
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Historia
Fue Ferdinand Freiherr von Richthofen (1833-1905), un geógrafo de Polonia, quien inventó la denominación de Ruta de la Seda para el conjunto de rutas de comercio establecidas en el siglo I a.C. Lo hizo en su libro Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la seda, publicado en el año 1877.
Ese nombre proviene del producto más prestigioso que se transportaba por la ruta: la seda. Su método de producción era desconocido más allá de China y la demanda en Europa, especialmente, entre los romanos, era muy alta.
Antecedentes
Según muchos historiadores, los diversos pueblos de la zona ya usaban la parte china de la ruta durante el paleolítico. De esta forma, hace unos 7000 años se estableció la denominada Ruta del Jade.
La primera expansión de las primigenias rutas comerciales tuvo lugar con la llegada de las tropas de Alejandro Magno a Asia central, en el 329 a. C. El conquistador macedonio levantó Alejandría Escate en el valle de Fergana, lugar que jugaría un papel importante en el desarrollo de la Ruta de la Seda.
La influencia griega en esa zona de Asia se mantuvo duró unos tres siglos. Además, fueron conquistando algunos territorios situados más al este, hasta alcanzar la Sogdiana. Algunos descubrimientos apuntan que pudieron llegar hasta el Turkestán, con lo que habrían sido los primeros en tomar contacto con China.
Dinastía Han
Acosado por las tribus que vivían al norte de su imperio, el emperador Wu, miembro de la dinastía Han, decidió buscar aliados en el oeste. El dirigente tenía noticias sobre la existencia de algunos reinos importantes en esa zona y esperaba lograr apoyos para vencer a sus enemigos, temibles gracias al manejo de sus caballos.
El emperador envió a uno de sus generales, Zhan Quian, para que entrara en contacto con esos reinos del oeste. El militar no consiguió firmar ningún tipo de alianza, pero sí llevó a la Corte información importante. Así, contó que en el Valle de Ferghana había encontrado caballos impresionantes con los que podrían vencer a sus rivales.
Wu envió a un ejército para conquistar las tierras que separaban su país del Valle de Ferghana. Con esta presión militar consiguieron tener acceso a los caballos que deseaban y, además, empezaron a comerciar con los reinos de la zona.
En el 110 a. C, Wu envió a algunos representantes a conversar con Mitrídates II, rey de los Partos (en el actual Irán). De estas negociaciones surgió la ruta central de la posterior Ruta de la Seda.
Marco Licinio Craso
Tuvieron que pasar otros cincuenta años para que se produjera el siguiente paso en la creación de la Ruta de la Seda.
El militar romano Marco Licinio Craso hizo un descubrimiento cuando se dirigía a Partia para tratar de conquistarla: la seda. Este tejido se convirtió en pocos años en uno de los más codiciados por las familias adineradas de Roma.
Floro, un historiador romano, dejó escrito que durante el gobierno de César Augusto, entre el 27 a. C y el 14 d. C, llegaron a Roma embajadores seres, un pueblo conocido por su producción de seda.
Apertura de la Ruta de la Seda
Los esfuerzos de los Han por abrir el comercio con el Asia Central, unidos al interés romano por los productos asiáticos y a la aparición de otros pueblos que buscaban comerciar con occidente provocaron que, en el siglo I a. C se creara la Ruta de la Seda.
Imperio romano
Las rutas que ya estaban abiertas se ampliaron cuando Roma conquistó Egipto, en el 30 a. C. A partir de ese momento, se establecieron comunicaciones regulares que unían las ciudades comerciales más importantes de China, la India, Oriente Medio, Europa y África.
Aunque el conflicto entre los partos y el Imperio Romano obstaculizaba el comercio, durante los siglos siguientes este no se detuvo. Las potencias más importantes de la época tomaron medidas para proteger a los comerciantes que viajaban por la Ruta.
Sin embargo, no todos en Roma estaban de acuerdo con el comercio que se estaba desarrollando. El Senado trató de prohibir el uso de la seda, ya que su compra por parte de los romanos estaba provocando que una gran cantidad de oro pasara de los habitantes del Imperio a manos chinas.
A pesar de esos intentos, el comercio de Roma con Asia solo se detuvo con la caída del Imperio en Occidente, en el siglo V.
Por otra parte, los bizantinos recogieron en sus crónicas como dos frailes habían descubierto el método de producción de la seda. Aunque hizo falta enviar ladrones para hacerse con huevos de los gusanos, este tejido pudo empezar a ser producido en el Mediterráneo.
Edad Media
La Ruta de la Seda mantuvo su relevancia durante la Edad Media. Además de la seda, también se transportaban minerales y piedras preciosas, pieles y especias.
Lo normal es que los comerciantes solo completaran una parte de la Ruta. Cada vendedor llevaba sus productos durante un tramo de la ruta y los pasaba a otro mercader en alguna de las ciudades principales que jalonaban los caminos.
