Neoplatonismo: qué es, origen, características, etapas, representantes
¿Qué es el neoplatonismo?
El neoplatonismo es un conjunto de doctrinas y escuelas inspiradas en el platonismo, que se describen como de naturaleza “mística” y que se basan en un principio espiritual de donde emana el mundo material. En este sentido, es considerado la última expresión mística del pensamiento pagano antiguo.
Desde el punto de vista histórico, el neoplatonismo como doctrina se inició hacia el año 200, contando con Plotino como principal representante; y finalizó en el año 529, año en el que se declaró el cierre de la Academia Platónica por parte del emperador Justiniano.
Sin embargo, su proyección no termina allí, sino que se expande en la Edad Media, cuando sus ideas son estudiadas y discutidas tanto por pensadores judíos como cristianos e islámicos, e inclusive por algunos autores del Renacimiento, como Marsilio Ficino (1433-1492) y Pico de la Mirándola (1463-1494).
Origen del neoplatonismo
En primer lugar, cabe aclarar que la palabra “neoplatonismo” es un término historiográfico moderno, ya que los pensadores a quienes se les aplica no se describen a sí mismos con ese nombre.
Ellos se sienten expositores de las ideas de Platón, aunque muchos de estos filósofos formulen un sistema completamente nuevo, como es el caso de Plotino.
Esto se debe a que ya en la Antigua Academia muchos de los sucesores de Platón intentaron interpretar correctamente su pensamiento, y llegaron a conclusiones completamente diferentes.
Por ello se puede asegurar que el neoplatonismo inicia inmediatamente después de la muerte de Platón, cuando se pretendieron abordar nuevos enfoques de su filosofía.
Sus orígenes provienen del sincretismo helenístico que dio nacimiento a movimientos y escuelas tales como el gnosticismo y la tradición hermética.
Uno de los factores fundamentales en ese sincretismo es la introducción de las Escrituras judías dentro de los círculos intelectuales griegos mediante la traducción conocida como la Septuaginta.
El cruce entre la narración del Timeo de Platón y la creación del Génesis puso en marcha una especie de tradición de teorización cosmológica que finalizó con las Enéadas de Plotino.
Características del neoplatonismo
El neoplatonismo no es una corriente filosófica unívoca, ya que abarca las ideas o doctrinas de cada uno de sus filósofos representativos. No obstante, se pueden delinear ciertas características generales que los unen.
- Sus principios se basan sobre la doctrina de Platón.
- Busca la verdad y la salvación.
- Es una filosofía idealista con tendencia al misticismo.
- Tiene una concepción de la realidad emanativa, ya que sostiene que desde el Unum emana el resto del Universo.
- Afirma que el mal es simplemente ausencia del bien.
- Cree que el hombre está formado por cuerpo y alma.
- Asevera que el alma es inmortal.
Etapas del neoplatonismo y sus representantes
Dentro de su historia se pueden reconocer tres etapas:
- Etapa alejandrina-romana, que data del siglo II-III. Es representada por Plotino y se define por la preeminencia de lo filosófico sobre lo teosófico.
- Etapa siria, que data del siglo IV-V y es representada por Porfirio de Tiro y Jamblico. Se caracteriza por un predominio de lo místico sobre lo filosófico, destacándose por su carácter teúrgico. La teúrgia se define como la práctica que acerca la filosofía platónica a una práctica ritual de sustrato mágico religioso. De este modo, el filósofo intenta acercar y elevar la parte divina del hombre al Unum sin valerse tanto de medios dialécticos. En cambio, prefiere prevalecer las propiedades y cualidades ocultas de las cosas y de los entes intermediarios que las gobiernan.
- Etapa ateniense, que data del siglo V-VI. Es representada por Proclo, con la unión de lo filosófico y lo místico.
