Pitón real: características, hábitat, alimentación, reproducción
La pitón real (Python regius) es una serpiente que pertenece a la familia Pythonidae. Tiene un comportamiento muy particular, que asume cuando se siente amenazada o estresada. Este reptil enrosca su cuerpo, colocando el cuello y la cabeza en el centro, formando una bola que le permite rodar y escapar de la amenaza.
Dicha especie es nativa de África central y occidental, habitando en matorrales, zonas agrícolas y sabanas. Usualmente, estos ecosistemas se encuentran cercanos a los cuerpos de agua, donde puede refrescarse durante los días calurosos.
Este ofidio no venenoso es el pitón africano más pequeño. La longitud corporal se encuentra entre 1,1 y 1,6 metros, pesando de 1,5 y 1,6 kilogramos. Con relación a su coloración, el cuerpo tiene un patrón camuflado, sobre una base marrón tostada. A nivel dorsal tiene manchas doradas o marrones. Contrario a estos tonos, el vientre es blanco o crema.
Algunas de las poblaciones de Python regius están decreciendo, por lo que la UICN incluye a este reptil dentro del grupo de animales con riesgo de extinguirse. Las principales amenazas que lo aquejan son su caza, para comercializar la carne y la piel, y la captura, para ser vendido como mascota.
Índice del artículo
- 1 Características de la pitón real
- 2 Taxonomía
- 3 Hábitat y distribución de la pitón real
- 4 Estado de conservación
- 5 Alimentación
- 6 Reproducción
- 7 Comportamiento
- 8 Referencias
Esta especie presenta dimorfismo sexual, siendo la hembra de mayor tamaño que el macho. Este tiene un largo promedio de 111,3 centímetros, con una cola de 8,6 centímetros. El peso del macho es de aproximadamente de 1,56 kilogramos.
Por otra parte, la hembra mide 116,2 centímetros y tiene una cola de 8,7 centímetros de longitud. Su masa corporal es de 1,635 kilogramos.
La cabeza de la pitón real tiene forma triangular y es aplanada en la parte superior. Esta descansa en un cuello más estrecho. En cuanto al hocico, es cuadrado. La mandíbula tiene una fuerte musculatura, que le dan forma a los lados de la cabeza. La lengua de este oficio es bifurcada y altamente sensible.
De manera general, la Python regius presenta un patrón marrón tostado camuflado. El área superior de la cabeza tiene un tono marrón oscuro, con líneas amarillentas que nacen en las fosas nasales y se extienden hacia atrás, a través de los ojos.
El dorso es negro o marrón oscuro. Este se encuentra cubierto de manchas marrones o doradas con bordes marrones. En contraste a dichos colores, el vientre es claro, pudiendo ser crema o blanco marfil.
El cuerpo es robusto y su diámetro se incrementa desde la cabeza hasta la parte media, para luego estrecharse progresivamente hacia la cola.
Tanto el macho como la hembra tienen espuelas pélvicas, aunque en el macho son más grandes. Estas son semejantes a unas pequeñas garras, pero son vestigios de las extremidades traseras. Dichas espuelas son utilizadas por el macho para agarrar a la hembra, durante la copulación.
La pitón real tiene la capacidad de detectar radiación infrarroja. Esto lo logra a través de los receptores altamente especializados, que evalúan la distancia y la dirección de la fuente, independientemente de las señales visuales.
Según estudios realizados, estos reptiles pueden detectar un animal en movimiento que se encuentre hasta 30 centímetros de distancia.
El ojo de la Python regius, al igual que el de todas las serpientes, carece de párpado. En sustitución, tiene una estructura transparente conocida como escama ocular. El grosor puede variar entre 96 y 106 micrómetros.
La escama ocular consta de 3 capas: epitelio externo, estroma y epitelio interno. En cuanto al epitelio externo, se compone de células basales planas, superpuestas y queratinizadas. El estroma está formado por capas de fibrillas de colágeno, entrelazadas con vasos sanguíneos y fibras nerviosas.
Con relación al epitelio interno, se constituye por células escamosas, que contienen microvellosidades y vesículas.
-Reino: Animal.
-Subreino: Bilateria.
-Filum: Cordado.
-Subfilum: Vertebrado.
