Industria textil: historia, características, productos, contaminación
La industria textil comprende el sector de la industria manufacturera, a gran escala, que se encarga de la producción de fibras y artículos relativos a la vestimenta e indumentaria, empleando materias primas tanto de origen natural como sintético.
Pese a que, en términos económicos, suele ser agrupada con la industria del calzado, desde un punto de vista técnico comprende procesos fundamentalmente diferentes, como lo son el hilado, tufting (anudado de alfombras), tejido de punto, tinción de tejidos, acabados textiles y confección de prendas de vestir.
En la actualidad, la industria textil es una de las mayores generadoras de empleo en el mundo, principalmente en países en vía de desarrollo. También es considerada como la segunda industria más contaminante del planeta, al requerir de grandes cantidades de agua para llevar a cabo sus procesos, emitir gases nocivos a la atmósfera y generar amplios volúmenes de residuos sólidos.
Adicionalmente, este tipo de industria contribuye a la generación de residuos por medio de fenómenos de la moda como el “fast fashion” o “moda rápida”, donde el ciclo de vida de las prendas y la indumentaria es inferior a un año, convirtiéndolas prontamente en desechos.
Índice del artículo
- 1 Historia de la industria textil
- 2 Características de la industria textil
- 3 Productos
- 4 Contaminación
- 5 Referencias
La industria textil nace con la Revolución Industrial y la invención de los telares mecánicos, durante la segunda mitad del siglo XVIII. Antes de la invención de maquinaria dedicada específicamente para llevar a cabo los procesos de hilado y fabricación de telas a gran escala, era principalmente la mano de obra femenina la que se encargaba de realizar estos procesos de forma manual y en menor escala. Las telas posteriormente podían ser derivadas a un artesano especialista en confección, como lo era el sastre.
La Revolución Industrial trajo consigo la invención y desarrollo de numerosos avances que permitieron a esta industria crecer rápidamente y expandirse principalmente por Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos. Entre estos avances se pueden destacar principalmente los siguientes:
La lanzadera volante
Inventada por el inglés John Kay en 1733. Esta lanzadera permitió optimizar los tiempos de producción y reducir a la mitad el número de empleados necesarios para tejer fibras de algodón.
Máquina hiladora
Creada por el inglés James Hargreaves en 1764. Esta máquina permitía utilizar hasta ocho carretes para hilar fibras de algodón, reduciendo a uno el número de trabajadores necesarios para los procesos de hilado.
Hiladora hidráulica
Desarrollada en 1768, por el inglés Richard ArkWright. Esta hiladora utilizaba una rueda hidráulica y la fuerza del agua para hilar fibras, por lo tanto, debía estar situadas cerca de ríos.
Telar mecánico
Registrado por el sacerdote inglés Edmund Cartwright en 1785. Este telar funcionaba con máquinas de vapor independientes, permitiendo que pudiera ser instalado lejos de afluentes hídricos.
Estos avances tecnológicos, derivados de la Revolución Industrial, sentaron las bases para un posterior desarrollo de la industria textil. De esta manera, pudieron ser instalados los primeros talleres, en los cuales podían hilarse fibras y producirse telas de forma constante.
Pese a que la introducción de maquinaria, cada vez más tecnificada, dejó sin trabajo a numerosos artesanos textiles, estos talleres continuaban empleando grandes volúmenes de mano de obra dedicada exclusivamente a la producción textil.
Con el correr de los años, la industria textil ha sido parte de un constante proceso de modernización y cambio, que le ha permitido incrementar sus volúmenes de producción y abaratar los precios de sus productos.
Igualmente, en razón de los avances a nivel tecnológico, económico y social, desde finales del 1800 hasta la actualidad, esta industria ha podido concentrar sus esfuerzos en el tratamiento de fibras sintéticas, dando paso al desarrollo de nuevos materiales textiles, con tiempos de elaboración más cortos e innumerables ventajas para la manufactura de bienes de consumo masivo.
Estas son algunas de las características más importantes de la industria textil:
– Se vincula estrechamente con el mundo de la moda, como la materia prima necesaria para la generación constante de nuevos productos para el consumo masivo.