A pesar de su importancia y de ser muy utilizada, la Ruta de la Seda no dejaba de ser peligrosa. En la Edad Media fueron frecuentes los ataques de bandidos que pretendían robar las mercancías.
Una de las consecuencias que tuvo esta ruta fue que incrementó el contacto cultural e informativo entre los distintos pueblos. El islam y el budismo, por ejemplo, la utilizaron para expandir sus enseñanzas.
Por otra parte, los mongoles aprovecharon las infraestructuras creadas para aumentar su territorio hasta formar el Imperio mongol.
El Imperio mongol
Fue, precisamente, la fortaleza del Imperio mongol la que permitió que la Ruta de la Seda viviera un renacimiento notable. Su poderío trajo consigo una mayor seguridad y estabilidad, algo que duró desde 1207 a 1360.
La presencia de los mongoles también terminó con el control que había adquirido el califato islámico sobre el comercio. En definitiva, el transporte y las actividades comerciales se incrementaron notablemente.
Los mongoles vieron que ese comercio representaba grandes ganancias para ellos. Muchos de los productos que se transportaban por la Ruta de la Seda no eran demasiado valiosos para ellos, pero los occidentales sí estaban muy interesados.
Durante este periodo se produjeron también viajes de diplomáticos y comerciantes en uno y otro sentido. En 1287, un enviado del Khan mongol recorrió varias capitales europeas y, en la misma época, Marco Polo llegó hasta China.
Incluso estuvo a punto de cuajar una alianza entre franceses y mongoles, que hubiera representado que unieran sus fuerzas en Tierra Santa contra los musulmanes. Sin embargo, los mongoles acabaron convirtiéndose ellos mismos al islam.
Decadencia
El final de la Ruta de la Seda como vía de comunicación comercial importante coincidió con la desintegración del Imperio de los mongoles. En primer lugar, por la desaparición de una unidad política fuerte que controlara los caminos y, en segundo lugar, porque la Ruta quedó dividida entre varios poderes diferentes.
Uno de ellos fue el de los turcos, que iban ganando terreno en la actual Turquía. Otro, el Imperio bizantino, ya muy lejos de su momento de mayor esplendor. Aparte, también aparecieron varios Estados más pequeños.
A partir de 1453, año de la caída de Constantinopla en manos otomanas, la Ruta de la Seda dejó, prácticamente, de ser utilizada. Las relaciones de los turcos con los europeos eran muy malas y se enfrentaron bélicamente en numerosas ocasiones. Una de las medidas tomadas por los sultanes fue impedir el comercio.
Nuevas rutas
Las guerras, la inseguridad para los comerciantes y las trabas de los otomanos provocaron que las potencias comerciales de Europa comenzara a buscar nuevas rutas para llegar a Asia. Casi todas optaron por las vías marítimas, destacando las expediciones impulsadas por la Corona portuguesa.
El primer buque mercante que alcanzó China fue portugués, en 1513. Después, procedieron a establecer relaciones diplomáticas y mercantiles. Dentro de las negociaciones entre ambos países se acordó que Macao pasara a manos portuguesas. Esa ciudad pasó a ser el primer puerto comercial de un país europeo en toda la zona.
Los españoles, por su parte, trataron de encontrar otra ruta que los llevara al Índico. El plan era hacerlo cruzando el Atlántico, en la creencia de que podía llegarse a Asia más fácilmente que bordeando África. El resultado fue el descubrimiento de América en 1492.
Recorrido
La Ruta de la Seda era, en realidad, un conjunto de diferentes vías que comunicaban el continente asiático con Constantinopla y, desde ahí, con el resto de Europa.
Desde China había unos 4000 kilómetros hasta alcanzar la parte oriental de Europa. La ruta debía atravesar el sur asiático y Oriente Medio.
El empuje económico que supuso esta ruta comercial dio lugar al nacimiento o al crecimiento de varias ciudades. Entre las más destacadas se pueden nombrar a Samarkanda, Bukhara, Teherán o Ankara.
Punto de partida
Aunque los caminos se entrelazaban, los lugares más conocidos desde los que partían las caravanas eran Xining, Xi’an y Lanzhou. Aún en la actual China, los mercaderes tenían que atravesar los desfiladeros de Gansu y penetrar en el desierto de Taklamakán.
Itinerarios
Los itinerarios principales eran dos: el del norte y el del sur. Todo dependía de qué ciudades se quisieran atravesar.
Ambos itinerarios se reunifican para pasar por la India y por Persia. Para ello, los comerciantes debían atravesar las cumbres de Asia Central, como el Karakorum. Después, pasaban por la actual Uzbekistán, zona en la que se encontraban ciudades como Samarkanda o Bukhara.
