Biología celular

Mieloblastos: características y granulopoyesis


Los mieloblastos o granuloblastos son células que se encuentran en un estado de desarrollo primario en la médula ósea. Es la primera célula que se logra reconocer en la serie granulocítica. Se diferencian finalmente en neutrófilos, eosinófilos y basófilos.

Estructuralmente, un mieloblasto posee un núcleo oval grande, que ocupa un gran volumen; cerca de cuatro quintos de toda la célula. Tienen cerca de dos cinco nucléolos.

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Características

Los mieloblastos son células de 15 a 20 um de diámetro. El núcleo es de aspecto esferoidal u ovoide, bastante grande y generalmente de color rojizo. En el interior del núcleo se pueden diferencias varios nucléolos, de tres a cinco en promedio. El contorno de las células es liso.

La cromatina –sustancia que se localiza en el interior del núcleo, formada por material genética y proteínas– de los mieloblastos es laxa.

Los nucléolos son compartimientos que se localizan en el interior del núcleo pero no están delimitados por un sistema de membranas.

En el interior de la célula no se detectan gránulos y el citoplasma es basófilo. Si bien algunos autores los clasifican como una célula agranular, otros consideran que los mieloblastos poseen una granulación fina e inespecífica.

El término “basófilo” hace referencia a la tendencia de las células a teñirse con la aplicación de colorantes básicos, como la hematoxilina.

No obstante, cuando el término se usa sin aclaraciones posteriores, hace referencia a los leucocitos pertenecientes a la familia de los granulocitos, como veremos más adelante.

Granulopoyesis

Los mieloblastos son células inmaduras provenientes de la médula ósea, y son los precursores de la granulopoyesis.

La granulopoyesis es el proceso de formación y diferenciación celular que termina en la formación de los granulocitos. De todas las células medulares, este tipo representa cerca del 60% del total, mientras que el 30% restante corresponden a las células del tipo eritropoyéticoas.

Durante este proceso, la célula progenitora granulopoyética sufre las siguientes modificaciones:

-Reducción de tamaño: durante la maduración, las células progenitoras disminuyen progresivamente su tamaño celular. Además, la relación núcleo/citoplasma se ve reducida. Es decir, el núcleo disminuye y aumenta el citoplasma.

-Condensación de la cromatina: la cromatina se va modificando a medida que la célula madura pasa de un estado laxo a ser cada vez más densa. La maduración supone la desaparición de los nucléolos.

-Pérdida de la basofilia del citoplasma: el citoplasma basófilo típico de las primeras células de la serie van perdiendo su coloración azulada.

-Incremento de la granulación: con la maduración de las células granulopoyética, aparece una granulación. El primer paso es la aparición de una granulación fina, denominada granulación primaria. Subsecuentemente, aparece una granulación específica típica de cada granulocito, denominadas granulación secundaria.

Células de la secuencia madurativa

En la granulopoyesis, las primeras células son los mieloblastos ya descritos. Estas se transforman sucesivamente en otras formas celulares que reciben los siguientes nombres:

Promielocito

Los mieloblastos sufren una división celular mitótica y dan lugar a células más grandes, denominadas promielocitos.

Estas células representan un 5% de las células en la médula ósea. Comparado con el mieloblasto, es una célula ligeramente más grande, es un rango de 16 a 25 um. En toda la granulopoyesis, son las células de mayor tamaño. El núcleo es excéntrico y puede conservar algún nucléolo.

En este estado empieza a aparecer la granulación primaria. El citoplasma aún es basófilo (la basofilia es moderada).

Mielocito

Estas células representan un 10% a 20% de las células en la médula ósea. Son estructuras redondeadas, y su tamaño disminuye un poco, alcanzando los 12 a 18 um.

El núcleo continuo siendo excéntrico y la cromatina se ha condensado. Los nucléolos desaparecen. El citoplasma ya no es basófilo y el patrón de granulación es más pronunciado.

Metamielocito

Estas células representan un 15% a 20% de las células en la médula ósea. El tamaño sigue reduciéndose, en promedio miden de 10 a 15 um. Son estructuras celulares bastante similares a los mielocitos.

En esta etapa, el núcleo toma un aspecto reniforme. Ya no existe la capacidad de división celular. De toda la serie, es la primera célula que podemos encontrar en la sangre periférica bajo condiciones normales.

Banda

La bada o cayado son células que representan cerca del 30% de todas las células en la médula ósea. Son más pequeñas que los metamielocitos, pero conservan las mismas características estructurales básicas. El núcleo si sufre ciertas modificaciones, y adquiere una forma similar a las letras S, C o L.

Segmentado

Los cayados o bandas dan origen a los segmentados por medio de segmentación nuclear; de allí el nombre. Estos corresponden a los elementos más maduros de toda la serie. Según el tipo de granulación, se clasifican en tres tipos:

Neutrófilo

Estas células presentan un tamaño en el orden de los 12 a 15 um. El núcleo toma una coloración violeta oscuro y está segmentado en múltiples lóbulos que se mantienen unidos gracias a la presencia de puentes especiales formados de cromatina.

El citoplasma tiene una tonalidad típica rosada con un número significativo de gránulos que, bajo la aplicación de los colorantes tradicionales usados en el laboratorio, toman un color marrón. De la totalidad de los leucocitos presentes en la sangre periférica, los neutrófilos constituyen cerca del 40 al 75%.

Basófilo

Este segundo tipo celular tiene un tamaño un poco menor que los neutrófilos, en el orden de los 12 a 14 um. Los gránulos basófilos que distinguen a este linaje de células se encuentran rodeando al núcleo. Son elementos bastante escasos de la sangre periférica, encontrándose en una proporción menor al 1%.

Eosinófilo

Estas células son las más grandes, con tamaños que rodean los 12 hasta 17 um. Una de sus características más destacadas son dos lóbulos en el núcleo. Dicha estructura recuerda a unas gafas.

En el citoplasma encontramos gránulos grandes de color anaranjado o casi marrón, que nunca se sobreponen con el núcleo. En la sangre periférica constituyen del 1 al 7% de los leucocitos presentes.

Estos tres tipos de células permanecen en la sangre periférica por unas pocas horas, de 7 a 8 en promedio. Pueden circular libremente, o bien adheridas a una serie de vasos. Al llegar al tejido blanco, realizan sus funciones por unos 5 días.

Referencias

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  5. Miale, J. B. (1985). Hematología: medicina de laboratorio. Reverté.
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