¿Cuál es la diferencia entre emociones y sentimientos?
La diferencia entre emoción y sentimiento, un debate que nace de dos términos que a menudo se suelen confundir, tanto en el lenguaje cotidiano de las personas como en el lenguaje científico, ya que sus definiciones causan bastante confusión a la hora de distinguir entre uno u otro.
Ya en 1991, el psicólogo Richard. S. Lazarus, sugirió una teoría en la que incluyó el concepto de sentimiento en el marco de las emociones.
En esta teoría, Lazarus consideró sentimiento y emoción como dos conceptos que están interrelacionados, por lo cual la emoción englobaría en su definición al sentimiento. Así, el sentimiento para Lazarus es el componente cognitivo o subjetivo de la emoción, la experiencia subjetiva.
En este artículo os voy a explicar en primer lugar qué es una emoción y, brevemente, las diferentes emociones primarias que existen y, posteriormente, pasaré a explicar el concepto de sentimiento y las diferencias que existen entre ambos.
¿Qué son exactamente las emociones y los sentimientos?
Definición de emoción
Las emociones son los efectos producidos por un proceso multidimensional que ocurre a nivel:
- Psicofisiológico: cambios en la actividad fisiológica.
- Conductual: preparación para la acción o movilización del comportamiento.
- Cognitivo: el análisis de las situaciones y su interpretación subjetiva en función de la historia personal del individuo.
Los estados emocionales son consecuencia de la liberación de hormonas y neurotransmisores, que luego convierten estas emociones en sentimientos. Las respuestas a los estímulos provienen tanto de los mecanismos innatos del cerebro (estas son las emociones primarias) como de los repertorios conductuales aprendidos a lo largo de la vida del individuo (emociones secundarias).
Los neurotransmisores más importantes que participan en la formación de las emociones son: la dopamina, serotonina, noradrenalina, cortisol y la oxitocina. El cerebro es el encargado de convertir a las hormonas y neurotransmisores en sentimientos.
Es importante tener muy claro que una emoción nunca es buena ni mala como tal. Todas tienen un origen evolutivo, por lo que es una respuesta del organismo a diversos estímulos para la supervivencia del individuo.
Una emoción también se manifiesta de forma universal en la comunicación no verbal. Las expresiones faciales son universales y hacen constar de la emoción que se está sintiendo en ese momento.
Funciones de las emociones
- Función adaptativa: preparan al individuo para la acción. Esta función la puso de manifiesto por primera vez Darwin, el cual trató la emoción con la función de facilitar la conducta apropiada a cada situación concreta.
- Social: comunicar nuestro estado de ánimo.
- Motivacional: facilitan las conductas motivadas.
Principales emociones primarias o básicas
Las emociones básicas son aquellas que todo ser humano ha experimentado alguna vez en la vida. Estas son:
- Sorpresa: la sorpresa tiene como función adaptativa la exploración. Facilita la atención, focalizándola, y promoviendo conductas de exploración y curiosidad hacia la situación novedosa. Además, se activan procesos cognitivos y recursos hacia la situación sorpresiva.
- Asco: esta emoción tiene como función adaptativa el rechazo. Gracias a esta emoción se producen respuestas de escape o evitación ante estímulos desagradables o potencialmente dañinos para nuestra salud. Además, se potencian hábitos saludables e higiénicos.
- Alegría: su función adaptativa es la afiliación. Esta emoción hace que aumentemos nuestra capacidad de disfrute, genera actitudes positivas tanto hacia uno mismo como hacia los demás. A nivel cognitivo, también favorece los procesos de memoria y aprendizaje.
- Miedo: tiene como función adaptativa la protección. Esta emoción nos ayuda a tener respuestas de escape y evitación ante situaciones peligrosas para nosotros. Focaliza la atención primordialmente hacia el estímulo temido, facilitando que se reaccione rápidamente. Por último, también moviliza gran cantidad de energía que nos permitirá ejecutar respuestas mucho más rápidas e intensas de cómo lo haríamos en una situación que no produjera miedo.
- Ira: su función adaptativa es la autodefensa. La ira aumenta la movilización de la energía necesaria en las respuestas de autodefensa hacia algo peligroso para nosotros. La destrucción de los obstáculos que nos generan frustración y que nos impiden conseguir nuestros objetivos o metas.
