Animales

Anémonas de mar: características, morfología, hábitat, alimentación


Las anémonas de mar (Actiniaria) son un orden de animales pertenecientes al filo cnidarios. Debido a que físicamente se asemejan más a plantas y flores, anteriormente se creía que pertenecían al reino plantae. Sin embargo, gracias a la acción de diversos investigadores, se puedo establecer que forman parte del reino animal.

Las anémonas de mar deben su nombre a una flor que también lleva ese nombre. Así mismo, las anémonas de mar se encuentran en el lecho marino y forman parte importante de los arrecifes de coral. Al igual que otros miembros del filo cnidario, las anémonas tienen la capacidad de secretar ciertas toxinas que les ayudan a capturar a sus presas.

Este orden comprende aproximadamente unas 1200 especies de anémonas, las cuales se distribuyen en todos los mares alrededor del mundo.

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Taxonomía

La clasificación taxonómica de las anémonas es la siguiente:

– Dominio: Eukarya.

– Reino: Animalia.

– Filo: Cnidaria.

– Clase: Anthozoa.

– Subclase: Hexacorallia.

– Orden: Actiniaria.

Características

Son eucariotas pluricelulares

Las anémonas de mar se caracterizan porque las células que las conforman son eucariotas, lo que quiere decir que su material genético se encuentra delimitado en el interior del núcleo celular.

Así mismo, las anémonas son organismos pluricelulares porque sus células se diferencian y forman tejidos especializados en diferentes funciones bien específicas.

Son diblásticos

Al igual que todos los cnidarios, las anémonas de mar son animales diblásticos. Esto implica que durante su desarrollo embrionario solo presentan dos capas embrionarias: el endodermo y el ectodermo. A partir de ambas capas se desarrollaron los diferentes tejidos especializados que conforman a la anémona.

Presentan simetría radial

Tomando en cuenta que las anémonas pertenecen a los cnidarios, el grupo más primitivo de los que integran al reino animal, no es de extrañar que presenten simetría radial.

En los animales que tienen este tipo de simetría, las partes se encuentran dispuestas alrededor de un eje central. Ese eje se extiende desde un extremo en el que se encuentra el orificio oral hasta el extremo opuesto, denominado aboral.

Son heterótrofos

A pesar de que las anémonas se asemejan a plantas, lo cierto es que, como parte del reino animal, son organismos heterótrofos. Esto quiere decir que no son capaces de sintetizar sus nutrientes, sino que se alimentan de otros seres vivos o bien de las sustancias que estos puedan elaborar.

Son sésiles

Las anémonas se encuentran fijas en el sustrato, es decir, no tienen ningún tipo de movilidad. El único período de su vida en el que tienen cierta movilidad es durante su fase larvaria, ya que allí pueden desplazarse por el agua gracias a los cilios de sus larvas.

Establecen relaciones de mutualismo con animales

A pesar de que las anémonas secretan una sustancia urticante y tóxica, son capaces de establecer relaciones de mutualismo con otros seres vivos como por ejemplo el cangrejo ermitaño y el pez payaso. Las anémonas se asocian a estos individuos y obtienen ciertos beneficios referentes a la disponibilidad de alimentos. En regreso, las anémonas les proporcionan protección.

Algunas especies son dioicas, otras hermafroditas

El orden Actiniaria es bastante amplio, abarcando a una gran cantidad de especies. Algunas de esas especies presentan ejemplares con sexos diferenciados. Por otra parte, otras son hermafroditas, es decir, presentan gónadas tanto masculinas como femeninas.

Morfología

Vistas externamente, las anémonas de mar parecen flores, con numerosos pétalos. Estos en realidad no son pétalos en el sentido estricto de la palabra, sino que son tentáculos que la anémona utiliza para capturar a sus presas.

De forma general, su cuerpo se encuentra conformado por un pie, también conocido como disco pedio adhesivo, un cuerpo y los tentáculos que se encuentran rodeando a la boca central. Igualmente están conformadas por una capa externa, la epidermis y una interna, la gastrodermis.

