Arte

José Guadalupe Posada: biografía, estilo y obras


José Guadalupe Posada (1852 – 1913) fue un artista plástico mexicano, famoso por sus grabados en los que representaba temas populares. Utilizó su arte para hacer crítica social y ejerció una gran influencia en los jóvenes que llevaron adelante el movimiento del renacimiento del muralismo.

En el trabajo de este mexicano quedó guardado en un registro histórico de los eventos más trascendentes del país durante la época. La sátira que era capaz de hacer fue admirada por muchos artistas gráficos después de él, puesto que se basó en el folklore.

En su obra, usaba a las calaveras y esqueletos, además, de otros elementos típicos de la cultura popular mexicana de forma constante. Eso fue una de las bases para que sus compatriotas buscaran un arte que mirara hacia el interior y se conectara con las raíces del pueblo.

Los caricaturistas también tomaron mucho de la obra de Posada que, en ocasiones, fue atacada por su estilo y por retratar las realidades sociales y políticas del país.

José Guadalupe Posada se alejó de las cúpulas artísticas para representar el sentimiento del pueblo. Su trabajo quedó plasmado en cancioneros, periódicos, cuentos y volantes que recorrieron las calles de México.

Muchas de las imágenes que representan hoy a la cultura popular mexicana, como La Catrina, están relacionadas con la obra de Posada, que vivió al borde del gran estallido social de la Revolución mexicana.

Durante sus últimos años se dedicó a trabajar en la prensa, por eso su trabajo también es considerado crónica de la vida mexicana.

José Guadalupe Posada murió en la pobreza a los 61 años, sin dolientes. Fue depositado durante siete años en una tumba y posteriormente sus restos fueron trasladados a una fosa común en la que las osamentas se entremezclaban como en uno de los propios trabajos del artista.

Índice del artículo

Biografía

Primeros años

José Guadalupe Posada nació el 2 de febrero de 1852 en San Marcos, Aguascalientes, México. Era hijo de Germán Posada, un pequeño agricultor, y Petra Aguilar. Tuvo siete hermanos, su familia era de ascendencia indígena.

El año del nacimiento de Posada, el cólera asoló la aldea de San Marcos. También había crisis política; en esos tiempos uno de los generales locales, José Blancarte, se alzó en armas y Aguascalientes lo siguió.

La preocupación de José Guadalupe Posada en sus primeros años fue ayudar a su padre con la siembra para colaborar con el hogar económicamente, puesto que las dificultades no eran pocas.

Después, el jovencito fue a trabajar con su tío Manuel, que era alfarero. Allí se dieron sus primeros acercamientos con el arte, especialmente, se interesó en los sencillos adornos que se realizaban en esas piezas.

Uno de sus hermanos llamado Cirilo, era maestro de escuela y probablemente fue quien le proporcionó la instrucción básica a José Guadalupe Posada en sus primeros años.

Posada ayudaba a vigilar a los alumnos de su hermano desde que contaba con 12 años. En esos momentos se entretenía dibujando mientras los estudiantes copiaban sus deberes.

Así tuvo su primer acercamiento con la que sería su profesión, imitando los dibujos que tenían las barajas, al igual que las imágenes de los santos y, sobre todo, los volantes del Gran Circo Rea, que visitó su pueblo en esa época y lo maravillo para siempre.

Inicios artísticos

José Guadalupe Posada entró a la Academia Municipal de Dibujo de Aguascalientes, dirigida por Antonio Varela. Allí aprendió rápidamente, por lo que en un corto tiempo ya dominaba la técnica con gran habilidad.

Algunas fuentes aseguran que Posada trabajó en el taller litográfico del señor Trinidad Pedroza. Allí comenzó como aprendiz y colaboraba con el semanario dominical El Jicote. Antes de cumplir 20 años de edad, ya Posada habría sido reconocido por sus ilustraciones en esa publicación.

Sin embargo, otras fuentes parecen sugerir que eso era prácticamente imposible, puesto que José Guadalupe Posada era demasiado joven para haber trabajado con Pedroza en esa oportunidad.

Lo más probable es que se haya entrenado en la época en la que se instalaron varias imprentas en la ciudad, como la de José María Chávez, la de Ortigoza y otras más que funcionaban en Aguascalientes.

Lo que se sabe acerca de este período es que antes de cumplir 20 años ya había comenzado su entrenamiento en litografía y grabado, cosa que a futuro lo convirtió en uno de los mexicanos más importantes en ese particular, con reconocimiento mundial y en una inspiración para la nueva generación de artistas.

Guanajuato

Los que afirman que José Guadalupe Posada trabajó junto con Pedroza, también aseguran que en la década de 1870 se reunieron en León, Guanajuato. Allí retomaron juntos el trabajo, en esa oportunidad, alejados de la política.

