Biografías

Buda (Siddharta Gautama): biografía, enseñanzas e influencias


Siddharta Gautama (c. 563/480 a. C. – c. 483/400 a. C.), conocido como el buda Gautama, fue un monje, sabio y filósofo oriundo del norte de la India. En sus enseñanzas se fundamenta el budismo, una de las religiones más populares en Asia y con millones de seguidores alrededor del mundo.

Es destacable que según la tradición no es el primer, ni será el último buda en vivir en la tierra. El concepto de “buda” fue empleado por muchas religiones de la zona, pero la acepción más popular hasta la actualidad fue la de “el que ha alcanzado la iluminación”.

Gautama mostró lo que llamó “el camino medio”, que consiste en un balance entre el ascetismo, que era el método más popular en la búsqueda de la iluminación espiritual, y el hedonismo propio de la vida común.

Algunas de las enseñanzas fundamentales que Siddharta Gautama legó a sus seguidores y que todavía se sostienen como las bases del budismo fueron la de las cuatro nobles verdades, también el noble camino óctuple y, finalmente, el origen dependiente.

Índice del artículo

¿Qué se conoce sobre su vida?

Los datos acerca de la vida del Buda son relativamente oscuros, puesto que existen varias fuentes que, en ocasiones, se contradicen. El primer texto acerca de la vida de Siddharta Gautama es el poema Budacarita, escrito en el siglo II. Pero desde entonces muchas versiones han sido narradas.

Se cree que el buda Siddharta Gautama nació en el sur del actual Nepal, cerca del nacimiento del río Ganges. Era miembro de la casta chatria, que se desempeñaban como guerreros y controlaban el poder político de la región.

Sus padres eran Sudoana, el líder de los sakia, y Mayadeví, conocida comúnmente como Maya. El príncipe Siddharta debía, según la tradición familiar, seguir los pasos de su padre como gobernante y militar.

La madre tuvo un sueño al momento de la concepción en el que un elefante con seis colmillos entraba por su costado. Cuando se acercaba la fecha del alumbramiento se dirigió a casa de su padre, pero el niño nació en el camino, bajo un árbol sala, en el jardín Lumbini.

Primeros años

Poco tiempo después, Maya murió y cuando Sudoana realizó la ceremonia para darle nombre al niño le hicieron una profecía en la que afirmaron que Siddharta se convertiría en un gran rey o en un santo.

Su padre deseaba que el muchacho lo emulara a él. Para evitar que se convirtiera en un ser iluminado lo mantuvo protegido de todos los males, como la enfermedad, la pobreza, la vejez o la muerte. Tampoco se le proporcionó educación religiosa durante sus primeros años.

A los 16 años contrajo matrimonio con una prima de su edad llamada Yasodharā y tuvieron un hijo, que llevó por nombre Rahula. A pesar de estar rodeado de todas las comodidades, Siddharta quiso reunirse con sus súbditos y dejó el palacio.

Ese encuentro también había sido planificado por Sudoana, pero Siddharta en el camino vio a un anciano, luego vio a un enfermo, a un cadáver y a un hombre pobre. Ese episodio es conocido como los cuatro encuentros. Después de ellos el príncipe renunció a su posición y se convirtió en asceta.

Vida tras los cuatro encuentros

Después de abandonar su vida en palacio, Siddharta aprendió prácticas de meditación y yoga. Sin embargo, no lograba hallar el camino hacia la liberación. Entonces, decidió que debía ser más duro en cuanto a lo austero de su vida, práctica en la que le siguieron cuatro hombres.

Siddharta Gautama apenas ingería alimentos y en consecuencia apenas tenía fuerzas. Entonces se dio cuenta de que el rumbo hacia la iluminación debía ser un camino medio, puesto que los extremos eran nocivos.

