¿Qué es la memoria eidética?
La memoria eidética es la capacidad de recordar imágenes muy vívidas de un estímulo, a pesar haberse expuesto a él durante un periodo de tiempo muy breve. El recuerdo se caracteriza por una elevada precisión y gran lujo de detalles, sin haber usado ninguna técnica ni estrategias mnemotécnicas.
Es un tipo de memoria sensorial, en la que el individuo posee la habilidad de recuperar la información almacenada como si fuera una fotografía que puede observarse durante pocos minutos.
Las personas que poseen la llamada “hipertrofia de la memoria eidética”, pueden recordar cualquier elemento que han visto, imaginado o escuchado, aunque solo lo hayan percibido una sola vez.
Esta condición parece no ser hereditaria, y se va perdiendo con la edad si el individuo no es consciente de que la tiene y, por tanto, no la entrena. A veces se asocia a niños diagnosticados de síndrome de Asperger y autismo.
¿En quiénes aparecen la memoria eidética?
Se ha demostrado que la memoria eidética aparece en un pequeño porcentaje de niños, de edades comprendidas entre los 6 y 12 años. En cambio, es prácticamente inexistente en los adultos.
Algunos investigadores han explicado este fenómeno de la edad, estableciendo la hipótesis de considerar la memoria eidética como una forma de memoria inmadura. Poco a poco esta forma de recordar se va sustituyendo por representaciones más abstractas, a medida que se van adquiriendo habilidades cognitivas más avanzadas con la edad.
Sin embargo, en un estudio de revisión de Haber en 1979 se comprueba que las habilidades eidéticas siguen siendo muy estables durante todo el periodo preescolar y escolar. Además, este tipo de memoria parece no tener relación con el pensamiento abstracto o el rendimiento en la lectura.
¿Tener buena memoria significa tener memoria eidética?
Lo característico de este fenómeno es que parece ser que la memoria eidética es independiente de otros tipos de memoria y no parece tener relación demostrada con otras habilidades cognitivas, emocionales o neurológicas.
Tener una buena memoria no es lo mismo que poseer habilidades de memoria eidéticas. Este último tipo de memoria es distintiva, ya que después de dejar de ver el estímulo o situación, el elemento permanece de forma muy nítida durante unos minutos antes de desvanecerse.
Se distingue de otros tipos de memoria, ya que esta capacidad no está presente a la hora de recordar textos, números, palabras, hechos autobiográficos en general, etc.
Es similar a contemplar una fotografía, por eso a veces también se denomina memoria fotográfica.
¿Es frecuente tener memoria eidética?
Como se mencionó anteriormente, este tipo de memoria sólo se encuentra en niños. Más específicamente, entre el 2 y el 10% de niños con edades entre 6 y 12 años.
Hay autores como Hudmon (2009) que sostienen que los niños poseen mucha más capacidad de memoria eidética que los adultos por cambios en el desarrollo. Por ejemplo, la adquisición de habilidades lingüísticas podría reducir el potencial de las imágenes eidéticas.
De hecho, hay investigaciones que han demostrado que verbalizar algo mientras se observa una imagen produce interferencias en la formación de la imagen eidética.
Los adultos, a diferencia de los niños, tienden a codificar las imágenes tanto verbal como visualmente. Por este motivo, es posible que interrumpan las imágenes eidéticas y por tanto, no las experimenten como los niños.
¿Cómo saber si tienes este tipo de memoria?
La forma más común de comprobar si una persona es eidética, es a través del “Picture Elicitation Method” que se puede traducir como “Método de Evocación de Imágenes”.
El procedimiento consiste en presentar a la persona una imagen desconocida que debe explorar durante unos 30 segundos. Después, se oculta la imagen y se le pide a la persona que con la mirada aún fija en la pantalla indique todos los detalles que ha observado en la foto.
Aparentemente, para las personas que poseen memoria eidética es muy sencillo describir la foto con gran lujo de detalles ya que pueden seguir viéndola durante un corto periodo de tiempo (de medio minuto a varios minutos). Para ellos, es como si la imagen siguiera presente físicamente y pueden informar sobre detalles extraordinarios de ésta.
