El cargador de flores (Diego Rivera): historia, técnica, significado
¿Qué es el cargador de flores?
El cargador de flores es una obra pictórica cuyo autor fue el mexicano Diego Rivera. El cuadro fue pintado en 1935 y mide 121,9 x 121,3 cm. Para crearlo, Rivera utilizó pintura al óleo y témpera sobre una tabla de masonita. Hoy en día, la obra se expone en el Museo de Arte Moderno de San Francisco (Estados Unidos).
Diego Rivera fue uno de los máximos representantes del muralismo mexicano. Entre otros aspectos, esta corriente se caracterizaba por la temática social que reflejaban en sus obras. En general, las pinturas de Rivera mostraban la vida de los obreros, indígenas y el resto de las clases humildes del país.
Como el resto de los muralistas, Rivera se interesó también por el arte azteca y maya. Como fundador del Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores, el artista proponía que el arte debía estar dirigido al pueblo y dejar de ser considerado como algo destinado a las élites.
En el caso de El cargador de flores, a pesar de no tratarse de un mural, Rivera muestra a un campesino llevando una pesada cesta con flores. Junto a él se encuentra una mujer que trata de ayudarlo. De esta forma, la obra contiene dos de los temas más frecuentes en el artista: los trabajadores y el tema agrario.
Historia
Diego Rivera, cuyo nombre real era Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, vino al mundo en Guanajuato, México, el 8 de diciembre de 1886.
Desde muy joven demostró sus dotes para la pintura y, tras estudiar arte en la Academia de San Carlos en Ciudad de México, completó su formación en Europa.
A su regreso a México, Rivera creó un estilo propio en el que combinaba lo aprendido sobre los frescos renacentistas italianos, elementos del post-impresionismo, el realismo social y el arte precolombino.
Como otros artistas de su generación, Diego Rivera trataba de mostrar en sus obras la vida de los sectores menos privilegiados del país. Como socialista, dio protagonismo a los obreros y campesinos.
Pinturas sociales
Después de la Revolución mexicana, Diego Rivera se convirtió en una de las figuras más importantes del muralismo en su país. José Vasconcelos, Secretario de Instrucción Publica en el gobierno de Álvaro Obregón a partir de 1921, encargó a estos artistas que crearan una serie de murales con una fuerte carga propagandística.
En 1934, Lázaro Cárdenas se convirtió en presidente de México y comenzó a aplicar un programa social dirigido hacia los campesinos.
En ese contexto se enmarcó la creación de El Cargador de Flores, en 1935. Rivera dejó reflejada en esta obra la cultura del país y el momento histórico por el que pasaba.
Los personajes de la obra, un hombre y una mujer, visten ropas tradicionales. Como trabajadores rurales, Rivera los representó realizando una tarea dura, símbolo de las condiciones de vida de este sector de la población mexicana.
Técnica
El cargador de flores fue creado con pintura al óleo y témpera. El lienzo consistía en una tabla de masonita, un material fabricado con fibras de madera comprimida a las que se somete a vapor.
El cuadro muestra dos personajes diferentes, un hombre y una mujer. El primero es un campesino ataviado con sombrero y huarache, y se encuentra de rodillas bajo el peso de una enorme canasta llena de flores.
A su lado aparece una mujer, probablemente su esposa, que lo ayuda a que se ponga de pie don la carga. A la espalda de ambas figuras se pueden ver hojas verdes y el suelo representa a la tierra labrada.
Color
Diego Rivera utilizó los diversos tonos cromáticos para crear un balance asimétrico. El elemento que más destaca por su colorido son las flores, aunque sin que el cuadro pierda por ello la armonía que le ofrece el uso de tonalidades cálidas.
Las flores mencionadas y la ropa del hombre son de colores claros, mientras que la mujer aparece con tonos más oscuros.
A la hora de aplicar el color en la masonita, la técnica más común era frotarlos contra el material.
Asimetría y textura
Un aspecto importante dentro de El cargador de flores es el uso de las líneas. Con ellas, Rivera dota a la imagen de un balance asimétrico al nivelar los brazos del hombre con el vestido de su esposa. Con el uso de la línea, el autor hace que el lazo dorado del campesino atraiga las miradas.
Los trazos que forman la canasta y los brazos del hombre están destinados a crear sensación de firmeza, mientras que las ondulaciones de la falda de la mujer representan fluidez.
Otro aspecto de interés es el tamaño de cada elemento de la pintura. Así, tanto la mujer como la cesta de flores parecen bastante mayores que el campesino.
Por otra parte, Rivera dotó a los distintos elementos de su propia textura. Las hojas, por ejemplo, parecen tener forma puntiagudas, mientras que las flores aparecen como esponjosas y suaves.
Significado
Como en el resto de su trayectoria, Rivera intentó reflejar parte de la cultura mexicana en El cargador de flores. En este caso, el artista muestra un duro día de trabajo para el campesino y su esposa.
Además de lo evidente, la obra ofrece elementos para poder conocer cuál es la posición económica y social de los personajes, así como su trabajo. En este sentido, es fundamental la elección de las vestimentas, así como la postura del hombre, arrodillado ante el peso de su labor.
Diferentes interpretaciones
Como suele ocurrir con las obras artísticas, las interpretaciones sobre El cargador de flores han sido variadas. Para D. Roco, por ejemplo, la pintura muestra como el trabajador lleva un gran peso sobre él, pero sin cesar en su empeño de levantarlo. Los colores, por su parte, son vivos, lo que puede representar la voluntad de seguir de pie y la esperanza.
Este mismo autor afirma que el hombre de la pintura representa a la clase trabajadora, mientras que la mujer, que lo ayuda con su carga, simboliza la actitud activa de la mujer mexicana.
Carolina Caban, por su parte, señala que la pintura refleja la dureza de la vida de los agricultores en la época.
Por último, Emilio Vela mantiene que Rivera quería mostrar solidarizarse con la clase social más desfavorecida. Así, el intento del hombre de levantarse representaría la intención de esa clase de no rendirse y mejorar sus condiciones. Por otra parte, el mayor tamaño de la mujer reflejaría la creciente importancia del sexo femenino en el México de la época.