Nigromancia: origen, Biblia, Edad Media, ficción
¿Qué es la nigromancia?
La nigromancia o necromancia es un método de adivinación que implica comunicarse con los muertos. Esta práctica requiere la invocación de los espíritus de los muertos, con la creencia de que tienen acceso a información sobre el presente y sobre el futuro fuera del alcance de los vivos.
Esta rama de la magia, generalmente dentro de la denominada magia negra, recibe su nombre de la adaptación de la palabra latina necromantia, que su vez deriva del griego nekromanteia. La partícula nekro significa “cuerpo o materia”, mientras que manteia significa “adivinación” o “profecía”.
Aunque se desconoce el origen exacto de esta forma de adivinación, se cree que era una práctica común en civilizaciones como la egipcia, mesopotámica, romana, persa o griega. Una de las apariciones más antiguas de la nigromancia en la literatura se produjo en la Odisea de Homero.
Otra mención de estos rituales aparece en la Biblia, aunque el cristianismo condena su práctica. Sin embargo, esto no fue impedimento para que algunos clérigos hicieran uso de ella durante la Edad Media. Otros nigromantes famosos fueron John Dee, Edward Kelley o Eliphas Lévi. El tema, además, es muy popular en la literatura, en los videojuegos y en los juegos de rol.
Origen de la nigromancia
Aunque no se conoce a ciencia cierta cuándo comenzó a practicarse la nigromancia, es probable que este tipo de magia evolucionase a partir del chamanismo primitivo, en el que se invoca a los espíritus de los antepasados.
Según el historiador griego Estrabón, la nigromancia era la forma principal de adivinación entre los pueblos de Persia. Igualmente, se piensa que fue muy utilizada por los caldeos y en Babilonia.
En Mesopotamia los rituales necrománticos eran muy complejos y solo podían realizarlos una especie de sacerdotes, llamados manzazuu, especializados en invocar a los espíritus, a los que se llamaban etemmu.
Por otra parte, algunos autores mantienen que el origen de la nigromancia estuvo relacionado con el proceso de embalsamamiento de las momias.
En otras partes del mundo también se practicaron estas técnicas de adivinación. En la mitología nórdica, por ejemplo, el padre de los dioses, Odín, convocaba a los muertos para que predijeran el futuro.
Grecia y Roma
En la Grecia clásica, al igual que en Roma, se creía que las cuevas, las regiones volcánicas o en las proximidades de los ríos eran los mejores lugares para comunicarse con los muertos. Esta creencia estaba basada en que se trataba de puntos cercanos al Hades.
Los antiguos romanos practicaron una variante de la necromancia llamada aruspicina. En esta, los arúspices adivinaban el futuro mediante el estudio de las vísceras de animales sacrificados en honor de los dioses.
Prueba de lo extendido de la nigromancia en Roma son los registros en los que se afirman que algunos emperadores, como Drusco, Caracalla o Nerón, la practicaban para ayudarse a tomar decisiones.
Nigromancia en la Biblia
El libro más importante del cristianismo, la Biblia, menciona esta práctica para calificarla como un insulto y una abominación hacia Dios. La prohibición de su uso era total, hasta el punto de que podía llegar a ser castigada con la muerte.
Las menciones de la necromancia en la Biblia comienzan ya en el Deuteronomio, libro en el que se advierte contra la práctica canaanita de adivinar el futuro utilizando a los muertos
A pesar de la fuerte condena de este tipo de magia negra, en la Biblia aparece descrito un ritual llevado a cabo por el rey Saúl, cuando los filisteos atacaron Israel.
Saúl pidió consejo a Dios para saber cómo actuar, pero no obtuvo respuesta. Desesperado, marchó a Endor para buscar una bruja que le permitiera comunicarse con el alma del profeta Samuel.
El ritual fue realizado con éxito y el espíritu de Samuel se manifestó ante Saúl. Sin embargo, no recibió ningún consejo, ya que el espíritu solo le comunicó que iba a ser castigado y asesinado por haber desobedecido previamente a Dios.
Nigromancia en la Edad Media
En la Alta Edad Media, muchos pensaban que sin la ayuda de Dios era imposible la resurrección. Eso implicaba que cuando los nigromantes convocaban a los espíritus de los fallecidos, lo que en realidad aparecían eran demonios que tomaban su apariencia. Este tipo de práctica fue denominada magia demoníaca y condenada por la Iglesia católica.
A pesar de esa condena, muchos nigromantes eran miembros del clero, casi siempre de los sectores más educados y cultos. La mayoría conocían los rudimentos básicos del exorcismo y tenían acceso a las obras sobre astrología y demonología de la época. Todo esto provocó que algunos clérigos intentasen combinar los ritos cristianos con los rituales necrománticos.