- Tristeza: esta emoción tiene como función adaptativa la reintegración. Con esta emoción es aparentemente difícil poder visualizar los beneficios de la misma. No obstante, esta emoción nos ayuda a aumentar la cohesión con otras personas, especialmente con aquellas que se encuentran en el mismo estado emocional que nosotros. En un estado de tristeza, nuestro ritmo habitual de actividad general disminuye, pudiendo prestar así más atención a otros aspectos de la vida que, en un estado de actividad normal, no nos habríamos parado a pensar en ellos.
Además, nos ayuda a buscar el auxilio en otras personas. Esto fomenta la aparición de empatía y altruismo, tanto en la persona que está sintiendo la emoción, como en los que reciben la demanda de ayuda.
Definición de sentimiento
El sentimiento es la experiencia subjetiva de la emoción. Tal y como describieron Carlson y Hatfield en 1992, el sentimiento es la evaluación, momento a momento, que un sujeto realiza cada vez que se enfrenta a una situación. Es decir, el sentimiento sería la suma de la emoción instintiva y breve, junto con el pensamiento que obtenemos de forma racional de esa emoción.
Pasando por el razonamiento, la consciencia y sus filtros, así se crea el sentimiento. Además, este pensamiento puede alimentar o mantener el sentimiento haciéndolo más duradero en el tiempo.
El pensamiento, igual que tiene el poder de alimentar cada emoción, puede ejercer el poder de gestionar estas emociones y evitar alimentar una emoción en el caso de que sea negativa.
Este es un proceso que requiere entrenamiento, pues gestionar una emoción, sobre todo para frenarla, no es algo que se aprenda fácilmente, es algo que conlleva un proceso de aprendizaje largo.
Los sentimientos en la infancia
La infancia es una etapa que tiene una gran importancia en el desarrollo de los sentimientos.
En la relación con los padres, se aprende la base de querer y saber comportarse socialmente. Si los lazos afectivos entre los padres y los hijos progresan positivamente, en la etapa adulta estos niños y niñas llegarán con un sentimiento de seguridad en sí mismo.
Los vínculos familiares trabajados desde la primera edad cultivarán y generarán una personalidad con capacidad de amar, respetar y convivir armónicamente en su etapa adolescente y adulta.
Cuando no expresamos nuestros sentimientos o lo hacemos de una manera inadecuada, nuestros problemas aumentan pudiendo verse afectada de manera importante incluso nuestra salud.
La duración de un sentimiento
La duración de un sentimiento depende de diversos factores como son los cognitivos y los fisiológicos. Tiene su origen a nivel fisiológico en el neocortex (cerebro racional), localizado en el lóbulo frontal del cerebro.
Aunque los sentimientos mejoran la preparación para actuar, no son conductas como tal. Es decir, uno se puede sentir enfadado o molesto y no por ello tener un comportamiento agresivo.
Algunos ejemplos de sentimientos son el amor, los celos, el sufrimiento o el dolor. Como ya hemos hablado y puedes imaginar al poner estos ejemplos, efectivamente los sentimientos son de una duración por lo general bastante larga.
El desarrollo de la empatía permite a las personas poder entender los sentimientos de las demás personas.
Diferencias entre emoción y sentimiento
En relación a las diferencias entre emoción y sentimiento, el neurólogo portugués Antonio Damasio hizo una definición sobre el proceso por el que se pasa de la emoción al sentimiento, en la que se refleja con bastante claridad la diferencia más característica de ambos:
“Cuando experimentas una emoción, por ejemplo la emoción de miedo, hay un estímulo que tiene la capacidad de desencadenar una reacción automática. Y esta reacción, por supuesto, empieza en el cerebro, pero luego pasa a reflejarse en el cuerpo, ya sea en el cuerpo real o en nuestra simulación interna del cuerpo. Y entonces tenemos la posibilidad de proyectar esa reacción concreta con varias ideas que se relacionan con esas reacciones y con el objeto que ha causado la reacción. Cuando percibimos todo eso es cuando tenemos un sentimiento.”
Las emociones operan desde el principio de la vida de una persona en el nacimiento como un sistema de alerta. Así, el bebé se manifiesta mediante el lloro cuando tiene hambre, quiere cariño o demanda otros cuidados.
Ya en la edad adulta, las emociones comienzan a moldear y mejorar el pensamiento al dirigir nuestra atención hacia los cambios importantes.
Gracias al pensamiento, cuando nos preguntamos por ejemplo, ¿Cómo se siente esta persona?, esto permite tener un planteamiento en tiempo real del sentimiento y de las características de este.
También, esto nos puede ayudar a adelantar sentimientos ante una situación futura creándonos un escenario emocional de la mente y así poder decidir de la forma más correcta nuestra conducta, anticipando los sentimientos resultantes de estas situaciones.
