Biografías de personajes históricos

Lucas Alamán: biografía, ideología, aportes, obras


Lucas Alamán fue un político, historiador, empresario y escritor nacido en la entonces Nueva España en 1792. Aunque comenzó sus actividades políticas cuando aún existía el virreinato, la mayor parte de su carrera se desarrolló en el México independiente. Está considerado como el “padre del conservadurismo mexicano” y fue uno de los fundadores del Partido Conservador.

De familia española adinerada, Alamán vivió algunos de los episodios más sangrientos de la guerra de Independencia, lo que junto con la influencia recibida durante sus viajes a Europa, lo llevó a desarrollar una ideología conservadora en lo político y social. Sin embargo, en el ámbito económico sus ideas se encontraban más escoradas hacia el ámbito progresista.

Tras la independencia, Alamán ocupó diferentes cargos en varios gobiernos diferentes, hasta llegar a ser uno de los políticos más influyentes del país. Siempre defendió el centralismo frente al federalismo, así como un sistema monárquico en lugar de una república. Además, fue un firme defensor de la necesidad de que México se industrializara.

Aunque no abandonó del todo la política, a partir de la década de 1840 se dedicó a escribir sobre la historia de México desde un punto de vista conservador. Sus obras principales fueron Historia de México, que contó con cinco volúmenes, y Disertaciones sobre la Historia de la República Mexicana, compuesta por tres tomos.

Índice del artículo

Biografía

Lucas Ignacio José Joaquín Pedro de Alcántara Juan Bautista Francisco de Paula Alamán y Escalada nació en Guanajuato, el 18 de octubre de 1792. Su familia, dedicada a la minería, era una de las más adineradas de la región.

Sus estudios, de carácter humanístico y científico, comenzaron en el Colegio de la Purísima Concepción. Después, el joven Alamán se trasladó a Ciudad de México, donde ingresó en el Real Seminario de Minas para formarse en Mineralogía. En 1814, obtuvo el título de perito de minas.

Antes de eso, el 28 de septiembre de 1810, Alamán fue testigo de la entrada en la capital de las tropas independentistas de Miguel Hidalgo. La masacre que se produjo en la toma de la Alhóndiga fue fundamental para el fortalecimiento de sus ideas conservadoras antiliberales.

La misma Guerra de Independencia causó que su familia perdiera gran parte de su fortuna, lo que también contribuyó a afianzar su conservadurismo.

Viaje a Europa

Tras terminar sus estudios en Ciudad de México, Alamán emprendió un largo viaje por Europa. Primero visitó España y, después, Francia, Italia, Suiza y Alemania. Durante este trayecto, completó su formación en la Academia de Minas de Freiberg.

Igualmente, también cursó Química en el Colegio de Francia de París, así como Ciencias Naturales en el Jardín de Plantas de esa misma ciudad.

En esa época, Alamán comenzó a tener algunas dificultades económicas y solicitó en Madrid un permiso para poder separar oro y plata usando ácido sulfúrico. El gobierno español le concedió una patente en 1819.

Al regresar a México, Lucas Alamán fue nombrado secretario de la Junta de Salud Pública por el virrey Juan José Ruiz de Apodaca.

Diputado en las Cortes de Cádiz

En 1821, algo antes de que la declaración de independencia de México, Alamán viajó de nuevo a España en calidad de diputado en las Cortes de Cádiz por la provincia de Guanajuato.

En ese periodo, Alamán escribió uno de los trabajos más destacados de su carrera: Ensayo sobre la decadencia de la minería en la Nueva España. Al mismo tiempo, elaboró el denominado Dictamen sobre el importante ramo de la minería, que posteriormente sería aprobado por unanimidad por la Junta Gubernativa creada por Agustín de Iturbide.

A pesar de que en España estaba vigente entonces la Constitución de 1812, de carácter liberal, Alamán defendió un plan sobre los tronos que debían erigirse en Nueva Granada, Perú y México. Según el político, los futuros reyes debían ser los infantes de la casa real española, mientras que el rey de España debía ser nombrado emperador.

Justo cuando México declaró la independencia, Alamán rechazó una oferta para quedarse en España. En lugar de eso, realizó un viaje por Europa que lo llevó, primero, a Londres y, después, a París. En la capital francesa fundó la Compañía Unida de Minas, que explotó un yacimiento en Durango.

