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Gorila de montaña: características, hábitat, reproducción


El gorila de montaña (Gorilla beringei beringei) es una subespecie de gorila que habita al este de África subsahariana. Esta subespecie, junto con el gorila de Grauer (G. beringei graueri), son en la actualidad los primates de mayor tamaño. El gorila de montaña pertenece a la familia Hominidae y fue descrita por Matschie en 1903.

Los gorilas, al igual que casi todos los simios antropomorfos, son muy sociables. Establecen grupos que pueden superar los 10 individuos y que están dominados por un macho alfa o lomo-plateado. Además de esto, existe un sistema de jerarquías bien establecido para el resto de los individuos.

Los adultos de gorila de montaña son los menos arbóreos entre todas las especies y subespecies de gorilas de la actualidad. Esto último está asociado al cuadrupedismo terrestre de estos animales cuando marchan por el bosque en la búsqueda de alimentos.

Sin embargo, los juveniles de gorila de montaña tienden de ser más arbóreos que los adultos pues cuentan con mayor fuerza de escalada en proporción con su tamaño, peso y desarrollo de los huesos largos de las extremidades anteriores. Se han observado empleando herramientas, lo cual consolida las relaciones de comportamiento entre los simios actuales.

Esta subespecie, cuenta en la actualidad con dos poblaciones separadas. Los hábitats que ocupan ambas poblaciones difieren en la composición y la riqueza vegetal.

En los juveniles, cuando se aproxima el destete, atraviesan por un período de imitación comportamental en la selección de los alimentos. Inicialmente consumen la vegetación de la cual la madre se alimenta. Una vez más independientes, toman muestras de alimentos potenciales muchas veces ignorados por los adultos.

Los gorilas de montaña se enfrentan a diversos peligros de origen antrópico, como la cacería ilegal, el contagio de enfermedades y la destrucción de su hábitat debido a la presencia de grupos y milicias irregulares, extracción de árboles maderables, minería, turismo y el cambio climático.

Actualmente es la subespecie con menor cantidad de individuos reproductivos en la naturaleza.

Cada año, miles de personas invaden las áreas protegidas donde habitan estos animales, eliminando la vegetación primaria a través de incendios controlados, deforestación y prácticas agrícolas.

A pesar de que las poblaciones actuales están en incremento gracias a los planes de conservación implementados, es necesario incrementar las medidas de protección para asegurar su supervivencia.

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Características del gorila de montaña

El pelaje de los gorilas de montaña es más largo que el de la subespecie G. b. graueri debido a que vive en condiciones de temperatura más frías que incluso pueden llegar a 0 °C. Por otro lado, su coloración es la más oscura entre todas las especies y subespecies de gorilas. La región del pecho por lo general no tiene pelo en los machos.

Los individuos de G. b. beringei pueden medir entre 1,5 y dos metros de alto y llegan a pesar entre 200 y 250 kilogramos.

Presentan un marcado dimorfismo sexual. Los machos adultos son más robustos que las hembras y presentan la cresta sagital bastante desarrollada, confiriéndoles una poderosa mandíbula. Tienen una envergadura de hasta 2 metros en los brazos.

Al alcanzar la madurez, lo machos mudan el pelaje de su espalda. El pelaje negro original es sustituido por uno más corto y característicamente claro que les otorga el término de “lomo-plateado”. Esta característica es mucho más evidente en los machos alfa.

En estos animales, las extremidades anteriores son más largas y fuertes que las posteriores. La resistencia ósea de sus extremidades posteriores les permite erguirse y desplazarse de forma bípeda por varios metros.

Hábitat y distribución

Gorilla beringei beringei abarca un rango de elevación limitado entre los 1400 y 3800 metros. Viven únicamente en los bosques montañosos ubicados al este de la República Democrática del Congo, el noreste de Ruanda y el suroeste de Uganda. En general, la temperatura ambiental de los bosques que ocupa esta subespecie es inferior a los 15 °C.

Los ejemplares que sobreviven de la subespecie Gorilla beringei beringei se encuentran aislados en dos poblaciones, en bosques que aunque están separados por solo 25 kilómetros no poseen comunicación. En medio de ambas poblaciones, existe una densa actividad agrícola que impide el paso de individuos entre ambas poblaciones.

Una de las poblaciones se establece en la intercepción de tres parques nacionales, el Parque Nacional Virunga (República Democrática del Congo), el Parque Nacional de los Volcanes (Ruanda) y el Parque Nacional Gorila Mgahinga (Uganda).

En esta zona, la vegetación es afroalpina con abundancia de parches de bambú y herbáceas como Hypericum.

