Historia

Luteranismo: origen e historia, principios y consecuencias


El luteranismo es un movimiento religioso y doctrina difundida por el fraile alemán Martín Lutero, que surgió como respuesta frente a la corrupción en la que estaba inmiscuida la Iglesia católica de entonces. A grandes rasgos, Lutero defendía la necesidad de volver a la pureza del cristianismo, eliminando las indulgencias y el excesivo poder del papa.

A los seguidores de Lutero también se les conoce como protestantes, como consecuencia de la Dieta de Spira, ocurrida en 1529. Esta consistió en una protesta que llevaron a cabo los luteranos en contra de los deseos del emperador Carlos V por mantener la unión católica en el Imperio alemán.

Uno de los aspectos principales que criticó Lutero en sus tesis fue el hecho de que la Iglesia católica traficara las indulgencias con la finalidad de perdonar los pecados de los creyentes a cambio de donativos. Este dinero era usado para costear los excesos del papado, lo que implica que no se usaba para el bienestar común o para ayudar a los pobres.

Según los historiadores, Lutero estaba obsesionado con la idea de la completa indignidad del ser humano. Esto condujo a que el fraile alemán considerara que el hombre no tiene la capacidad de intuir las leyes de Dios. Por lo tanto, la visión de Lutero sobre los seres humanos se acerca más al principio agustiniano sobre la naturaleza del hombre caído.

Para Lutero, los poderes de raciocinio del hombre son carnales y absurdos; ninguna de las capacidades humanas tiene la potestad de acercarse a Dios. Esta opinión difiere claramente de la de Erasmo de Rotterdam, quien creía que el hombre podía emplear el razonamiento para comprender a Dios.

La visión que poseía Lutero del hombre consiste en un ser que se encuentra “atado al pecado”, por lo que no tiene las herramientas para agradar a Dios ni puede controlar su voluntad. Lo único que puede hacer el hombre en este caso es intentar seguir los mandamientos no porque sean justos, sino porque así lo ha querido Dios.

Índice del artículo

Origen e historia

Contexto histórico

En aquel momento Europa se encontraba en un contundente proceso de transformaciones, lo que generó un cambio en las relaciones vinculadas con lo político, lo social, lo económico y lo religioso.

Para algunos estudiosos como el historiador y filósofo Johan Huizinga, la Edad Media se encontraba en una especie de otoño, por lo que la sociedad clamaba por una nueva forma de percibir el mundo; en otras palabras, la humanidad requería un cambio de episteme.

Se trataba entonces de un período de transformación en el pensamiento tardo-medieval, cuando ocurrió una desestructuración de la unidad católica; esto comenzó a mostrar los esbozos de una nueva realidad religiosa y política.

Comienzos de la Reforma

La Reforma supone un problema histórico para los conocedores, ya que se trata de un tema que ha sido debatido constantemente entre los historiadores modernos y los tardo-medievales. En términos coloquiales, la Reforma es definida como una especie de golpe que finalizó con un tiempo y dio inicio a una nueva realidad.

En aquel entonces Europa se encontraba agitada por los cambios sociales: el cristianismo comenzó a dividirse y, al mismo tiempo, surgió una masa de intelectuales que difundían sus ideas a través de la imprenta. Este invento fue crucial para la difusión de los grandes cuestionamientos humanos; entre estos se encontraban los pensamientos de Lutero.

Uno de los antecedentes de la Reforma ocurrió en el siglo XIV, cuando el papa se trasladó a Aviñón, lo que demostró de qué forma este personaje estaba disminuyendo su poder y su autoridad para convertirse en un obispo más dentro de la corte francesa.

Lutero en Witterberg

Martín Lutero fue un sacerdote y un erudito que enseñaba teología en la Universidad de Witterberg, ubicada en Alemania. Al adentrarse en el conocimiento profundo de las sagradas escrituras, Lutero se percató de que en la Biblia no había justificación sobre muchas prácticas de la Iglesia.

Mediante sus conocimientos, se dio cuenta de lo corrupta que se había vuelto la Iglesia católica y lo distante que se encontraba de las verdaderas prácticas del cristianismo.

Lutero intentó mediar sus diferencias con la institución; sin embargo, sus opiniones fueron rápidamente condenadas por el papado, por lo que el pensador decidió iniciar el primer movimiento protestante.

Las noventa y cinco tesis: Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias

Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias, también conocido como las noventa y cinco tesis, fue una lista de proposiciones escritas por Lutero en 1517, las cuales dieron comienzo formalmente a la Reforma protestante y fomentaron un cisma en la institución de la Iglesia católica, cambiando por completo la historia europea.

