Caudillismo: características, causas, México, Perú, Argentina
El caudillismo es un fenómeno social y político que se desarrolló en América Latina en el siglo XIX. El caudillismo designa al tipo de gobierno dirigido por un líder carismático que suele llegar al poder por vías informales: el caudillo.
Los caudillos fueron muy comunes en Latinoamérica durante las primeras décadas de independencia. El término, a pesar de la definición general, engloba a distintos tipos de dirigentes. Las autoridades coloniales españolas, por ejemplo, llamaban a los líderes independentistas mexicanos caudillos, a pesar de que la mayoría no gobernó el país.
Una de las características más comunes del caudillismo es el apoyo popular que suele concitar en un primer momento. Además, los caudillos solían pertenecer al estamento militar o, al menos, haber participado en algún conflicto. Era una de las formas en las que lograban ganar influencia en la sociedad.
Por otra parte, el caudillismo desembocó en la mayoría de las ocasiones en un gobierno personalista y autoritario, incluso aunque existieran instituciones democráticas como un parlamento. Los expertos señalan que hoy en día existe una continuación del caudillismo, que definen como postmoderno.
Índice del artículo
- 1 Características del caudillo
- 2 Causas del caudillismo
- 3 Caudillismo en México
- 4 Caudillismo en Perú
- 5 Caudillismo en Argentina
- 6 Caudillismo en Colombia
- 7 Referencias
Características del caudillo
En América Latina, el caudillo apareció en todo el espectro ideológico existente en la época. Los hubo conservadores y liberales, así como federalistas y centralistas. Además, no era extraño que algunos cambiaran de bando con el tiempo, pasando de una posición a otra.
Carisma y legitimidad
En el aspecto personal, una de las características principales en los caudillos era su carisma. Era esa capacidad de atraer el apoyo popular la que les concedía la legitimidad para gobernar.
De esta forma, utilizaba elementos emocionales para conseguir la adhesión del pueblo. Su programa político solía ser muy general, prometiendo mejoras en las condiciones de vida. En una época de gran inestabilidad y pobreza, el caudillo generaba una imagen de fuerza y de ser imprescindible para mejorar la situación.
Poder personal
Aunque no se dio en todos los casos, muchos de los caudillos latinoamericanos provenían de los sectores más enriquecidos. Fueron frecuentes los hacendados, mercaderes y militares, lo que les concedía prestigio y poder.
Igualmente, algunos de los héroes de las independencias se convirtieran después en caudillos gracias a su popularidad y a haber creado ejércitos propios.
Gobierno autoritario
Los caudillos, una vez alcanzado el poder, instalaban un tipo de gobierno autoritario o, al menos, muy personalista. Normalmente, acumulaba en sus manos todos los resortes del poder y reprimía a la oposición.
Este tipo de liderazgo autocrático podía comenzar desde el mismo inicio del mandato o, en ocasiones, al cabo de algún tiempo, cuando decidían vaciar a parlamentos y órganos similares de todas sus funciones.
Caudillismo posmoderno
Aunque los historiadores señalan al siglo XIX como la época en la que el caudillismo latinoamericano estuvo más presente, también hay expertos que señalan la existencia de este fenómeno en tiempos más recientes.
Existen, no obstante, diferencias entre las características de los caudillos modernos y los antiguos. La principal es la manera de llegar al poder, ya que en la actualidad pueden hacerlo usando mecanismos democráticos.
Una vez ganadas las elecciones, acumulan poder mediante la eliminación de las funciones de los órganos de control, como tribunales o el Congreso.
Causas del caudillismo
El fenómeno político del caudillismo se desarrolló en América Latina en el siglo XIX. La figura del caudillo fue muy característica durante las primeras décadas que siguieron a la independencia. Esos caudillos habían participado muchas veces en la lucha contra las autoridades coloniales y eran personajes con gran carisma.
Normalmente, los caudillos accedían al poder por métodos informales, aunque con un frecuente apoyo del pueblo. Los regímenes políticos asociados al caudillismo eran personalistas y con una gran presencia de los militares.
El caudillismo en Latinoamérica desembocó, en la mayoría de los casos, en dictaduras. Sin embargo, en otras ocasiones fueron el origen de sistemas democráticos y federales.
Decadencia de las autoridades coloniales
El caudillismo latinoamericano tiene su origen en la decadencia de las autoridades coloniales. Las instituciones comenzaron a perder autoridad, creándose sociedades muy inestables.
Esto provocó que surgieran líderes, muchas veces en territorios periféricos, que asumían buena parte del poder perdido por las autoridades. Además, en Latinoamérica, muchos de esos líderes asumieron la jefatura de la lucha contra los realistas.
Procesos de independencia
Las guerras por la independencia no solo implicaron la aparición de héroes nacionales que, muchas veces, se convirtieron en caudillos. También hizo que las sociedades sufrieran un proceso de ruralización y de militarización, lo que se convirtió en un perfecto caldo de cultivo para el caudillismo.