Llegada
Como ocurría con los lugares de partida, las caravanas también podían optar entre varios puntos de llegada.
En el sur, se solía pasar por Antioquía antes de llegar a Constantinopla, ambas en Turquía. Desde allí algunos mercaderes optaban por continuar su camino hasta Alejandría, en Egipto.
Por otra parte, también se podía ir hacia Kazán, en Rusia, para las mercancías que no tuvieran el Mediterráneo como destino final.
Importancia para la época
La Ruta de la Seda conectó Asia con Europa y África, lo que tuvo una gran importancia tanto comercial como cultural.
Por las vías que la componían pasaron no solo comerciantes, sino también religiosos de todas las confesiones, tropas y diplomáticos. También, en ocasiones, aventureros que después relataban sus descubrimientos. Algunos historiadores consideran que se trató de la primera globalización.
Ruta de comercio
La Ruta de la Seda era, al fin y al cabo, una ruta comercial. La importancia de la misma es que amplió las posibilidades de realizar actividades mercantiles a lugares muy alejados entre sí.
Lo más frecuente fue que los europeos demandaran algunos productos asiáticos, como la propia seda o las especias, aunque también se daba el caso contrario.
Dependiendo de la época, hubo países que se beneficiaron de manera especial de la existencia de esas rutas. Durante un tiempo fueron los mongoles, que controlaron buena parte de los caminos. Más tarde, ya a finales de la Edad Media, fue Italia la que obtuvo mayores beneficios.
Por otra parte, el comercio que se desarrollaba gracias a la Ruta de la Seda fortaleció a los países musulmanes. Para muchos de ellos, se convirtió en la base de su economía.
Sin embargo, con el tiempo, la Ruta de la Seda repercutió negativamente en algunos países europeos. Como antes había ocurrido en Roma, el gasto en los productos que llegaban de Asia empezó a ser demasiado alto.
Ese fue uno de los motivos, además de la llegada de los otomanos, por los que se buscaron nuevas rutas que permitieran abaratar el comercio y eliminar intermediarios.
Productos de gran valor
La seda, producto que daba nombre a la ruta, fue la estrella comercial durante mucho tiempo. Sin embargo, cuando los europeos descubrieron cómo obtenerla, su importancia empezó a decaer.
Otras mercancías tomaron el relevo. Entre ellas se encontraban las piedras preciosas o semipreciosas, algunas plantas raras, telas o, incluso, animales exóticos. Por último también se transportaban especias, que cobrarían una gran relevancia comercial en los siglos siguientes.
Por su parte, los países occidentales solían enviar oro, plata y tejidos. La mayoría de las veces, estos productos se iban cambiando por otros en las ciudades ubicadas en la ruta.
Mezcla de culturas e ideas
Además de por lo puramente comercial, la Ruta de la Seda tuvo una gran importancia como elemento facilitador del contacto entre distintas culturas. Durante los trayectos, los componentes de las caravanas entraban en contacto con los habitantes de la zona. El intercambio entre todos ellos produjo algunos resultados con bastante repercusión.
Algunas religiones aprovecharon la ruta para expandirse. El budismo, procedente de la India, se hizo fuerte en China. El islam, por otra parte, también avanzó por muchas zonas.
La Ruta de la Seda no solo permitió el intercambio cultural. De igual forma, propició que muchos inventos se hicieron populares en Europa. Desde China, por ejemplo, llegaron el papel y un descubrimiento que cambió la forma de hacer la guerra: la pólvora.
Marco Polo
Posiblemente el viajero más famoso que recorrió la Ruta de la Seda fue Marco Polo. Este veneciano no era, sin embargo, el primer europeo en completar toda la ruta. Antes lo habían hecho otros exploradores y comerciantes, incluidos el tío y el padre del propio Marco.
Lo que le proporcionó fama y reconocimiento, más que el viaje en si mismo, fue la publicación de un libro en el que detallaba todo lo que había encontrado. El título de esta obra fue Il Milione, aunque es más conocida como Los viajes de Marco Polo.
Comerciante veneciano
Marco Polo vino al mundo en Venecia, en 1254. Su padre era un comerciante que se había asociado con sus dos hermanos para crear una compañía. En esos momentos, Venecia era uno de los puertos más importantes del Mediterráneo y trataba de afianzar su posición en varias rutas marítimas.
Otro factor importante era que Venecia contaba con un barrio propio en Constantinopla, al igual que los genoveses, sus competidores. El padre de Marco y sus tíos se desplazaron a esa ciudad y comenzaron a preparar un viaje a Asia.
De acuerdo a las fuentes existentes, Marco Polo no conoció a su padre hasta que este regresó de Asia, en 1269.
El viaje
El padre de Marco, Niccoló, y uno de sus tíos, Maffeo, planearon hacer otro viaje solo tres años después. En esta ocasión, se llevaron al joven con ellos. La primera etapa les llevó a Acre, desde donde partieron a Jerusalén.