De ese modo comprendió que debía seguir el noble camino óctuple. Luego se sentó bajo el bodhi, un árbol sagrado, y aseguró que no se levantaría hasta encontrar la verdad. Se mantuvo allí durante 49 días hasta que alcanzó el estado conocido como “iluminación” y despertó del sueño de la ignorancia.

En ese momento se le revelaron las cuatro nobles verdades y se convirtió en un buda. Entonces Siddharta Gautama contaba con 35 años aproximadamente.

Luego el Buda se dedicó a viajar por los alrededores del Ganges enseñando el dharma, el conjunto de sus enseñanzas. Cuando contaba con 80 años anunció que llegaría al paranirvana, es decir que abandonaría su cuerpo terrenal, de modo que acabaría con el ciclo de muerte y reencarnación.

Biografía

Concepción

El padre de Siddharta Gautama fue el rey Sudoana, que gobernaba a los sakia. Existen versiones en las que se dice que su mandato se le había concedido por aclamación popular de las confederaciones y otras que aseguran que era un reinado tradicional que se transfería de padre a hijo.

Se supone que la familia Gautama descendía de Gótama Rishi, uno de los sabios que creó los mantras de los antiguos textos indios conocidos como Vedas, en los que estaba basada la religión de la época.

Su madre, Mayadeví, a quien regularmente se hace referencia simplemente como Maya, era una princesa de los koli, hija del rey Añjana.

La noche de la concepción del hijo de Sudoana y Maya, ella tuvo un sueño en el que un elefante blanco con seis colmillos se introducía en su costado derecho.

Nacimiento

La tradición indicaba que Maya debía dar a luz en su casa paterna, por lo que había partido con dirección al reino de Añjana. Sin embargo, a medio camino entre las tierras de su esposo y las de su padre, en el jardín de Lumbini, bajo un árbol de sala nació el niño.

Se afirma que Siddharta emergió de debajo del brazo derecho de su madre; además, se supone que podía caminar y hablar nada más nacer. También se asegura que a su paso surgían flores de loto y que el infante dijo que esa sería su última reencarnación.

La fecha del nacimiento del Buda es celebrada en muchos países, especialmente en el este de Asia. A pesar de eso no existe una fecha fija para esta celebración, sino que va rotando cada año, puesto que es dictada por el calendario lunar y varía según la zona.

Normalmente se ubica entre abril y mayo y en algunas ocasiones es celebrado en junio.

Primeros años

Profecía

La fecha de la muerte de Maya se contradice en las fuentes que existen acerca de la vida de Siddharta Gautama. Algunas aseguran que murió en el mismo momento del nacimiento de su hijo y otras que falleció una semana más tarde.

Después del nacimiento del joven príncipe, un ermitaño llamado Asita, que era muy respetado por los sakias, bajó de la montaña en la que vivía para conocer al niño. Ese fue un suceso extraordinario, puesto que se dice que había pasado años sin ser visto por nadie.

Después de examinar las marcas de nacimiento del bebé, Asita hizo una profecía en la que afirmó que se convertiría en un gran rey o en un líder religioso supremo.

Cinco días después del nacimiento se llevó a cabo la ceremonia de imposición de nombre para el príncipe. Siddharta fue el escogido por Sudoana para su hijo, el significado del mismo es “aquel que alcanza su objetivo”.

El rey invitó a ocho brahmanes para que hicieran predicciones acerca de lo que le aguardaba a su pequeño hijo. Todos coincidieron con lo que había expresado Asita, es decir, que Siddharta sería un gran rey o un santo, excepto Kaundinya, que dijo que el muchacho se convertiría en un buda.

Infancia

Tras la muerte de su madre, Siddharta pasó al cuidado de su tía materna llamada Mahapajapati Gotami. Ella también fue la madrastra del niño, ya que después de que Maya falleció desposó al rey Sudoana.

Se dice que en una oportunidad dejaron al niño desatendido durante una celebración. Luego lo encontraron sentado meditando bajo un árbol que para evitar que el sol le hiciera daño paralizó todas sus hojas y le prestó cobijo a Siddharta.

