Arte

Postimpresionismo: contexto histórico, características, artistas


Postimpresionismo es un término artístico que define los estilos pictóricos surgidos tras el impresionismo. Este nombre fue acuñado por Roger Fry, un crítico británico, con motivo de la celebración en 1910 en Londres de una exposición de pinturas de Vincent van Gogh, Paul Gauguin y Paul Cézanne.

El concepto postimpresionismo no se refiere a una corriente estilística en sentido estricto, ya que los pintores de finales del siglo XIX y principios del XX a los que se refiere tenían sus propios estilos personales. Además, al ser un término creado a posteriori, esos pintores no se denominaban a sí mismos postimpresionistas.

A pesar de eso, los postimpresionistas tenían algunos puntos en común, como el hecho de rechazar las limitaciones del impresionismo y algunos recursos técnicos en lo referente a la pincelada, los colores y la temática. En este último aspecto, estos pintores presentaron una visión subjetiva del mundo y rechazaron reflejarla fielmente.

Los postimpresionistas, como antes hicieron los impresionistas, presentaron sus trabajos al público mediante la celebración de exhibiciones, sobre todo el París, aunque nunca constituyeron un grupo cohesionado. Además los autores mencionados, destacaron otros como Henri de Toulouse-Lautrec o Georges Seurat.

Índice del artículo

Contexto histórico del postimpresionismo

El siglo XIX significó grandes cambios en todos los ámbitos. La Revolución Industrial comenzó en Inglaterra y, entre otros aspectos, permitió el crecimiento y la modernización de las ciudades. En ese contexto, la tecnología avanzaba rápidamente y la burguesía se consolidó como la clase central de la sociedad.

Estos burgueses protagonizaron no solo transformaciones económicas y políticas, sino también culturales. Las artes, antes destinadas a las clases altas, empezaron a dirigirse a un público más amplio. El Romanticismo fue perdiendo fuerza en favor de las vanguardias, en las que el artista buscaba potenciar su individualidad.

Los pintores impresionistas fueron partícipes de esos cambios y, más adelante, se produjo la evolución hacia el postimpresionismo.

Siglo de las Revoluciones

En el ámbito político, el siglo XIX se caracterizó por las revoluciones burguesas. Aunque muchas fracasaron en su intento de cambiar de régimen, todas dejaron su influencia en la sociedad.

Ya durante la segunda mitad del siglo se produjeron una serie de acontecimientos que acabaron influyendo en las artes. De esta forma, las revoluciones del 48 reivindicaron los principios democráticos, mientras que el nacionalismo cobró fuerza en toda Europa.

La Revolución Industrial, además de suponer en ascenso de la burguesía, provocó la aparición de los movimientos obreros, con el marxismo y el anarquismo como ideas centrales.

Europa inició una carrera por establecer cada vez más colonias en los territorios que iban explorando, mientras que antiguas potencias como España perdían su hegemonía. Este reparto del planeta fue uno de los antecedentes de la Primera Guerra Mundial.

Las vanguardias artísticas

El arte no fue ajeno a las transformaciones que se produjeron durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Durante esas décadas, los movimientos artísticos se sucedían con una gran rapidez.

Las denominadas vanguardias artísticas se caracterizaron por su cuestionamiento de todo lo académico y tradicional. Con sus nuevas técnicas y su experimentación buscaban la reacción del público.

Al abandonar las referencias anteriores, los artistas tenían libertad absoluta en sus creaciones, se innovaron los formatos, los materiales y los estilos. La realidad se abandonó como temática principal y comenzó a darse prioridad a las emociones.

Estos cambios fueron iniciados por el romanticismo y el realismo, pero fue el impresionismo el que protagonizó la revolución en la pintura. Sus sucesores, los postimpresionistas, ahondaron en esas transformaciones, que, con el tiempo, seguirían evolucionando hasta llegar al cubismo.

