Miriápodos: características, clasificación, ejemplos de especies
Los miriápodos son una superclase del filo Arthropoda que está conformado por los ciempiés y los milpiés, entre otros miembros menos conocidos. La característica principal de los miriápodos es que presentan un cuerpo claramente segmentado, a partir del cual emergen diversos apéndices que pueden cumplir funciones de locomoción u otras como masticación o captación de presas.
Así mismo, algunas de las especies de miriápodos sintetizan toxinas o venenos que utilizan para inocular a sus presas y así poder engullirlas sin problema. Sin embargo, en ocasiones el ser humano ha tenido encuentros con alguna especie venenosa y ha sido víctima de su picadura. En los seres humanos, el veneno puede generar intensas reacciones alérgicas y de inflamación local.
Índice del artículo
- 1 Taxonomía
- 2 Características
- 3 Morfología
- 4 Hábitat y distribución
- 5 Alimentación
- 6 Reproducción
- 7 Respiración
- 8 Clasificación
- 9 Ejemplos de especies
- 10 Referencias
Taxonomía
La clasificación taxonómica de los miriápodos es la siguiente:
– Dominio: Eukarya.
– Reino: Animalia.
– Filo: Arthropoda.
– Subfilo: Mandibulata.
– Infrafilo: Tracheata.
– Superclase: Myriapoda.
Características
Los miriápodos son organismos eucariotas, además de pluricelulares. Sus células, en las que el ADN se encuentra delimitado dentro del núcleo celular, se han especializado en diversas funciones, ya sean digestivas, excretoras o de reproducción, entre otras.
Igualmente, si se estudia su proceso de desarrollo embrionario se puede apreciar que durante este aparecen las tres capas germinativas (endodermo, mesodermo y ectodermo). Debido a esto se les denomina animales triblásticos.
Al trazar una línea imaginaria por el plano longitudinal del animal, se obtienen dos mitades exactamente iguales, lo que permite afirmar que presentan simetría de tipo bilateral.
Así mismo, los miriápodos son organismos dioicos. Es decir, los sexos se encuentran separados. Hay individuos de sexo femenino e individuos de sexo masculino. De igual forma, son ovíparos, ya que se reproducen a través de huevos que son puestos por la hembra luego de la fecundación.
Morfología
-Anatomía externa
La principal característica de los miriápodos es que, como todos los artrópodos, presentan un cuerpo dividido en segmentos denominados tagmas. Específicamente, el cuerpo de los miriápodos se encuentra segmentado en tres de ellos: cabeza, tórax y abdomen. Sin embargo, esta división no se distingue a simple vista, especialmente entre el tórax y el abdomen.
Cabeza
Está constituida en primer lugar por el acrón. Este no es más que una región que no se encuentra segmentada. Aparte del acrón, la cabeza está conformada también por varios segmentos, que pueden ser 5 o 6.
El elemento que sobresale más de esta parte del animal es el par de antenas que presenta. En la base de estas, se encuentran unos poros que se comunican con unas estructuras llamadas órganos de Tömösvary.
Estos son órganos de índole sensorial que se ubican en pares y que, a pesar de que su función no ha sido demostrada, se cree que tiene que ver con la detección de sustancias químicas (gusto, olfato) y la audición, entre otros.
Igualmente, de la cabeza se desprenden dos apéndices que presentan un área basal muy engrosada y dura que puede estar modificada anatómicamente con elementos que pueden ser cortantes o masticadores. En algunas especies, estos apéndices mandibulares se encuentran modificados para cumplir funciones de excavación.
Después de las mandíbulas también pueden estar presentes uno o dos pares de maxilares. Por supuesto, esto depende de la especie de miriápodo.
Un elemento muy importante en la anatomía de la cabeza de un miriápodo es la presencia de unos apéndices modificados conocidos con el nombre de forcípulas. Estas suelen ser gruesas en su base y tener forma de pinza.
En su extremo son puntiagudas y tienden a tener una coloración negruzca. Están asociadas a unas glándulas sintetizadoras de veneno. Las forcípulas sirven para inocular el veneno a las posibles presas.