Del matrimonio de Sudoana y Mahapajapati nacieron dos hijos, una niña y un varón: Sundari y Nanda, respectivamente.

Su padre no quería que el joven príncipe Siddharta se convirtiera en un santo, sino en un hombre de Estado como él. Por eso le construyó tres castillos en los que el muchacho encontraba a su disposición todas las comodidades y los placeres posibles.

Además, Sudoana evitó que al muchacho se le instruyera en asuntos religiosos para evitar el desarrollo de esa inclinación en Siddharta. También prohibió que se le mostrara el sufrimiento, por lo que no conocía la vida real, sino una especie de paraíso ficticio lleno de belleza, juventud y salud.

Juventud

Cuando Siddharta Gautama cumplió 16 años, el rey Sudoana le arregló un matrimonio con una muchacha de la misma edad, que era prima del chico por su familia materna. La joven princesa se llamaba Yasodharā.

Se piensa que la pareja permaneció junta hasta que Siddharta cumplió 29 años, que fue cuando renunció a su vida palaciega. Antes de eso tuvo un hijo con Yasodharā, que fue bautizado como Rahula.

A pesar de que estuvo rodeado de belleza, juventud, comodidad y abundancia durante los primeros años de su vida, Siddharta no había conseguido ser totalmente feliz, puesto que pensaba que la riqueza no era la meta de la vida.

Los cuatro encuentros

A los 29 años la curiosidad acerca del mundo exterior asaltó a Siddharta, y le solicitó a su padre dejar el palacio para conocer a sus súbditos y al reino que según lo que estaba planificado tendría que gobernar.

Sudoana preparó cuidadosamente el recorrido del príncipe. Ordenó que las calles fuesen aseadas y que se removieran del camino a todos los enfermos, a los pobres y a los ancianos, de modo que Siddharta encontrara un ambiente similar al del palacio en el exterior.

Sin embargo, un anciano logró acercarse al encuentro entre el príncipe y el pueblo. En el momento en el que Siddharta vio a ese hombre le preguntó a Chana, que llevaba el carruaje, a qué se debía la apariencia de esa persona.

Entonces el cochero le explicó al príncipe que eso era la vejez y que, con el paso del tiempo, todos se volvían ancianos y se veían de ese modo.

Siddharta y Chana continuaron un recorrido en el que encontraron a un enfermo, a un cadáver y a un asceta. Estos eventos fueron conocidos como los cuatro encuentros y a partir de ellos Siddharta decidió que debía encontrar el camino para romper la cadena de sufrimiento de la vida.

La gran renuncia

Tras regresar al palacio, Siddharta supo que no podría seguir rodeado de placeres mundanos sin preocuparse por los males que afectaban a la humanidad. Entonces le pidió a su padre que le permitiera retirarse al bosque.

Sudoana se negó y le dijo que le daría cualquier cosa si permanecía a su lado y se hacía cargo del reino cuando correspondiera. Siddharta le respondió que si nunca envejecía, enfermaba o moría aceptaría quedarse y, su padre le dijo que eso no era posible.

Antes de irse, el príncipe visitó los aposentos de su esposa, que dormía tranquilamente junto con el pequeño Rahula; y al verlos tan indefensos supo que debía intentar encontrar una forma de detener el ciclo infinito de vidas y muertes para liberarlos del sufrimiento.

Existe otra versión que indica que esa noche Rahula fue concebido y nació seis años más tarde, cuando Siddharta se convirtió en el Buda.

Entonces se produjo el acto conocido como la gran renuncia: Siddharta abandonó el palacio junto con Chana y Kantaka, su caballo. La historia afirma que los dioses silenciaron sus pasos y los del animal para permitirle que saliera sin ser visto por nadie.

Siddharta abandonó la capital de su reino, Kapilavastu, y se internó en el bosque. Allí se cortó el cabello, se quitó su ropa elegante y se puso la de un mendigo. Desde ese momento se convirtió en asceta.