Características del postimpresionismo

Como se ha señalado, el término postimpresionismo fue creado por el crítico de arte británico Roger Fry en su descripción de las obras que se exponían en Londres en 1910. En esa exposición había obras de los representantes más destacados de esa tendencia: Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh.

El término se acuñó cuando los autores ya habían fallecido y se ha aplicado a las creaciones realizadas por ellos entre finales del siglo XIX y principios del XX. Se trata, en realidad, de un conjunto de tendencias, técnicas y estilos variados y no de una corriente única.

Su primer punto en común era que todos los autores basaron su estilo en el impresionismo, pero con la intención de superar sus limitaciones. A partir de ahí, cada uno de ellos tenía su propio estilo personal, aunque todos coincidían en representar una imagen de la realidad sin que lo plasmado en los lienzos tuviera que ser obligadamente parecido a esa misma realidad.

Cambio de conceptos

Los pintores que fueron englobados bajo el término postimpresionismo habían anteriormente seguido los postulados del impresionismo.

Cuando este último se disgregó apareció en postimpresionismo, en parte como evolución y en parte como ruptura.

Antes del impresionismo, la pintura había sido una actividad artística que partía desde el estudio racional de la obra. Los creadores realizaban dibujos previos y sus líneas eran precisas y claras.

Los impresionistas abandonaron esas técnicas para intentar plasmar en sus cuadros la impresión espontánea de la realidad. Su objetivo no era tanto representar el objeto, sino dejar constancia de la sensación recibida al captarlo con sus sentidos.

Aunque con algunas diferencias, ese objetivo también aparecía en el postimpresionismo. Los autores abandonaron los talleres y salieron al exterior para elaborar sus obras en ellos.

Simbolismo emocional

El creador del término postimpresionista, Roger Fray, afirmó que los autores de esta tendencia pensaban que una obra de arte no tenía que estar centrada en un proceso, estilo o enfoque estético particular. Para ellos, lo importante era que la pintura hiciera énfasis en el simbolismo y que fuera capaz de comunicar los pensamientos subconscientes del pintor.

De esta forma, los postimpresionistas concebían los objetos reflejados en sus obras como una manera de transmitir sentimientos. Paul Cézanne definía esto de la siguiente forma: “una obra de arte que no comenzó en las emociones no es una obra de arte”.

Colores llamativos

Una de las diferencias entre los impresionistas y los postimpresionistas fue el uso del color. Mientras los primeros intentaban reflejar cómo actuaba la luz natural al incidir sobre los objetos, los segundos utilizaban una paleta de colores artificiales para representar su percepción sentimental de la realidad.

El resultado, aunque variaba dependiendo del pintor, fueron obras con tonalidades saturadas, sombras de varios tonos y una gran variedad de colores.

Pinceladas

Las pinturas post impresionistas se caracterizan por sus pinceladas gruesas que podían distinguirse a simple vista. Con ello, los autores añadían textura a la obra, además de dotarlas de una gran profundidad.

Este tipo de pincelada, aunque común entre los postimpresionistas, no fue utilizada por otros. Dos ejemplos son Paul Signac y Georges Seurat, que usaron la técnica del puntillismo.

Artistas representantes y sus obras

Paul Gauguin (1848 – 1903)

Paul Gauguin nació en París en 1848, aunque pasó parte de su infancia en Perú. Sus primeras obras pictóricas se enmarcaron dentro del impresionismo y fueron expuestas en algunas de las exhibiciones llevadas a cabo en la época.

Más adelante, el pintor abandonó Francia y se trasladó a Gran Bretaña y, finalmente, a Tahití. En esa isla del Pacífico realizó algunas de sus pinturas más conocidas.

Las obras de este autor se caracterizan por el uso de colores fuertes, vivos y muchas veces arbitrarios para resaltar la expresividad. Igualmente, estaban muy relacionadas con el simbolismo y su uso del color influyó de manera fundamental en los expresionistas y fauvistas.