Regresó a México

Lucas Alamán regresó a México en marzo de 1823, el mismo mes en el que la abdicación de Agustín de Iturbide ponía fin al Primer Imperio Mexicano. En su lugar, el gobierno fue asumido por una Junta Provisional de Gobierno compuesta por Mariano Michelena, Pedro C. Negrete y Nicolás Bravo.

La defensa de un sistema monárquico y centralista no fue impedimento para que Alamán se convirtiera en uno de los políticos más influyentes del país. Su faceta como ideólogo conservador desembocaría, años después, en la creación del Partido Conservador Mexicano.

La Junta Provisional quiso aprovechar la valía de Alamán y sus contactos en el extranjero y lo nombró, con solo 30 años, ministro de Relaciones Interiores y Exteriores.

Alamán permaneció en ese cargo hasta septiembre de 1825. Además de las labores propias del ministerio, el político organizó el Archivo General de la Nación y fundó el Museo de Antigüedades e Historia Natural.

Cuando abandonó el cargo, Alamán pasó un tiempo dedicado a gestionar la compañía minera que había fundado, así como a otras actividades privadas.

Vuelta a la política

En diciembre de 1829, Anastasio Bustamante derrocó al presidente interino José María Bocanegra. La presidencia fue asumida por Pedro Vélez, presidente de la Suprema Corte de Justicia, y por dos asociados, Luis Quintanar y el propio Lucas Alamán.

Esta Junta se disolvió cuando Bustamente se convirtió en presidente, pero mantuvo a Alamán como ministro de Relaciones hasta 1830.

Durante esta etapa tuvo que afrontar el momento más controvertido de su carrera: la acusación de haber participado en el asesinato del anterior presidente, Vicente Guerrero. Alamán asumió su propia defensa y resultó absuelto en el juicio que se desarrolló en 1934.

Alamán volvió a ocupar el ministerio de Relaciones Exteriores durante algunos periodos de los gobiernos de Antonio López de Santa Anna.

La pérdida de Texas en 1836 fue un duro golpe para Alamán, que había participado en las negociaciones para fijar la frontera con EE. UU. Este hecho provocó que se retirara en gran medida de la política, aunque se mantuvo como director de la Junta de Fomento de la Industria desde 1939 hasta su fallecimiento.

Últimos años y muerte

Durante la década de 1840, Lucas Alamán escribió varios trabajos que analizaba la historia del país desde un punto de vista conservador. Sin embargo, aún participaría activamente en política en varias ocasiones.

En 1845, fue uno de los impulsores de la rebelión encabezada por Mariano Paredes contra el gobierno del presidente Herrera. Su propósito era establecer un gobierno provisional que preparara la instauración de la monarquía ocupada por un noble español.

Para Alamán, esta era la mejor táctica para obtener el apoyo de las casas reinantes europeas ante el expansionismo estadounidense. Paredes, una vez nombrado presidente interino, mantuvo el sistema republicano.

En 1849, ya como candidato del Partido Conservador, Alamán ganó las elecciones para presidir el Ayuntamiento de Ciudad de México. Además, no cesó de divulgar sus ideas en los artículos que publicaba en periódicos conservadores, como El Universal y El Tiempo. En ellos siguió defendiendo la monarquía y el monopolio de la religión católica.

Santa Anna, de nuevo en la presidencia, lo llamó en 1853 para que asumiera el ministerio de Relaciones Exteriores. Alamán aceptó y juró el cargo el 20 de abril.

Lucas Alamán permaneció poco tiempo en ese ministerio, ya que falleció el 2 de junio de 1853 de una pulmonía.

Ideología de Lucas Alamán

Alamán aprovechó la buena situación económica de su familia para adquirir una muy completa educación. En su primer viaje a Europa vivió los efectos de la constitución liberal de 1812 en España y conoció a pensadores políticos de varias tendencias.

En 1821, como diputado en las Cortes del Trienio Liberal en España, pudo contemplar de cerca las consecuencias de la Revolución francesa y la aparición de un ambiente anticlerical.

Defensa de la monarquía

Durante su estancia en España como miembro de las Cortes, en 1821, presentó una propuesta que defendía la independencia relativa de los territorios americanos bajo la tutela de la Corona española.