Búsqueda

Mientras estaba en Rajagaha, la identidad de Siddharta fue descubierta por los hombres del rey Bimbisara, que al enterarse de que el príncipe había abandonado todo para buscar la iluminación le ofreció su reino.

Siddharta no aceptó la oferta de Bimbisara, pero prometió que Magadha, su reino, sería el primero que visitaría una vez que hubiese logrado su objetivo. Entonces siguió su camino en la búsqueda de la verdad. Para lograrlo se unió a sabios que enseñaban meditación a través de prácticas como el yoga.

El primero fue Araba Kalama, quien al ver que Siddharta había sido un gran alumno le pidió que tomara su lugar y, nuevamente, Siddharta se negó. Después, estudió con Udaka Ramaputta, que también solicitó que lo reemplazara y al que una vez más rechazó.

Entonces, Siddharta pensó que la forma para alcanzar la iluminación era el ascetismo extremo, que le privara de todos los placeres y artículos materiales, entre los que se encontraba la comida. Él y cuatro ascetas que lo siguieron solo injerían una hoja o una pequeña nuez diariamente.

Esto debilitó el estado de salud de Siddharta y sus seguidores hasta tal punto que no tenía fuerzas para realizar las actividades más básicas.

El despertar

Tras casi ahogarse en un río mientras tomaba un baño, Siddharta comprendió que la vida de mortificación extrema tampoco le llevaría a alcanzar su meta, que era conseguir la unión entre el individuo y el universo.

Descubrió de esa forma que debía tomar el camino medio entre la austeridad y la abundancia. También comprendió que el conocimiento que pretendía encontrar no podía hallarlo en el exterior, sino solo en sí mismo.

Otra fuente afirma que esa verdad la entendió al escuchar una conversación en la que el maestro le explicaba a su alumna que para tocar el sitar, un instrumento similar a una guitarra, las cuerdas no debían estar muy flojas, porque no sonarían, ni muy tensas porque se romperían.

Para poder llevar esa vida de moderación, Siddharta Gautama supo que debía seguir la senda del noble camino óctuple, que comprende tres grandes categorías: la sabiduría, la conducta ética y el entrenamiento de la mente.

Entonces se sentó durante 49 días bajo el árbol bodhi, en Bodh Gaya. Los ascetas que lo acompañaban dejaron de confiar en su búsqueda por considerarlo indisciplinado.

Buda

Mara, el dios del deseo decidió tentarlo, pero como eso fue imposible lo atacó con diferentes elementos como viento, rocas, fuego y lluvia. Sin embargo, nada logró perturbar la búsqueda de Siddharta.

Después de que Siddharta posó su mano en el suelo para preguntar a la diosa de la tierra si era su derecho estar sentado bajo el árbol y ella le respondió afirmativamente, Mara desapareció.

En ese momento Siddharta Gautama comenzó a recordar todas sus vidas pasadas y supo que había dejado de ser él y se había transformado en el Buda.

Primera sanga

Después de que el Buda comprendió las causas del sufrimiento, las cuatro nobles verdades y el origen dependiente, no sabía si debía enseñar lo que había aprendido al resto del mundo. Entonces, el dios Brahma le dijo que algún humano comprendería su descubrimiento y Buda aceptó compartirlo.

Primero quiso buscar a sus primeros maestros, pero ellos habían muerto para ese momento. Entonces Gautama contaba con 35 años de edad. Luego se acercó a sus antiguos compañeros, los ascetas, pero ellos se mostraron indiferentes en un comienzo ante el hecho de que Gautama había alcanzado la iluminación.

A pesar de eso, ellos fueron los primeros en escuchar el dharma del Buda. Les reveló todos los conocimientos que adquirió y que lo guiaron hasta la iluminación. Ellos comprendieron y se convirtieron en arjat, es decir, que pasarían al nirvana después de la muerte.

