20 Alimentos que producen gases y sus características
Entre los alimentos que producen gases, también conocidos como alimentos flatulentos, destacan la lechuga, los frijoles, los lácteos y la avena, entre muchos otros. Expulsar gases, bien sea en forma de eructos o de flatos, es un proceso normal del organismo pero que a veces puede salirse de control y causar incomodidades que alteran la calidad de vida.
Esto es así porque usualmente también puede haber fuerte inflamación y dolor abdominal agudo, afecciones que pueden interferir con el desarrollo normal de las actividades y, además, causar mucha vergüenza en quien sufre de este padecimiento.
Cuando los gases se convierten en un obstáculo para el desenvolvimiento de la vida cotidiana, existe un problema en nuestro organismo y, en consecuencia, hay una afectación importante en nuestra salud. En estos casos es recomendable consultar con los especialistas para intentar ubicar las causas del problema.
Una forma de disminuir la cantidad de gases o eructos que también permite minimizar la distención abdominal es tener una dieta en la que se mantengan a raya aquellos alimentos que favorezcan la flatulencia.
Por ejemplo, al evitar el consumo de brócoli, coliflor, repollo, frijoles, cerveza, refrescos, lácteos y avena, entre otros, se pueden controlar los gases y la flatulencia. Lo recomendable es ir probando con cada alimento para descubrir cuáles tienen el efecto de producir esta vergonzosa molestia.
Índice del artículo
- 1 ¿Por qué se producen los gases?
- 2 20 alimentos que favorecen la producción de gases
- 3 Cómo reducir el exceso de gases
- 4 Referencias
Los eructos y los gases (flatulencias) son comunes y normales en el organismo. Se producen por acumulación de aire en distintas partes del tracto digestivo.
Cuando el exceso de aire se acumula en la parte superior del aparato digestivo sin que llegue al estómago, el organismo busca expulsarlo por la boca; a esto se le conoce como eructo.
Los eructos se producen al tragar mucho aire cuando se come o se ingiere líquido de forma muy rápida. También ocurre al mascar chicle o goma, o al tomar bebidas gaseosas.
En cuanto a la flatulencia, se trata de la acumulación de aire en el intestino delgado o colon, producto generalmente de la fermentación de alimentos que no fueron debidamente digeridos porque “cayeron pesados” o porque no pueden ser completamente procesados, como el caso de los lácteos.
En el proceso, las bacterias que están en el intestino descomponen esos retos de alimentos, ocasionando los temidos gases.
En el caso de que la persona padezca de algún trastorno digestivo —como por ejemplo, ser intolerante a la lactosa—, seguramente producirá más gases al ingerir ciertos alimentos.
Un caso similar ocurre con las personas que padecen de estreñimiento, pues a medida que los restos de alimentos pasan más tiempo en el colon, mayor será el tiempo de fermentación, lo que favorece la flatulencia.
En la gran mayoría de las costumbres y culturas alrededor del mundo es considerado de mala educación liberar gases, por lo que es muy importante que cada individuo conozca su cuerpo y cómo reacciona ante cada alimento, para así poder evitar en lo posible un momento bochornoso.
En realidad, los únicos que pueden eructar y soltar flatulencias sin avergonzarse son los bebés; incluso los padres lo celebrarán porque esto significa que sus pequeñas panzas ya no sentirán dolor y, por ende, no estarán llorosos o incómodos.
En el caso de los bebés, también hay que poner especial atención en qué es lo que les producen los gases para tomar las acciones que le eviten la incomodidad.
Hay que señalar que menos del 1 % de los gases tienen un desagradable aroma. Ese olor característico se debe a que contienen azufre de origen bacteriano que se ingiere en ciertos alimentos, como por ejemplo las conocidas verduras crucíferas como coliflor o repollo.
El azufre bacteriano también está presente en alimentos que tienen aminoácidos azufrados, como es el caso de ciertos quesos.
En la medida que se restrinja el consumo de alimentos que contengan estos componentes, se controlará la emisión de gases malolientes y, en consecuencia, se evitará la vergüenza que se asocia a este tipo de flatulencia.
