Albaricoque: características, hábitat, propiedades, cultivo
El albaricoque (Prunus armeniaca) es un árbol frutal caducifolio de porte medio perteneciente a la familia Rosaceae. Es conocido también como albergero, chabacano o damasco, siendo una especie nativa del continente asiático que se adapta a condiciones de clima mediterráneo.
La planta de 3-10 m de altura se caracteriza por sus hojas de forma acorazonada con márgenes doblemente aserrados de un color verde brillante. Las flores pentámeras y solitarias brotan en gran cantidad antes que las hojas, cubriendo las ramas con un atractivo color rosáceo.
Una vez fecundadas las flores, se forman los frutos carnosos que, de acuerdo a la variedad cultivada, serán de sabor dulce o agridulce. La piel ligeramente aterciopelada muy aromática y de color naranja-rojizo cubre la pulpa poco jugosa de alto contenido nutritivo.
Se consume directamente como fruta fresca, aunque se utiliza de manera artesanal para fabricar mermeladas, compotas, zumos o dulces caseros. El albaricoque es un alimento rico en vitamina A y carotenoides, potentes antioxidantes que protegen el organismo contra los radicales libres y estimulan el sistema inmunológico.
Índice del artículo
- 1 Características generales
- 2 Taxonomía
- 3 Hábitat y distribución
- 4 Propiedades
- 5 Cultivo
- 6 Plagas y enfermedades
- 7 Referencias
Es una planta arbórea con el tronco robusto y ramificado, de corteza áspera de color castaño y una copa amplia de forma ovalada. Por lo regular mide de 3-10 m de altura; su raíz principal es profunda y emite numerosas raíces secundarias superficiales.
El albaricoque es una planta caducifolia que posee hojas ovadas, estipuladas y pecioladas de 5-10 cm de largo por 4-8 cm de ancho. Los márgenes son doblemente aserrados, el haz liso y de color verde brillante, el envés glabrescente de color verde opaco.
Las flores crecen de manera solitaria o en fascículos de 2-6 unidades en cada yema, sobre un pequeño receptáculo de 5-7 mm. Poseen el cáliz rojo y la corola blanca o rosada, con cinco sépalos y pétalos, un pistilo y aproximadamente treinta estambres. La floración ocurre durante la primavera.
El fruto es una drupa con el mesocarpio carnoso, jugoso y aromático de color amarillo intenso, comestible solo cuando maduro. El endocarpio es comprimido y rugoso, y el epicarpio sutilmente pubescente de color rosado, anaranjado, amarillo o blanquecino con un surco lateral evidente.
El aporte energético del albaricoque es relativamente bajo comparado con otras frutas, debido a su elevado contenido de agua y bajo aporte de carbohidratos. Sin embargo, posee un alto contenido de fibra que favorece el tránsito intestinal, siendo considerado un alimento básico para regímenes de adelgazamiento.
Las frutas maduras contienen el carotenoide beta-caroteno de propiedades antioxidantes y que se transforma en vitamina A en base a los requerimientos del organismo. Esta vitamina contribuye con el buen funcionamiento del sistema inmunológico, además es esencial para las mucosas, piel, cabello y sistema óseo.
Es fuente de elementos minerales, en especial potasio, calcio y magnesio, elementos esenciales para el buen desarrollo de ciertos procesos fisiológicos en el organismo. Contiene ácido cítrico y ácido málico, que favorecen la absorción del calcio y actúan como diuréticos, facilitando la eliminación de desechos tóxicos.
Entre los flavonoides presentes en el albaricoque se encuentra la quercetina, elemento bioactivo de propiedades antitrombótica y antioxidante. En efecto, este flavonol contribuye en la prevención de trastornos cardiovasculares e inhibe el desarrollo y crecimiento de tumores.
– Energía: 50 kcal
– Carbohidratos: 11-12 gr
– Azúcares: 9-10 gr
– Fibra alimentaria: 2 gr
– Grasas: 0,3-0,5 gr
– Proteínas: 1,4-,1,5 gr
– Agua: 86-88 gr
– Retinol (vitamina A): 28 μg
– Tiamina (vitamina B1): 0,050 mg
– Riboflavina (vitamina B2): 0,070 mg
– Niacina (vitamina B3): 0,600 mg
– Piridoxina (vitamina B6): 0,070 mg
– Vitamina C : 8,0 mg
– Vitamina E: 0,8 mg
– Vit. K: 3,3 μg
– Folatos: 5 μg
– Calcio: 13,0 mg
– Fósforo: 24,0 mg
– Hierro: 0,5 mg
– Magnesio: 12,0 mg
– Potasio: 290,0 mg
– Selenio: 1,0 mg
– Sodio: 1,0 mg
– Zinc: 0,20 mg
– Reino: Plantae
– División: Magnoliophyta
– Clase: Magnoliopsida
– Subclase: Rosidae
– Orden: Rosales
– Familia: Rosaceae
– Subfamilia: Amygdaloideae
– Tribu: Amygdaleae
– Género: Prunus
– Subgénero: Prunus
– Sección: Armeniaca
– Especie: Prunus armeniaca L.