Anteriormente, desde 1914 Lutero se había preocupado por el cobro de las indulgencias; sin embargo, estas todavía no habían alcanzado su mayor auge. En 1517 estos abusos de la Iglesia se tornaron más comunes y Lutero perdió la paciencia.

Un día en el que se reunió con sus feligreses, se percató de que estos venían de comprar las indulgencias. Los individuos afirmaban que ya no cambiarían sus vidas ni tendrían la necesidad de arrepentirse puesto que, gracias a la adquisición de estos documentos, sus pecados habían sido perdonados y podrían entrar al Paraíso.

Fue entonces cuando Lutero reaccionó ante la gravedad del asunto; no obstante, se dedicó a informarse bien y a estudiar a fondo las sagradas escrituras para así escribir sus tesis, dentro de las que destaca su Tratado sobre las indulgencias. Estos textos estaban constituidos por un análisis meticuloso del asunto. 

Principios

La naturaleza dual de Dios para Lutero

En los principios luteranos se puede percibir a un Dios de naturaleza dual: en primera instancia, se trata de una entidad que ha decidido revelarse a sí misma a través de la palabra; por lo tanto, esta puede ser predicada y revelada. Sin embargo, también existe el “Dios oculto”, cuya voluntad infalible no está al alcance de los hombres.

Así mismo, Lutero no consideraba posible la salvación mediante el libre albedrío del hombre; para el autor, las buenas acciones no pueden salvar a ningún alma ya que algunos hombres están predestinados a salvarse y otros están predestinados a la condenación.

Esto quiere decir que el destino de todas las almas se encuentra fijado por el ser omnipotente y no existe posibilidad de cambiarlo.

La doctrina de Lutero

Según los estudiosos, la doctrina de Lutero fue el producto de una epifanía: en 1513 el autor logró establecer un puente entre la omnipotencia divina y la justicia del hombre.

Tras esto se dedicó a estudiar las Epístolas a romanos, a los gálatas y a los hebreos; el resultado de dicho estudio fue una nueva teología completa con la que se atrevió a desafiar al papado.

El núcleo de los principios de Lutero reside en su doctrina de la “justificación por la sola fe”, donde establece que nadie puede tener esperanzas de ser salvado por la virtud de sus actos. Sin embargo, existe la “gracia salvadora” de Dios, que consiste en el favor del omnipotente para salvar  a cualquiera.

Entonces, el objetivo del pecador consiste en alcanzar la “fiducia”; es decir, una fe completamente pasiva en la justicia de Dios y en la posibilidad de ser redimido y justificado por obra de la gracia misericordiosa.

Consecuencias

Las ideas de Lutero —especialmente aquellas relacionadas con las indulgencias— causaron furor en toda Europa y dieron comienzo a la Reforma protestante, lo que provocó un gran cambio social y político en este continente.

Sin embargo, Lutero afirmó que la cuestión de las indulgencias no era lo más importante de su tratado en comparación con los otros elementos que ahí se cuestionaban. Las acciones de Lutero trajeron una larga lista de consecuencias, entre estas destacan las siguientes:

La ruptura con Roma

Tras la publicación de las noventa y cinco tesis, la Iglesia católica se fracturó de tal modo que su ruptura dio lugar a una gran cantidad de denominaciones cristianas, entre estas el luteranismo y otras corrientes que mantienen vigencia en los tiempos modernos.

Surgimiento del anglicanismo

Posteriormente, los postulados de Lutero le permitieron al rey Enrique VIII romper relaciones con la Iglesia católica romana, lo que dio origen a una nueva forma de cristianismo al que se le conoció con el nombre de anglicanismo, formato según el cual el rey era el jefe supremo de la institución.

Asechanza entre protestantes y católicos

Como consecuencia a la Reforma, las Iglesias de los países europeos —como Portugal y España— iniciaron unos tribunales inquisitoriales, con la finalidad de perseguir y asesinar a los luteranos y protestantes de todo el continente.

Sin embargo, el protestantismo tampoco se quedó atrás en cuanto a las persecuciones; por ejemplo, en Inglaterra se decidió acabar con los monasterios y conventos de origen católico, expropiando sus bienes y asesinando a sus habitantes.

Fomento de la educación y alfabetización de las masas

Autores como Woessmann aseguran que Lutero se mostraba interesado en permitir a todos los cristianos la lectura de la Biblia, por lo que se fomentó la escolarización de carácter universal en los lugares de inclinación protestante.

Así mismo, mediante la Reforma católica —que surgió después de la protestante como una consecuencia de esta—, apareció la Iglesia de San Ignacio de Loyola junto con sus jesuitas, quienes se encargaron de fundar escuelas no solo por Europa sino por todo el mundo, especialmente en las Américas.

Referencias

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