Cada organismo es diferente y, por lo tanto, tolera y procesa los alimentos que ingiere de forma particular. Sin embargo, hay unas comidas que son más propensas a generar gases debido a la reacción que producen en el cuerpo a la hora de su digestión.
Los alimentos que más frecuentemente generan gases son los siguientes:
Las personas que son intolerantes a la lactosa tienen dificultad para digerir el azúcar presente en la leche y sus derivados. Por eso, al consumir leche, quesos, mantequilla e incluso algunos alimentos en cuya preparación se incluya la leche, presentan flatulencia u otros síntomas como distención abdominal, diarrea, dolor y vómitos.
Paradójicamente, algunas personas ven mejoría ante problemas digestivos consumiendo yogurt, lo cual se explica por ser un alimento fermentado de fácil digestión.
Esta verdura de la familia de las crucíferas contiene carbohidratos no digeribles que fomentan la producción de gases. También es rica en azufre, por lo que es de los alimentos que generan flatulencia con mal olor.
Se recomienda comer cruda, y si se cocinará debe esperarse a que rompa a hervir y luego añadir abundante agua fría, de esta forma se disminuye el efecto de producir gases.
Debe evitarse aderezar con grasas como mantequilla o mayonesa; por el contrario, se sugiere utilizar especies carminativas como hinojo y comino, que favorecen la digestión.
Son ricos en fibra soluble, la cual no puede ser fácilmente digerida por el intestino y es un componente que causa flatos. También tienen rafinosa, que es otra sustancia muy difícil de digerir; por esto fomenta la flatulencia.
Algunas personas recomiendan diferentes métodos de preparación que disminuyen el efecto indeseado, como agregar bicarbonato o remojarlos durante 24 horas antes de su preparación, cuidando siempre que se cocinen en agua diferente a la que estuvieron reposándose.
Aunque son favoritos en las dietas para perder peso, los endulzantes que tienen sorbitol, xilitol y manitol generan muchos gases. Estos compuestos suelen estar presentes en caramelos y gomas de mascar.
Los alimentos ricos en grasas, bien sea porque la tienen o se añaden durante su preparación, hacen que la digestión se realice de forma más lenta, por lo que la comida pasa más tiempo en el intestino. Esto aumenta el tiempo de fermentación, ocasionando así mayor cantidad de gases.
El gluten es una proteína que está presente en los alimentos que contienen trigo, e inflama las vellosidades de los intestinos y dificulta la absorción de ciertos nutrientes.
La sensibilidad al gluten ocasiona el aumento de gases. Además, está comprobado que puede generar padecimientos como la enfermedad celiaca.
Aunque es la consentida de dietas saludables, al ser rica en fibra, fructuosa y sorbitol hace que sea difícil de digerir, por lo que aumenta el tiempo de fermentación y, en consecuencia, es un alimento que suele producir más gases.
Es rica en azúcar que el intestino no puede procesar, lo que hace que la fermentación sea más larga y se produzcan gases.
Familia de las verduras crucíferas, junto a la coliflor es una de las legumbres que más gases produce. Para disminuir su efecto como alimento que produce gases, se aconseja comerlo hervido o salteado ya que crudo suele generar más molestias intestinales.
Suele sentar mal en el estómago, porque al tener la yema coagulada (que es donde está concentrada la grasa del huevo) hace que sea más difícil de digerirse al entorpecer la acción de las enzimas digestivas. Para evitar esto es preferible escoger otras preparaciones como los huevos revueltos o tibios.
Aunque es muy baja en calorías y por eso es estrella en los regímenes para perder peso, particularmente de noche suele ser más difícil de digerir, por lo que es uno de los alimentos que generan gases debido a su contenido en fibra.
Las gaseosas tienen dióxido de carbono añadido, por lo que se consume directamente el gas. Además de aumentar los gases, las personas que consumen las bebidas gaseosas en exceso pueden presentar otros problemas de salud debido al alto contenido de azúcar que tienen.