-Infrafilum: Gnathostomata
-Superclase: Tetrapoda.
-Clase: Reptilia.
-Orden: Squamata.
-Suborden: Serpentes.
-Infraorden: Alethinophidia.
-Familia: Pythonidae.
-Género: Python.
-Especie: Python regius.
La pitón de bola, como también es conocida esta especie, es originaria del África subsahariana occidental. Tiene una amplia distribución que incluye Sudán y Uganda a través de África central. También se localiza en toda la zona oeste de África hasta Senegal.
Así, vive en los bosques abiertos y pastizales secos de África central y occidental, al oeste del Nilo y al sur de Sudán. Además, ocupa el área de las montañas Nuba y Bahrel Ghazal y la Costa de Marfil.
Dentro de los hábitats preferidos de la Python regius están las sabanas, los bordes de bosques, zonas agrícolas y ecosistemas escasamente boscosos. En estos ecosistemas predominan las temperaturas cálidas y una humedad considerable.
Por lo general, esta especie se encuentra cercana a aguas abiertas, para poder refrescar su cuerpo en los días cálidos.
Por otra parte, pasa gran parte de su tiempo en el suelo, en las madrigueras, o debajo de ellas. No obstante, ocasionalmente puede trepar los árboles.
En el siguiente video se puede observar a una pitón en su hábitat de Australia:
Las poblaciones del pitón real están descendiendo, por lo que la UICN ha catalogado a la Python regius como una especie de menor preocupación de extinguirse.
Varias son las amenazas que aquejan a este reptil. Localmente, es cazado furtivamente para obtener y comercializar la piel y la carne. No obstante, el principal problema es su comercio internacional como mascota. Esta situación es frecuente en África occidental, donde numerosos de estos reptiles son anualmente capturados y exportados.
Dentro de las medidas de conservación está su inclusión en el Apéndice II de la CITES. En este grupo se encuentran las especies que podrían estar gravemente amenazadas si no se establece un férreo control a su comercialización.
La pitón real es un animal carnívoro, cuyas mandíbulas, la inferior y la superior, son móviles. Su dieta consiste principalmente en pequeños mamíferos, musarañas, aves, jerbos y ratones.
Dentro del grupo de roedores se encuentran las ratas gigantes africanas (Cricetomys gambianus), ratas de nariz rojiza (género Oenomys), ratas negras (Rattus rattus), ratones de hierba (Lemniscomys species) y ratas peludas (género Dasymys).
En esta especie, la alimentación puede variar según la edad. Así, los que miden menos de 70 centímetros y los machos suelen comer pichones de pájaros. Las hembras y las pitones reales que miden más de 70 centímetros comen casi exclusivamente pequeños mamíferos.
Python regius es un cazador de emboscada. Debido a que su cuerpo es pesado, es menos activo, por lo que prefiere esperar en un sitio a que la presa se acerque. Mientras espera pacientemente, el reptil utiliza su lengua bifurcada para captar cuando el animal esté cerca.
Cuando la presa está al alcance, la ataca y la atrapa. Debido a que los dientes miran hacia el interior de la boca, la presa no puede escaparse. Luego puede tragarla entera o inmovilizarla por constricción. Para lograr esto, la pitón enrolla su cuerpo alrededor de la víctima, apretándolo con fuerza.
Una vez muerta la presa, abre sus mandíbulas y se la traga, comenzando por la cabeza. Luego, el reptil se retira a descansar a un lugar cálido, mientras se produce la digestión.
Durante décadas, los investigadores han estudiado el ataque de las serpientes a sus presas. No obstante, uno de los ofidios menos estudiados ha sido la pitón real.
En un trabajo reciente, los investigadores demostraron que la P. regius tiene la capacidad de atacar con la misma aceleración y velocidad que lo hacen otras serpientes de mayor tamaño, pero a distancias y duraciones más cortas.
Este alto rendimiento, presente generalmente en los jóvenes de dicha especie, podría estar asociado al manejo que hace el animal de la musculatura axial, conjuntamente con los tejidos elásticos que le acompañan.