También esos hombres fueron los primeros miembros de la sanga, que es el nombre que se le da a la comunidad budista, al convertirse en monjes.

Tras la conversión de los ascetas, la fama de la sanga creció rápidamente. A los 5 meses la cantidad de miembros sobrepasaba los 50 monjes. Después de que se les unieran tres hermanos de apellido Kassapa eran 200 los miembros del la sanga. Tiempo más tarde, Buda contaba con 1000 seguidores.

Maestro Buda

Desde entonces el buda Gautama se dedicó a viajar a las orillas del río Ganges; y por donde iba, le enseñaba el dharma a aquellos que se interesaban sin importar su casta o sus costumbres. Se cree que le mostró el camino a la iluminación por igual a sirvientes y príncipes, caníbales y asesinos.

El único momento del año en que no viajaba la sanga era en la temporada lluviosa, en la que se retiraban a monasterios o lugares públicos en los que los interesados en aprender acerca del dharma se acercaban a ellos.

Buda cumplió su promesa con el rey Bimbisara y fue a Magadha. Se cree que permaneció durante casi un año en un monasterio en la capital del reino, Rajagaha. En esa época Sudoana se enteró de que su hijo estaba ahí y envió 10 delegaciones para solicitarle que regresara a Kapilavastu.

Sin embargo los hombres enviados las primeras 9 veces en lugar de darle el mensaje a Buda, se unieron a la sanga. La última delegación, que estaba a cargo de Kaludayi, sí le manifestó a Gautama los deseos de su padre.

Entonces, el buda Gautama decidió viajar hasta el reino de su padre. Se trasladó a pie y como de costumbre iba difundiendo, junto con los monjes de su sanga, las enseñanzas del dharma durante todo su recorrido.

Regreso a Kapilavastu

Se dice que durante el almuerzo los miembros de la sanga pidieron limosnas en el palacio, situación que incomodó a Sudoana, puesto que los guerreros como él no debían mendigar. Buda le respondió que su linaje de iluminados había pedido limosnas durante mucho tiempo.

Allí reunidos, el buda Gautama y Sudoana conversaron y el primero le mostró las enseñanzas del dharma al rey. Varios nobles decidieron unirse a la sanga, entre ellos primos del Buda y su medio hermano, Nanda.

Antes de morir Suodana, el Buda fue a visitarlo en su lecho de muerte y habló con su padre una vez más, tras lo que este se convirtió en arjat.

La madre de crianza de Gautama le solicitó que deseaba convertirse en monja de la sanga, pero el Buda no estaba seguro de que eso debiera ser permitido. Sin embargo, ella y otras mujeres nobles como su hija, emprendieron el rumbo a la iluminación y viajaron junto con la sanga hasta Rajagaha.

Eventualmente, el Buda accedió a permitir la ordenación de mujeres, puesto que tenían la misma capacidad de despertar del sueño de la ignorancia que los hombres, pero les facilitó la Vinaya con reglas especialmente creadas para ellas.

Paranirvana

Según una fuente, el buda Gautama afirmó que si lo deseaba podía aumentar la duración de su vida a una era completa. Pero Maya apareció una vez más ante él y le dijo que debía cumplir su promesa de pasar al nirvana cuando terminara de enseñar lo que había aprendido.

Cuando el Buda tenía cerca de 80 años, informó a sus seguidores que pronto entraría al paranirvana, que es el último estado del nirvana, o el fin de la mortalidad. Cuando alcanzara ese estado se separaría finalmente de su cuerpo terrenal.

Los últimos alimentos que ingirió fueron una ofrenda de Cunda, un herrero. Aunque no se tiene certeza de cuál fue la última comida del Buda, algunas fuentes aseguran que fue cerdo. El mismo Gautama afirmó que su muerte no tenía que ver con la comida.