Si bien es uno de los cereales más completos y nutritivos, suele generar muchos gases, en especial si se ingiere cruda, ya que por su alto contenido en fibra al organismo le cuesta mucho digerirla.
Este tubérculo es sumamente rico en almidón, por lo que hace que sea muy difícil su digestión. Por esto ocasiona que se liberen gases en el proceso.
Ricas en proteínas y en rafinosa, que es un tipo de azúcar compleja, suelen ser un alimento que genera muchos gases.
Sin embargo, pueden aplicarse al menos dos trucos para mejorar su digestión: dejarlas largo tiempo en remojo para cocinarlas y hacerlas en puré.
Como tienen fructuosa, que es el tipo de azúcar presente en las frutas y en la miel, son de digestión dificultosa. Si se padece de intolerancia a la fructuosa, el problema de flatulencia se va a empeorar con la ingesta de higos.
Contienen sorbitol, que es un alcohol a base de azúcar que suele generar gases. Si además son de sabores que contienen lactosa, la combinación suele ser perfecta para detonar la flatulencia.
Son fuente de hidratos de carbono, por lo que son ricos en fibra y muy recomendados en dietas saludables. Sin embargo, suelen dificultar la digestión y generar muchos más gases.
Aunque no es propiamente un alimento, pues no ofrece ningún tipo de nutrientes, es un producto que se consume mucho.
Durante el tiempo que se está masticando chicle se permite la entrada de pequeñas cantidades de aire, lo que favorece los gases. Además, si son con edulcorantes tienen una sustancia que también fomenta la flatulencia.
El proceso de su digestión suele ser lento, por lo que generan muchos gases. Aunque son muy recomendados por su cantidad de proteínas y grasas saludables, deben consumirse con moderación, en especial si se suele sufrir de flatulencia.
Si la cantidad de gases, bien sean eructos o por flatulencia, genera molestia y limita la cotidianidad de la persona, lo más adecuado es que recurra al médico para que el profesional de la salud le realice una evaluación exhaustiva para descartar cualquier patología que afecte el tracto digestivo.
Además de visitar al médico, pueden implementarse ciertas recomendaciones, tales como:
-Comer y beber lentamente para tragar menos aire.
-Evitar la ingesta de bebidas gaseosas y de cerveza.
-Evitar masticar goma de mascar y comer caramelos duros.
-Controlar la dentadura postiza, cuidando que calce muy bien para evitar tragar aire al momento de comer o de beber.
-Realizar ejercicios diariamente para mejorar el tránsito intestinal.
-Evitar la ingesta de los alimentos que suelen causar gases.
-Observar qué reacción tiene el organismo ante ciertos alimentos, ya que todos los cuerpos no responden de la misma manera.
-Disminuir el consumo de grasas para favorecer la digestión.
-Reducir temporalmente la ingesta de alimentos con alto contenido en fibra. Luego se pueden ir incorporando paulatinamente a la dieta.
-Controlar la ingesta de lácteos.
-Disminuir el consumo de alimentos que contengan gluten.
-Ingerir alimentos que disminuyen los gases, como por ejemplo piña, menta, albahaca y papaya.
-Ingerir algunas infusiones puede mejorar la digestión y calmar los nervios que produce este padecimiento.
Si bien los eructos y flatulencias no son agradables para nadie, tampoco deben ser causa de preocupación. Normalmente todos tienen eructos y flatulencias alguna vez, lo cual no debe interpretarse en las primeras de cambio como un problema de salud.
Siempre quedará abierta la pregunta de qué hacer si se está en público y se siente la imperiosa necesidad de liberar un gas. Es prudente que si es un eructo se procure no emitir sonido, para lo cual se recomienda mantener la boca cerrada y cubrirla con la mano, pañuelo o servilleta; así mismo, nunca está demás decir “perdón” por esta acción.
Si se trata de una flatulencia, lo más recomendable es dirigirse cuanto antes a un baño o en un lugar solitario y abierto.
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