En esta especie, la capacidad para reproducirse y la madurez sexual dependen de dos factores: la edad y el peso. Así, la hembra puede aparearse cuando tiene de 20 a 36 meses y su peso oscile entre 800 y 1200 gramos. En cuanto al macho, se reproduce entre los 11 y los 18 meses, presentando a su vez una masa corporal que oscila de 600 a 800 gramos.
Ambos sexos tienen espuelas pélvicas, aunque es el macho quien las utiliza durante el período reproductivo. En el cortejo, las emplea para acicalar a la hembra y en la copulación la sujeta con estas extremidades vestigiales.
La pitón real se aparea usualmente desde mediados del mes de septiembre hasta el mes de noviembre, correlacionándose con el período de lluvias leves. Alrededor de tres semanas después de la ovulación, la hembra inicia un proceso de desprendimiento de su piel.
Luego de esto, entre 44 y 54 días después, la hembra se dirige a una madriguera y pone de tres a once huevos. Esto generalmente ocurre durante la estación seca, desde febrero hasta los primeros días de abril. El lugar de anidación suele ser un refugio que algún mamífero cavó en el suelo y dejó abandonado.
La hembra permanece enrollada alrededor de los huevos. Únicamente se aleja para beber agua, ya que durante la incubación este animal no ingiere alimentos.
En el caso que la temperatura de la madriguera descienda, la hembra tensa sus músculos de manera rítmica, para generar calor y calentar así los huevos. También, la madre puede elevar la humedad de la madriguera. Esto lo logra sumergiéndose en agua y regresando al nido aún con el cuerpo mojado. En el siguiente video se puede observar cómo se aparean dos pitones:
Recientemente, los expertos realizaron un trabajo experimental donde un grupo de huevos de pitón real fue incubado de manera artificial y otro de manera natural, por su madre.
Como resultado, los investigadores señalan que la eclosión de los huevos fue mayor en los embragues incubados por la madre. Además, estas crías fueron más activas y más grandes, pudiendo nadar ágilmente por un largo período de tiempo. Así mismo, el desarrollo después de la eclosión fue más rápido que las crías incubadas artificialmente.
Anteriormente, el éxito de la incubación estaba asociado a la temperatura. No obstante, las diferencias de temperatura en ambos grupos de embriones fueron muy pequeñas. Debido a esto, los expertos sugieren que este factor no induce un efecto relevante en el desarrollo del embrión.
En respuesta a los resultados obtenidos, los científicos plantean la hipótesis donde la hembra aporta a los huevos un beneficio hídrico, que ayuda en la obtención de los óptimos resultados del embrague.
En este sentido, la hembra se enrolla con tanta fuerza alrededor de los huevos, que los oculta completamente. Así, se crea una especie de microclima saturado, que reduce sustancialmente la evaporación.
Luego de un período de incubación, que dura entre 55 y 60 días, eclosionan los huevos. Para romper la cáscara, las crías utilizan su diente de huevo. Al nacer, estas pesan entre 65 y 103 gramos y miden de 25 a 43 centímetros.
El cuidado parental de la hembra termina una vez que todas las crías han nacido, puesto que estas son completamente independientes. No obstante, generalmente permanecen cercanos al lugar de nacimiento por varios meses.
Cuando la pitón real se siente amenazada, se enrolla, formando con su cuerpo una bola apretada. La cabeza y el cuello los mete en el medio, para protegerlos mientras rueda. De esta manera puede escapar fácilmente de sus depredadores.
Esta especie es de hábitos básicamente solitarios y nocturnos. Debido a esto, durante el día permanece largo tiempo en la madriguera, en búsqueda de oscuridad y un ambiente fresco.
A pesar de que la mayor parte del tiempo vive en el suelo, puede trepar a los árboles. En este sentido, el macho suele mostrar más comportamientos semi arbóreos que la hembra, que es más terrestre.
Con relación a la locomoción del Python regius, esta es rectilínea. Se origina por las contracciones simétricas bilaterales, que impulsan al animal hacia adelante.
Cuando la pitón real inicia el proceso de muda, cosa que ocurre dos o tres veces al año, el animal se sumerge en el agua, pudiendo nadar por un largo rato. Posteriormente, expone su cuerpo al sol por varios días. Luego, roza y raspa su piel contra superficies duras, como las rocas o el tronco de los árboles
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