Según los historiadores, la figura del caudillo tuvo como precedente a los caciques ya existentes durante la colonia. Estos acababan por ostentar el poder real en sus tierras y creaban un entramado de fidelidades y lealtades personales.
Al estallar las guerras independentistas, los caudillos aprovecharon la militarización social para organizar sus propios ejércitos. Muchas veces, comenzaban luchando por democratizar el sistema, pero, al conseguir el poder, desembocaban en regímenes personalistas con rasgos muy autoritarios.
Vacío de poder y falta de orden
La caída de las administraciones coloniales hizo que el continente viviera etapas de gran inestabilidad política. Se produjo, en muchos casos, un vacío de poder y, casi siempre, una falta total de consenso político.
Los líderes independentistas no compartían todos las mismas ideas sobre organización social. Los había monárquicos y republicanos, conservadores y liberales, así como centralistas y federalistas. Los más poderosos, aquellos que habían formado ejército propio, acabaron enfrentándose entre ellos.
La falta de orden público y las crisis económicas también provocaron que la población buscara líderes fuertes para estabilizar la situación.
Debilidad del poder central
Después de las independencias, en muchos países el poder central era muy débil. Los caudillos regionales aprovecharon para tratar de imponer su liderazgo.
Caudillismo en México
México fue uno de los países latinoamericanos en el que el fenómeno del caudillismo se presentó con más fuerza. Se trataba de personajes muy carismáticos, capaces de obtener el apoyo del pueblo e, incluso, de parte de las élites económicas.
Un aspecto a tener en cuenta sobre los caudillos mexicanos es que se ha catalogado como tales a una gran variedad de líderes. Los españoles, durante los últimos años de la colonia, denominaron así a muchos de los primeros rebeldes independentistas, como Miguel Hidalgo, José María Morelos o Vicente Guerrero.
No todos los historiadores están de acuerdo con esa denominación. Más consenso encuentran personajes como Antonio López de Santa Anna o Venustiano Carranza.
Caudillismo durante la Guerra de Independencia
A pesar de que no todo los expertos comparten que puedan ser considerados caudillos según la definición clásica, se suele calificar así a héroes de la independencia como Miguel Hidalgo o Vicente Guerrero.
El primero protagonizó el primer levantamiento contra los españoles. Su carisma consiguió que buena parte del pueblo lo siguiera, proclamándose Generalísimo de las Américas antes de ser capturado y fusilado.
Por su parte, Vicente Guerrero se convirtió en el jefe de los insurgentes en el sur del Virreinato. Llegó a un acuerdo con Agustín de Iturbide para unir fuerzas y proclamar la independencia. Tras derrocar a Guadalupe Victoria, se convirtió en presidente del país en 1828.
Durante la Revolución Mexicana y posteriores
Como ocurrió durante la Guerra de Independencia, la Revolución mexicana también provocó la aparición de líderes carismáticos que pueden asimilarse a la figura del caudillo. Desde Venustiano Carranza hasta Victoriano Huerta, pasando por Pancho Villa o Emiliano Zapata, todos han sido calificados dentro de este fenómeno político.
Posrevolución
Tras el final de la dictadura de Porfirio Díaz, a quien algunos autores califican de caudillo, los siguientes mandatarios coinciden con muchas de las características del caudillismo.
Entre 1920 y 1938, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, establecieron gobiernos muy personalistas, con muchas medidas autoritarias. Su legitimidad estaba basada en su propia personalidad y en las alianzas o enfrentamientos con los líderes del ejército y con los dirigentes sindicales.
Caudillismo en Perú
Los expertos consideran que el nacimiento de la República de Perú fue en 1823. Tras el gobierno de San Martín, se convocó el primer Congreso Constituyente. Esa misma fecha inauguró la llamada era de los caudillos.
Como ocurrió en otras partes de Latinoamérica, las guerras por la independencia crearon las condiciones adecuadas para que aparecieran pequeños ejércitos comandados por líderes locales. Estos accedieron, mediante la fuerza, al poder. La debilidad del poder central provocó que los caudillos dominaran Perú entre 1823 y 1844.
Estamento militar
Aunque compartían el objetivo final de la independencia, durante la guerra contra el Virreinato no hubo una posición única sobre cómo organizar el futuro país. Los criollos, por ejemplo, apenas participaron, lo que se vio reflejado en su ausencia durante el Congreso Constituyente.
En cambio, los militares aprovecharon su participación en las batallas independentistas para controlar el poder político durante dos décadas. Según los expertos, acabaron por creerse indispensables para el país. Entre 1821 y 1845, hubo 15 presidentes en Perú, 10 congresos y 6 constituciones diferentes.
Principales caudillos hasta 1841
Uno de los caudillos más importantes de esa primera época tras la independencia peruana fue Agustín Gamarra. Lideró el ejército que derrocó a Sucre en 1828, tomando la Paz con más de 5000 hombres. Murió durante su intento de invadir Bolivia.
A Gamarra se enfrentó Luis José de Orbegoso. Presidente del país, luchó contra Gamarra en 1834, siendo derrocado por Felipe Salaverry, otro de los caudillos de esa etapa.