En general, los que intentaban llevar a cabo esos rituales buscaban manipular las voluntades, conocer el futuro o reanimar a los muertos.
Para realizar la nigromancia en la Edad Media, lo habitual era utilizar círculos mágicos, sacrificios y conjuros como los que aparecen en el Manual de Múnich de la magia demoníaca.
Los círculos servían para proteger a los que estuvieran en su interior, mientras que los sacrificios solían consistir en la entrega de un objeto determinado más que la muerte de un animal.
Nigromancia en la ficción
En la ficción, especialmente en la moderna, los nigromantes han sido representados como un tipo de mago. En algunos casos, incluso los vampiros han sido dotados con facultades de este tipo.
Estos hechiceros de ficción han estudiado las artes prohibidas en un intento de vencer a la muerte. Se trata de individuos muy peligrosos con grandes conocimientos de magia negra. Esto les permite comunicarse y controlar a los espíritus e, incluso, animar los cadáveres.
Esta figura es muy habitual en la literatura fantástica, además de en los juegos de rol o en los videojuegos.
La Odisea
Una de las apariciones más antiguas de la nigromancia en una obra literaria se produjo en la Odisea de Homero. En esta obra, Odiseo viaja al inframundo bajo el dominio de una poderosa hechicera, Circe.
El propósito de este viaje al mundo de los muertos es intentar obtener información acerca de cómo va a transcurrir su futuro. Para lograrlo, Odiseo utiliza los conjuros que Circe le ha enseñado.
Además de esta historia, la Odisea contiene otras referencias descriptivas de rituales nigrománticos.
Madame Blavatsky
Una de las referencias más importantes sobre la nigromancia son las obras de la escritora y ocultista Helena Blavatsky.
Nacida en Rusia en 1831, su obra fue una fuente de inspiración para autores como, entre otros, H.P. Lovecraft, uno de los más destacados escritores de terror de la era moderna.
Nigromantes famosos
A lo largo de la historia han existido un gran número de interesados en contactar con los muertos para conocer el futuro. Algunos de ellos eran, además, personajes famosos o importantes en su época, como era el caso de los emperadores romanos Druso, Nerón y Caracalla.
Otros nigromantes famosos fueron Apión, un gramático que solía intentar contactar con el alma de Homero, o el autor de La divina comedia, Dante Alighieri.
John Dee
Uno de los nigromantes más reconocidos de la historia fue el británico John Dee, nacido en 1527, quien llegó a ser consultor de la reina Isabel I.
A pesar de que Dee era un reconocido matemático, astrónomo y navegante, dedicó buena parte de su vida a estudiar la alquimia, la adivinación y la filosofía hermética. De esta forma, este británico intentó unir dos mundos aparentemente contrapuestos, el de la ciencia y el de la magia.
John Dee fue el autor de uno de los rituales nigrománticos más famosos de la historia. El hecho tuvo lugar en el atrio de la iglesia de Walton-le-dale, en Lancashire.
Edward Kelly
Contemporáneo y compañero de viajes de John Dee, Kelley fue un alquimista e investigador de lo oculto inglés que adquirió cierta fama como médium
Kelley fue acusado de ser un charlatán que se aprovechó de Dee, aunque otras fuentes afirmaban que ayudo al matemático británico a iniciarse en los secretos de la magia.
Eliphas Lévi
Alphonse Louis Constant, conocido por el seudónimo de Eliphas Leví, fue un cabalista y mago nacido en París en febrero de 1810.
Levi fue ordenado sacerdote y ejerció como abad en un convento. Los numerosos libros y manuscritos sobre magia que había en la biblioteca del monasterio le sirvieron para adentrarse en el estudio de lo oculto.
Sus obras le abrieron las puertas de varias sociedades iniciáticas, como la Hermandad de la Rosacruz.
Referencias
- EcuRed. Nigromancia. Obtenido de ecured.cu
- Enciclopedia Católica. Necromancia. Obtenido de ec.aciprensa.com
- , Pérez Porto, Julián; Gradey, Ana. Definición de nigromancia. Obtenido de definicion.de
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. Necromancy. Obtenido de britannica.com
- Giralt, Sebastiá. Medieval necromancy, the art of controlling demons. Obtenido de sciencia.cat
- Dubray, Charles. Necromancy. Obtenido de newadvent.org
- Encyclopedia of Occultism and Parapsychology. Necromancy. Obtenido de encyclopedia.com