Sistema excretor: funciones y partes (órganos)
El sistema excretor es el conjunto de órganos de nuestro cuerpo que se encarga de la excreción, es decir, de la eliminación de los productos de desecho metabólico hacia el exterior. Este sistema está formado por varios órganos de nuestro cuerpo que cumplen funciones excretoras; de ellos, los más reconocidos son los riñones y el sistema urinario, pero también tienen funciones excretoras importantes los pulmones, la piel y los intestinos.
Todos los días nuestro cuerpo necesita recibir oxígeno, nutrientes y líquidos para hidratar y alimentar a las células que forman sus tejidos y órganos. Sin embargo, no todo lo que está en los alimentos, los líquidos y el aire que ingresa a nuestro cuerpo es aprovechado por completo, y aquello que no puede ser utilizado o lo que resulta del metabolismo es lo que representa lo que se conoce como material o producto de desecho.
Los principales desechos que se producen en nuestro cuerpo son la orina, las heces, el sudor y el dióxido de carbono (CO₂) que exhalamos, que son en realidad la suma de los desechos metabólicos producidos a nivel de cada una de nuestras células como resultado del procesamiento de los carbohidratos, las proteínas, los lípidos y las grasas, etc.
La eliminación de todos estos desechos es muy importante para nuestra salud, ya que muchas veces estos materiales contienen ciertas moléculas que, de acumularse, pueden hacernos sentir mal o causarnos algunas enfermedades; es de la eliminación de esas moléculas que se encargan los órganos de excreción.
Funciones del sistema excretor
El sistema excretor tiene diversas funciones y todas son fundamentales para el funcionamiento adecuado de nuestro cuerpo. Entre algunas de ellas pueden distinguirse las siguientes:
– Eliminar el exceso de líquidos y con ellos las toxinas y algunas moléculas de desecho que son extraídas de la sangre cuando esta es “filtrada” (urea, ácido úrico, amonio, etc.).
– Mantener la osmorregulación de nuestro cuerpo, que no es más que la regulación de los niveles de líquidos y sales.
– Prevenir la deshidratación.
– Eliminar del cuerpo medicamentos, drogas u otras sustancias que este recibe.
– Regular la temperatura corporal y el exceso de electrolitos.
– Deshacerse de los desechos sólidos que resultan de la digestión de los alimentos, los cuales representan todos los materiales no asimilables o no absorbidos de lo que comemos
– Expulsar el dióxido de carbono del organismo (producido durante la respiración celular).
Partes del aparato excretor (órganos)
Para la excreción de orina
Los riñones son los principales órganos de excreción del cuerpo. Estos son parte del sistema urinario y en sus funciones participan otras estructuras/órganos como los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra.
En nuestro cuerpo hay dos riñones, que tienen el tamaño de un puño y que se encuentran a cada lado de nuestra espina dorsal, más o menos al mismo nivel al que se encuentra el hígado (justo por debajo del diafragma).
Estos pequeños órganos se encargan de la filtración de la sangre y de la producción de algunas sustancias que regulan distintos aspectos internos de nuestro cuerpo (hormonas). Los productos que son filtrados de la sangre son eliminados con la orina.
Los uréteres son unos tubos que se encargan de dirigir la orina desde los riñones hacia la vejiga urinaria, que es un órgano en forma de “saco” donde se almacena la orina hasta que se excreta fuera del cuerpo cuando orinamos (proceso denominado micción).
La eliminación de la orina ocurre a través de otro conducto llamado uretra, que está conectado con la vejiga urinaria por uno de sus extremos y con un esfínter (una válvula) por el otro.
Para la excreción de sólidos (heces)
El aparato digestivo cumple funciones muy especiales durante la excreción de los desechos. En los intestinos todo lo que no es digerido que deriva de los alimentos es eliminado como materia fecal.
En este sistema participan un par de órganos glandulares muy importantes, que se encargan de excretar hacia los intestinos muchas sustancias que facilitan la digestión de lo que comemos. Estos órganos son el hígado y el páncreas.
Para la excreción de CO₂
El sistema respiratorio comprende los órganos que se encargan de la excreción del dióxido de carbono (CO₂) producido por la respiración de nuestras células.
