Las 10 leyendas mapuches más populares
Las leyendas mapuches son aquellas pertenecientes a la cultura del pueblo mapuche, los indígenas que habitan en la región de la Araucanía. También se conocen como araucanos, ya que habitaban en el Arauco, en Chile y en parte de Argentina.
Como es común en las etnias, su religión entrelaza el mundo físico y el mundo espiritual. En el caso de los mapuches, se fundamenta en respetar el plano espiritual y brindar culto a los espíritus, a los antepasados y a la Madre Tierra.
Como parte de su cultura y su religión, desde antes de la llegada de los españoles a América los mapuches han creado y transmitido leyendas sobre su pueblo. Actualmente, dichas leyendas y creencias son consideradas como parte del folclore chileno.
Las 10 leyendas mapuches más destacadas
Leyenda del diluvio
Dios, quien era llamado por varios nombres (Chao, Antü o Nguenechen), habitaba en las alturas con su mujer, Cuyen, y sus hijos.
Sus dos hijos mayores comenzaron a crecer y quisieron ser como su padre. Sin embargo, estos se burlaron de él, así que Antü los arrojó a una cordillera y su caída hundió las rocas. Alterada, Cuyen lloró tanto que sus enormes lágrimas cayeron sobre los hoyos y se formaron dos lagos.
Antü decidió revivirlos en forma de serpiente (Caicai) encargada de las aguas; pero Caicai estaba llena de odio y solo quería destruir todo lo hecho por Antü. Al percatarse de esto, Antü le dio vida a una serpiente buena, Trentren, encargada de vigilar a Caicai y proteger a los mapuches.
Con el tiempo, los mapuches dejaron de ser buenas personas y Antü le pidió a Caicai que les enseñara una lección, pero cuando Trentren se percató, advirtió a los mapuches y les hizo subir las montañas mientras Caicai hacía subir las aguas. Caicai decidió subir a buscar a los mapuches refugiados, pero Trentren no la dejó y la arrojó sobre piedras.
Nadie sabe cuánto duró su pelea, solo se sabe que todos murieron excepto dos niños, un varón y una hembra, que crecieron totalmente solos y luego dieron origen a todos los mapuches.
La sirena del lago
Varias familias solían ir al lago Panguipulli a buscar agua limpia. Una vez, una niña y su padre fueron a buscar agua. Mientras la estaban recogiendo, la niña vio a una bella mujer con caballera amarilla en lo que parecía ser una isla en medio del agua. La mujer se estaba peinando.
Sorprendida, le dijo a su padre que la viera pero él aseguró no ver nada. Días después la niña y su padre fueron nuevamente al lago acompañados de sus hermanos, quienes jugaban corriendo. En ese momento la niña se percató de la presencia de un ternero en la misma roca en donde había visto a la mujer y se lo comentó a su padre.
Después de meses sacaron un gran paquete del lago, una palangana enorme con mucha plata encima, y el padre de la niña le contó que cuando esto pasaba y conseguían plata, esta salía en forma de animales, mujeres y cualquier otra cosa.
Leyenda sobre la fuerza y la astucia de los mapuches
Según narra esta leyenda, la fuerza de los mapuches proviene del puma y la astucia viene del zorro.
Un día, un mapuche salió con sus dos hijos a buscar piñones para el invierno. Cuando ya habían partido, el clima cambió y llegaron fuertes vientos y tormentas que hicieron subir el nivel del mar y las aguas. La familia se resguardó sobre una roca, pero el padre se resbaló y cayó tratando de buscar alguna salida.
La corriente se lo llevó y los pequeños se quedaron solos. De pronto, un árbol se cayó y de una de sus ramas saltaron un puma y una zorra a la roca donde estaban los niños.
A pesar de su hambre, los animales se compadecieron y los llevaron en su lomo hacia su cueva, donde les brindaron comida y abrigo hasta que los cuatro formaron un hogar.
Leyenda del fuego
Hace mucho tiempo los mapuches no conocían el fuego, hasta que dos jóvenes mapuches que se encontraban en el bosque decidieron frotar dos palillos de madera. De tanto frotar se abrió un orificio en uno de los palillos y salió de ahí algo brillante y desconocido para ellos.
Asustados, arrojaron los palillos al bosque y con el aire empezó a producirse más fuego, lo que ocasionó un incendió forestal que quemó por completo tanto árboles como animales. Así fue como los mapuches conocieron el fuego y cómo hacerlo, y también aprendieron cómo se podía cocinar la carne de los animales para luego consumirla.
La flor de la higuera
El 24 de junio, en la noche más larga de todo el año, a las 12 de la medianoche aparece una flor mágica en la rama que esté en lo más alto de las higueras. Dicen que esta flor tiene el poder de conceder un deseo de quien la logre agarrar.