– Prunus: el nombre del género deriva del vocablo griego «προύν» y del latín «prūnus, i» nombre latino del ciruelo silvestre.
– armeniaca: el adjetivo específico hace referencia a su lugar de origen en Armenia.
– Amygdalus armeniaca (L.) Dumort.
– Armeniaca armeniaca (L.) Huth.
– Armeniaca vulgaris Lam.
El hábitat ideal del albaricoque lo constituyen los ambientes de clima templado mediterráneo. Estos ecosistemas se caracterizan por veranos secos y calurosos e inviernos templados y lluviosos, así como primaveras y otoños con precipitaciones y temperaturas variables.
En el hemisferio norte la floración se produce durante los meses de febrero y abril, y la maduración del fruto entre mayo y junio dependiendo de las condiciones ambientales de cada región. Su gran capacidad de adaptación ha permitido la creación de diversos cultivares a través de procesos de selección natural.
Es una especie muy resistente a las sequías y los ambientes cálidos, aunque es susceptible a las heladas. En especial a las heladas durante la primavera, a mediados de marzo en el hemisferio norte, debido a la precocidad de su floración.
Prospera mejor en lugares abiertos a plena exposición solar y bien aireados sobre colinas o mesetas entre los 200-500 msnm. En cuanto al terreno, se adapta a los suelos sueltos, secos, cálidos y profundos en detrimento de los suelos pesados, húmedos y fríos.
Prunus armeniaca es una especie nativa de Asia Central, desde la zona comprendida entre el mar Negro hasta el noroeste de China. Hace más de 3.000 años fue introducido en Asia Menor, Persia, Armenia y Siria a través de las rutas comerciales abiertas por Alejandro Magno en el siglo IV a.C.
Armenia, región montañosa del Cáucaso entre Asia y Europa, es uno de los países con mayor tradición en el cultivo del albaricoque. De allí que el nombre de esta región constituye el adjetivo que otorga el nombre esta especie.
Fueron los griegos quienes introdujeron la especie en Europa a mediados del siglo IV a.C., siendo los romanos quienes lo expandieron por todo el imperio. En la actualidad se cultiva en la cuenca mediterránea, así como en Canadá, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
El albaricoque es una fruta con alto aporte nutricional, en especial destaca su contenido de carotenoides, vitaminas y elementos minerales. Los carotenoides tienen propiedades antioxidantes protegiendo al organismo contra la formación de radicales libres que estimulan la aparición de ciertos tipos de cáncer.
Además, son compuestos esenciales para la formación de vitamina A y tienen un efecto preventivo contra el envejecimiento celular. Por su parte, la vitamina A actúa sobre las funciones de crecimiento, regeneración y mantenimiento del sistema óseo.
Asimismo, interviene en los procesos celulares relacionados con los epitelios, mucosas, vista, piel, cabello, uñas y esmalte de los dientes. Es un elemento importante en la función reproductiva, regula el ciclo reproductivo femenino y contribuye en la producción de esperma.
Este fruto presenta un alto contenido de agua (85-90%), lo que favorece la hidratación del organismo y la asimilación de los elementos nutricionales. Otros elementos nutritivos presentes en menor medida son los carbohidratos, elementos minerales, vitaminas, fibras, proteínas y ácidos grasos poliinsaturados o saturados.
Los frutos maduros tienen un alto contenido de taninos, elementos con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y astringentes. Los taninos actúan sobre el sistema digestivo secando y desinflamando la mucosa intestinal, por lo que su consumo habitual es recomendado cuando se padece algún trastorno intestinal.
Debido a su alto contenido de potasio lo convierte en una fruta diurética. Por lo que se recomienda su consumo para el tratamiento dietético de ciertas enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial.