Las diferencias fundamentales
A continuación, voy a detallar algunas de las diferencias entre emoción y sentimientos:
- Las emociones son procesos muy intensos pero, a la vez, muy breves. El hecho de que la emoción tenga su duración corta no significa que su experiencia emocional (es decir, el sentimiento) sea igual de breve. El sentimiento es el resultado de la emoción, un estado de ánimo afectivo subjetivo generalmente de larga duración consecuencia de la emoción. Este último durará tanto como nuestro consciente dedique tiempo a pensar en él.
- El sentimiento es, pues, la respuesta racional que le damos a cada emoción, la interpretación subjetiva que generamos ante toda emoción teniendo como factor fundamental nuestras experiencias pasadas. Es decir, una misma emoción puede desencadenar en diversos sentimientos dependiendo de cada persona y el significado subjetivo que le dé.
- Las emociones, como ya he explicado anteriormente, son reacciones psicofisiológicas que ocurren ante diversos estímulos. Mientras que los sentimientos son una reacción de evaluación consciente de las emociones.
- Otra diferencia esencial entre emoción y sentimiento es que la emoción se puede crear de forma inconsciente, mientras que en el sentimiento siempre hay un proceso consciente de por medio. Este sentimiento puede regularse por medio de nuestros pensamientos. Las emociones que no se perciben como sentimientos se quedan en el inconsciente aunque, sin embargo, pueden tener efecto sobre nuestras conductas.
- La persona que es consciente de un sentimiento tiene acceso a su estado anímico para, como ya he comentado, aumentarlo, mantenerlo o extinguirlo. Esto no ocurre con las emociones, que son inconscientes.
- El sentimiento se distingue de la emoción por estar constituido por un número mayor de elementos intelectuales y racionales. En el sentimiento ya existe alguna elaboración con la intención de entender y comprender, una reflexión.
- Un sentimiento puede estar producido por una mezcla compleja de emociones. Esto es, se puede sentir rabia y amor hacia una persona a la vez.
Es muy útil usar nuestros pensamientos para poder intentar entender nuestras emociones y sentimientos tanto positivos, pero sobre todo negativos. Para ello, resulta eficaz expresar nuestros sentimientos para explicarle a la otra persona y que se pueda poner en nuestro lugar de la forma más empática y objetiva posible.
Si estás tratando de hablar con alguien acerca de tus sentimientos, es recomendable ser lo más específico posible sobre cómo nos sentimos además del grado de ese sentimiento.
Además, debemos ser lo más concretos posibles a la hora de especificar la acción o el evento que nos hizo sentir de esa manera para mostrar la mayor objetividad posible y no hacer sentir a la otra persona como que se le está acusando a él directamente.
Para finalizar, voy a poner un ejemplo de proceso por el cual una emoción instintiva y a corto plazo pasa a ser, mediante el razonamiento, un sentimiento.
Este es el caso del amor. Este puede comenzar con una emoción de sorpresa y alegría de que alguien mantenga su atención en nosotros durante un tiempo.
Cuando ese estímulo se extingue, es cuando nuestro sistema límbico informará de la ausencia del estímulo y la conciencia se dará cuenta de que ya no está. Es cuando se pasa al amor romántico, sentimiento que perdura más a largo plazo.
Referencias
- The Feeling of What Happens: Body and Emotion in the Making of Consciousness, Harvest Books, octubre de 2000 (ISBN 0-15-601075-5)
- Descartes’ Error: Emotion, Reason and the Human Brain, Pan Macmillan, abril de 1994, (ISBN 0-380-72647-5)
- Looking for Spinoza: Joy, Sorrow, and the Feeling Brain, Harcourt, febrero de 2003 (ISBN 0-15-100557-5)
- Self Comes to Mind: Constructing the Conscious Brain, Pantheon, 2010
- Abe, J.A e Izard, C.E (1999). The developmental functions of emotions: An analysis in terms of differential Emotions Theory. Cognition and Emotion, 13, 523-549.
- Aber, J.L, Brown, J.L. y Henrich, C.C (1999). Teaching conflict resolution: an effective school-based approach to violence prevention. New York: National Center for Children in Poverty, The Joseph L.Mailman School of public Health, Columbia University.
- Davidson, R. J., Jackson, D.C y Kalin. N.H.(2000) Emotion, plasticity, context, and regulation: Perspectives from affective neuroscience. Psycological Bulletin, 126, 890-909.