Arte

Danza de las Guacamayas: origen y características


La danza de las guacamayas es una de esas manifestaciones artísticas de Guatemala que han trascendido la línea del tiempo, negándose a cruzar el umbral de la modernidad. Al igual que la danza, la música o la pintura que podemos encontrar en las grandes construcciones mayas, son ejemplo de este amor por lo milenario.

En el periodo precolombino, Verapaz era parte del territorio constituido por la civilización Maya, manteniéndose a raya de la persecución española. Se conoce que a pesar de la gran resistencia, los mayas no pudieron hacerle frente al trabajo de misioneros que llegaba continuamente de los barcos y de las Antillas, llenando así toda la Alta Verapaz de esclavos negros, quienes posteriormente se trasladarían a tierras en el interior.

En el siglo XIX se transformaría en una de las provincias encargadas de surtir de café a toda la región, convirtiéndose en la más importante hasta fecha. No por este hecho, las tradiciones orales dejan de cumplirse, sobreviviendo hasta nuestros días la discutida Danza de las Guacamayas.

La danza de las guacamayas, como tradicionalmente se le conoce en el país, es una representación de carácter ritualista que se disgrega hasta nuestros días por la tradición oral de los más ancianos, quienes en contacto con la marimba y el tun, logran evocar una tradición única en el mundo, siendo estandarte de la cultura prehispánica y colonial de Guatemala.

Originaría de la provincia de Verapaz, la danza narra con teatralidad la pérdida de un cazador Maya que, en las oscuras e intrincadas selvas, rapta a una princesa y cae en la misericordia del Dios de los Barrancos o Cerros, quien lo ayudó a encontrar su camino mandándole una bandada de guacamayas para guiarlo de regreso a casa.

Cabe acotar que la Guacamaya es la representación terrenal del Dios Sol en la antigüedad. He allí el porqué esta tradición sigue manteniéndose como una de las más importantes de Guatemala; por su peso místico en la oralidad.

Esta tradición se lleva a cabo los días 30 de abril. Los participantes llevan consigo túnicas escarlatas, como las de las guacamayas, adornadas con plumajes y retazos amarillos, y una pesada máscara de pico ganchudo para asemejarse aún más al animal, sin olvidar algunas coronas que se alzan por encima en forma de bengalas.

Además de la indumentaria salvaje, están los papeles del cazador, su esposa y la hija a la que se le tiene por nombre Princesa.

Dentro de la tradición, se tiene estipulado el sacrificio de un gallo, cuya sangre es regada en las máscaras de guacamaya para alimentarla, o como se le dice, despertarlas ante el ritual con la finalidad de no hacer molestar a los dioses. Posteriormente se ingiere b´oj, una bebida pasada, muy típica de las regiones altas de Verapaz.

Pasada la media noche, los bailarines comienzan la peregrinación hacia lo que llaman El Calvario, un lugar sagrado lleno de pináculos y altares en donde danzarán sin parar en las próximas horas con la intención de apaciguar el deseo de los dioses y encarnar el viaje de aquel cazador Maya dentro de la selva, del cual los altísimos se apiadaron de su alma.

Luego continúan la travesía en una larga procesión hasta la catedral del pueblo, donde con las primeras luces del alba llamarán al resto del pueblo entre trompetas y tunes. Las formas antiguas musicales se mantienen en estructura, sin haber evolucionado en su ritmo y preparación. Además de las fiestas de estas regiones, el tun, o tambor de madera, continúa usándose en otras festividades.

Los cohetes y fuegos artificiales, con una gran parafernalia de pirotecnia, se sumarán en las siguientes horas hasta que nuevamente los bailarines inicien la marcha hacia el lugar donde reposa la Virgen de Santa Elena. En este punto, la tradición indica que las Guacamayas deben repartir la carne en venganza de la niña del cazador ya muerta según el cuento.

La danza de las Guacamayas, o el Maa’muun, es una de las primeras manifestaciones teatrales en América antes de la conquista española. Se caracteriza por su vistosa ceremonia que combina la música, el teatro y los ritos antiguos de la nación hasta donde se tienen registros.

Hoy en día, El Comité Cultural Maa’Muun vela por la conservación, así como también la promoción en los medios masivos de comunicación de este antiguo ballet. Dicho organismo está constituido por un grupo de fundaciones para que el municipio de Verapaz preserve dicha danza como patrimonio cultural del mismo y de la nación, aupando así los valores culturales necesarios para que la tradición no deje de realizarse año tras año.