Según su exposición, tres infantes de la familia real debían ocupar los tronos de Perú, Nueva Granada y México, mientras que el rey sería nombrado emperador.

Sin embargo, en su madurez abjuró de esa idea. Según sus propias palabras, esa propuesta fue producto del “fuego de juventud y de una imaginación viva”.

A pesar de eso, Alamán nunca fue partidario del establecimiento de una república en México. Para este político, la historia del país hacia preferible la instauración de una monarquía moderada constitucional.

Para Alamán, era necesario un poder fuerte que ayudara a plantar cara al expansionismo estadounidense y que protegiera a los más débiles, algo que no sería posible en una república con varias tendencias políticas.

Sobre la independencia

Alamán mantenía que la obra de los conquistadores, especialmente las de Hernán Cortés, había sido muy beneficiosas para México. El autor afirmaba que los españoles habían llevado a ese territorio la civilización y la “verdadera religión”.

Por otra parte, Alamán tenía una visión muy negativa sobre el proceso de independencia del país. En buena parte, esta opinión se debía a la incidencia que la guerra tuvo sobre su familia y los demás miembros de la clase alta, así como a los excesos de las tropas rebeldes en batallas como la toma de la Alhóndiga.

El político acusaba a los rebeldes de no haber logrado una independencia por medios pacíficos, sin efectos en la economía ni en las clases sociales.

Defensa del conservadurismo y del centralismo

Como principal ideólogo conservador, Alamán se mostró contrario al federalismo y a que los diferentes Estados del país tuvieran autonomía. Igualmente, también se posicionó en contra del sufragio universal, de la tolerancia religiosa, de la igualdad política y de la abolición de los privilegios del clero, la milicia y las clases altas.

Sus ideas lo llevaron a apoyar las Siete Leyes promulgadas en 1836 mediante la constitución centralista aprobada ese año. Más adelante, en 1853, apoyó la dictadura de Santa Anna, puesto que era un firme partidario del orden.

Alamán criticaba que México hubiera adoptado el federalismo, según él por imitación de otros países. Su sistema ideal era el sostenido por un gobierno central fuerte en el que la participación política estuviera limitada a las clases privilegiadas.

En el ámbito religioso, Alamán defendió que el catolicismo debía ser la única religión del país. Según sus palabras, era “el único lazo de unión que queda a los mexicanos cuando todos los demás han sido rotos”. Esto conllevaba que los bienes de la Iglesia y sus privilegios tenían que ser respetados.

Defensor de la industria nacional

En 1830, Alamán estudió las ideas librecambistas de Adam Smith y decidió que aplicarlas en su país era totalmente contraproducente. Entre otros efectos, ese liberalismo provocaba la paralización de la industria textil y metalúrgica ubicada en varias zonas de México.

Por ese motivo, la política económica propuesta por Alamán se posicionaba en el mercantilismo moderado. La base eran las exenciones fiscales, la inversión directa y los ajustes de los aranceles dependiendo de la coyuntura.

En 1843, el intelectual presentó una propuesta en la que insistía en que era fundamental proteger la industria nacional. Para ello, proponía establecer fuertes gravámenes a los productos extranjeros.

Aportes de Lucas Alamán

Durante su trayectoria política, Alamán realizó una serie de importantes aportes al país, sobre todo en el ámbito económico y en el cultural. En muchas ocasiones, sus propuestas en estos ámbitos se podían calificar como progresistas, en contraste con su ideología política.

Fundación del partido conservador mexicano

Alamán fue uno de los fundadores del Partido Conservador de México, además de ser su principal ideólogo. Desde esa posición, prestó un gran apoyo a la Iglesia, a las clases más altas y a los españoles que residían en el país.

Creación del Banco Nacional de Avío

En 1830, durante la presidencia de Anastasio Bustamante, Alamán impulsó la creación del Banco Nacional de Avío, destinado específicamente al fomento de la industria nacional. Para él, la construcción de ese tejido industrial era fundamental para consolidar la independencia y que el país progresara.

Esta institución bancaria debía ofrecer préstamos a un interés razonable, tanto a empresarios particulares como a empresas que quisieran modernizar la industria manufacturera.

La iniciativa resultó finalmente un fracaso y Santa Anna clausuró el banco en 1842. Su falta de éxito se debió, entre otras razones, a la falta de experiencia de sus gestores y a la precaria situación de la Hacienda Pública.

