Occidente: historia, cultura, costumbres, países
Occidente es un término utilizado comúnmente para delimitar a ciertas civilizaciones, culturas y territorios del mundo tomando como referencia el desarrollo histórico de las primeras civilizaciones en el continente europeo.
Dicho desarrollo histórico es delimitado por la división clásica de las edades de la historia (Edad Antigua, Media y Moderna) planteada por el historiador alemán Cristóbal Cellarius en 1685. Posteriormente se añadió la Edad Contemporánea para referirse a la historia desde mediados del siglo XVIII hasta la actualidad.
La definición de Occidente únicamente es aceptada para su uso con fines pedagógicos, ya que solo considera el surgimiento, crecimiento y desarrollo de las civilizaciones y sociedades en Europa sin considerar que las otras civilizaciones del mundo (en este caso las de Asia) tenían características distintas y claramente diferenciadas de las europeas.
En el sentido más cercano a su definición, occidente hace referencia al punto cardinal donde se esconde el sol; es decir, el oeste. Es un término que se contrapone al de este, punto cardinal donde sale el sol.
Índice del artículo
- 1 Historia
- 2 Cultura y costumbres occidentales
- 3 Principales características de la civilización occidental moderna
- 4 Tradiciones y costumbres principales
- 5 Países occidentales
- 6 Civilizaciones occidentales de la historia
- 7 Referencias
Esta edad es considerada como el primer período en el desarrollo de la historia humana. Su duración abarcó desde el fin de la época prehistórica, con el inicio de la formación de civilizaciones y la creación de la escritura en 2000 a. C, hasta la caída del Imperio romano de Occidente en 476 d. C.
El origen de lo que es considerado hoy en día como el mundo occidental y oriental se remonta a este período, cuando las antiguas civilizaciones romanas y griegas empezaban a desarrollarse en Europa adoptando creencias y culturas diferenciadas de otras civilizaciones que se estaban desarrollando en el actual continente asiático y africano.
La concepción de Occidente y Oriente en un principio estuvo englobada principalmente en las diferencias territoriales y geográficas, denotando como Occidente a la antigua Grecia y a Oriente a las tribus e imperios ubicados al este de la misma.
Luego de la instauración del cristianismo como religión preponderante inició una diferenciación entre civilizaciones. En este contexto se denotaron como occidentales a las tribus presentes no solo en el continente europeo, sino en cualquiera que tuviese al cristianismo como religión establecida.
Así mismo, las orientales eran aquellas presentes tanto en el continente europeo como en el asiático que presentaran un sistema de creencias distinto. Ejemplo de esto es la civilización islámica.
Durante la Edad Antigua la civilización romana se llegó a constituir como una monarquía. Luego pasó a conformarse como una República y finalmente en 27 a. C. se constituyó como un imperio.
En el contexto de su expansión logró ocupar gran parte del territorio europeo, incluido al espacio ocupado por los griegos. Por ello se vio en la necesidad de dividir dichos territorios en Imperio romano del Occidente e Imperio romano de Oriente, posteriormente denominado Imperio bizantino.
En el imperio bizantino, que tuvo su sede en la ciudad de Constantinopla, se promovió el uso del idioma griego sobre el romano para los ejercicios políticos y económicos. Luego de que cayó el Imperio romano del Occidente, el Imperio bizantino continuó gobernando hasta su caída en 1453. Este acontecimiento marcó el final de la Edad Media.
Esta división política y estratégica dio paso a una diferenciación dentro del mismo continente europeo sobre los territorios considerados como occidentales y aquellos orientales, hoy en día los países de Europa del Este.
Desde un punto de vista eurocentrista, se denominó a las civilizaciones pertenecientes al continente asiático como civilizaciones orientales.
Gracias al proceso de occidentalización, la cultura occidental contemporánea debe sus orígenes al legado recibido por las civilizaciones grecorromanas, principalmente en la forma de expresar y apreciar el arte, los sistemas de gobierno, la religión e incluso el idioma.
Se puede asegurar que la civilización occidental actual también presenta una fuerte mezcla cultural y pluralismo social y político, debido principalmente al proceso de globalización moderno.