Los dos extremos distales de la anémona tienen un nombre particular. El inferior se conoce como disco pedal, y el extremo superior se llama disco oral.

Cuerpo

El cuerpo es cilíndrico y en ocasiones es liso. Hay ejemplares en los que el cuerpo presenta ciertas protuberancias carnosas (papilas sólidas), papilas adhesivas, hendiduras y algunas vesículas pequeñas que sobresalen en relieve.

En el disco oral se encuentra un orificio bastante amplio, tipo hendidura, que es la boca del animal y que se encuentra rodeada por los tentáculos. La boca se abre a una cavidad que se conoce como actinofaringe, la cual se comunica de manera directa con una cavidad que cumple funciones tanto de esófago como de faringe (cavidad gastrovascular).

Así mismo, la cavidad gastrovascular se encuentra dividida en unos espacios o cámaras. La estructura que las divide es conocida como mesenterio. Los mesenterios se originan en la pared del cuerpo del animal y se dirigen hacia el interior del mismo. En los mesenterios se encuentran células que sintetizan y secretan enzimas digestivas.

Cuando el mesenterio es completo, es decir, se extiende desde la pared del cuerpo hacia la base de la faringe, se denomina macrocnema. En tanto que cuando el mesenterio está incompleto, se denomina microcnema.

Dentro de los mesenterios se encuentran fibras longitudinales similares a las musculares. Este tipo de fibras también se encuentran en los tentáculos y a nivel del disco oral. De igual forma, en el interior del cuerpo se pueden encontrar fibras musculares circulares. En ocasiones estas también se encuentran en el disco oral.

De igual forma, el cuerpo presenta una capa de contextura gelatinosa denominada mesoglea que permite que la anémona sea flexible, lo que le permite aguantar las fuertes corrientes del fondo marino, o bien retraerse o expandirse. Esta último es una de las características más distintivas de las anémonas: su capacidad de cerrarse y abrirse.

Tentáculos

Los tentáculos son prolongaciones que se disponen en anillos concéntricos alrededor del disco oral. Un dato curioso es que generalmente el número de tentáculos que tiene una anémona es un múltiplo de seis.

Es importante mencionar que los tentáculos tienen unas células especializadas en sintetizar y secretar toxinas (actinoporinas). Estas células reciben el nombre de cnidocitos y conforman orgánulos llamados nematocistos.

Sistema nervioso

El sistema nervioso de las anémonas es bastante rudimentario, tomando en cuenta que son uno de los miembros del reino animal más primitivos. Estos organismos no presentan receptores especializados, salvo algunos quimiorreceptores.

Las anémonas presentan dos redes nerviosas que se unen a nivel de la faringe. Una discurre a través de la gastrodermis y la otra a través de epidermis.

Sistema muscular

Las anémonas no tienen fibras musculares propiamente dichas, sino ciertas fibras contráctiles. Estas pueden ser de dos tipos: circulares y longitudinales.

Las fibras circulares se encuentran principalmente inmersas en la pared del cuerpo, aunque en algunas especies, también se encuentran alrededor del disco oral.

Por otra parte, las fibras longitudinales se ubican en el disco oral, los tentáculos y en los mesenterios.

Sistema digestivo

Los miembros del orden Actiniaria presentan un sistema digestivo incompleto. Este presenta una sola abertura, que es la boca, a través de la cual entran las partículas de alimentos y también son liberadas las sustancias de desecho.

Inmediatamente después de la boca se encuentra la actinofaringe, la cual ocupa una longitud reducida del cuerpo. Esta se continúa con la cavidad gastrovascular, que es bastante amplia.

Aquí en la cavidad gastrovascular los mesenterios que la dividen secretan enzimas digestivas que contribuyen con la digestión de los alimentos o presas ingeridas.

Sistema reproductor

Es bastante rudimentario, ya que se encuentra en el interior de los mesenterios. Dentro de estos hay unos fragmentos de tejidos que son identificados como las gónadas del animal. Es allí en donde se generan los gametos, los cuales son expulsados hacia el exterior a través de la boca de la anémona.