Entre sus obras más importantes se encuentran La belle Angèle, El Cristo amarillo, Tahitianas en la playa o Ta Matete.

Paul Cézanne  (1839 – 1906)

Paul Cézanne fue un pintor francés nacido en Aix-en-Provence en 1839. La importancia de sus obras ha provocado que sea considerado como el padre de la pintura moderna y uno de los responsables de la transición entre la concepción artística del siglo XIX a la del XX.

Sin embargo, en su época fue un autor bastante ignorado que no gozó del aprecio de la crítica ni del público.

Una de las características de sus pinturas fue la recuperación del volumen mediante el uso de la geometría, el dibujo y unas pinceladas denominadas constructivas. El autor, como el resto de los postimpresionistas, utilizaba colores intensos y, en su caso, jugaba con los contrastes y las sombras coloreadas.

En sus pinturas prestó una gran atención a lo que aparecía en primer plano y uso varios puntos de vista en sus bodegones, lo que ocasionaba ciertas distorsiones. Por este último aspecto se le considera como el punto de partida del cubismo.

Entre sus obras más destacadas se encuentran Los jugadores de cartas, El muchacho del chaleco rojo, Naturaleza muerta con melocotones o Bañistas.

Vincent van Gogh (1853 – 1890)

Vincent van Gogh nació en la localidad de Zundert, en los Países Bajos, en 1835. En los inicios de su carrera artística pintaba cuadros de temática social influido por el protestantismo. Sin embargo, sus obras más conocidas son aquellas adscritas al postimpresionismo.

En Arles, donde se trasladó en 1888 al quedar impresionado por la luz de la Provenza,Van Gogh plasmó en sus cuadros figuras y paisajes de formas flamígeras y serpenteantes. Mediante sus pinturas expresaba los sentimientos que le producían sus continuas depresiones.

La pincelada de Van Gogh es inconfundible: sinuosa, espesa y cursiva. Los colores, por su parte, eran muchas veces agresivos y con combinaciones poco frecuentes, como el amarillo sobre naranja.

A pesar de que, con el tiempo, se ha convertido en el autor postimpresionista más conocido, en vida nunca obtuvo éxito y tuvo que vivir a costa de su hermano Theo. Solo tras su muerte se reconoció la calidad de obras como Autorretrato, Noche estrellada, El jardín del hospital de Saint Paul o Los girasoles.

Henri de Toulouse-Lautrec (1864 – 1901)

Henri de Toulouse-Lautrec nació en Albi (Francia) el 24 de noviembre de 1864. Aunque se le considera postimpresionista, algunos expertos afirman que su estilo y temática eran merecedores de ubicarlo en una corriente artística propia.

La temática principal de sus obras era el ambiente nocturno de los salones franceses. En ellos representa bailarinas, cantantes y prostitutas, con una gran captación del movimiento y aportando un tono irónico.

Toulouse-Lautrec fue el padre de la cartelería y entre sus obras más importantes destacan Moulin Rouge, La Goulue en el Moulin Rouge y Aristide Bruant en su cabaret.

Referencias

  1. Vargas, Sofía. Explorando la visión y los diversos estilos de los pioneros postimpresionistas. Obtenido de mymodernmet.com
  2. Marino, Alejo. Postimpresionismo. Obtenido de historiando.org
  3. Departamento de Educación del Gobierno Vasco. Impresionismo Y Postimpresionismo. Obtenido de hiru.eus
  4. Oxford Art Online. Impressionism and Post-Impressionism. Obtenido de oxfordartonline.com
  5. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Post-Impressionism. Obtenido de britannica.com
  6. Artyfactory. Post Impressionism. Obtenido de artyfactory.com
  7. Pantelić, Ksenija. What is Post-Impressionism and How Does It Influence Art Today?. Obtenido de widewalls.ch
  8. Gersh-Nesic, Beth. The Post-Impressionist Movement. Obtenido de thoughtco.com