Para que esto suceda la persona debe trepar la higuera, agarrar la flor a las 12 de la medianoche y sostenerla durante un minuto, que es su tiempo de vida. Sin embargo, deberá pasar obstáculos para llegar a la cima; algunos son un perro rabioso, una serpiente que habla y un pájaro que querrá dejar ciego al que intente pasar.
Si el valiente logra superar los retos pero la flor muere antes de que pueda agarrarla, se volverá loco por intentar desafiar al diablo y su alma irá al infierno durante toda la eternidad.
Leyenda del Domuyo
El volcán Domuyo es la montaña más alta de la Patagonia, y según la cultura mapuche, este guarda un gran secreto en su cima.
Dicen que el volcán se enoja, desprende rocas y presenta tormentas de nieve cada vez que siente que alguien trata de invadirlo; quien se atreva a intentar subirlo, morirá en el intento.
El cerro es tan celoso con su territorio porque en su cima, junto al lago, se encuentra una preciosa mujer con cabellera amarilla, acicalándose con un peine de oro.
A su lado se encuentran un toro y un caballo: el caballo es quien, al patear, causa una gran tormenta; mientras que el toro, con su fuerza, arroja las piedras a quien trate de descubrirlos.
Leyenda del lago Aluminé
Se cuenta que hace muchos años el creador del mundo decidió que Antü y Cuyen —los reyes del Sol y de Luna, respectivamente— debían estar juntos y ejercer su reinado sobre la tierra.
Con el pasar el tiempo Antü se cansó de Cuyen y no quiso seguir siendo su pareja, así que discutieron y pelearon.
En medio de esta pelea, el rey dio una cachetada a su reina y dejó en su rostro una gran cicatriz. Por esa razón, Cuyen solo puede verse de noche mientras que Antü tiene el poder absoluto en el día.
No obstante, Cuyen quería recuperar a su amor, por lo que aceleró su camino para poder verlo de día pero lo encontró besándose con Venus, la estrella de la tarde.
Cuyen quedó con el corazón destrozado y con un dolor inmenso, por lo que no pudo evitar llorar; con sus lágrimas formó el lago Aluminé.
La culebra de agua
Hace años, tres hermanas se encontraban jugando y bañándose en el río Dónguil. Una de ellas se adentró en el río, llegó hasta una roca que se encontraba en el medio y de pronto empezó a hundirse poco a poco.
Meses después apareció la niña que había sido tragada por el río para advertirle a su madre que vendrían tiempos difíciles para las cosechas, así que debía recoger la mayor cantidad de culebras que pudiese. La niña le indicó que a medianoche saldrían culebras del río con siete oídos, y que quien las buscara debía ir a oscuras.
Efectivamente, las culebras salieron y el pueblo de El Salto fue a buscarlas, así que consiguieron reunir el alimento necesario para sobrevivir por todo el año. De esta manera fue como empezaron a comer lampreas ahumadas.
Leyenda del lago Musters
En un año durante el que se presentó una sequía extrema, un prado en el que se encuentra el actual lago Musters se había secado de tal manera que los animales que no podían huir del lugar morían de hambre. Los mapuches también perecían, pues ya no les quedaba cultivo ni animales para cazar.
Por eso, varias tribus se reunieron para planificar un ritual en el que realizarían una ofrenda a Nguenechen, el creador del mundo, a cambio de lluvia.
El ritual comenzó pero no pudo ser terminado, pues cayó una gran tormenta que ahogó a todos y se formó el actual lago tan profundo.
El color de los mapuches
Cuando Nguenechen creó al mundo hizo a los mapuches con piel blanca, pero también hizo a su gran enemigo, el Sol.
El Sol, al ver que los hombres en la tierra eran felices, decidió calentar de tal manera que perdieran su color y se volvieran morenos, con cabello oscuro.
Cuando Nguenechen se percató de esto creó a la Luna, para que los iluminara sin calor y sin oscurecerlos.
Referencias
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- Pavez, A., Recart, C. (2010). Piedras de fuego: cuento basado en una leyenda Mapuche. Recuperado en 26 de mayo de Educar Chile: educarchile.cl
- Castro, A. (2011). La higuera, el alcohol y el diablo en los relatos campesinos de la zona centro sur de Chile. Recuperado en 26 de mayo de Universidad de La Rioja: unirioja.es
- Videla, M., Villagrán, C. (2018). El mito del origen en la cosmovisión mapuche de la naturaleza: Una reflexión en torno a las imágenes de filu – filoko – piru. Recuperado en 26 de mayo de Biblioteca Scielo Chile: scielo.conicyt.cl
- (s.f). A Mapuche Earthquake and Tsunami Legend. Recuperado en 26 de mayo de Hawai’i Tsunami Education Curriculum: discovertsunamis.org
- (s.f.) Viaje a la semilla. Recuperado en 26 de mayo de Biblioteca Nacional Digital de Chile: bibliotecanacionaldigital.gob.cl