Ciencia

Androginia: qué es, historia y características de los andróginos


¿Qué es la androginia?

La androginia es una característica poseída por organismos que tienen rasgos tanto masculinos como femeninos. En el caso de los humanos, se trataría de personas que, o bien no tienen un sexo definido, o bien no aparentan de forma clara pertenecer al género con el que nacieron.

El término apareció por primera vez en “El Banquete” de Platón. En esta obra, el filósofo hablaba del mito de los andróginos, seres que tenían cuerpo mitad de mujer y mitad de hombre. A partir de este momento, y a lo largo de toda la historia, la androginia ha estado presente en la mayoría de culturas.

Hoy en día, en la civilización occidental, el término androginia ha sido sustituido en gran medida por otros como “transgénero”, “queer” o “no binario”. Las personas que presentan estas características suelen estar englobadas dentro del colectivo LGBT+. Esto se debe a que su identidad no corresponde con la más común socialmente.

Historia

Primeras manifestaciones

La androginia ha estado presente a lo largo de la historia en todas las culturas humanas. En la antigua Sumeria, hombres andróginos y hermafroditas estaban relacionados directamente con el culto de la diosa Inanna. Se trataba de una especie de sacerdotes conocidos como “gala”.

Estos Gala, a pesar de ser hombres, utilizaban nombres femeninos y hablaban en un dialecto empleado normalmente solo por mujeres. Además, según algunos registros históricos, mantenían relaciones homosexuales entre ellos. Su trabajo era dirigir el culto a la diosa, y gozaban de un cierto respeto entre la población.

En Mesopotamia, por su parte, la diosa Ishtar (equivalente a Inanna) también contaba con personas andróginas entre sus sacerdotes. En este caso, se trataba de hombres que vestían de mujer y representaban bailes en honor de la deidad.

De nuevo, se cree que mantenían relaciones homosexuales; en la cultura popular de la época, se decía que Ishtar era capaz de transformar a los hombres en mujeres.

Antigua Grecia

Pero el concepto de androginia no surgió como tal hasta la llegada de la civilización helénica. Varios son los mitos que hablan de este fenómeno en la antigua Grecia.

Así, por ejemplo, podemos encontrar la historia de Hermafrodito, un ser mitológico que tenía características tanto masculinas como femeninas.

Hermafrodito era el hijo ilegítimo de Hermes y Afrodita (de ahí su nombre, que mezcla los de estas dos divinidades). Su madre, sintiéndose culpable, le abandonó al cuidado de las ninfas del monte Ida, donde el niño creció hasta convertirse en un apuesto joven.

Mientras recorría las tierras griegas, un día decidió bañarse en un lago para refrescar su calor. Sin embargo, la náyade (un espíritu del agua) que habitaba en el lago se enamoró de él, y pidió a los dioses que juntaran sus cuerpos en uno solo para que nunca pudieran separarse.

Según el mito, los dioses concedieron el deseo de la náyade, y fusionaron sus cuerpos. Así, Hermafrodito se convirtió en un ser que aunaba los sexos masculino y femenino.

Trastornado, el joven pidió a sus padres que cualquier hombre que se bañase en el lago corriese la misma suerte. De acuerdo a la historia, el lugar quedó maldito, y era capaz de robarle la virilidad a cualquiera que se metiera en el agua.

“El Banquete” de Platón

Por otra parte, Platón acuñó el término “andrógino” en su obra El Banquete. En este mito, describía a las personas con características de los dos sexos como las más poderosas y completas entre todos los humanos.

Edad Media y Modernidad

Después de la Edad Antigua, fueron muchas las disciplinas que se preocuparon por el concepto de androginia. Así, la existencia de personas con características de los dos sexos interesó a pensadores de corrientes tan distintas como la alquimia, el cristianismo o la astrología.

En muchas de estas disciplinas, se contemplaba a las personas andróginas como seres completos. Esto se debe a que, en la mayoría de ellas, la naturaleza es entendida como la contraposición de dos polos: Sol y Luna, luz y oscuridad, día y noche, masculino y femenino.

Los andróginos, por tanto, serían personas capaces de albergar en su interior los dos polos de la naturaleza, convirtiéndolos en seres completos. Para algunos teólogos, incluso, la androginia habría sido el estado natural del ser humano antes de la expulsión del Paraíso.

En la actualidad

Hoy en día, el término androginia ha sido sustituido por otros como “intersexualidad” o “sexo no binario”. En ocasiones, estas palabras se usan para describir a personas que han nacido con características de los dos sexos debido a un trastorno genético.