El sitio seleccionado por el Buda para convertirse en uno con el universo, fue el bosque de Kusinara. Se acostó sobre su lado derecho entre dos árboles que florecieron al instante. Ordenó a uno de sus sirvientes que se hiciera a un lado para que los dioses pusieran ver su paso al paranirvana.

Dejó instrucciones para que se celebrara su funeral, al igual que peregrinaciones a los lugares más importantes de su vida. Explicó que cuando dejara su cuerpo, ellos debían seguir las instrucciones del dharma y de la Vinaya.

El buda Gautama preguntó a sus discípulos si alguno tenía una pregunta y nadie respondió, volvió a preguntar en tres ocasiones y al ver que nadie tenía ninguna duda, entró en un estado de meditación y entró al paranirvana.

Enseñanzas

El camino medio

En las enseñanzas del Buda, una de las bases fundamentales es el no extremismo. Esto se refiere a la forma de dirigirse en el camino mientras se busca la iluminación. Esta teoría estuvo presente en su pensamiento desde su primer discurso en Sarnath.

Lo planteado por el buda Gautama como camino medio ha sido interpretado de varias maneras dependiendo de las distintas escuelas filosóficas de la religión.

Para algunos consiste en no seguir el ascetismo extremo, es decir, la privación de las comodidades mundanas, ni la mortificación excesiva; pero tampoco disfrutar de los placeres en demasía. Esto se debe a que ninguno de los dos rumbos puede permitir la claridad mental para despertar.

Otros han considerado que es el punto medio entre la existencia y el vacío, como un concepto de la metafísica. Se refiere a si los fenómenos están realmente en un plano tangible o por lo contrario son parte de la nada.

Cuatro nobles verdades

Desde el primer discurso del buda Gautama, el Dhammacakkappavattana Sutra, se introdujeron las cuatro nobles verdades. En esa ocasión se explicó por primera vez el dharma después del despertar del Buda.

Los textos budistas llevan por nombre sutras. En ellos se emplean las cuatro nobles verdades con doble propósito. El primero es ilustrar la ruta de Gautama a su ascensión a buda, pero también es una forma de mostrar a las personas lo que deben hacer para romper el círculo del materialismo.

Para algunas escuelas del budismo, el simple hecho de conocer la existencia de las cuatro nobles verdades trae consigo la liberación. Mientras tanto, para otras tradiciones ellas no son tan relevantes como otros aspectos de la doctrina budista tales como la compasión.

1- Dukha

“Este es el dolor”. La vida, por no ser perfecta, trae consigo sufrimiento e insatisfacción. Es una verdad que aplica universalmente. Incluso las experiencias que provocan placer se transforman en dolor, puesto que son pasajeras.

“El nacimiento es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, convivir con lo indeseable es sufrimiento, separarse de lo deseable es sufrimiento, no obtener lo que se desea es sufrimiento. Todo conlleva sufrimiento, la existencia y sus partes son sufrimiento”.

Según los sutras, todas las etapas de la vida conllevan sufrimiento, al igual que las diversas situaciones en las que se puede encontrar una persona. Es decir, la vida es un estado de dolor absoluto.

2- Samudaya

“Este es el origen del dolor”. El dolor proviene de la misma naturaleza humana, puesto que nace de las pasiones y las elecciones que cada individuo realiza.

“El origen del sufrimiento es el deseo que lleva al renacimiento, está acompañado por el deleite y la lujuria, que buscan placer por doquier”.

Es decir, que el hombre a través de sus deseos y apegos solo puede hallar sufrimiento y perpetuar el ciclo del samsara, o los renacimientos, lo que hace que el estado de insatisfacción se convierta en una carga perpetua.

3- Nirodha

“Este es el fin del dolor”. Si alguien es capaz de deshacerse de sus deseos y apegos, entonces encontrará en consecuencia el fin del dolor. Se debe analizar el comportamiento propio para identificar cuáles son los elementos que se han de suprimir.

“La supresión del dolor es posible eliminando nuestro deseo, librándose del deseo – apego, abandonándolo para siempre, no dándole acogida en nosotros”.

