Cultura wari: descubrimiento, origen, ubicación, cerámica, arquitectura
La cultura wari o huari fue una civilización asentada en el centro de los Andes desde el siglo VII hasta el XIII d. C. Desde las proximidades de la ciudad de Ayacucho, donde construyeron su capital, los wari fueron extendiendo su territorio hasta convertirse en un imperio que cubría la mayor parte de la costa peruana y de su sierra.
El origen de esta cultura se debió a la fusión entre las culturas tiahuanaco, nazca y huarpa. Se trató de una civilización basada en las ciudades construidas con elementos urbanísticos novedosos en la zona. Además de su capital, Wari, otras ciudades importantes fueron Cajamarquilla o Pikillacta.
Los wari fueron un pueblo conquistador, con un marcado carácter militar. Sus tropas conquistaron los señoríos existentes en su época por todo el territorio peruano. Una de sus principales actividades económicas era, precisamente, la explotación de esos pueblos vencidos, a los que obligaban a cultivar la tierra.
Aparte de sus innovaciones urbanísticas, este pueblo destacó por otras manifestaciones artísticas, como la textilería o su cerámica. Su decadencia, según algunos autores, se debió a un cambio en el clima que provocó que la sierra empezara a secarse.
Índice del artículo
- 1 Descubrimiento
- 2 Origen e historia
- 3 Ubicación geográfica
- 4 Cerámica
- 5 Arquitectura
- 6 Textilería
- 7 Religión
- 8 Economía
- 9 Organización política y social
- 10 Referencias
Descubrimiento
Aunque el Imperio wari ya había desaparecido, los cronistas españoles llegados tras la conquista hicieron referencias a ellos en alguno de sus relatos, como en los de Pedro Cieza de León.
Sin embargo, los primeros estudios arqueológicos formales fueron realizados por Julio César Tello, un investigador peruano que también descubrió los restos de las culturas paracas y chavín.
Ciudad de Wari
El cronista y soldado Pedro Cieza de León fue el primero en hacer referencia a las ruinas de la ciudad de Wari, en 1533. El español llamó al lugar Viñaque, por el nombre del río que pasa por la zona. En su escrito relataba las diferencias de las construcciones que veía con las realizadas por los incas y recogía algunas historias populares sobre sus constructores.
Ya en el siglo XX, el arqueólogo peruano Julio César Tello estudió los restos del lugar en 1942 y bautizó al estilo de cerámica que encontró como Kullawa. El término wari o huari fue introducido por Rafael Larco Hoyle en 1948, cuando señaló que la ciudad pudo ser el punto de partida de esa cultura.
A partir de los años 50 del siglo XX, el yacimiento fue estudiado por otros arqueólogos, entre los que destacó Luis Lumbreras, que investigó el lugar en 1960 y 1970.
Origen e historia
La cultura wari está considerada como una de las civilizaciones más importantes entre las surgidas en los Andes. Se estima que su aparición se produjo sobre el siglo VII d. C, alrededor del año 550. Tras pasar por varias fases, la cultura desapareció en el siglo XIII.
Aunque existen algunas discrepancias sobre las fechas, la mayoría de los expertos siguen la división temporal creada por Dorothy Menzel, quien estableció que esta cultura pasó por seis fases.
Influencias
Uno de los antecedentes más claros de la cultura wari fue la sociedad huarpa. Sin embargo, esta influencia no basta para explicar la aparición de los wari.
Desde mucho tiempo antes, había una relación muy fluida entre la zona de Nazca y la región de Ayacucho, algo que se intensificó con los huarpa. Además, sobre el siglo VII, la zona recibió la influencia religiosa y artística de pueblos del altiplano, lo que fue un factor importante para el desarrollo de la nueva cultura.
De esta forma, los expertos señalan que la cultura wari habría nacido de la suma de Huarpa, Nazca y Tiahuanaco. El resultado fue una civilización más compleja, con un fuerte componente urbano.
Etapa 1A
En esta etapa inicial se fundó la ciudad de Wari, que acabaría por dar nombre a toda la cultura, con una gran influencia de la mitología de Tiahuanaco. En este sentido, destacan las vasijas encontradas en Conchopata y en las que se reproduce el tema plasmado en la Portada del Sol de Tiahuanaco. Al final de esta fase se crearon los enclaves de Moquegua e Ica.