A veces, sin embargo, también pueden servir para referirnos a individuos que no se sienten cómodos con el sexo de su nacimiento y desean realizar un cambio de género.

En este caso, estaríamos hablando de personas transexuales, “gender – queer” o “no binarias”. En los últimos años, la visibilidad de este fenómeno ha aumentado enormemente.

Mito del andrógino

El mito del andrógino apareció por primera vez en “El Banquete”, una obra de Platón en la que el filósofo recogió varios mitos y enseñanzas diferentes. La historia cuenta que, hace miles de años, el mundo estaba habitado por unos seres a los que él llamaba andróginos.

Estos andróginos estaban formados por dos partes unidas, por lo que tenían cuatro piernas, cuatro brazos, y dos cabezas. Algunos de ellos provenían de la unión de dos hombres; otros, de dos mujeres. Pero los más poderosos de ellos eran los que aunaban en un solo cuerpo a un hombre y a una mujer.

Estos seres estaban por encima del resto. Sin embargo, su poder se les subió a la cabeza; por ello trataron de conquistar el Monte Olimpo, hogar de los dioses. Como castigo, Zeus dividió en dos a todos los habitantes del planeta, condenándoles a vagar toda su vida en busca de su otra mitad.

Este mito es también la base para lo que se ha conocido posteriormente como “amor Platónico”. En él, el filósofo explicaba que todos tenemos una “media naranja”; la otra mitad de la que los dioses nos separaron.

Curiosamente, para Platón no todo el mundo tiene una media naranja del sexo opuesto. En su mito, algunos de los andróginos originales tenían dos partes de hombre o de mujer. Así, con esta leyenda, el filósofo trató de explicar la homosexualidad como algo normal.

Platón, por lo tanto, creía que todos tenemos en nuestro interior una mitad, y que necesitamos complementarla con la otra para estar completos.

Esto cuadra con algunas otras teorías, que consideran que las relaciones de pareja se forman debido a una atracción de energías opuestas.

Características de las personas andróginas

A continuación veremos algunas de las características más comunes de las personas andróginas. Sin embargo, es importante recordar que no se trata de un grupo homogéneo.

Por ello, no todos los andróginos presentarán todas las características; y los que lo hagan, no en el mismo grado.

Apariencia

Por lo general, la apariencia de una persona andrógina no es típica de la de alguien de su sexo. Así, un hombre andrógino parecerá mucho más femenino de lo habitual, y viceversa.

Esto puede ocurrir de manera natural, o ser un esfuerzo consciente por parte de la persona. Así, algunos individuos opinan que la imagen característica de su sexo no les representa. En estos casos, estaríamos hablando de una persona “gender queer”.

Rechazo de estereotipos de género

En el mundo moderno, las personas que se consideran a sí mismas andróginas (como los no – binarios o los gender queer) rechazan de plano los estereotipos de género.

Así, consideran que no deberían existir diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres en función tan solo de su sexo.

Por ello, estas personas suelen presentar comportamientos característicos de los dos géneros a la vez. Esto puede traducirse en maneras de vestir, comportamientos, aficiones, formas de pensar, o maneras de relacionarse.

Adaptabilidad

Por lo general, las personas masculinas muestran una serie de rasgos englobados dentro del término “competencia”. Así, suelen ser más asertivos, independientes, dominantes, competitivos, ambiciosos y capaces de tomar decisiones con facilidad.

Las personas femeninas, por el contrario, tienen unas características que podrían resumirse como “expresividad”. Estos individuos tienden a expresar con más facilidad sus sentimientos, son más emocionales, mejores en sus relaciones interpersonales y más capaces de vivir en el presente.

Los individuos andróginos estarían a medio camino entre ambos tipos de características. Así, suelen presentar una mezcla de rasgos de competencia y de expresividad.

Por otro lado, suelen ser capaces de adaptarse a cada situación, por lo que sus capacidades tienden a ser más versátiles.

Problemas biológicos

Por último, en algunos casos la androginia está causada por problemas genéticos o biológicos. En estas ocasiones, la persona que presenta características de los dos sexos suele requerir intervención médica.

Hay que aprender a diferenciar, entonces, entre los casos en los que la androginia es una elección personal, y aquellos en los que es síntoma de un trastorno biológico o genético. La manera de actuar frente a cada una de estas situaciones debe ser totalmente distinta.