De la semilla del fruto se obtiene un aceite muy suave y aromático, utilizado en cosmetología con ciertas propiedades tonificantes. De hecho, es empleado para suavizar, hidratar y proteger la piel, es ideal para realizar masajes y penetra rápidamente.
El albaricoque requiere ciertas condiciones para crecer, desarrollarse y producir efectivamente sus frutos. A pesar de que es un árbol caducifolio que necesita cierto periodo invernal, debido a su floración temprana es muy susceptible a las heladas.
Dependiendo de la variedad cultivada, requiere de 300-900 horas de temperatura inferior a los 7 ºC. Además, para completar la madurez de sus frutos necesita de las altas temperaturas durante los meses estivales.
Es una especie rústica que se desarrolla sobre ambientes cálidos, soleados y protegidos de los vientos fuertes. En cuanto al tipo de suelo es poco exigente, prefiere los suelos cálidos y bien drenados, ya que el encharcamiento afecta su sistema radicular.
En condiciones de sequía, las plantas adultas tienden a resistir períodos largos sin requerimientos hídricos y no necesitan riego. Sin embargo, los árboles jóvenes en plena fase de crecimiento deben ser regados de manera regular.
Existen diversas variedades diferenciadas por su época de floración o de fructificación, ya sea temprana o tardía en ambos casos. Si la siembra tiene fines decorativos se seleccionan variedades tempranas, pero si la siembra es con fines productivos se recomiendan las variedades tardías.
Entre las variedades tardías se puede mencionar «Ampuis», «Early Blush», «Goldrich», «Luizet», «Polonias» y «Rouge du Roussillon». De las variedades tempranas las más empleadas son «Alberge de Montgamé», «Bergeron», «Muscat» y «Royal Roussillon».
El cultivo requiere suelos ricos en materia orgánica, siendo necesario realizar un análisis de suelos para determinar efectivamente las deficiencias nutricionales del terreno. Un terreno compacto pobre en elementos minerales tiende a retrasar el desarrollo del cultivo y generar frutos pequeños y amargos.
El albaricoque se adapta a climas cálidos con precipitaciones frecuentes, expuestos a plena radiación solar y protegidos de los vientos fuertes. No tolera el sombreado, ya que necesita suficientes horas luz al día para crecer y desarrollar una abundante floración.
La siembra se debe ubicar en un espacio amplio y abierto donde se desarrolle efectivamente el sistema radicular. En efecto, lo ideal es evitar que la planta compita por espacio, agua y nutrientes con otras especies
Se recomiendan los suelos bien drenados, aunque el cultivo tolera las bajas temperaturas, no soporta el exceso de humedad en el terreno. Si el cultivo requiere riego debido a las condiciones de sequía extrema, se debe evitar la anegación del terreno alrededor de la planta.
La hembra de este díptero de grandes ojos verdes, tórax plateado y abdomen amarillo deposita sus huevos dentro de los frutos maduros. Las larvas, alargadas y blancas, nacen a los 3-5 días causando la descomposición de la pulpa, reduciendo drásticamente el rendimiento del cultivo.
Pequeños insectos chupadores de 2-3 mm de longitud provistos de un estilete con el que extraen los jugos nutritivos de las partes tiernas de la planta. Son de forma redondeada y de color verde o negro. Constituyen una de las plagas más comunes en huertas y frutales.
Hongo ascomiceto que ocasiona la podredumbre de los frutos maduros, así como el daño de flores, hojas y brotes tiernos, provocando un daño similar a las heladas. La infección se realiza a través de las heridas ocasionadas por insectos o daños físicos en los frutos o tejidos blandos.
Enfermedad de gran importancia que afecta las hojas terminales de las ramas que son recubiertas por una especie de polvillo blanco. La mayor incidencia se presenta en condiciones de alta temperatura y alta humedad relativa, en ataques severos ocurre defoliación de las hojas infectadas.
La enfermedad se manifiesta como pequeñas manchas amarillentas sobre la superficie de las hojas, por el envés se observan manchas pardas con un polvillo evidente de color pardo claro. El polvillo blanco corresponde a las uredosporas del hongo encargadas de propagar la enfermedad.
El daño se manifiesta con la presencia de un material viscoso y blando que emerge a través de las hendiduras de ramas y tallo. Por lo regular es una alteración fisiológica provocada por la presencia de un patógeno o el mal manejo del cultivo.
- El Cultivo del Albaricoque (2018) © Copyright Infoagro Systems, S.L. Recuperado en: infoagro.com
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