Dentro de los legados de las sociedades occidentales antiguas podemos destacar los siguientes:
Uno de los mayores aportes que las civilizaciones antiguas le regalaron a la cultura occidental fue la literatura como forma de expresión, haciendo que la oralidad dejara de ser la única forma de expresar la historia, los cuentos y de recitar poesía. Los textos creados en las antiguas civilizaciones partían principalmente de la mitología.
Las obras de Cicerón, Virgilio, Horacio, Ovidio y Terencio fueron legados que siguen considerándose referencia dentro de nuestra cultura literaria a pesar del tiempo transcurrido. Igual se ha considerado con la epopeya de Homero, con la Ilíada y la Odisea, y con la lírica, la fábula y la creación del teatro con el drama y la comedia.
El cristianismo representa uno de los mayores legados de las civilizaciones antiguas europeas. El catolicismo y el protestantismo son las principales religiones dentro de los países occidentales.
El catolicismo se ha concebido como sistema religioso imperante en Hispanoamérica y el protestantismo lo ha sido dentro de la cultura anglosajona de América del Norte.
A pesar de no predominar dentro de la cultura occidental moderna, la iglesia ortodoxa de igual forma es considerada como parte del legado religioso cultural de la civilización griega.
El español, el portugués, el francés, el italiano, el inglés y el alemán conforman la familia de idiomas indoeuropeos, que derivan principalmente del latín, el griego y las lenguas germánicas.
– El concepto de democracia y el pensamiento de igualdad, los derechos humanos y el libre pensamiento son nociones introducidas por la sociedad griega.
– Lo oriental se propone como noción antagónica de lo occidental, englobando a todos los países con religiones, ideologías y culturas semejantes.
– El término occidental hace alusión a una sociedad moderna, industrializada, con libertades económicas y sociales.
– La noción de Occidente no se encuentra vinculada necesariamente con la posición geográfica de los continentes. Por ejemplo, Australia y Nueva Zelanda son consideradas civilizaciones occidentales.
– El derecho romano se toma como la base para la creación de leyes en la cultura occidental.
– Se contempla el respeto de las leyes como base fundamental para el bienestar de la sociedad.
– Se encuentra presente el racionalismo como legado filosófico dominante.
– Dentro de las artes y la arquitectura predomina fuertemente la influencia del Renacentismo.
– La Ilustración francesa configuró el pensamiento y los principios sociales predominantes en la cultura occidental.
– Existe una fuerte adoración a la figura de los santos dentro de la religión católica.
– Se adopta una postura específica para la oración: sentados o de pie.
– Se celebran todas las festividades de la religión católica. La Navidad es la más representativa de todas.
– Los regalos, los cantos, el árbol y los festines son parte primordial de las celebraciones de Noche Buena.
– Se hace usual la práctica de deportes con el uso de elementos como el bate y la pelota (béisbol, cricket, polo, entre otros).
– Las sociedades occidentales presentan un comportamiento social afectivo y demostrativo. Los saludos se pueden realizar con contacto físico, bien sea un beso (o dos) o un abrazo.
– Se consume cualquier tipo de animal sin prohibiciones religiosas. Entre estos destaca el cerdo.
– Hay menos uso de condimentos que en el caso de la comida oriental.
– Hay mayor consumo de comida chatarra (la tradicional comida rápida estadounidense).
– El ritual al momento de realizar la comida del día consiste en sentarse alrededor de una mesa, y utilizar utensilios para picar y llevar los alimentos a la boca.
Muchas son las discusiones que actualmente se sostienen para determinar con certeza lo que se puede considerar como cultura occidental, civilizaciones occidentales y mundo occidental.
Por ello las distintas acepciones se encuentran determinadas por el marco de referencia que se requiera utilizar (político, religioso, económico, geográfico, entre otros).
Desde un punto de vista geográfico la división de lo que es conocido como occidente y oriente se realiza partiendo de los extremos, lo que implica que la noción de lo que es el centro quede un poco difícil de fijar.
Así, el continente asiático es considerado como el mundo oriental y Europa como el mundo occidental. Dicha noción se extiende al continente americano por tratarse de una civilización intervenida y creada a partir de las europeas.
Desde un punto de vista económico, las sociedades occidentales son aquellas que basaron su crecimiento y desarrollo en el sistema capitalista.
En esta surgieron los grupos de individuos dueños de medios de producción y comerciantes denominados burgueses.