Etapa 1B
La etapa 1B se caracterizó por los cambios que se produjeron en la cultura wari. Su estructura socio-política evolucionó al expandirse el territorio que los wari dominaban.
Por una parte, la ciudad de Wari fue creciendo debido a las migraciones desde zonas rurales. Por otra, comenzaron a desarrollarse los centros provinciales de Hongo Pampa y Willkawain, en el Callejón de Huaylas; Pikillaqta, en el Cuzco; y Wiracochapampa y Marcahuamachuco en La Libertad.
De igual forma, algunos hallazgos arqueológicos sugieren que los wari alcanzaron la costa central y del sur, así como el valle de Santa. Todos estos nuevos dominios estaban conectados mediante redes virales construidas por los wari.
Etapas 2A y 2B
Durante esta fase, el estado wari se reestructuró políticamente, algo que coincidió con una nueva expansión de su territorio. El poder se centralizó aún más en la ciudad de Wari, que alcanzó entonces su máxima extensión y número de habitantes. Al mismo tiempo, se fundaron algunas localidades periféricas, como Jargampata y Azángaro.
La expansión territorial wari llegó hasta Cajamarca, se consolidó en la sierra de La Libertad y Moquegua y avanzó hacia Sicuani.
Etapas 3 y 4
Las últimas etapas de la cultura wari vinieron marcadas por su decadencia. Durante la fase 3, esa decadencia afectó a la ciudad de Wari, aunque Pachacamac mantuvo su prestigio religioso. Aún entonces aparecieron algunas nuevas localidades, como ocurrió en Huarmey.
Un cambio en el clima en la etapa 4 provocó que la sierra se secara. Las altas temperaturas perduraron durante un espacio de tiempo prolongado y, según muchos estudios, causaron el colapso del Imperio wari.
Ubicación geográfica
La capital del futuro imperio fue construida a unos 20 kilómetros al noreste de Ayacucho. La zona no tenía una condiciones ambientales sencillas, ya que el clima era seco y la tierra árida y pedregosa.
A partir del 600 d. C., la cultura wari se expandió hacia el norte y hacía el sur del actual Perú y desde la cordillera de los Andes hasta las costas del Pacífico.
El Imperio wari alcanzó por el norte a los departamentos de Cajamarca y Lambayeque y por el sur hasta La Libertad, Sicuani y Moquegua.
Cerámica
La cerámica fue una de las expresiones artísticas más destacadas entre los wari. Sus creaciones más típicas representaban figuras biomorfas con elementos simbólicos. Entre estos, destacaban los dibujos mitológicos en forma de figuras con cabeza de felinos.
Los ceramistas wari lograron elaborar piezas muy finas. En la mayoría de los casos, se trataba de cerámica elaborada para el uso de la élite, además de para ser utilizada para difundir sus ideas religiosas. Por último, también hicieron piezas destinadas al hogar.
Características
En un primer momento, la cerámica wari se caracterizó por el gran tamaño de las piezas. Estas estaban destinadas para servir de ofrenda en los rituales funerarios. En general, mostraban una gran influencia de la cultura tiahuanaco.
Con el tiempo, las piezas fueron reduciendo su tamaño y las elaboraciones se hicieron más complejas. Los diseños se inspiraban en animales y seres mitológicos, muchos de ellos con cabeza de felino.
Por otra parte, la cerámica de esta cultura era policromática. Los colores más utilizados eran aquellos de tono crema, los ocres, el marrón, el rojo y el negro. A estos colores se les daba un acabado brillante.
Algunas de las piezas más típicas de esta cultura fueron los tazones ceremoniales, las botellas, los vasos, las vasijas modeladas y unos pequeños cántaros con cuello de esfinge.
Arquitectura
Como capital, la ciudad de Wari concentró el mayor número de edificaciones del imperio. En su mayoría estaban construidas con piedra y barro. En esta localidad, los wari aplicaron la planificación urbanística, una de las principales características que los distinguen de otras culturas.
Urbanismo
La cultura wari fue la introductora de una nueva planificación urbanística en los Andes. Para ellos, las ciudades debían cumplir la función de controlar a la población para que esta cumpliera con sus deberes.