1. Etapa alejandrina-romana
Plotino, nacido en Egipto en 204-270, es considerado el fundador del neoplatonismo. Entre sus conceptos más destacados se encuentran:
El Unum
Primer principio de la realidad que se concibe como una entidad que está más allá del Ser. Trasciende la realidad física y es la unidad absoluta. Sin embargo, es el portador de un tipo de actividad o energía singular, ya que tiene dentro de sí todas las esencias.
Del Unum emana la inteligencia suprema, la que constituye el segundo principio de las cosas. Esta emanación no supone volición del Unum, es espontánea y necesaria como la luz emana del sol.
Conciencia absoluta
La conciencia no es una propiedad emergente de constituyentes materiales dispuestos de cierta forma. Por el contrario, es el primer efecto de la actividad del Uno. La tarea inherente de la conciencia es comprenderse a sí misma.
Alma
El alma se concibe como una actividad externa de la conciencia, mira hacia atrás y hacia su causa para poder entenderse.
Por otra parte, mira las formas e ideas que se hallan presentes eternamente en la conciencia; de esa manera lleva imágenes de las formas eternas al reino inferior del ser. Así da nacimiento al universo y a la biosfera de la Tierra.
Naturaleza
La naturaleza implica no solo la esencia de cada ser natural o de la totalidad del mundo natural, sino también un aspecto inferior de la vida consciente. De este modo, cada aspecto del mundo natural —hasta el más insignificante— tiene un momento divino y eterno.
Materia
La materia forma parte de los cuerpos y es la más alejada del Unum. Es también la más imperfecta de las ideas y el último reflejo del alma universal. Está separada de la materia ideal por su solidez y extensión.
2. Etapa siria
Porfirio de Tiro difundió la obra de Plotino. Es un opositor al cristianismo y un defensor del paganismo.
En esta etapa surge el pensamiento de Jámblico de Calcidia, discípulo de Porfirio quien continuó con el comentario de los más importantes filósofos griegos. Sustituyó la especulación filosófica por una mística.
Plantó un reino de las divinidades que se extiende desde el Uno original hasta la naturaleza material, donde el alma desciende a la materia y se encarna en los seres humanos. En ese reino de las divinidades existen dioses, ángeles, demonios y otros seres que median entre la humanidad y el Unum.
Por su parte, el alma encarnada debía regresar a la divinidad, realizando ciertos ritos o trabajos divinos (teúrgia).
3. Etapa ateniense
Ante la filosofía de Jámblico y sus discípulos apareció una reacción contra las exageraciones místico-teúrgicas. Esta reacción tuvo entre sus representantes a Plutarco, hijo de Nestorio; Siriano y Hierocles de Alejandría.
Quien se destaca sobre todos es Proclo, cuyos escritos reflejan las ideas de la escuela neoplatónica ateniense. En este sentido, une y amalgama el elemento filosófico con el místico, sin darle preeminencia a uno sobre el otro. Los puntos fundamentales de su filosofía son los siguientes:
Unidad
La unidad es la esencia causa de la que sale todo y a la que vuelve todo. El proceso se verifica por gradaciones descendentes; así, este proceso tomado desde abajo hacia arriba contiene cuatro mundos:
- Sensible y material.
- Intelectual inferior (almas humanas y demonios).
- Intelectual superior (dioses inferiores, ángeles o espíritus puros).
- Inteligible, que representa la inteligencia suprema de la que proceden los espíritus o almas superiores; y el alma universal, de la que proceden los demonios y las almas humanas unidas al cuerpo. Ambas constituyen un mundo llamado inteligible intelectual.
Materia
La materia no es ni buena ni mala, pero es la fuente que rige los objetos del mundo sensible.
Alma
El alma humana que deriva de la universal. Es a la vez eterna y temporal: eterna porque parte de la esencia y temporal por el desarrollo de su actividad.
Padece males que se deben a culpas pasadas y presentes, pero se puede liberar de esto volviendo a Dios y siendo absorbida por él. Esta absorción se da por medio de la purificación moral, la intuición intelectual del Unum y por la práctica de la virtud.