Tórax – abdomen
Constituyen el resto del cuerpo del animal. Es importante destacar que entre el tórax y el abdomen no existe ningún elemento anatómico que pueda tomarse para establecer el límite entre una región y otra. De manera tal que muchos especialistas deciden denominar a esta zona simplemente tronco.
El tronco se encuentra dividido en segmentos, que se conocen con el nombre de metámeros. De cada uno de ellos sale un número específico de apéndices, dependiendo de la especie. Por ejemplo, los quilópodos presentan un solo par de apéndices, en tanto que los diplópodos presentan dos pares de éstos.
Es importante destacar que estos apéndices que se desprenden de cada segmento tienen funciones relacionadas con la locomoción del animal. Así mismo, el número de metámeros es variable, de acuerdo con la especie. Es así como hay miriápodos cuyo cuerpo consta de unos 10 segmentos, mientras hay otros que pueden llegar a tener más de 150.
-Anatomía interna
La anatomía interna de los miriápodos es un poco compleja. Presentan estructuras que a lo largo de su desarrollo se van especializando para cumplir con funciones específicas como la digestión, la respiración y la excreción, entre otras.
Sistema digestivo
El sistema dedicado a la digestión es de los más sencillos que pueden observarse entre individuos de filo de los artrópodos. Al igual que en la mayoría de estos, el sistema digestivo se encuentra dividido en tres zonas especializadas: el estomodeo, el mesodeo y el proctodeo.
Está constituido por una cavidad denominada boca, la cual se continúa con la faringe y posteriormente el esófago. Algunas especies presentan buche y molleja. Además presenta un intestino medio y el segmento final o proctodeo.
Es importante mencionar que a nivel de la boca es posible encontrar unas glándulas salivales, cuya función es la síntesis y secreción de saliva. En esta se encuentran disueltas diversas sustancias químicas, como por ejemplo las enzimas digestivas que ayudan en el procesamiento de los alimentos que ingieren.
Así mismo, las células que conforman el intestino medio secretan una serie de enzimas digestivas que actúan sobre los componentes del bolo alimenticio degradándolo aún más.
El último segmento, el proctodeo, culmina con el orificio anal, en el cual también desembocan los tubos de Malpighi que forman parte del sistema excretor.
Sistema nervioso
El sistema nervioso de los miriápodos podría considerarse altamente especializado, si se compara con el de otros artrópodos menos evolucionados. Sigue el mismo patrón que consiste en una formación nerviosa de tipo cerebral, cordones nerviosos de ubicación ventral que se extienden a todo lo largo del animal y ganglios nerviosos en cada metámero.
La formación cerebral es el resultado de la unión de tres acúmulos neuronales: protocerebro, deutocerebro y tritocerebro.
El protocerebro se encarga de todo lo relacionado con la secreción de sustancias de tipo endocrino y con la información recolectada por los órganos de la vista (en aquellas especies que cuentan con ellos).
El deutocerebro procesa toda la información que es captada a través de los receptores presentes en las antenas y se cree que, en menor medida, en información referente a los sentidos del olfato y el gusto.
El tritocerebro recopila información de los diferentes apéndices que tiene el animal, ya sean las patas o los apéndices bucales.
En lo referente a los órganos de los sentidos, en la cabeza se pueden encontrar, aparte de los órganos de Tömösvary, una especie de ojos rudimentarios. Estos se caracterizan por no presentar omatidios (receptores sensoriales que pueden distinguir entre colores). Igualmente, algunas especies presentan un falso ojo compuesto.
Sistema circulatorio
Como en todos los artrópodos, el sistema circulatorio es abierto, con una especie de laguna (hemocele) a donde llega la hemolinfa, que es el líquido circulante. En este líquido la única célula especializada son los amebocitos, que se encargan de la coagulación entre otras funciones.
Los miriápodos presentan un corazón que tiene forma cilíndrica y se extiende por toda la longitud del animal. Por cada segmento, el corazón presenta un par de ostiolos, así como también arterias.
Un elemento importante que se presenta en este tipo de animales es la arteria aorta, la cual tiene dirección cefálica.