Así, el fin del sufrimiento se alcanza cuando el ser humano es capaz de conocer sus deseos y eliminarlos por completo. Este es el único modo de alcanzar un estado de satisfacción, ya que mientras exista un anhelo, habrá dolor presente.

4- Magga

“El camino que conduce al cese del dolor”. En esta verdad, el buda Gautama mostró cuál era el camino que se debía seguir para alcanzar la iluminación y el cese del sufrimiento. Es el punto de partida de los que busquen el fin del dolor y la síntesis de los preceptos budistas.

“Este es el noble camino óctuple, consiste en la intención correcta, la visión correcta, la palabra correcta, la acción correcta, la ocupación correcta, el esfuerzo correcto, la atención correcta y la concentración correcta”.

Todo aquel que quiera seguir el dharma, debe comenzar a aplicar estos ocho principios en su vida. Siguiendo esas afirmaciones cualquiera puede lograr convertirse en buda, según las palabras de Gautama.

El noble camino óctuple

Para alcanzar el nirvana se debe seguir el noble camino óctuple, cuyas directrices explicó el buda Gautama, representado en la rueda del dharma. A través de este conocimiento, una persona puede liberarse de su sufrimiento.

Este camino está dividido en tres grandes categorías: sabiduría, conducta ética, y entrenamiento de la mente.

Sabiduría (pañña)

1- Visión correcta

También conocido como “entendimiento” correcto. Este punto hace referencia al hecho de que las acciones tienen consecuencias que no finalizan con la muerte, sino que afectan también a la siguiente a través del karma.

Para poder tener una visión correcta se debe eliminar la confusión, el mal entendimiento y los pensamientos que no tienen propósito. Para algunas escuelas budistas eso quiere decir comprender que no existen dogmas o conceptos rígidos, por lo que se deben desechar los propios puntos de vista.

2- Pensamiento correcto

A este elemento de igual forma se le conoce como determinación correcta. Se da cuando el que busca la iluminación decide dejar atrás su vida mundana, su hogar y lo que lo ata a sus preconcepciones.

Esto puede ser ejemplificado con la gran renuncia que hizo Siddharta Gautama cuando abandonó a su familia, a su título y a su reino para intentar despertar del sueño de la ignorancia y romper la cadena de sufrimiento.

El renunciante debe dejar atrás los placeres del mundo y la mala voluntad. También debe estar dispuesto a considerar que nada es permanente. En consecuencia, todo es una fuente de sufrimiento para las personas.

Conducta ética (sila)

3- Palabra correcta

En este punto se explican cuatro cosas que no deben hacerse para poder encontrar la iluminación: abstenerse de mentir, de profesar calumnias o división, de cometer abuso o irrespeto y de caer en las frivolidades.

En consecuencia el discurso correcto contiene la verdad, al tiempo que es afectivo y persigue la meta de hallar el dharma. Según el buda Gautama nunca debía decirse algo que no fuese beneficioso. Sin embargo, aquello que era verdadero y bueno debía decirse aunque fuese o no bienvenido.

4 – Acción correcta

De la misma forma que en la palabra correcta se marcan directrices acerca de lo que no se debe decir, en este punto se muestran las cosas que no deben ser hechas si se quiere alcanzar el nirvana.

La primera acción que no se debe cometer es el asesinato. Esto para los budistas se aplica a todos los seres vivos y no solo a los humanos. De esto están excluidas las plantas porque se considera que no sienten.

Luego está la abstención del robo. Solo se debe tomar algo que es ofrecido directamente por su dueño, ya que de cualquier otra forma el karma del que recibe el objeto se verá afectado y no podrá liberarse.

Finalmente, se insta a que las personas se abstengan de la conducta sexual incorrecta. En general, este precepto se refiere a no mantener relaciones con alguien que no es el esposo del individuo. Sin embargo, para los monjes budistas este punto se refiere al celibato estricto.