– Pertenece al grupo de industrias denominadas “ligeras”, dado que sus productos están orientados al consumidor final.
– Tiene la particularidad de utilizar en sus procesos, tanto materias primas naturales (principalmente algodón, ceda o lana), como sintéticas (usualmente polyester, nylon o spandex).
– Es la segunda industria que más contamina a nivel mundial y una de las que más agua utiliza en sus procesos productivos.
– Es una de las mayores generadoras de empleo en los países en vía de desarrollo, comúnmente presentando condiciones laborales precarias para sus empleados, siendo estos en su mayoría mujeres.
Los productos derivados de la industria textil se clasifican en dos grandes grupos: materias primas y productos para consumo final.
Las materias primas de la industria textil pueden ser fibras naturales, provenientes de minerales, plantas o animales; o fibras sintéticas, fabricadas a partir de procesos químicos.
Algunos ejemplos para cada grupo son los siguientes:
– Fibras vegetales: algodón, rayón, lino, ramio, cáñamo y lyocell.
– Fibras animales: lana, angora, mohair, cachemir y ceda.
– Fibras minerales: amianto, vidrio y metales preciosos como el oro.
– Fibras sintéticas: polyester, nylon, spandex, acetato, acrílico, ingeo y polipropileno.
Las fibras más utilizadas para la fabricación de materias primas son el algodón, el poliéster y el nylon.
Esta categoría se divide a su vez en cuatro subgrupos, como se presenta a continuación:
– Prendas de vestir: dependen del mundo de la moda, comprendiendo la porción más significativa de esta industria.
– Textiles para el hogar: se incluyen aquí todo tipo de artículos de uso doméstico elaborados a partir de telas e hilos. Algunos ejemplos son la ropa de baño, de cama, tapetes y cortinas.
– Telas para indumentaria técnica: se utilizan para confeccionar prendas que soporten ambientes extremos o especiales, mayormente de uso militar.
– Telas industriales: aquí se agrupan textiles cuyo desarrollo tecnológico corresponde a la satisfacción de necesidades específicas. Se encuentran aquí tres grupos:
- Telas compuestas: se componen de fibras reforzadas con otros materiales, que les permiten mejorar sus propiedades físicas y mecánicas.
- Telas no tejidas: presentan estructura de malla, elaboradas a partir de procesos químicos, térmicos o mecánicos. Pueden presentar buenas propiedades para resistir la humedad y las altas temperaturas.
- Telas de uso directo: se utilizan en productos terminados, como bolsos, zapatillas y toldos, entre otros.
La contaminación generada por la industria textil se ve reflejada tanto en el agua, como en el aire, y en los desechos sólidos que genera.
La industria textil produce aproximadamente el 20% de las aguas residuales del planeta. Dependiendo de la tela que se esté fabricando, el consumo de agua puede llegar a ser de 200 litros por 1 kg de tela. Sumado a esto, para el cultivo del algodón se consume, aproximadamente, el 3,5% del agua utilizada en la producción agrícola del mundo.
Por otra parte, tanto en la creación de las fibras sintéticas, como en los procesos de acabado de las telas, se desechan aguas que contiene químicos y tintes, algunos de los cuales son cancerígenos y no son biodegradables.
La mayor cantidad de contaminación del aire se produce en la etapa final de la fabricación de telas, donde se emplean diferentes procesos para eliminar impurezas y realizar operaciones de acabado, como la tintura. Estos procesos generan emisiones atmosféricas nocivas, como la liberación de polvos, fibras, vapores tóxicos y malos olores.
Los desechos sólidos de la industria textil provienen mayormente de las materias primas, los sobrantes de los cortes de las telas y de las piezas rechazadas por defectos. Normalmente, este tipo de desechos no son biodegradables, lo cual lleva a su acumulación en vertederos.
Actualmente, en algunos países están planteando alternativas para la reutilización de estos desechos, con el fin de reducir su impacto ambiental. Una de las posibilidades es la elaboración de biogás a partir de algodón y algunas fibras de celulosa.
Sin embargo, a la fecha la mayoría de esos desechos no son aprovechados y deben ser quemados, liberando gases contaminantes durante su incineración.
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