Gota: qué es, síntomas, causas, tratamiento, prevención
¿Qué es la gota?
La gota es una enfermedad que se produce cuando se depositan cristales microscópicos de ácido úrico en las articulaciones, lo que provoca que se inflamen y duelan. Hay ocasiones en que estos cristales se pueden palpar y también hay casos en los que se depositan en los riñones, provocando cólicos nefríticos o alterando su función.
Síntomas de la gota
Uno de los principales síntomas de la gota es el dolor intenso y repentino en la articulación, que va acompañado de hinchazón. Estos episodios pueden durar varios días, si no se tratan, y pueden repetirse en cualquiera de las articulaciones.
Las articulaciones afectadas generalmente están en los pies y en particular es común que se vea afectada la primera metatarso-falángica del pie, pero también puede afectar los tobillos, las rodillas o las muñecas, aunque en estas dos últimas suele presentarse con mucha menor frecuencia.
Cuando no se atiende la enfermedad, se pueden ver afectadas varias articulaciones a la vez y disminuir la calidad de vida de la persona.
Causas de la gota ¿Por qué ocurre esta enfermedad?
El ácido úrico que entra al organismo a través de los alimentos, así como el que produce naturalmente el cuerpo humano, se elimina a través de la orina y de las heces, pero si la cantidad que ingresa es mayor que la que el cuerpo puede eliminar, los niveles de ácido úrico se empiezan a elevar en la sangre.
Si esta situación persiste, se forman cristales, especialmente en las articulaciones, lo que genera los síntomas que te expliqué anteriormente.
La gota es más frecuente en los hombres que en las mujeres y puede presentarse tanto en la adolescencia como en la vejez. El rango de edad más común en el que se presenta, en el caso de los hombres, es entre los 35 y los 50 años, mientras que en las mujeres suele presentarse después de los 50 años.
Factores de riesgo de la gota
Hay factores que te predisponen a sufrir esta enfermedad, entre ellas están la obesidad, la hipertensión arterial, ingerir algunos tipos de medicamentos y la dieta rica en precursores del ácido úrico.
Si tu alimentación está compuesta en gran parte de carnes rojas o mariscos, aumenta el riesgo de desarrollar gota. Lo mismo sucede si ingieres muchas bebidas endulzadas con fructosa, el azúcar de las frutas, o si bebes alcohol, especialmente altas cantidades de cerveza.
En el caso de la obesidad, también es un factor importante, pues al tener sobrepeso, el organismo produce más ácido úrico, lo que dificulta el trabajo de los riñones para eliminarlo.
En el caso de los medicamentos, se ha encontrado que la aspirina en dosis bajas y los fármacos para la hipertensión pueden aumentar el ácido úrico.
Si en tu familia hay antecedentes de este padecimiento, es importante que te mantengas alerta, pues esto aumenta tus probabilidades de padecer la enfermedad. Y en el caso de las mujeres, al alcanzar la menopausia, es el momento de prestar más atención, pues es en esta etapa donde es más frecuente que se desarrolle la gota.
Hay ocasiones en las que después de una cirugía o traumatismo se desencadena un ataque de gota. Y también es posible que algunas personas desarrollen gota después de recibir alguna vacuna.
¿Cuál es el tratamiento para la gota?
Para tratar la gota hay dos tipos de medicamentos. El primer tipo ayuda a reducir la inflamación y el dolor que van ligados a los ataques de gota, mientras que el segundo tipo se encarga de prevenir las complicaciones de la enfermedad, reduciendo la cantidad de ácido úrico en la sangre.
Fármacos para ataques de gota
Entre los medicamentos que se utilizan para atender los ataques de gota encontramos tres tipos:
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides
Estos medicamentos incluyen opciones de venta libre como el ibuprofeno y el naproxeno sódico, así como medicamentos que requieren receta médica y que son más potentes, como la indometacina o el celecoxib. El riesgo con estos fármacos es que pueden producir dolor de estómago y úlceras.
Colciquina
Una segunda opción es la colciquina, un medicamento antiinflamatorio que reduce el dolor que produce la gota, pero que puede causar náuseas, vómitos y diarrea.
Corticoesteroides
Los medicamentos como la prednisona entran en esta categoría. Pueden ayudar a controlar la inflamación y el dolor, y se recetan en forma de comprimidos o en inyecciones. Entre los efectos secundarios que pueden presentarse están los cambios de humor, aumento de la glucosa en la sangre y presión arterial elevada.
Fármacos para tratar complicaciones
Para contrarrestar las complicaciones que produce la gota, se utilizan dos tipos de medicamentos:
Fármacos que bloquean la producción de ácido úrico
Medicamentos como el alopurinol y el febuxostat ayudan a limitar la producción de ácido úrico. Con el alopurinol puedes experimentar fiebre, erupciones cutáneas, hepatitis y problemas renales. Y con el febuxostat los posibles efectos secundarios son erupciones en la piel, náuseas y función reducida en el hígado. También puede aumentar el riesgo de muerte por problemas cardíacos.
Fármacos que facilitan la eliminación del ácido úrico
La segunda opción son los medicamentos como el probenecid, que ayuda a mejorar la capacidad de los riñones para eliminar el ácido úrico. Entre los efectos secundarios que se pueden experimentar con este medicamento están las erupciones cutáneas, dolores estomacales y cálculos en los riñones.
¿Cómo puedes prevenir la gota?
Para prevenir el desarrollo de la gota es recomendable controlar tu peso, y si ya tienes obesidad no es conveniente que intentes perder peso con dietas rápidas, porque este tipo de dietas también son causantes de gota.
Cuida tu alimentación, pues es un factor imprescindible para conservar una buena salud. Evita las grasas animales en general, en particular las vísceras, embutidos, carnes rojas, mariscos, pescados en conserva y pescados grasos. También debes evitar el consumo de alcohol, en especial de cerveza, y de bebidas con fructosa.
Puedes consumir con moderación carnes magras, pescados poco grasos y lácteos. Y debes incluir en tu dieta frutas, verduras, pastas, aceites vegetales e ingerir suficiente agua.
Lo más importante es que no dejes de acudir a tu médico, si presentas algún síntoma relacionado con la gota, y que no te automediques, pues solamente un especialista te puede indicar cuál es el mejor tratamiento para ti.