Hábitat

Las anémonas se encuentran principalmente en el fondo de los mares, formando parte de los arrecifes de coral. En los grandes arrecifes como la Gran Barrera de Coral en la costa australiana hay una gran cantidad de ejemplares y diferentes especies de anémonas.

Así mismo, en ocasiones se mantienen unidas a través de su pie a objetos que se encuentran en el fondo marino, como por ejemplo barcos hundidos. Igualmente, las anémonas son particularmente abundantes en la zona tropical en la que los mares tienen temperaturas un poco más cálidas.

De manera general, las anémonas prefieren ocupar espacios reducidos, como grietas, en los que pueden permanecer semi ocultas. De igual forma, hay numerosas especies de anémonas de mar que prefieren un hábitat pelágico, es decir, cercano a la superficie.

Alimentación

Las anémonas de mar son animales carnívoros y depredadores de los animales más pequeños en su hábitat. Se alimentan de peces, moluscos y crustáceos. La forma más habitual de alimentarse es paralizar a la presa con ayuda de sus tentáculos y de las toxinas que estos sintetizan y segregan a través de los nematocitos.

La manera en que ocurre su proceso alimentario es la siguiente: la presa es atrapada por los tentáculos e inmovilizada por la toxina que estos secretan. Posteriormente es atraída hacia la boca, donde pasa a la cavidad gastrovascular.

Allí es sometida a la acción de la gran cantidad de enzimas digestivas que se sintetizan en los mesenterios. Los desechos de la digestión, es decir, los restos que no son aprovechables por la anémona son regurgitados y liberados a través de la boca hacia el medio exterior.

Las presas predilectas de las anémonas son los caracoles y las babosas, ya que son muy fáciles de capturar, así como también de digerir.

Reproducción

En el grupo de las anémonas de mar se presentan los dos tipos de reproducción: asexual y sexual.

Reproducción asexual

Este tipo de reproducción puede ocurrir a través de varios procesos, entre los que se pueden contar: gemación, laceración y fisión binaria.

Gemación

La gemación es un proceso de reproducción asexual en el que en algún lugar de la anémona comienza a surgir una protuberancias, que se conoce como gema. A partir de ella comienza a desarrollarse el nuevo individuo. Una vez que se encuentra lo suficientemente maduro para valerse por sí mismo, se desprende de la anémona progenitora, se fija al sustrato y comienza a prosperar.

Laceración

Este es un mecanismo de reproducción bastante sencillo. Consiste en que del pie de la anémona se desprende una porción, a partir de la cual se va a comenzar a formar un individuo nuevo. Quizás la explicación del éxito de este tipo de reproducción es que las anémonas tienen unas células indiferenciadas que tienen una gran totipotencia.

Las células totipotentes tienen la capacidad de transformarse en cualquier tipo de células de acuerdo a las necesidades del organismo en cuestión. Es por esto que, cuando se desprende el fragmento del pie, se activan las células totipotentes que hay allí y comienzan a diferenciarse y especializar en los diferentes tipos celulares hasta formar una anémona nueva.

Fisión binaria

Este es un proceso de reproducción asexual bastante rutinario que consiste en que un organismo se divide en dos. De cada mitad se van a originar dos individuos similares a la anémona inicial.

Reproducción sexual

Es importante destacar que hay especies de anémonas que presentan los sexos separados, es decir, hay individuos de sexo femenino y otros de sexo masculino. Por otro lado, también hay especies que son hermafroditas.

La reproducción sexual ocurre de la siguiente manera: los individuos de sexo masculino liberan el esperma al agua, estimulando de esta manera a la hembra para que esta libere a los huevos sin fecundar. Esta expulsión se hace a través de la boca.

En el mar, espermatozoides y huevos se encuentran y ocurre la fecundación, con la consiguiente fusión de gametos.

Así mismo, también hay especies en las cuales la fecundación es interna, es decir, ocurre dentro del cuerpo del individuo.