Visto desde un punto de vista religioso, son consideradas civilizaciones occidentales todas aquellas que se han visto ligadas o influenciadas por el cristianismo y la Iglesia católica.
Se consideran dentro de esta categoría no solo países de Europa y América sino también civilizaciones africanas y asiáticas previas a ser tomadas por las civilizaciones islámicas.
Samuel Phillipe Huntington en su artículo titulado Choque de civilizaciones propone la división del mundo en 7 civilizaciones, tomando como principal referencia las creencias religiosas dominantes en dichos territorios.
Con ello delimita a la civilización occidental en los países pertenecientes a Europa, América del Norte y Oceanía con religión católica o protestante. Además, propone a Latinoamérica como una civilización aparte pero dejando claro que la misma es una extensión de la civilización europea occidental.
Abarca a todos los países de Europa central y Europa occidental que provienen del Imperio romano o practican la religión católica.
Durante la Guerra Fría la concepción de los que eran considerados países occidentales y orientales estaba determinada por lo ideología política y social: los países occidentales eran aquellos miembros de la OTAN y los orientales aquellos considerados socialistas, miembros de la URSS.
Sin embargo, dicha acepción política ya se encuentra en desuso, por lo que el carácter geográfico y cultural predomina al momento de realizar cualquier división dentro del territorio europeo.
América del Norte
Canadá, Estados Unidos y México son categorizados como parte de la sociedad occidental. Esto es así porque se considera una extensión de las civilizaciones europeas occidentales (Inglaterra, Francia y España).
Estados Unidos es considerado uno de los países con mayor influencia dentro de la cultura occidental contemporánea.
América Central
En esta zona se incluyen Belice, Honduras, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Costa Rica y Guatemala.
Países del Caribe
Todas las islas que están en el mar Caribe son consideradas parte de la sociedad occidental. En su acepción económica, Cuba podría no considerarse como tal por presentar un sistema de gobierno comunista; sin embargo, presenta una cultura e historia occidental compartida.
América del Sur
Dentro de América de Sur destacan Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil.
La isla de Filipinas, pese a encontrarse más cerca del continente asiático que del europeo, es considerada parte de la civilización occidental por presentar una cultura altamente influenciada por España y Estados Unidos.
Está comprendida por Australia, Nueva Zelanda y otros territorios insulares con influencia de los Estados Unidos, Francia o Inglaterra.
Dentro de las civilizaciones que dieron origen a lo que hoy en día se conoce como civilización occidental y las responsables de toda la herencia cultural, política y religiosa, destacan principalmente la romana y la griega.
La civilización griega tuvo su primer asentamiento en el conteniente europeo en 3000 a. C. en la isla de Creta, en la cuenca del Mar Egeo. Sus pobladores se denominaron cretenses o minoicas.
Una fuerte invasión llevada a cabo por el pueblo de los aqueos dio origen a la llamada civilización micénica.
La Antigua Grecia tuvo su origen en 776 a. C. con la realización de los primeros juegos olímpicos. Esta se extendió desde ese entonces hasta la muerte de Alejandro Magno en 323 a. C.; a partir de ese momento se inició el período helenístico, que desapareció en 146 a. C. con la conquista romana.
Dentro de la herencia de la historia griega se encuentra el gran imperio formado por Alejandro Magno, considerado el más grande en la historia de la humanidad. Este imperio sirvió de referencia para grandes luchadores como Napoleón Bonaparte.
Se conoce como civilización romana al conjunto de tribus sabinas, latinas y etruscas que se asentaron en la península itálica a mediados del siglo VIII a. C.
No existen fuentes fidedignas que especifiquen exactamente el momento en el que fue fundada la ciudad como tal; sin embargo, las leyendas cuentan que fue Rómulo quien fundó Roma en 753 a. C.
El sistema de gobierno que se practicó en la antigua Roma inició por la monarquía. Rómulo fue el primer rey elegido por el senado, que estaba conformado por un consejo de ancianos.
Dicho sistema tuvo su final en 509 a. C., cuando el rey Lucio Tarquino fue derrocado y se estableció la república como sistema de gobierno.
La república se mantuvo imperante desde su establecimiento hasta 27 a. C., cuando esta se derrumbó y se consolidó el inicio del imperio con César Augusto.
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