Medicina

Diphyllobothrium latum: qué es, morfología, ciclo biológico, síntomas


¿Qué es Diphyllobothrium latum?

Diphyllobothrium latumes un parásito plano de la clase Cestoda que puede causar infecciones en el humano. La enfermedad que produce recibe varios nombres: botriocefaliasis, difilobotriasis o botriocefalosis, pero todas se refieren a la misma enfermedad parasitaria intestinal.

La infección por este platelminto ocurre al consumir peces crudos o pobremente cocidos. Esta característica limitaba la patología a aquellas regiones con hábitos culinarios que incluyen pescado crudo, como Asia, el Ártico y América, pero la globalización del sushi y el ceviche como platos comunes ha difundido el parásito a nivel mundial.

Estos parásitos tienen una morfología y un ciclo de vida realmente interesantes. La forma de infección de los humanos —su principal huésped— y de otros mamíferos y aves se da por vía oral, aunque llegar hasta este punto es un proceso largo y complejo con muchas aristas y variables.

La sintomatología que produce es muy inespecífica, en su mayoría relacionada con el aparato gastrointestinal. Llegar al diagnóstico no es tan sencillo porque no se suele pensar en esta posibilidad y muchas veces se logra gracias a hallazgos fortuitos. El tratamiento puede ser algo complicado, pero casi siempre eficaz.

Morfología

Desde el punto de vista taxonómico, al igual que cualquier miembro del filo platelminto y la clase Cestoda, el Diphyllobothrium latum es un gusano plano y acintado. Tiene un escólex (cabeza) más alargado que la mayor parte de los otros miembros de su clase y posee discos succionadores en vez de las habituales ventosas.

Estos parásitos tienen una zona de proliferación o cuello justo después del escólex y el resto del cuerpo está compuesto por numerosos segmentos o proglótides, cada uno con su juego propio de órganos genitales de ambos sexos; es decir, son hermafroditas. Algunos autores han descrito especímenes con hasta 4000 segmentos en su extensión.

El Diphyllobothrium latum es uno de los parásitos más largos que puede afectar al humano: pueden crecer dentro del intestino desde 2 hasta 15 metros.

Su longitud máxima alcanzada ha sido de 25 metros. La tasa de crecimiento puede alcanzar 22 cm al día (es decir, casi 1 cm por hora) y sobreviven hasta 25 años en el interior del organismo.

Ciclo biológico

El desarrollo de estos parásitos involucra hasta dos huéspedes intermedios y varias etapas evolutivas antes de llegar al huésped definitivo: el humano.

Huevo y coracidio

Los huevos que viajan en las heces humanas no son embrionados y poseen un opérculo en su porción más angosta. Cuando las heces llegan al agua se convierten en larvas de primera etapa (oncósfera), las cuales se cubren con una envoltura exterior ciliada, formando así un coracidio que se abre al contacto con el agua, volviéndose embrionado.

Primer huésped

El coracidio móvil nada en el agua, lo cual atrae a los posibles primeros huéspedes intermedios. Estos huéspedes iniciales son crustáceos de la subclase copépodos, que forman parte del plancton en la mayoría de las masas de agua en el planeta (océanos, mares, ríos, lagos, entre otros).

Los coracidios penetran en las paredes intestinales de los copépodos y se transforman en procercoides, los cuales carecen de escólex y órganos genitales, pero tienen un apéndice posterior que contiene ganchos embrionarios.

Segundo huésped

Los copépodos infectados con procercoides son ingeridos por peces de agua dulce o salada; los salmones sienten verdadera predilección por estos crustáceos.

Ya en el interior, los procercoides se desplazan hasta los tejidos musculares, órganos y cavidad abdominal del pez y allí se convierten en plerocercoides.

Estos plerocercoides pueden encontrarse sin cápsulas en el interior del pez, aunque rodeados por un tejido conectivo quístico. Algunos se encapsulan automáticamente al ubicarse en los músculos del pez, siendo esta la parte más ingerida por los huéspedes finales del parásito.

Huésped definitivo

Los humanos, así como ciertos mamíferos o aves ictiófagas, son los huéspedes definitivos. La carne de pescados contaminada es consumida por el huésped y los plerocercoides se desarrollan rápidamente en gusanos adultos dentro del intestino. Allí ponen sus primeros huevos después de 2 a 6 semanas de la infección y dan inicio a un nuevo ciclo biológico.

El Diphyllobothrium latum, así como la mayoría de miembros de su especie, tiene baja especificidad por el huésped. Esto significa que los humanos pueden infectarse por especies que normalmente afectan a otros mamíferos o aves y viceversa.

Síntomas que produce

Pese al gran tamaño de estos parásitos y las amplias áreas que ocupan en el aparato gastrointestinal del huésped, muchas infecciones son asintomáticas. Cerca del 20 % de los pacientes presenta síntomas inespecíficos como dolor o incomodidad abdominal, diarrea y constipación.

Otros síntomas pueden ser fatiga, dolor de cabeza, reacciones alérgicas y dolor en la lengua al comer. Infestaciones masivas pueden ocasionar obstrucción intestinal, colangitis y colecistitis, especialmente a causa de pequeños segmentos del parásito que se desprenden y migran hacia el colédoco y la vesícula biliar.

La infección prolongada o intensa por Diphyllobothrium latum puede causar anemia megaloblástica debido a una disociación mediada por el parásito del factor intrínseco de vitamina B12 dentro de la luz intestinal, haciendo que dicha vitamina no esté disponible para el huésped. Cerca del 80 % de la ingesta de vitamina B12 es absorbida por el gusano.

Tratamiento

Antiparasitarios

Los gusanos adultos de Diphyllobothrium latum son fácilmente tratables con Praziquantel, un fármaco antihelmíntico que afecta el calcio dentro del parásito, paralizándolo y evitando que se fije a las paredes del intestino.

Esta droga también altera la absorción de adenosina, por lo que el gusano no puede sintetizar purinas, siendo incapaz de crecer y reproducirse.

Una dosis única de 25 mg/kg de peso ha demostrado ser altamente efectiva contra el Diphyllobothrium latum. Otra droga antihelmíntica, la niclosamida, también es efectiva contra este parásito en su dosis habitual única de 2 gramos por vía oral, la cual puede ser administrada en pacientes mayores de 6 años.

Los efectos adversos de estas dos drogas no son muy severos y pueden ser tratados sin mayores complicaciones. Los más importantes son: malestar general, mareos, dolor abdominal con o sin náuseas, fiebre y urticaria. Sin embargo, todos estos síntomas se presentan por la propia infección, así que resulta difícil diferenciarlos.

Otros tratamientos

La administración de vitamina B12 es necesaria en aquellos pacientes con anemia megaloblástica. Otras medidas de sostén como apoyo nutricional y recomendaciones dietéticas son bienvenidas; el tratamiento sintomático es permanente con antipiréticos, antiinflamatorios y protectores gástricos.

Las medidas preventivas también son fundamentales. Las plantas de tratamiento de aguas residuales y el uso de baños e instalaciones sanitarias adecuadas representan las medidas sanitarias más efectivas para evitar la contaminación del agua.

La mejor terapia profiláctica es evitar el consumo de pescado crudo, ahumado o en escabeche. Otra alternativa es la congelación del pescado.

Algunos autores sugieren mantener el pescado de 24 a 48 horas a -18 ºC, y otros más estrictos recomiendan -20 °C durante 7 días o -35 °C durante 15 horas para matar a los parásitos.