La otra población está en el Parque Nacional de la selva impenetrable de Bwindi (Uganda) y en la Reserva Natural de Sarambwe en la República Democrática del Congo. En este sector, la vegetación es característica de bosques montanos con una amplia variedad de árboles frutales.

Taxonomía

El gorila de montaña fue descrito originalmente por Matschie en 1903, cuando su colector, el capitán von Beringe cazó dos individuos en las montañas de Virunga a 3.000 metros sobre el nivel del mar, y los entregó a Matschie para que los identificara.

Por mucho tiempo, Gorilla beringei beringei fue considerada una subespecie de su pariente más cercano, el gorila occidental de tierras bajas (Gorilla gorilla beringei). Sin embargo, recientemente es considerada una especie plena que se divide al igual que el gorila occidental en dos subespecies.

A comienzos del siglo XXI, luego de varios análisis genéticos y morfológicos, la especie Gorilla beringei fue separada en dos subespecies: el gorila de tierras bajas de Grauer y el gorila de montaña (Gorilla beringei beringei).

Estado de conservación

El gorila de montaña estuvo dentro de la categoría “en peligro” (E) desde 1986 hasta 1994 según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

En el año 1996 la IUCN ubicó a los gorilas de montaña dentro de la categoría de “peligro crítico” (CR) debido a la disminución poblacional que tuvo lugar en la década de 1990. Se estima que para el año 1997 existían alrededor de 300 individuos de esta subespecie.

Para el año 2006 se completó un censo que registró un crecimiento poblacional de 6,7% desde 1997, con un tamaño poblacional de unos 320 individuos en la población de Bwindi. En el año 2011 se registró un incremento de 33% en esta población desde el 2006, con un aproximado de 400 individuos.

Entre los años 2015 y 2016 fueron contabilizados unos 604 individuos en la población de Virunga, representando un incremento poblacional de 25% desde el 2010 para estas localidades. Los censos más recientes realizados en ambas poblaciones, estiman que en la actualidad la población de estos gorilas está por encima de los 1010 individuos.

Además, en el 2018 fueron desplazados a la categoría “en peligro” (E) y se estima que dichas poblaciones siguen incrementando.

Amenazas actuales

Además de la destrucción y reducción de su hábitat, los gorilas suelen ser víctimas de la cacería ilegal, al caer en las trampas instaladas para otras especies. Generalmente, los individuos que son capturados terminan gravemente heridos, mutilados o muertos.

Muchos gorilas solitarios son perseguidos y considerados dañinos pues se alimentan en las zonas de cultivo limítrofes con sus hábitats.

El contagio de enfermedades representa otro factor de disminución poblacional. Los seres humanos y los gorilas poseen un gran parecido en sus genomas, siendo los gorilas muy susceptibles y compatibles con muchos patógenos portados por el hombre y a los cuales su sistema inmune no responde eficientemente.

Algunos virus que afectan gravemente a las poblaciones humanas cercanas al hábitat de los gorilas, como el Ébola y algunos filovirus, causan hasta un 95% de mortalidad en los gorilas que llegan a infectarse por ellos. Incluso se ha reportado la pérdida de grupos completos.

Otras patologías como la sarna sarcóptica causada por Sarcoptes scabiei, una enfermedad comúnmente diagnosticada en las poblaciones humanas cercanas a Bwindi también infectan a los gorilas. Grupos acostumbrados al contacto con el hombre han presentado brotes de escabiosis, que resulta mortal para los individuos más jóvenes y las crías.

Esfuerzos de conservación

El zoólogo americano George Schaller estudió a los gorilas de montaña por dos años, publicando sus trabajos sobre la ecología y el comportamiento de estos animales.

En 1963, Dian Fossey continuó con el trabajo de Schaller por más de 20 años y luchó activamente contra bandas de cazadores furtivos, quienes se cree que estuvieron involucrados en su asesinato en 1985.

Las áreas que habitan los gorilas de montaña son zonas protegidas bajo la figura de parques nacionales. En la actualidad, estos espacios cuentan con programas gubernamentales, apoyados por organizaciones internacionales y nacionales, destinadas a monitorear y proteger el hábitat de los animales en peligro.

En el año 2015, Ruanda, República Democrática del Congo y Uganda establecieron el Tratado sobre la colaboración fronteriza del gran Virunga para la conservación de la vida silvestre y el desarrollo del turismo.

Otras medidas de seguridad

Al menos un 60% de los gorilas existentes están acostumbrados a la presencia de humanos, por lo que muy a menudo entran en contacto físico con ellos. Esto último, supone un gran riesgo epidemiológico.