Sistema excretor
El sistema excretor de los miriápodos es sencillo. Se encuentra conformado por los llamados tubos de Malpighi. Estos, de los que hay uno o dos pares, son ciegos y desembocan a nivel del proctodeo, donde liberan las sustancias de desecho.
Entre las sustancias que desechan los miriápodos se encuentra el nitrógeno en forma de ácido úrico.
Igualmente, a nivel de la cabeza, específicamente en el gnatoquilario, se aprecian unas glándulas maxilares que también son de naturaleza excretora.
Sistema respiratorio
Los miriápodos presentan un sistema respiratorio de tipo traqueal. Tienen una red de conductos denominados tráqueas que se encuentran distribuidas por toda su anatomía. Esas tráqueas se comunican con el exterior a través de unos orificios conocidos como espiráculos.
En el interior del animal las tráqueas se van ramificando en conductos cuyo diámetro es cada vez más pequeño que llegan a cada célula para el intercambio gaseoso.
Hábitat y distribución
El grupo de los miriápodos se encuentra ampliamente distribuido por todo el planeta. Han logrado colonizar una gran variedad de ecosistemas, exceptuando los polos.
Así mismo, son animales netamente terrestres, por lo que no es posible encontrarlos en ambientes acuáticos. A pesar de esto, se ha establecido que los miriápodos necesitan vivir cerca de ambientes con amplia disposición de agua, como los lugares circundantes de lagos o ríos.
Igualmente, los especialistas han registrado que las especies de miriápodos son particularmente abundantes y diversas en las zonas tropicales, en tanto que en las zonas más alejadas y cercanas a los polos no lo son tanto.
Los miriápodos son animales de hábitos nocturnos, por lo que es común durante el día encontrarlos en lugares oscuros como debajo de rocas. Los grandes depredadores de esta superclase generalmente salen a cazar en la noche.
Alimentación
Dentro del grupo de los miriápodos, las preferencias alimenticias son ampliamente variadas. Hay especies que son carnívoras depredadoras como la Scolopendra cingulata, la cual se alimenta de pequeños invertebrados.
De igual forma, hay especies que son herbívoras, como por ejemplo las pertenecientes a la clase Symphyla. Así como también hay especies omnívoras y que se alimentan de pequeños invertebrados y plantas.
En este mismo orden de ideas, las especies de la clase Pauropoda son saprófagas, es decir, se alimentan de la materia orgánica en descomposición.
Ahora bien, en lo referente al tipo de digestión, en los miriápodos se observan tanto la digestión interna como la externa.
La digestión interna es aquella en la que el animal engulle a la planta o a la presa, después de inocularle a esta el veneno, y dentro del cuerpo del miriápodo ocurre todo el proceso digestivo.
En este sentido, el alimento es sometido a la acción de las enzimas digestivas dentro de la boca y la faringe para ser convertido en sustancias fácilmente absorbibles por el organismo del animal.
Por otra parte, en la digestión externa el animal secreta una serie de enzimas digestivas que actúan directamente sobre el alimento a ingerir, procesándolo y convirtiéndolo en una especie de papilla que el animal finalmente ingiere.
Indistintamente del tipo de digestión, es a nivel del intestino medio donde se absorben los nutrientes producto del procesamiento de los alimentos. Finalmente, es a través del proctodeo, específicamente del ano, donde son liberadas las sustancias no asimiladas durante el proceso de digestión.
Reproducción
Los miriápodos se reproducen de forma sexual, con la fusión de gametos masculinos y femeninos. Así mismo, el tipo de fecundación es indirecta; es decir, que a pesar de ocurrir en el interior del cuerpo de la hembra no se requiere que haya cópula entre los individuos. Sin embargo, hay unas cuantas especies en las que sí ocurre el acto de copulación.
El proceso de reproducción es el siguiente: el macho libera una estructura denominada espermatóforo, en la que se encuentra contenido su esperma. Seguidamente la hembra lo recoge y se lo introduce, dando lugar a una autofecundación.
Una vez que ocurre esto, la hembra pone los huevos, generalmente en un sitio seguro como algún agujero preparado por ella en la tierra. Una característica distintiva de los miriápodos es que una vez puestos los huevos, la hembra los custodia protegiéndolos de posibles depredadores hasta que eclosionan.
