Embrioblastos: desarrollo, funciones y capas
Un embrioblasto, también conocido como botón embrionario o embrioblastema, es una masa de células indiferenciadas de gran tamaño que se origina en el interior de la mórula y se mantiene hasta la blástula primaria o blastocisto.
Su función principal es dar origen al embrión en los vertebrados. Los embrioblastos se distinguen como un conjunto de células internas desde principios del estadio de 16 células que se conoce como mórula.
Mientas que las células del embrioblasto dan origen al embrión, las células externas que lo rodean dan origen a la placenta. De las 107 células que conforman al blastocisto que se forma posteriormente, solo 8 forman el embrioblasto y 99 al trofoblasto.
El trofoblasto es lo que se fija a la mucosa uterina y se encarga de mantener al blastocisto en dicha cavidad.
Los científicos destacan las características pluripotenciales de las ocho células que conforman al embrioblasto, ya que a partir de estas se originan todos los órganos y los tejidos del embrión maduro y, posteriormente, del neonato.
Las relaciones entre el embrioblasto y el trofoectodermo son variables dependiendo de la especie de animal. En algunos casos, como los primates insectívoros, por ejemplo, el embrioblasto está muy bien delimitado y está rodeado por el trofoectodermo.
Sin embargo, en casos como el del conejo y el cerdo, el límite entre ambas capas es difícil de distinguir y el trofoblasto es simplemente un engrosamiento encajado en el trofoectodermo; es más, esta capa desaparece en la región superior del blastocisto.
Desarrollo del embrioblasto
Una vez que ocurre la fecundación de la ovocélula y se forma el cigoto comienza una serie de divisiones mitóticas sucesivas del cigoto, lo que resulta en un aumento rápido del número de células, originando los blastómeros. Con cada división celular las células resultantes se vuelven más pequeñas.
Esta exhaustiva división del cigoto ocurre 30 horas después de la fecundación. Después de la novena división, los blastómeros cambian de forma y se alinean ordenadamente para formar una esfera compacta de células.
La compactación de la masa de células es necesaria para que estas puedan interactuar y comunicarse entre ellas, lo que es un requisito previo y necesario para la formación del embrioblasto.
Una vez que la división de los blastómeros alcanza de 12 a 32 blastómeros, a tal masa de células se le conoce como mórula. Las células internas de la mórula dan origen a los embrioblastos; mientras que las externas conforman al trofoblasto.
La diferenciación del cigoto en la mórula ocurre aproximadamente 3 días después de la fertilización, a medida que este se hace paso hacia el útero.
Poco después de la formación de la mórula, esta ingresa en el útero. Divisiones celulares sucesivas hacen que dentro de la mórula se forma la cavidad blastocística. Esta cavidad se llena de líquido a través de la zona pelúcida; a medida que aumenta la cantidad de fluido en dicha cavidad, se definen dos partes en dicha estructura.
La mayoría de células se organiza en una capa fina de células externas. Estas dan origen al trofoblasto; entretanto un pequeño grupo de blastómeros que se ubican en el centro del blastocisto dan lugar a la masa de células conocida como embrioblasto.
Funciones
La función del embrioblasto es dar origen a un embrión. Este, a su vez, dará origen a un nuevo individuo. El desarrollo se da a través de una serie de cambios complejos que moldean y diferencian las capas de células que componen a cada uno de los tejidos y órganos.
El desarrollo de los embriones y de los nuevos individuos se debe a la increíble totipotencialidad que tienen los blastómeros, la cual disminuye solo después de la tercera división del embrioblasto en las tres capas conocidas como el endodermo, el mesodermo y el ectodermo.
Sin embargo, de cada capa se forman diferentes órganos y tejidos del embrión, por ejemplo: el ectodermo da origen al sistema nervioso central y periférico, la epidermis y el esmalte dental.
El mesodermo da origen a la dermis, a la musculatura lisa y estriada, al corazón, al bazo, a los vasos sanguíneos y linfáticos, a las gónadas y a los riñones. El endodermo da origen al tracto digestivo y respiratorio, al epitelio de la vejiga, a la uretra, a la tiroides, a la paratiroides, al hígado y al páncreas, a las amígdalas y al timo.
Capas
El embrioblasto sufre dos divisiones que le confieren una estructura en capas. En principio se divide en dos capas de células y posteriormente en tres.
Separación en dos capas
En el octavo día del desarrollo embrionario y simultáneamente con el proceso de fijación de la mórula en el útero, el embrioblasto se diferencia en dos capas.
La capa superior es conocida como epiblasto y la capa inferior como hipoblasto. Las células del de la capa inferior o hipoblasto poseen dos orientaciones, mientras que las del epiblasto están todas orientadas hacia la misma dirección.
La capa del epiblasto está compuesta por células cilíndricas, largas y dispuestas de forma radial, orientadas todas hacia el polo superior del embrión o polo embrionario. Estas, en su interior, forman una nueva cavidad llena de líquido denominada “cavidad amniótica”.
La cavidad amniótica alberga una pequeña cantidad de líquido y se encuentra separando una capa de células del epiblasto de otra. Las células que conforman la pared orientada hacia la cavidad amniótica en la capa del epiblasto son conocidas como citotrofoblastos.
Las células del hipoblasto tienen una estructura cúbica pequeña, se pueden separar en dos capas de células y se encuentran orientadas hacia la cavidad del blastocisto (polo abembrionario).
A partir del epiblasto se diferencia una tercera y fina capa de células conocidas como amnioblastos. Una vez se observan estas células, la cavidad comienza a ensancharse, las células rodean toda la cavidad amniótica y comienzan a sintetizar el líquido amniótico.
La división del embrioblasto en dos capas culmina con la síntesis de líquido amniótico por parte de los amnioblastos. Finalmente, las células del epiblasto se orientan hacia el polo embrionario y las del hipoblasto se orientan hacia el polo abembrionario.
Separación en tres capas
Cuando el embrión alcanza la tercera semana de desarrollo, el embrioblasto se observa como alargado en sentido craneocaudal, es decir, la estructura deja de verse como una esfera y ahora se asemeja a dos óvalos juntos. El óvalo superior es de orientación craneal y el inferior es de orientación caudal.
Las células gruesas del epiblasto comienzan la gastrulación, que dará origen a las tres capas germinativas del embrión: el ectodermo, el mesodermo y el endodermo.
A partir del día 15, las células del epiblasto proliferan y se dirigen hacia la línea media del embrión. Estas forman un engrosamiento celular conocido como “línea primitiva”, dicha línea consigue ocupar la porción media del disco embrionario.
Conforme la línea primitiva crece hacia el extremo caudal por la adición de células epiblasticas, se comienza a visualizar claramente la región cefálica del embrión. Esta región es llamada nudo primitivo o nudo de Hensen.
En la región cefálica las células hipoblásticas en una pequeña área adoptan una disposición columnar. Estas establecen una precisa unión con las células cercanas del epiblasto.
Tal región es denominada “membrana bucofaríngea”, dado que marca el sitio de la futura cavidad oral del embrión. Las células epiblásticas de la línea primitiva se invaginan y migran entre el epiblasto y el hipoblasto hacia la región lateral y cefálica del embrioblasto.
Las células que durante la invaginación desplazan a las células del hipoblasto dan origen al endodermo embrionario. Las células que se ubican entre el epiblasto y el endodermo embrionario forman el mesodermo intraembrionario y las células que quedan en el epiblasto dan origen al ectodermo.
Referencias
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