Los centros urbanos se organizaban a partir de un eje-norte sur. Igualmente, se establecían cerca de caminos principales que usaban para interconectar sus dominios.
Estas ciudades estaban solo habitadas por la élite social. El pueblo solo acudía a ellas para trabajar o cuando se celebraba alguna ceremonia religiosa, ya que sus viviendas se encontraban en las zonas rurales cercanas.
Además de la ciudad de Wari, este pueblo levantó otras localidades importantes. Entre ellas, Piquillacta, con murallas de hasta 12 metros de altura y con una extensión de 2 kilómetros cuadrados.
Grandes edificaciones
La arquitectura wari estaba enfocada a las ciudades y, dentro de estas, a los grandes edificios. Así, levantaron un importante número de templos, mausoleos o galerías subterráneas.
Dentro de su planificación urbanística daban especial importancia a los edificios públicos administrativos, que eran construidos en zonas estratégicas. Sus ciudades contaban con murallas defensivas, almacenes, patios y plazas.
Las clases privilegiadas, tanto militar como política, residía en viviendas de tres pisos, algunas pintadas de blanco.
La mayoría de las edificaciones tenían una planta rectangular, aunque también era habitual la cuadrada. Los materiales principales eran la piedra y el barro.
Con los mismos materiales fueron construidas las murallas que rodeaban las localidades y que medían entre 8 y 12 metros de altura y 3 de ancho. Algunas de ellas superaban los 400 metros de longitud.
La ciudad de Wari
Como se ha señalado, la ciudad de Wari reúne edificios que muestran todas las características de la arquitectura de esta cultura. Su área urbana ocupaba más de 1 000 hectáreas y su población alcanzó la cifra de entre 10 000 y 21 000 habitantes, a pesar de tener capacidad para albergar a entre 35 000 y 70 000 personas.
En su área central se edificaron recintos amurallados con edificios en su interior, además de grandes terrazas. La localidad estaba dividida en cuatro barrios: Checo Huasi, Moraduchayoq, Capillayoc y Ushpa Coto.
Textilería
La producción textil de los wari alcanzó un desarrollo bastante alto. Sus piezas estaban elaboradas con algodón y lana de alpaca o vicuña. Estos tejidos eran usados tanto para vestir como para los rituales funerarios.
Entre sus elaboraciones destacaron los tapices, reconocidos en toda la región. Además, también elaboraban bolsos, uncos, fajas y túnicas que adornaban con diseños abstractos y geométricos de colores brillantes.
Tapices
Como se ha mencionado, la verdadera especialidad dentro de la textileria wari fueron los tapices. En ellos representaban seres mitológicos de su relación, así como felinos, aves o serpientes. Estas piezas se caracterizaban por sus colores, entre los que predominaban el azul, el amarillo, el dorado, el rojo y el blanco.
Los tejedores wari utilizaban grandes telares, de hasta 2 metros de alto y otros 2 de ancho. Ese tamaño obligaba a que cada telar tuviera que ser manejado por varios trabajadores, que tardaban meses para completar las piezas.
Religión
La religión de los wari era una mezcla de los cultos que se habían practicado en otras culturas, como la nazca o la tiahuanaco. De esta última adoptó algunos de sus mitos, ceremonias y dioses, entre los que se encontraba el dios de las Varas o de los Báculos.
A pesar de ese sincretismo que convertía a su religión en similar a la de otros pueblos, el Imperio wari la utilizó como herramienta de expansión y colonización. Así, su religión se extendió por buena parte de la sierra y llegó hasta el Callejón de Huaylas.
Los textiles jugaron un papel importante en la transmisión de sus creencias. Además de los tapices en los que representaban algunos de sus dioses, las túnicas se bordaban con iconografía mística y eran utilizadas por los sacerdotes durante las ceremonias. Uno de sus centros ceremoniales más importantes fue Pachacamac, sede de muchos de sus ritos.
Economía
En un primer momento, la agricultura era la base de la economía de esta cultura junto con la ganadería. Cuando su imperio fue extendiéndose, obtuvieron grandes recursos de los pueblos conquistados. Estos se encargaron de trabajar la tierra.