El grupo de los miriápodos se caracteriza por tener un desarrollo directo. Esto implica que cuando los huevos eclosionan el individuo que emerge de ellos presenta características muy similares a las de los individuos adultos. Es decir, no experimentan estadios larvarios.
Por supuesto, el individuo joven no tiene aún el tamaño alcanzado por los ejemplares adultos, de manera tal que durante su vida experimentará varios procesos de muda en los que deberá generar un nuevo exoesqueleto que cada vez se vaya adaptando a sus nuevas dimensiones. Esto ocurrirá hasta alcanzar el tamaño estándar de los adultos de cada especie.
Respiración
El tipo de respiración de los miriápodos es traqueal, es decir, se da a través de un conjunto de conductos ramificados que llegan directamente a cada célula.
El aire ingresa a través de unos orificios llamados espiráculos y recorre toda la red de conductos hasta llegar a las células. A nivel de las traqueolas, que son los conductos más pequeños, es donde ocurre el intercambio gaseoso.
En este, el oxígeno del aire pasa al interior de la célula y el dióxido de carbono, desecho metabólico de la célula, sale de esta para ser expulsado a través de los espiráculos.
Es importante destacar que el intercambio gaseoso ocurre a través de un proceso de transporte pasivo llamado difusión, el cual se da a favor del gradiente de concentración. Esto quiere decir que cada gas va a difundir desde donde está más concentrado hacia el sitio en el que hay menos concentración de él.
Clasificación
Los miriápodos se encuentran clasificados en cuatro clases: Chilopoda, Pauropoda, Diplopoda y Symphila.
– Chilopoda: es la clase que abarca a todas las especies de los llamados ciempiés, así como también a las famosas escolopendras. Los miembros de este grupo poseen aproximadamente 21 segmentos en su cuerpo y son de hábitos nocturnos. Son conocidos por sus potentes forcípulas venenosas.
– Pauropoda: son los miriápodos más pequeños que existen, ya que su tamaño es de tan solo unos milímetros. Son saprófagos y habitan principalmente lugares húmedos en los que tienen abundante disposición de alimentos. Presentan un exoesqueleto blando.
– Diplopoda: es la clase que está constituida por los milpiés. La característica distintiva de este grupo de individuos es que presenta dos pares de apéndices por cada segmento del cuerpo. Los segmentos corporales se encuentran fusionados de dos en dos.
– Symphila: son un grupo de miriápodos de pequeño tamaño (hasta 8 mm de longitud). El color de su cuerpo es blanquecino e incluso puede llegar a ser traslúcido. Pueden llegar a tener hasta 12 pares de patas. Se encuentran principalmente en lugares oscuros y húmedos como en la hojarasca o debajo de piedras.
Ejemplos de especies
Los miriápodos forman uno de los grupos de artrópodos más diversos. Abarca más de 16.000 especies. Entre estas, las más representativas o destacadas son:
– Diplopoda: Nipponesmus shirinensis, Oxidus gracilis y Epibolus pulchripes, entre muchas otras.
– Chilopoda: Scolopendra cingulata, Lithobius castaneus, Scutigera coleoptrata y muchas más.
Referencias
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- Brusca, R. C. & Brusca, G. J., (2005). Invertebrados, 2ª edición. McGraw-Hill-Interamericana, Madrid
- Cobo, F. y González, M. (2004). Miriápodos. Generalidades. Capítulo del libro Zoología, Vol XVII
- Cupul, F. (2011). Los miriápodos en el libro de Moisés Herrera. Ciencia y Cultura. 18 (83). 15-17
- Curtis, H., Barnes, S., Schneck, A. y Massarini, A. (2008). Biología. Editorial Médica Panamericana. 7° edición
- Hickman, C. P., Roberts, L. S., Larson, A., Ober, W. C., & Garrison, C. (2001). Integrated principles of zoology (Vol. 15). McGraw-Hill.
- Shelley, R. (1999). Los ciempiés y milpiés, con énfasis en la fauna de América del Norte. The Kansas School Naturalist. 45 (3).