5- Ocupación correcta

También conocido como medio de vida correcto. Se explica que el practicante del budismo no puede dedicarse a profesiones que puedan herir en alguna forma a otros seres vivos.

En el caso de los monjes, estos deben vivir de la limosna, pero nunca deben aceptar más de lo necesario. Para los individuos comunes esto implica que no pueden participar en negocios como el comercio de armas, seres vivos, carne, bebidas alcohólicas o veneno.

Tampoco deben ganar dinero con medios incorrectos como robos, engaños, corrupción o estafas.

Entrenamiento de la mente (samadhi)

6- Esfuerzo correcto

Consta de cuatro aristas principales que son el prevenir la maldad y los estados mentales que no son saludables que no han surgido, destruir los estados mentales no saludables que ya existen, generar nuevos estados mentales sanos y mantener los que ya existen.

7- Atención correcta

Se trata de mantener la mente en el presente para que pueda estar atenta a los fenómenos que la rodean, al mismo tiempo que ha expulsado de su pensamiento a los deseos que alteran la calma y provocan sufrimiento.

8- Concentración correcta

Este último principio hace referencia a la meditación y se explica con los jhānas. El primero consiste en distanciarse de la sensualidad y la perturbación para conseguir el éxtasis y la felicidad, acompañados por el pensamiento.

En el segundo paso se suprime el pensamiento discursivo y verbal para tranquilizar la mente. Entonces se entra en el tercer estado que consiste en una absorción contemplativa.

En el estado final se alcanza la contemplación con ecuanimidad pura. En este paso no se siente placer ni dolor.

Influencia

En el mundo oriental

Aunque el buda Gautama no es considerado un dios, es reconocido como el fundador del budismo. Esta es una de las religiones más practicadas en el mundo oriental, y sus doctrinas permearon en otras, tales como la religión china tradicional, el confucianismo o el zen.

En el norte de la India se popularizó el budismo puesto que eliminaba las castas. Así, aquellos que pertenecían a los estratos más bajos en la religión hindú, preferían convertirse al budismo y encontrar una nueva forma de vida.

Camboya es el país con más mayor proporción de budistas entre sus habitantes, ya que el 96,90% de la población profesa esta religión. Le sigue Tailandia con el 93,20% y Myanmar con el 87,90%. A pesar de eso, China es el país que alberga la mayor cantidad de practicantes del budismo, con 244.130.000.

En el Tíbet existió una teocracia regida por el Dalai Lama, hasta 1950, cuando China invadió su territorio. En la actualidad esta figura solo cumple funciones espirituales, siendo un equivalente del Papa católico en la religión budista tibetana.

Se considera que el Dalai Lama es una reencarnación del Avalokiteśvara, que es un Bodhisattva protector de Tíbet. El término se traduce como “alguien que está encaminado hacia la iluminación”.

En el mundo occidental

En los Estados Unidos de Norteamérica, el budismo cuenta con una gran cantidad de creyentes. La cifra asciende a los 3,8 millones de personas. Además, la religión budista y la vida de Gautama son temas de estudio en algunas universidades. En otros países occidentales, esta influencia también es bastante significativa.

Sin embargo, no fue hasta finales de 1800 cuando los occidentales comenzaron a interesarse por comprender el budismo. El crecimiento demográfico de los budistas en América y Europa se dio durante los siglos XIX y XX, en gran medida debido a la migración asiática.

La figura del buda Gautama ha aparecido en películas como Little Buddha (1994), de Bernardo Bertolucci, el documental llamado The Buddha (2010), narrado por Richard Gere. También en la novela Siddharta (1922), de Hermann Hesse.

Las representaciones del buda Gautama, suelen confundirse con las de Budai, un monje chino gordo que cargaba un saco a cuestas. Sin embargo, aunque algunos sugieran que Budai pueda ser la encarnación de Matreiya, no guarda ninguna relación directa con Gautama.

Referencias 

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