Papel del estado
El estado se encargaba de organizar la producción, el abastecimiento y la distribución de los principales recursos. Su administración económica usaba varios tipos de tributación, producción e intercambio de bienes, todo organizado desde centros administrativos provinciales.
La cultura wari utilizaba un sistema de adjudicación de trabajo y muchos autores afirman que fueron los introductores de la mita. Parte de los tributos se pagaban en días de trabajo para el estado, que repartía las horas y las labores a realizar. A cambio, los trabajadores recibían alimentos y alojamiento. Más tarde, los incas adoptarían este sistema.
Agricultura
Para poder sacar partido a las tierras de cultivo, esta civilización debió construir un sistema de canales y riego. Gracias a eso, lograron que las cosechas de maíz, papa, quinua, yuca o coca, entre otros productos, fueran lo suficientemente abundantes.
Comercio
Los excedentes de alimentos y algunos de sus productos artesanales eran utilizado para el trueque con otros pueblos. Sus centros comerciales estaban bien comunicados gracias a la red de caminos que establecieron. Estas vías fueron vitales para el imperio, ya que se convirtieron en básicas para sus relaciones económicas.
Organización política y social
La estructura política con la que se dotó la cultura wari era muy compleja. En ella, el poder político y el religioso compartían las responsabilidades de gobierno. Además, su gran expansión provocó que necesitaran sistemas que pudieran administrar sus dominios conquistados.
Estructura socio-política
Los investigadores califican al estado wari como militarista-teocrático, ya que su base fueron la religión y el ejército.
En un primer momento, antes de su expansión territorial, su estado tan solo era teocrático, con la religión como centro de poder. Sin embargo, las conquistas militares provocaron que los jefes del ejército acumularan poder. Además, la extensión del imperio hacía obligatorio contar con unas fuerzas militares de gran tamaño.
Por otra parte, el centro político de la civilización wari fueron las ciudades. Desde ellas se ejercía el control religioso, económico y administrativo de todo el territorio.
Organización social
La sociedad wari estaba estructurada en torno a la religión y al ejército. Su jerarquía social estaba encabezada por la élite gobernante, compuesta por el rey y sus familiares. Tras ellos aparecía la nobleza guerra, que ejercía también de altos cargos en las distintas regiones que componían el imperio.
Los sacerdotes formaban parte de las clases privilegiadas. Sus funciones iban más allá de la organización y desarrollo de las ceremonias religiosas, ya que también se encargaban de la administración de los ríos.
Por último, la base de la sociedad estaba formaba por el pueblo, compuesto por los agricultores, comerciantes, artesanos y pescadores.
Centros administrativos
Los wari tuvieron que establecer centros administrativos en algunos puntos estratégicos de su imperio. Estos organismos debían administrar los territorios conquistados y asegurarse de que no aparecieran problemas. Entre sus funciones se encontraba la obtención de recursos y su envío a la metrópolis.
Entre los centros administrativos que establecieron destacaron los de Viracocha Papam, Vilca Huain, Wari Vilca y Pikillaqta. Para poder trasladarse entre ellos y enviar las mercancías, los wari construyeron una red de caminos que unían cada centro con la capital. Además, estos caminos también servían para que el ejército pudiera moverse más rápidamente.
Los wari, por lo tanto, consideraban a sus conquistas como auténticos enclaves coloniales de los que obtener beneficios.
Sus centros administrativos se construían rodeados de altas murallas, con las viviendas de los funcionarios en su interior para mayor seguridad de los mismos. Esos funcionarios, al igual que las guarniciones militares, no se establecían permanentemente en las provincias, sino que regresaban a Wari cuando cumplían con su tiempo de servicio.
Referencias
- Historia Peruana. Cultura Wari o Huari. Obtenido de historiaperuana.pe
- EcuRed. Cultura huari. Obtenido de ecured.cu
- Socialhizo. Civilizaciones andinas: Cultura Huari. Obtenido de socialhizo.com
- Cartwright, Mark. Wari Civilization. Obtenido de ancient.eu
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. Huari. Obtenido de britannica.com
- Wade, Lizzie. The Wari’s grisly end—the fall of a South American empire. Obtenido de sciencemag.org
- Lima Easy. The Wari Culture (700AD-1100AD). Obtenido de limaeasy.com