Su función es dual: por un lado, permite el ingreso de aire oxigenado hacia nuestro cuerpo cuando inhalamos, donde el oxígeno es entregado a la sangre. Por otro lado, recibe de la sangre el CO₂ que es producido por las células durante la respiración y lo elimina cuando exhalamos.
Para la excreción de líquido y regulación de la temperatura
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Además de proteger todo lo que tenemos dentro y de ayudarnos a percibir algunas sensaciones como el tacto, el frío y el calor, este órgano se encarga del proceso fundamental de la sudoración.
La sudoración no solo funciona en la eliminación del exceso de líquidos, sino que participa en la regulación del balance de electrolitos y -la más importante de todas- de la temperatura corporal, especialmente en condiciones de altas temperaturas, internas o externas.
Estas funciones son posibles gracias a la existencia, bajo nuestra piel, de unas pequeñas estructuras conocidas como glándulas sudoríparas.
¿Cómo funciona el sistema excretor?
Veamos con un poco más de detalle cómo funciona el sistema excretor de los riñones, el cual se encarga de la eliminación de los productos de desecho metabólico a través de la orina.
1- Metabolismo celular
Todas las células de nuestro cuerpo reciben nutrientes constantemente, los cuales deben metabolizar. Gran parte de estos nutrientes son aprovechados para obtener energía, pero también se producen desechos que deben ser eliminados, ya que pueden ser nocivos si se acumulan desmedidamente.
Las células de los tejidos eliminan sus desechos hacia el espacio que las rodea, que se conoce como espacio extracelular. Estos desechos luego alcanzan el plasma sanguíneo y es en la eliminación de estos desechos que participa el sistema excretor de los riñones.
Generalmente estas moléculas de desecho son solubles en agua, por lo que esta se utiliza en nuestro cuerpo, entre otras cosas como vehículo para el transporte y la eliminación de los desechos metabólicos celulares.
2- La sangre y los riñones
Toda la sangre del cuerpo pasa a través de los riñones sucesivas veces durante el día y los riñones están perfectamente diseñados para filtrar toda la sangre que reciben: en su interior hay cientos de unas pequeñas estructuras filtradoras denominadas nefronas.
El corazón bombea sangre hacia los riñones a través de las arterias renales; cuando dicha sangre alcanza los riñones, primero es conducida hacia su interior a través de pequeños capilares y posteriormente hacia los glomérulos, que son las estructuras filtradoras en el interior de cada nefrona.
En los glomérulos hay mucha presión, lo que permite extraer de la sangre una porción de líquido con las moléculas de desecho.
Este líquido se conoce como filtrado y es al que le serán extraídas las moléculas nocivas y de donde serán reabsorbidas algunas moléculas que no deben ser descartadas en su paso por el resto de la estructura del riñón.
3- Reabsorción y concentración
Aunque los riñones se encargan principalmente de filtrar y eliminar los desechos metabólicos contenidos en la sangre, también participan en el proceso de reabsorción de agua, sales, iones, proteínas y carbohidratos que se encuentran en el filtrado.
Por lo tanto, lo que se excreta es apenas un pequeño porcentaje de todo lo que atraviesa las estructuras filtradoras del riñón, que además está altamente concentrado, pues se le remueve gran parte del agua que contiene.
4- Formación de la orina
A través de un proceso bastante largo y complicado, el filtrado se convierte en orina y esta es conducida por los uréteres hacia la vejiga, donde es almacenada hasta que “decidimos” orinar, lo que implica que la vejiga se vacíe hacia la uretra y de allí sea expulsada de nuestro cuerpo.
Referencias
- Bradley, T. J. (2013). 10 The EXCretory System. Structure and Physiology. Regulation: digestion, nutrition, excretion, 421.
- Fox, S. I. (2002). Human physiology. McGraw-Hill.
- Gartner, L. P., & Hiatt, J. L. (2012). Color atlas and text of histology. Lippincott Williams & Wilkins.
- Netter, F. H., & Colacino, S. (1989). Atlas of human anatomy. Ciba-Geigy Corporation.
- Stanfield, C. L., Germann, W. J., Niles, M. J., & Cannon, J. G. (2011). Principles of human physiology. Benjamin Cummings.