En ese taller Posada permaneció como encargado tras el regreso de Pedroza a Aguascalientes en 1873. A partir de entonces la fama de José Guadalupe creció rápidamente. Sus trabajos llegaban hasta Ciudad de México y allí el nombre de Posada comenzó a destacar.

En 1875 contrajo matrimonio con María Cruz Vela, natural de la ciudad de Guanajuato. Aunque no se halló inscrita en el Registro Civil, la unión está asentada en los libros de actas de la Iglesia católica. Los padrinos fueron Ciriaco Posada, quien era hermano del litógrafo, y Guadalupe Aguilera.

Al año siguiente, Posada compró el taller en León a Pedroza. Entonces, su próspero negocio y el mismo artista, se hicieron con una fama del mejor establecimiento y litógrafo de la zona, respectivamente.

En 1884 Posada comenzó a formar parte del cuerpo docente de la Escuela de Instrucción Secundaria como profesor de Litografía. Allí enseñó este arte durante cuatro años.

Ciudad de México

A finales de la década de 1880, José Guadalupe Posada se trasladó a la capital mexicana, probablemente después de las inundaciones que golpearon a Guanajuato y otras zonas del país durante esa época.

En Ciudad de México, Posada comenzó a trabajar en los talleres de Irineo Paz. Su obra quedó plasmada en La Patria Ilustrada aproximadamente durante dos años, hasta 1890.

En ese tiempo entró en contacto con otros litógrafos que enriquecieron el trabajo de Posada. Entre ellos destacaban José María Villasana y Daniel Cabrera Rivera.

Entre 1888 y 1890, el Calendario del Negrito Poeta estuvo adornado por los dibujos de Posada. Otro de sus trabajos de la época fue la ilustración de libretos y comedias.

Se cree que desde 1889 Posada ya había comenzado a trabajar de forma independiente. Tuvo varios talleres en Ciudad de México pero de todos destacó el de la calle de Santa Inés.

Allí trabajaba ante la vista de los curiosos que siempre se acercaban a observarlo hacer su arte, entre aquellos estuvo José Clemente Orozco. Para ese muralista, la obra de Posada fue fundamental y en relación a eso afirmó:

“Este fue el primer estímulo que despertó mi imaginación y me impulsó a emborronar papel con los primeros muñecos, la primera revelación de la existencia del arte de la pintura”.

Revolución y últimos años

Entrado el siglo XX, José Guadalupe Posada se dedicó a ilustrar muchas publicaciones de corte político. Realizaba jocosas representaciones de los agravios que cometía la burguesía contra el pueblo mexicano, que se hallaba sumido en la pobreza.

Hasta su muerte hizo grabados que estaban relacionados con el tema de la Revolución mexicana, mostrando una profunda crítica social y al mismo tiempo un registro gráfico cronológico de los sucesos que ocurrieron en el país.

Según Jean  Charlot, en esa época Posada había descubierto una forma de realizar grabados al ácido en relieve, al dibujar sobre zinc con una tinta especial. Después vertía el ácido en la obra y eso disolvía las zonas con color blanco y dejaba el resto intacto.

Entonces, el mexicano continuó trabajando en su taller y mostrando desde las entrañas la vida de los sus compatriotas durante la época revolucionaria.

Muerte

José Guadalupe Posada murió el 20 de enero de 1913, se encontraba en condiciones paupérrimas. El grabador terminó sus días en la casa en la entonces estuvo residenciado, ubicada en la avenida La Paz, ahora conocida como Ezequiel Montes, en Ciudad de México.

Desde la muerte de su único hijo, Posada se había entregado a una vida bohemia y, según los médicos que lo examinaron tras su fallecimiento, la causa del deceso fue un coma etílico.

Su muerte no despertó mucho revuelo. Ni siquiera su familia se enteró del suceso. Únicamente sus amigos Roque Casas, Felipe Rodríguez y Jesús García, se encargaron de preparar las formalidades del sepelio.

Fue en silencio a reunirse con Catrina, a quien muchos llamarían la heroína de Posada: la muerte. Durante siete años se le otorgó una fosa gratis en el Panteón de Dolores; luego fue exhumado y depositado en una fosa común.

Estilo artístico

Primera etapa

En cuanto a sus primeros años como litógrafo, no existen documentos que respalden las afirmaciones de que José Guadalupe Posada haya trabajado en algunos de los lugares que se han indicado históricamente, como el taller de Pedroza.

Sin embargo, durante ese tiempo, cuando Posada todavía era un joven, se llevó a cabo su formación en su pueblo natal de San Marcos, en Aguascalientes.

Luego, estuvo en la ciudad de León. De allí trascendió su talento como litógrafo y creador de imágenes especialmente comerciales y religiosas, pero también caricaturas que llegaron a ser reconocidas en la capital abriendo a Posada las puertas de la Ciudad de México.

Segunda etapa

Comenzó en la década de 1880, cuando José Guadalupe Posada inició la experimentación con las reproducciones usando grabado en metal o madera, una forma casi artesanal, pero que le permitía seguir en el mercado.