Caudillos posteriores
Otros caudillos surgidos tras la era marcada por Gamarra fueron, por ejemplo, Juan Francisco Vidal, quien tomó el poder por las armas. A su vez, fue depuesto con los mismos métodos por Manuel Ignacio de Vivanco.
Por otra parte, Ramón Castilla está considerado como el primer presidente reformista del país. A pesar de que depuso por las armas a Vivanco, después fue elegido mediante votación en dos ocasiones.
Otros nombres destacados dentro de esta lista son el de Nicolás de Piérola, Andrés Avelino Cáceres, Manuel Iglesias y Lizardo Montero Flores.
Caudillismo en Argentina
Los caudillos en Argentina estuvieron muy ligados a los enfrentamientos entre federalistas y centralistas. Durante el siglo XIX, estos caudillos fueron los distintos jefes de los ejércitos en las provincias del país. Por una parte, se combatían entre ellos. Por otra, se enfrentaron a los partidarios del centralismo, ubicados en Buenos Aires.
Los caudillos provinciales tenían su propio ejército y contaban con apoyo popular en sus territorios.
Los historiadores dividen el caudillismo argentino en tres etapas: la de los caudillos de la independencia que se enfrentaron a los españoles; la de las Autonomías Provinciales, que lucharon contra los unitarios; y los que se lideraron revueltas en las provincias contra la hegemonía de Buenos Aires.
Caudillos más importantes
El número de caudillos en Argentina fue enorme. Para los historiadores, destacan varios de ellos por su importancia histórica.
El primero fue José Gervasio Artigas, nacido en la actual Uruguay. Está considerado como el primero de los caudillos y era llamado “el heraldo del federalismo rioplatense”.
Otros caudillos importantes fueron los salteños Miguel De Güemes y Félix Heredia, así como De Güemes y Fëlix Heredia, ambos naturales de Entrerríos.
Tras la reorganización nacional, en la década de los 60 del siglo XIX, aparecieron caudillos como Ángel Vicente Peñaloza y, algo después, el considerado como el último gran caudillo, Ricardo López Jordán.
Caudillismo en Colombia
Colombia, tras la independencia, vio como aparecían dos fenómenos similares pero con aspectos que los diferenciaban: el caudillismo y el gamonalismo. Ambos fueron causados por el vacío de poder tras la derrota española y por la división regional que acompañó la caída del Virreinato.
El regionalismo tomó mucha fuerza en la zona, lo que conllevó que aparecieran líderes fuertes en cada territorio. Su propósito era alcanzar el poder y consolidarse en sus respectivas provincias.
Caudillos y gamonales
Como se ha apuntado, las similitudes entre el caudillismo y el gamonalismo hace que se puedan llegar a confundir. Ambos, por ejemplo, usan el clientelismo político para consolidarse en el poder y estaban basados en la figura de un líder carismático.
Sin embargo, en el caso colombiano, los caudillos pertenecían a la élite económica del país, además de ostentar cierto poder militar en una región determinada. Desde ella podía influir en territorios más amplios e, incluso, a nivel nacional.
El más importante entre estos caudillos fue Tomás Cipriano de Mosquera, de la región del Cauca. En 1860 decidió proclamar la guerra al Estado, consiguiendo derrotarlo. Tras eso, promovió un cambio constitucional para instalar el federalismo.
Por su parte, los gamonales actuaban más como caciques políticos. Eran de origen más popular y solo tenían poder local.
Algunos caudillos
A diferencia de lo ocurrido en otros países latinoamericanos, en Colombia hubo más gamonales que caudillos. Así, ninguno de estos últimos lograron dominar el país durante periodos de tiempo significativos.
Como ejemplo, los expertos citan a José María Obando, proveniente del Cauca. En 1840 trató de levantarse contra el gobierno, sin tener éxito. Alcanzó la presidencia de Nueva Granada en 1853, pero fue derrocado un año después por José María Melo. A su vez, Melo solo pudo ocupar el poder durante unos meses.
Por último, otro de los caudillos importantes, pero muy breves, fue Juan José Nieto, Presidente del estado de Bolívar en 1860. Cuando Tomás Cipriano Mosquera inició su revolución federalista, Nieto asumió el poder ejecutivo de los Estados Unidos de Colombia. Solo estuvo en ese cargo durante seis meses, hasta que el propio Mosquera lo reemplazó.
Referencias
- Arte Historia. Surgimiento del caudillismo. Obtenido de artehistoria.com
- Castro, Pedro. El caudillismo en América Latina, ayer y hoy. Recuperado de researchgate.net
- González Aguilar, Héctor. La etapa de los caudillos. Obtenido de episodiosdemexico.blogspot.com
- De Riz, Liliana. Caudillismo. Obtenido de britannica.com
- Rebon, Susana. Caudillismo in Latin America; political and social phenomena. Obtenido de medium.com
- Encyclopedia of Latin American History and Culture. Caudillismo, Caudillo. Obtenido de encyclopedia.com
- Wikipedia. List of Hispanic American Caudillos, Obtenido de en.wikipedia.org