Macehuales: costumbres, tradiciones, ubicación, aportes
Los macehuales o macehualtin en plural, eran un grupo aborigen que formaba parte de la sociedad azteca y ocupaba el tercer escalón en la estructura social. Jerárquicamente, esta etnia se ubicaba por encima de los esclavos y debajo de los nobles. Fueron los únicos nativos que tenían posibilidad de situarse en un puesto ilustre si destacaban en la guerra.
Esta casta se dedicó a la elaboración de las armas que se utilizaban en el campo de batalla, a la edificación de viviendas y al servicio militar. También tenía la obligación de pagar tributos, ya que no era un pueblo totalmente subyugado por el cacique. Al igual que los siervos, los macehuales podían poseer algunos bienes.
Los oriundos de esta tribu contaban con una porción de tierra y podían casarse con personas libres. Además, entre ellos existía el derecho de herencia, ya que era posible dejarles sus territorios a sus hijos. Sin embargo, existía una condición: si los herederos no asumían la responsabilidad sobre el espacio, este pasaría a manos del monarca.
Ese suceso demuestra que dicha etnia tenía un albedrío relativo. Esto es así porque sus habitantes no podían vender ni ceder sus propiedades a aquellas personas con las que no tuviesen una vinculación sanguínea. Se puede decir que los macehualtin eran beneficiarios y no dueños de sus recursos; por eso no se localizaron en un lugar determinado.
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Ubicación
Debido a sus diversas labores, los macehuales no se establecieron en una región específica de México. Al principio se situaron en Tenochtitlan, zona que se identificaba por ser el valle central de la comunidad azteca. Luego, cuando el Imperio expandió su dominio territorial, los aborígenes de esta casta se dispersaron con el fin de situarse en distintas áreas.
Debido a ello, era natural encontrar un macehual en los territorios que hoy se conocen como Veracruz, Oaxaca, la costa de Chiapas, Puebla, Hidalgo e incluso por la frontera de Guatemala. No obstante, es conveniente subrayar que, aunque esta tribu no habitó como una comunidad unificada, los habitantes no abandonaban su credo y cumplían con los rituales.
Cosmovisión
La visión sobre el mundo que tenían los nativos de la etnia macehual se encontraba entre lo empírico y maravilloso, pues ellos consideraban que el origen del cosmos era dual. Por eso manifestaban que los cuerpos derivaban del elemento terrenal, mientras que los sentidos eran obras de la divinidad.
Según la definición náhualt, el significado de macehuales es “hombres merecidos”. Por tal motivo, estos aborígenes pensaban que sus vidas habían sido diseñadas para servir a las deidades. En este contexto se puede mencionar que la religión de esta tribu era politeísta, ya que creían en la existencia de numerosos entes antropomorfos.
Además, el culto era la base de la organización política y social. Así se observaba en los actos públicos, cuando ante los retratos de los dioses el jefe azteca solicitaba sabiduría para establecer las normas que tendrían como fin dirigir a la comunidad.
Por otro lado, la percepción que se tenía sobre el territorio era sagrado. Las tierras, a pesar de que estaban bajo la potestad del cacique, eran un obsequio de la naturaleza; por tanto, se percibían como un recurso prestado para habitar.
Costumbres y tradiciones
Tanto las costumbres como las tradiciones de los macehuales estaban estrechamente relacionadas con los fenómenos naturales y sus manifestaciones en la cotidianidad. Por eso, era natural que alabaran el rumor del viento y el canto de las aves, pues cada elemento fue apreciado como un ser vivo.
Así mismo, los habitantes de esta tribu se caracterizaban por vivir el día como una ceremonia; por esta razón, una de sus tradiciones era levantarse temprano y desayunar una tortilla de maíz. Después el hombre partía a labrar el campo en compañía del primogénito, mientras que la mujer organizaba el hogar o se dedicaba al tejido y la pintura.
A través de cada acto, el individuo macehual realizaba una oración. Esta acción se puede visualizar de manera alegórica, pues rezar significaba sembrar la palabra. Era una manifestación de respeto con la que el indígena le solicitaba permiso al bosque antes de adquirir algún trozo de madera.
Educación
Para los macehualtin la educación era el elemento clave hasta los 15 años. Ilustrar a los jóvenes era un proyecto fundamental y esta labor la debían ejercer los padres.
Luego, cuando el adolescente decidía qué profesión seguir (guerrero o sacerdote), se llevaba para una institución. Ahí los docentes ocupaban el lugar de los progenitores y castigaban a quienes no querían continuar con las lecciones.
Alimentación
Los macehuales se identificaban por comer poco, pues solo ingerían los alimentos que eran pertinentes para su bienestar.
Su dieta era balanceada, contenía vegetales, cereales, carbohidratos y pocas carnes. Tomaban agua fría, que mezclaban con cacao. En el desayuno no podía faltar el maíz. Este tenía una connotación simbólica, porque para ellos era el elemento que constituía el cuerpo del hombre.
Conmemoración
Las conmemoraciones eran constantes para los habitantes de esta tribu: festejaban tanto la existencia del Sol como el día del destino.
Lo curioso es que, de acuerdo con su lengua natal, no había diferencia entre los términos “cotidianidad” y “fiesta”, ambos se pronunciaban con el siguiente vocablo: ilhuitl. Por tanto, la vida era un motivo de celebración.
Aportes culturales
A la hora de cultivar sus tierras, los macehualtin crearon varias técnicas que favorecieron el desarrollo de la agricultura. De hecho, aún en la actualidad siguen siendo empleadas por algunos labradores. Entre esos métodos se encuentran los siguientes:
– La rotación de los cultivos, proceso que consiste en alternar las plantas de distintas familias durante un ciclo específico. El objetivo es evitar que las plagas puedan destruir las cosechas,
– Seleccionar de manera adecuada las semillas que serán plantadas. Son ideales aquellas que se hallan en los vegetales y hortalizas.
– Saber cuáles son los territorios aptos para establecer una plantación. Para determinarlo es fundamental tener la certeza de que las tierras sean fértiles, y considerar tanto el período de las lluvias como los estados de la Luna.
Referencias
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