Recibió la influencia de muchos diarios de corte político y satírico que en la época surgían por montones, entre ellos se encontraban La Linterna Mágica, Facundo o El Nigromante.

Durante esos años también realizó arte boudoir, es decir retratos íntimos. En la serie que llamó Realismo, mostró a una mujer semidesnuda en diferentes escenarios.

También comenzaron a popularizarse sus calaveras, que decoraban las hojas con corridos. Además de la caricatura, se empleaba en la elaboración de retratos y grabados.

Tercera etapa

Fue allí cuando José Guadalupe Posada logró alcanzar la cumbre de sus talentos, mostrándose como un artista más maduro y experto en su técnica.

En ese período se produjeron los trabajos más ricos del artista, que tomó como inspiración para sus obras los sucesos de la cotidianidad, que en ese caso era la Revolución mexicana.

Se puede decir que fue un cronista del padecimiento popular. Sin embargo, existen diferencias acerca de la postura que expresaba el artista con su trabajo.

Mitos y realidades

Alrededor de la figura de José Guadalupe Posada se han erigido muchos rumores, tanto en el ámbito biográfico, como en el de su trabajo y sus posturas políticas.

En cuanto a lo laboral, existen ciertas cosas que no se han podido confirmar como sus colaboraciones con Pedroza en San Marcos o su participación en medios como El Teatro y El Ahuizote.

Desde que Diego Rivera publicó un artículo acerca de Posada en la década de 1930, se pensó que el último había favorecido a la Revolución mexicana y criticado a Porfirio Díaz, aunque Rafael Barajas, caricaturista, consideró esta como una conclusión incorrecta.

Barajas afirmó que sí relataba con sus imágenes la época y el sufrimiento del pueblo durante la Revolución mexicana. Sin embargo, propuso que en muchas oportunidades Posada criticaba a la Revolución y a Zapata, y por el contrario defendía a Porfirio Díaz.

Obras

Corrido: Macario Romero (1970).

Corrido: Súplicas a San Antonio (1870).

Calavera Alcohólica (1888).

Calavera Clerical (1895).

Calaveras ciclistas (1895).

Calavera Oaxaqueña (1903).

Revoltijo de calaveras de muchachos papeleros (1903).

El purgatorio artístico en el que yacen las calaveras de artistas y artesanos (1904).

Gran Calavera Eléctrica (1907).

Calaveras del montón (1910).

El Jarabe en ultratumba (1910).

Calavera de los patinadores (1910).

El cometa del centenario de la independencia (1910).

Crímenes de la Bejarano (1913).

Cogida de Don Chapito Toréro.

Corrido: El caracol.

La quemazón.

Calavera de Don Folias y el Negrito.

Corrido: San Juan de Ulúa.

El fantasma de la catedral de México.

La Gran Calavera de Emiliano Zapata.

De este famoso hipódromo en la pista, no faltará ni un solo periodista.

¡Caso raro! Una mujer que dio a luz tres niños y cuatro animales.

El fin del mundo es ya cierto, todos serán calaveras. Adiós, todos los vivientes. Ahora sí fue de veras.

Corrido: Las bicicletas.

Calaveras de la intervención.

Calavera de la Adelita.

Corrido: Cuatro fusilados zapatistas.

Cortés.

Calaveras de coyotes y meseras.

Don Quijote.

Calavera del drenaje. El mérito día de finados todos los que se restiraron por causa del drenaje.

Grito.

La Catrina.

Lagartijo.

La gloriosa campaña de Madero.

Los 41 maricones.

Los siete vicios.

La calavera sevillana.

Calavera de Antonio Vanegas Arrollo.

La calavera del cólera morbo.

Esta es de Don Quijote la primera, la sin par la gigante calavera.

Referencias

  1. En.wikipedia.org. (2019). José Guadalupe Posada. [online] Available at: en.wikipedia.org [Accessed 25 Jan. 2019].
  2. Encyclopedia Britannica. (2019). José Guadalupe Posada | Mexican printmaker. [online] Available at: britannica.com [Accessed 25 Jan. 2019].
  3. Olea, H. (1963). Supervivencia del litógrafo José Guadalupe Posada. México: Arana.
  4. López Mata, R. (2002). Los grabados de José Guadalupe Posada, una introducción al despertar del nacionalismo popular mexicano – Tesis Universidad Autónoma Metropolitana. México.
  5. Rodríguez Rangel, V. (2012). José Guadalupe Posada. Periódico Munal – Museo Nacional de Arte de México, n° 1, pp. 10.
  6. WikiArt.org. (2019). José Guadalupe Posada. [online] Available at: wikiart.org [Accessed 25 Jan. 2019].
  7. Pérez Bucio, É. (2006). ROMPE EL FISGÓN MITO SOBRE POSADA. [online] Fondo de Cultura Económica. Available at: fondodeculturaeconomica.com [Accessed 25 Jan. 2019].