En esos momentos se enteraron que había sido elegido un nuevo Papa, Gregorio X. Este se encontraba en Acre y los Polo decidieron regresar a esa ciudad para recibir nuevas credenciales.
Al llegar a su destino, Marco Polo obtuvo la confianza de Kublai Kan, el último gran kan del Imperio mongol. Tal fue la cordialidad entre ambos, que el navegante veneciano fue nombrado como uno de sus consejeros.
Más adelante, recibió el encargo de ser emisario del kan, labor que realizó durante 17 años y que le permitió recorrer buena parte del enorme territorio chino. Finalmente, los Polo abandonaron la Corte del Kan para regresar a Venecia.
Su libro
Cuando alcanzó su ciudad natal, en 1295, Marco Polo se convirtió en una celebridad. Todos sus paisanos querían saber lo que había visto durante su periplo.
Como buena parte de su vida, no existen datos claros sobre cómo acabó en una cárcel de Génova. Parece que fue allí donde coincidió con Rusticiano de Pisa, quien sería el que escribiría al dictado el libro de Marco Polo.
En esta obra, Marco Polo relataba todo lo que había experimentado durante su viaje. El resultado fue Il milione (El Millón en español), bautizado en los países de habla hispana como Los Viajes de Marco Polo o como El Libro de las Maravillas.
Actualidad
El gran crecimiento económico que ha experimentado China durante los últimos años la ha convertido en una de las potencias comerciales y políticas del planeta. Dentro de su estrategia, el gobierno chino está tratando de resucitar, con medios modernos, la antigua Ruta de la Seda.
Nueva Ruta de la Seda
El propósito del gobierno chino para revitalizar la Ruta de la Seda es que las compañías de su país tengan más salidas comerciales. Su proyecto pretender unir China con el resto de Asia, Europa y África.
Para ello, China está dedicando grandes cantidades de dinero para construir nuevas infraestructuras de comunicaciones a lo largo de la antigua ruta. Igualmente, también está destinando fondos a hacer oleoductos y gasoductos en los países que se encuentran en ella.
La Nueva Ruta de la Seda se presentó como proyecto en 2014, cuando el presidente Xi Jinping se encontraba en una reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).
Este organismo está compuesto por algunos de los países que, hoy en día, están situados en la antigua ruta: Rusia, Uzbekistán, Tayikistán y Kazajstán, entre otros.
Igualmente, las naciones con rango de observadoras también se encontraban en la antigua zona de paso de las mercancías: Pakistán, India, Mongolia, Irán y Afganistán. Por último hay otros tres países que participan como socios, entre ellos, Turquía, cuya situación geográfica la hace casi imprescindible para el éxito del proyecto.
Infraestructuras previstas
El gigante asiático tiene entre sus planes la construcción de trenes de alta velocidad, así como modernas autopistas. La ruta, como ocurría con la antigua, comenzaría en el centro de China y recorrería Irán, Irak, Siria y Turquía hasta alcanzar Europa.
Aunque la Unión Europea, como antes Estados Unidos, ha presentado algunas protestas sobre como China está negociando bilateralmente con cada país, ya hay varias naciones europeas que se han adherido al proyecto. Entre ellas, casi todas las del este del continente, además de Italia.
En el extremo occidental de Europa, China tiene la intención de levantar un puerto en Portugal. Hace pocos años, ya empezó a funcionar otra de las infraestructuras previstas: un tren de mercancías que une Madrid (España) con China, aunque solo ha realizado el recorrido unas pocas veces.
Adhesión de Italia
La llegada al poder en Italia del partido Liga Norte significó un cambio en la política de ese país relacionada con la Nueva Ruta de la Seda. El líder de ese partido y ministro de Interior, Matteo Salvini, decidió dar apoyo al proyecto chino.
Esto ha sido mal recibido en el seno de la Unión Europea, ya que representó la ruptura del frente negociador común de los países más poderosos de la organización. La Unión Europea, además, ya había tenido que enfrentarse a los miembros del este del continente por el mismo motivo.
Referencias
- China Antigua. La Ruta de la Seda entre Roma y China: Su Importancia Cultural. Obtenido de chinaantigua.com
- EcuRed. Ruta de la seda. Obtenido de ecured.cu
- Herrera, Marco. ¿Cuál es el objetivo de la nueva Ruta de la Seda?. Obtenido de 65ymas.com
- History.com Editors. Silk Road. Obtenido de history.com
- Mark, Joshua J. Silk Road. Obtenido de ancient.eu
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. Silk Road. Obtenido de britannica.com
- UNESCO. About the Silk Road. Obtenido de en.unesco.org
- Top China Travel. The Significance of the Silk Road. Obtenido de topchinatravel.com