Se distingue de otras imágenes visuales en que no desaparecen a pesar de que se muevan los ojos (como tras observar el flash de una cámara), ni cambian los colores.
Por eso pueden responder preguntas acerca del color exacto de un elemento muy escondido en la imagen. Sin embargo, esta memoria no es absolutamente perfecta, aunque se considera mucho más intensa que la de las personas no eidéticas.
Otro aspecto que la caracteriza, es que una vez que se desvanece, no puede recuperarse como al principio.
En internet puedes encontrar muchos tests online para evaluar tu capacidad de memoria eidética y visual, aunque ten en cuenta que su fiabilidad puede ser muy limitada.
El debate de la memoria eidética: ¿cuál es su magnitud?
A lo largo de la historia, muchos han mostrado escepticismo acerca de la existencia de la memoria eidética.
El caso de Elizabeth Stromeyer
Todo comenzó cuando en 1970 Charles Stromeyer decidió estudiar a su futura esposa, Elizabeth. Esta aseguraba poder recordar una poesía escrita en un idioma que no conocía incluso años después de haber visto ese poema por primera vez.
También parecía que era capaz de recordar patrones de puntos aleatorios con gran precisión. En la actualidad, continúa siendo el único caso documentado que ha realizado con éxito una prueba de este tipo. Sin embargo, muchos dudan de la veracidad de este fenómeno y critican los posibles procedimientos utilizados.
Marvin Minsky
Más adelante, el científico cognitivo Marvin Minsky en su libro “The Society of Mind” (1988) volvió a poner en duda la existencia de la memoria eidética, aunque más concretamente, la memoria fotográfica. Él pensaba que este tipo de memoria es un mito infundado.
Además, algo que lo complica es que no existe consenso científico sobre la naturaleza, definición e incluso existencia de la memoria eidética, ni siquiera en niños.
Brian Dunning
Un escéptico científico llamado Brian Dunning, examinó en 2016 la literatura existente sobre la memoria eidética y fotográfica. Llegó a la conclusión de que existe una falta de evidencia convincente de la existencia de memoria eidética en adultos sanos. Al igual que la memoria fotográfica, que no presenta evidencia clara.
No obstante, más que una cuestión de existencia o no existencia, lo que determina que una memoria sea excepcional es su grado o extensión.
Por tanto, la memoria eidética podría tratarse de una mayor acentuación de los recuerdos. Aunque dentro de los límites normales. Es decir, no se recuperan los detalles exactos de las cosas que memorizamos, sino que los recuerdos se reconstruyen guiados por las expectativas.
De hecho, el cerebro constantemente distorsiona el pasado, y modifica los recuerdos con cada recuperación de éstos. Por este motivo, la memoria eidética es muy detallada, pero no tanto como se ha podido pensar.
Son necesarias más investigaciones para especificar más el concepto, extensión y cualidades de la memoria eidética; y así resolver el debate existente.
Entrenamiento de la memoria eidética
Es ampliamente conocido que la memoria, en sus diversos tipos, se puede entrenar y potenciar. Conceptualmente, la memoria eidética en teoría no debería apoyarse en procesos mnemotécnicos, ni estrategias cognitivas, ni ser fruto de un duro entrenamiento diario.
En teoría, es propia de los niños y se piensa que, si no se nace con ella, es imposible desarrollarla.
Sin embargo, quizás se pueda entrenar la capacidad de recordar imágenes, sin ser necesario desear alcanzar el nivel de un individuo eidético. Dedicando un rato cada día y aumentando la complejidad de los ejercicios, puedes potenciar esta habilidad.
En este artículo verás ejercicios concretos para comenzar a entrenar tu memoria visual.
Referencias
- Does Photographic Memory Exist? (s.f.). Recuperado de Scientific American.
- Photographic Memory Test: Are You Able To Remember Everything You’ve Seen In Vivid Detail? Obtenido de Medical Daily.