Visual merchandising: historia, metodología, funciones
Elvisual merchandising o vitrinismo consiste en una serie de técnicas que debe aplicar una tienda con el fin de colocar productos a la disposición del consumidor. Estas técnicas tienen que resultar atractivas para el cliente y convencerlo de adquirir la mercancía; es un tipo de marketing completamente visual aplicado en los escaparates o las vitrinas.
El visual merchandising también se define como un “vendedor silencioso”, ya que es un tipo de mercadeo que busca seducir a los clientes o compradores sin la necesidad de recurrir al personal de la tienda. Por consiguiente, el vitrinismo busca vender el producto por sí solo a través de ciertas metodologías estéticas que son llamativas para el consumidor.
Actualmente las vitrinas y escaparates apelan por la sencillez, aunque deben destacar por su creatividad para destacar entre los productos de la competencia. Expertos aseguran que la vitrina funciona como “un lienzo en blanco”, donde el comerciante o diseñador plasma su creatividad considerando nociones básicas de color, línea, composición e iluminación.
Índice del artículo
El vitrinismo, visual merchandising o escaparatismo nació en el siglo XIX como consecuencia del desarrollo de los grandes almacenes y del aumento de las industrias bajo el sistema capitalista.
Según algunas fuentes, su primera aparición fue en Francia y tenía como objetivo incitar a las personas a comprar los productos que eran ofrecidos en las tiendas.
Sin embargo, la exhibición de productos es una de las técnicas más antiguas dentro del mercadeo; incluso se tienen datos de que esto era practicado antes de la era cristiana, en la antigua ciudad de Babilonia (1792 – 539 a. C.).
Así mismo, los mercados árabes también fueron conocidos por manejar sabiamente la comercialización y el mercadeo desde tiempos antiguos.
Dentro de Occidente destacó el mercado romano que se gestó durante el mandato de Trajano (98 d. C.), donde se impuso la primera organización de tiendas siguiendo ciertos patrones, lo que actualmente se conoce como centro comercial.
Los romanos decidieron clasificar las tiendas según categorías de productos, lo que concentraba a los interesados en cierto tipo de establecimientos.
En cuanto a la etimología de la palabra “vitrina”, esta proviene del francés y es un término que deriva de la palabra vitre, que quiere decir “vidrio”. La vitrina o escaparate comenzó a utilizarse en París en los grandes almacenes; el primero de estos en utilizar dicha técnica fue el reconocido almacén Au Bon Marché, fundado en 1852.
En términos generales, la vitrina es una proyección o extensión del interior de la tienda hacia afuera creada para satisfacer principalmente al fenómeno socioeconómico ocasionado por la Segunda Revolución Industrial.
Gracias a este fenómeno no solo aumentó el poder adquisitivo de la clase media, sino que además se desarrollaron avances tecnológicos que permitieron realizar mejoras arquitectónicas.
De hecho, gracias a este desarrollo arquitectónico comenzaron a trabajarse materiales como el acero estructural y el vidrio. Esto posibilitó el establecimiento de las estéticas urbanas actuales y permitió el surgimiento de grandes localidades comerciales que destacan por sus amplias vitrinas.
El vitrinismo sigue algunas técnicas o esquemas para poder alcanzar su objetivo comercial. Así mismo, existen algunos elementos que componen a un escaparate o vitrina, junto con una categoría que diferencia a unas vitrinas de las otras. Estas características son las siguientes.
– La percepción de la estética y la psicología.
– La creatividad del diseñador o comerciante.
– La iluminación.
– El color.
– Los elementos dentro de la composición o propuesta estética.
Vitrina cerrada
Este tipo de vitrina se caracteriza porque el producto que se desea vender se encuentra en un contenedor clausurado. Esto quiere decir que no se puede vislumbrar el resto de la tienda por el escaparate.
Vitrina abierta
Las vitrinas abiertas son aquellas en las que el producto se expone en un contenedor o estante abierto, lo que permite a los interesados contemplar el resto de la tienda junto con los empleados.
Vitrina exterior
El objetivo de este tipo de vitrina es llamar la atención del transeúnte de manera que este se anime a entrar en la tienda. La vitrina exterior es la más conocida debido a su importancia dentro del visual merchandising.
Vitrina interior
En este tipo de vitrina el producto es expuesto dentro de la tienda, por lo que solo será observado por el cliente si este decide entrar en el local. Las vitrinas interiores son muy comunes en las mesas donde están colocadas las cajas de pago.
El foco
Toda vitrina exitosa tiene un foco destinado a llamar la atención del cliente o posible comprador. Los focos se definen como centros ópticos a los que se dirigirá la mirada del transeúnte.
Generalmente estos centros suelen ser el logo de la tienda o algún letrero donde se pueda visualizar rápidamente alguna oferta o rebaja.
El tema
Las vitrinas usualmente siguen un planteamiento estético determinado o un tema; esto es fundamental dentro de la metodología del vitrinismo, ya que le otorga cohesión y complejidad al escaparate.
Por ejemplo, un tema muy utilizado en la actualidad es la ecología, por lo que en la vitrina se podrían encontrar los productos decorados con plantas o mensajes que alienten a la preservación del planeta. También existe la estética vintage, muy utilizada en las franquicias de vanguardia.
El montaje
El montaje consiste en toda la composición de la vitrina, y está relacionado con la colocación de los objetos en un espacio determinado junto con el resto de logos y mensajes que se deseen incluir.
Una de las principales funciones del visual merchandising es que este busca vender productos específicos a través de la heterogeneidad; es decir, el vitrinismo rompe con la homogeneización de las imágenes, por lo que se vale del color, la variedad y diferentes propuestas estéticas.
Además, otra de las funciones de este tipo de sistema comercial consiste en convertir la exhibición en el principal vendedor de la tienda, por lo que el producto debe venderse a sí mismo sin la necesidad de que haya un intermediario.
De igual forma, el vitrinismo tiene la función de ser el espacio adecuado para una reinvención constante con la finalidad de atraer la mayor cantidad de clientes que sea posible apelando a su interés por la novedad.
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