Pacto de Familia

Otro de los proyectos impulsados por Lucas Alamán fue el conocido Pacto de Familia, un intento de fortalecer la posición de la región en el mundo con México como foco central.

Su objetivo declarado era aumentar la solidaridad continental y que se formara una asamblea latinoamericana en la que cooperar y alcanzar acuerdos beneficiosos para todos los países. Además, la creación de ese organismo debía fortalecer la posición de Latinoamérica en el mundo.

Alamán envió a dos plenipotenciarios a Sudamérica y a Centroamérica para que invitaran a los diferentes países a participar en la iniciativa.

Negociación de fronteras

Durante su etapa en el gobierno de Anastasio Bustamante, Alamán recibió el encargo de negociar con Estados Unidos los límites fronterizos entre ambos países.

Las conversaciones no fueran fáciles y Alamán tuvo que resistir las amenazas del embajador estadounidense, Anthony Butler, quien pretendía que la frontera se desplazara a favor de su país. Además, el diplomático intentó que el político mexicano aceptara la venta de Texas, aunque sin conseguirlo.

Alamán logró delimitar las fronteras de acuerdo a los intereses mexicanos. Por otra parte, también consiguió que se declararan libres a los esclavos negros que llegaran a México después de escapar de Estados Unidos.

Para impedir que Estados Unidos continuara ganando terrero, Alemán impulsó la colonización de territorios del norte, incluidas las islas o archipiélagos que aún no tuvieran dueño.

Museo Nacional Mexicano

Uno de los legados más importantes de Alamán fue la creación del Museo Nacional Mexicano, en Ciudad de México.

Otra institución fundada por el político fue el Archivo General de la Nación, que ha resultado una de las mejores herramientas para el aprendizaje de la historia de México.

Otros aportes

Además de fundar la empresa Compañía Unida de Minas, Alamán estableció la primera fundición del México independiente, en 1825.

El político fue también el administrador de los bienes de los descendientes de Hernán Cortés, además de ejercer como gobernador de la Ciudad de México en 1849.

Entre sus actividades empresariales también destacaron la creación de la primera herrería del país y de dos fábricas de tejidos de algodón. Alamán fue igualmente el responsable de introducir en México a los carneros merinos, las cabras del Tíbet y los caballos sementales.

Por último, introdujo en México el Sistema Métrico Decimal, ya usado en casi todo el mundo y comenzó a redactar una ley de imprenta.

Obras publicadas

Aparte de su contenido ideológico, la obra de Lucas Alemán destaca por la calidad literaria y por la seriedad de los métodos de investigación que utilizó el autor en su condición de historiador.

Disertaciones sobre la Historia de la República mexicana

Esta obra, dividida en tres volúmenes, fue escrita y publicada entre 1844 y 1849. Su título completo es Disertaciones sobre la historia de la República Mexicana desde la época de la Conquista que los españoles hicieron a fines del siglo XV y principios del XVI de las islas y continente americano hasta la Independencia.

Historia de México

Los cinco tomos en los que está dividida la obra Historia de México son considerados como el punto de partida de la historiografía mexicana.

En estos volúmenes, el autor relata todo lo acaecido en México desde su independencia hasta 1852, momento de su publicación.

Otras obras

Hernán Cortés: tipos y costumbres

El reconocimiento de nuestra independencia por España y la unión de los países hispano-americanos

Semblanzas e ideario

Documentos Diversos

Defensa del Ex-ministro de Relaciones D. Lucas Alamán

El Partido Conservador en México

Referencias

  1. Real Academia de la Historia. Lucas Alamán. Obtenido de dbe.rah.es
  2. Roa, Óscar. Lucas Alamán, el intelectual conservador de ideas progresistas. Obtenido de contrareplica.mx
  3. Carmona Dávila, Doralicia. Lucas Alamán. Obtenido de memoriapoliticademexico.org
  4. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Lucas Alamán. Obtenido de britannica.com
  5. Archontology. Lucas Ignacio José Joaquín Pedro de Alcántara Juan Bautista Francisco de Paula Alamán y Escalada. Obtenido de archontology.org
  6. Encyclopedia of Latin American History and Culture. Alamán, Lucas (1792–1853). Obtenido de encyclopedia.com
  7. Prabook. Lucas Alamán. Obtenido de prabook.com