Historia

Australopithecus anamensis: qué es, características, cráneo, hábitat


¿Qué es el Australopithecus anamensis?

El Australopithecus anamensis es una especie de homínido cuyos huesos fueron encontrados en Kenia en 1965, aunque en ese momento no se reconoció como nueva especie. Fue descrito como nueva especie en 1995 y se cree que tiene entre 3,9 y 4,2 millones de años de antigüedad.

El sitio exacto del descubrimiento fue el lago Turkana y de allí deriva su nombre, dado que el vocablo anam en idioma turkano quiere decir “lago”.

Corría 1965 cuando un grupo de exploradores —encabezados por Bryan Patterson, de la Universidad de Harvard— descubrió en una excavación ubicada en Kanapoi, al norte de Kenia, lo que parecía un hueso perteneciente a un brazo humano primitivo.

Patterson no logró ubicar otras piezas en el lugar por lo que, aunque pensaba que era un hallazgo de importancia, no pudo determinar fehacientemente de qué especie se trataba. 

En 1994 una expedición de la cual era directora la británica-keniana Meave Leaky, miembro de una familia de tres generaciones de paleoantropólogos radicados en Kenia, halló numerosos fragmentos de huesos y dientes cercanos al mismo lugar.

El yacimiento cobró renombre, ya que sirvió para disipar las dudas de Patterson y establecer que ciertamente se trataba de los restos de una nueva especie con una impresionante data, que oscilaba entre los 3,9 y 4,2 millones de años.

Esta nueva especie fue denominada Autralopithecus (australis, que significa “del sur”; y pithekos, que significa “mono”) anamensis (anam significa lago en idioma local), por la proximidad del lugar de la excavación con el lago Turkana.

El Autralopithecus corresponde a un género de primates homínidos que abarca siete especies: afarensis, africanus, anamensis, bahrelghazali, deyiremeda, garhi y sediba. Vivieron en África desde hace más de 3,9 millones de años y hasta hace unos 2 millones de años, cuando se calcula ocurrió su extinción.

Características físicas y biológicas del Australopithecus anamensis

Lo más notable de los Australopithecus es que se desplazaban de manera bípeda. Aunque todavía conservaban la habilidad de trepar a través del follaje y de la vegetación, ya podían sostenerse sin dificultad en dos pies, alternando caminatas con desplazamientos por los árboles.

El tamaño de su cerebro era similar al de los grandes simios actuales, llegando a tener una capacidad promedio de 500 cc. Su aspecto era bastante parecido al de los actuales chimpancés.

Se cree que estos individuos tenían el tamaño aproximado de un chimpancé (entre 1,2 y 1,5 m) y llegaban a pesar entre 40 y 50 kg. Las hembras eran mucho más pequeñas que los machos y vivían en las zonas tropicales de África, alimentándose de semillas, frutas y hojas.

Algunos investigadores y científicos se inclinan por catalogar a los Australopithecus afarensis y anamensis en un género aparte llamado Paranthropus, por el tamaño de sus colmillos y su cara plana.

Por los estudios realizados a los fragmentos de húmero, tibia y fémur —algunos hallados posteriormente—, se sabe que son los referentes más antiguos de los homínidos que andaban erguidos y en dos patas.

Alimentación

Podía ingerir tanto alimentos típicos de espacios abiertos (semillas, juncos, hierbas, entre otros) como frutos y tubérculos. Utilizaba herramientas de piedra con las que era capaz de rasgar e incluso de fracturar huesos para aprovechar el tuétano.

Sus brazos largos y la forma de los huesos de las muñecas sugieren que estos individuos probablemente trepaban los árboles, a la vez que podían recorrer trechos de mediana distancia caminando.

Dentadura

Sus mandíbulas se caracterizaban por ser bastante fuertes y a la vez un tanto estrechas. Por su parte, los dientes eran duros y presentaban esmalte.

Esto último sugiere que, además de alimentarse con plantas, frutas y tubérculos, también lo hacían con nueces y otros tipos de semillas que requerían potentes mandíbulas para triturar.

Capacidad craneal del Australopithecus anamensis

El cerebro de la mayoría de especies de Australopithecus rondaba el 35% (500 cc) del tamaño del cerebro del humano moderno, el Homo sapiens.

Los Australopithecus son un género más moderno de primates que los Ardipithecus, de los que se consideran sucesores. Los principales rasgos distintivos de este género en comparación con otros homínidos se encuentran en su cráneo y en la dentadura.

Los Australopithecus contaban con una capacidad craneal comparativamente mayor, de unos 500 cc frente a los 300 cc de los Ardipithecus, quienes se estiman son sus predecesores directos.

Puede decirse con certeza que los Australopithecus eran bípedos del todo gracias a la posición y la forma de conexión de la médula espinal con el encéfalo en el área del cráneo.

En cambio, los Ardipithecus tenían capacidad de caminar bípedamente pero por cortos trayectos, y normalmente combinaban con desplazamiento a cuatro patas.