Dentro de los huevos fecundados comienzan a formarse y desarrollarse las larvas, que son de vida libre. Esto quiere decir que pueden desplazarse libremente por el mar. Estas larvas se conocen como plánulas. Este nombre se debe a su forma plana. Además presentan cilios, los cuales les ayudan en su movimiento de desplazamiento.

Posteriormente, la larva plánula se fija al sustrato y se transforma en un pólipo, el cual es una de las dos formas morfológicas que pueden adoptar los miembros del filo cnidarios durante sus ciclos de vida.

A partir del pólipo se desarrolla la anémona propiamente dicha, mediante la diferenciación de los diferentes tejidos que la conforman.

Relaciones con otros seres vivos

A pesar de que las anémonas son conocidos depredadores marinos y que sus tentáculos segregan una toxina bastante potente contra otros animales, también son bien conocidas algunas de las relaciones significativas que establecen con otros seres vivos como algunos peces y cangrejos.

Mutualismo anémona – pez payaso

El mutualismo es una relación interespecífica de tipo positivo que se establece entre dos organismos. En esta, ambos salen beneficiados, sin que ninguno de los dos le proporcione algún daño al otro. En este caso, tanto la anémona de mar como el pez payaso obtienen beneficios uno del otro.

Como es bien sabido, los peces payaso son bastante coloridos, teniendo tonalidades que van desde el color marrón opaco hasta el rojo vivo. Así mismo, presentan unas líneas blancas, las cuales contribuyen a que el pez destaque sobre el fondo marino y por ende, atraen a diversos depredadores.

Sin embargo, gracias a que el pez payaso puede vivir entre los tentáculos de la anémona, puede escapar del ataque de sus depredadores, ya que estos no son inmunes a la toxina secretada por la anémona.

Ahora bien, el beneficio que obtiene la anémona del pez payaso es el siguiente: cuando el pez nada entre los tentáculos de la anémona, está produciendo constantemente corrientes de agua que incrementan la oxigenación de los tentáculos, así como también el acercamiento de las partículas de alimento hacia la boca.

Mutualismo anémona – cangrejo

Otra de las relaciones mutualistas más famosas de la anémona es la que establece con el llamado cangrejo ermitaño (paguroideos). Este cangrejo se caracteriza por hacer uso de las conchas de caracoles muertos y ubicar su cuerpo dentro de ellas para protegerse. Sin embargo esta protección no es suficiente, por lo que el cangrejo es presa fácil de sus depredadores, entre los cuales se encuentra el pulpo.

En algunos cangrejos de este tipo, las anémonas se fijan a la concha. El beneficio que obtiene el cangrejo es que la anémona le protege de los depredadores con sus tentáculos y las sustancias urticantes que producen. Por otra parte, la anémona se aprovecha del desplazamiento del cangrejo para así poder tener acceso a una mayor variedad de presas.

Es importante destacar que, debido a que la anémona es un organismo sésil que se mantiene fijo al sustrato, no puede tener una dieta muy variada. Sin embargo, las anémonas que se fijan a la concha de los cangrejos, se desplazan con ellos por el lecho marino y pueden tener una dieta más diversa.

Toxina de las anémonas: las actinoporinas

Las anémonas sintetizan, a nivel de los cnidocitos, las toxinas que les sirven de defensa. Estas toxinas se conocen con el nombre de actinoporinas y son muy tóxicas y urticantes para quienes entran en contacto con ellas.

Es importante destacar que esta toxina es sintetizada por los cnidocitos y es almacenada en los nematocistos. Dentro de estos hay un tubo que termina en una aguja. Es a través de esa aguja que la toxina es inoculada en la presa.

La acción que ejercen las actinoporinas es la siguiente: cuando entran en contacto con las células de algún tejido animal, varias moléculas de actinoporinas se unen y logran atravesar la membrana de las células, formando un poro y la consiguiente muerte de esa célula.

En este sentido, es correcto afirmar que las actinoporinas tienen acción citolítica en las células a las que ataca. Así mismo, también tienen acción hemolítica, ya que destruyen de manera drástica e irreparable a los glóbulos rojos.

Referencias

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