En cuanto a su dentadura, tenían colmillos de tamaño pequeño, comparándolos con los de sus ancestros, así como con los simios actuales.

Instrumentos

Aun con su cerebro limitado, los Australopithecus ya mostraban destrezas —si bien arcaicas— para elaborar herramientas que usaban para facilitar el manejo de sus alimentos y para defenderse o alejar animales que pudiesen amenazarlos.

Hábitat del Australopithecus anamensis

El Australipithecus anamensis es considerado como el antecesor más directo del Australopithecus afarensis, especie tipificada con el hallazgo de la famosa Lucy en 1974, que habitó en la misma región medio millón de años después.

Las reconstrucciones paleontológicas de los yacimientos en Kanapoi, donde surgió el Australopithecus anamensis, son muy similares a las del Australopithecus afarensis pero ocupando distintos escenarios: habitaba espacios boscosos abiertos y también zonas con vegetación de mayor espesor.

Como señalamos anteriormente, su capacidad bípeda (pero sin dejar de tener habilidades para trepar) le permitía desplazarse por tierra en las sabanas africanas y también refugiarse en arboles y vegetación si era menester.

La investigación valoró el patrón de microestriación de todos los especímenes del Australopithecus anamensis recuperados hasta el año 2003, de los cuales solo cinco muestran un buen estado de preservación.

Los resultados revelan que la dieta del Australopithecus anamensis era similar a la de otros primates actuales, como los babuinos y el mono verde, que habitan en sabanas con unas estaciones climáticas marcadas.

Herramientas utilizadas por el Australopithecus anamensis

En principio se creía que había sido el género Homo el que había producido las primeras herramientas y utensilios; sin embargo, hallazgos más recientes que datan de la época en que existió el Australopithecus sugieren que estos ya tenían cierto tipo de herramientas con las que cortaban la piel y el hueso del producto de su caza.

Los cortes que muestran huesos datados en más de tres millones de años no pudieron hacerse sino con al menos piedras afiladas para ese propósito, tratando de extraer el tuétano de los mismos. Esto confiere a los Australopithecus la capacidad de producir objetos cortantes, aunque bastante arcaicos.

Al practicar la carroña, era capaz de lanzar piedras como herramientas para ahuyentar a depredadores y aprovechar los restos de sus presas. Por no tener el manejo del fuego, consumía la carne cruda.

Actividades del Australopithecus anamensis

De naturaleza nómada, el Australopithecus anamensis se movía a lo largo de las sabanas aledañas al Serengetti, usando sus habilidades para caminar y trepar. En cuanto a su locomoción, se calcula que andaba en dos piernas.

El extremo superior de la tibia que se une a la rodilla y la conexión con el tobillo es muy similar a la de los humanos actuales, indicando la capacidad de soportar el peso del cuerpo en una única pierna para caminar erguido de manera habitual.

El fósil de esa misma tibia del Australopithecus anamensis muestra un extremo superior cóncavo, lo que indica que existió una fricción considerable entre ambos huesos, como la que se consigue con el desplazamiento bípedo cotidiano.

La unión con el tobillo, más gruesa y amplia —adaptada para absorber el impacto de un desplazamiento bípedo—, sugiere que era la manera habitual y quizá preferida para movilizarse.

Contexto boscoso

El entorno en el que vivían los Australopithecus anamensis debía de ser boscoso, en áreas de gran tamaño repletas de vida vegetal, que se daban cerca de los lagos.

Como se mencionó anteriormente, de ello se deriva el nombre de la especie: el vocablo anam quiere decir “lago” en la lengua turkana, propia de Kenia.

El trabajo realizado por varios equipos de investigadores durante más de 50 años ha servido para darle forma a todos estos fósiles de gran antigüedad y que han conformado una especie de las que van complementando los eslabones de la cadena evolutiva que conduce al Homo sapiens.

Al día de hoy siguen las investigaciones para corroborar que esta especie de los Australopithecus merece realmente estar separada de la afarensis y si su previo avance evolutivo lo representó el Ardipithecus ramidus.

Último hallazgo

En diciembre de 2005 el equipo de Tim White, paleoantropólogo y profesor de la Universidad de Berkeley en California, encontró restos de esta especie en el sitio Asa Issie, al noreste de Etiopía, en el valle del Awash.

White y su equipo de trabajo hallaron un fémur, algunos fragmentos de maxilar y dientes, incluyendo el canino más grande encontrado entre los homínidos. Todos estos elementos fueron fundamentales para complementar la clasificación de la especie.

Referencias

  1. “Reconstruyen la dieta del Australopithecus anamensis” (2012) Agencia SINC. Recuperado de agenciasinc.es
  2. “Australopithecus anamensis: bajando de los árboles”. Patri Tezanos en Antroporama. Recuperado de antroporama.com
  3. “Los homínidos usaban herramientas y comían carne mucho antes de lo pensado”. Agencia Londres, BBC Mundo. Recuperado de bbc.com
  4. “El Australopithecus ya utilizaba herramientas hace 3 millones de años” (2016) Crónica. Recuperado de crónica.mx