Debido a esto, se han establecido normas que limitan el acercamiento y contacto de los humanos con los gorilas.

De esta forma, el hombre no puede estar en el territorio de los gorilas por más de una hora, y si se requiere un acercamiento menor de 10 metros por parte de investigadores o veterinarios, deben hacerlo portando mascarillas faciales.

Reproducción

Los gorilas pueden reproducirse durante todo el año y el ciclo estral de las hembras es de aproximadamente 28 días. Cada grupo tiene como mínimo un macho reproductivo espalda plateada. Sin embargo, otros grupos pueden tener más de un macho reproductivo, liderados por uno dominante.

El líder comparte el derecho de reproducción con los machos subordinados, quizás como estrategia para establecer un grupo más fuerte frente a las amenazas y peligros que puedan presentarse.

Las hembras pueden establecer rangos jerárquicos, teniendo la hembra de mayor rango un mayor éxito reproductivo. A pesar de esto, en los grupos con varios machos adultos, todas las hembras tienen un éxito reproductivo relativamente similar.

El periodo de gestación del gorila de montaña oscila entre 8,5 y nueve meses. Las hembras generalmente paren una sola cría, aunque pueden existir embarazos gemelares.

Luego del nacimiento, la hembra amamanta a su cría por un período de tres a cuatro años, durante el cual no vuelve a gestar. Las hembras maduran alrededor de los 7 años, y comienzan a reproducirse entre los ocho y los 12 años. Los machos suelen madurar más tarde, entre los 10 y 14 años y se reproducen alrededor de los 15 años.

Nacimiento de las crías

Durante la gestación no existen cambios significativos físicos ni de comportamiento en la hembra. Al momento del parto, la hembra se aleja unos 10 a 15 metros del resto del grupo como medida de protección y construye un nido en el que estará hasta que ocurra el alumbramiento.

Durante este proceso no muestran signos de malestar y se llevan constantemente las manos al área perineal. Una vez la cría nace, varios individuos del grupo, que incluyen al macho progenitor y otras hembras emparentadas se acercan y acompañan a la hembra para conocer el nuevo miembro del grupo.

Durante algunas horas, la hembra mantiene a la cría sobre su pecho y luego lo sostiene en sus brazos mientras la limpia y acicala. Las primeras semanas después del parto, la cría permanece la mayor parte del tiempo sujetada fuertemente sobre el pecho de su madre, alimentándose.

Nutrición

Los gorilas son principalmente herbívoros, consumen diferentes partes vegetales (hojas, frutos, tallos, raíces y flores) de más de 100 especies de plantas disponibles en sus hábitats. Además, se ha registrado que consumen algunos insectos como hormigas y larvas de coleópteros y lepidópteros, representando menos del 3% de sus ítems alimentarios.

Los gorilas de las montañas de Virunga se alimentan de tallos, hojas, brotes y médulas de especies herbáceas y existen registros de algunos grupos consumiendo brotes tiernos de bambú.

Los individuos de la población de Bwindi tienen una dieta mucho más variada que incluye más especies vegetales y otros recursos provenientes de la vegetación herbácea como hojas de árboles, frutas, cortezas y madera en descomposición.

A pesar de las diferencias en los hábitats y recursos consumidos por estas dos poblaciones de gorilas de montaña, el contenido de nutrientes es similar. En ambas poblaciones, los recursos consumidos contienen alrededor de 18% de proteína cruda, 43% de fibra y 19% de carbohidratos no estructurales.

A medida que se desarrollan, los gorilas de montaña, cambian significativamente la dieta hasta desarrollar los patrones de alimentación del adulto. La proporción con la que consumen algunos recursos puede estar asociada con señales químicas.

Comportamiento

Los gorilas son animales muy sociales que establecen grupos con un número de individuos muy variable. Generalmente los grupos se componen por varias hembras con sus crías, algunos machos juveniles y un macho adulto dominante lomo-plateado.

Aproximadamente el 45% de los juveniles migran de su grupo al alcanzar la madurez sexual. Muchos de estos machos continúan visitando su grupo natal hasta separarse definitivamente del mismo. A estos individuos se les suele denominar “machos satélites” y en el 43% de los casos se marchan del grupo con una o varias hembras.

Una vez separados definitivamente, estos individuos se encuentran con otros gorilas desertores y forman sus propios grupos. Este mecanismo de dispersión es una forma de impedir la endogamia y favorecer la variabilidad genética.

Cuando un macho dominante es expulsado en combate por otro macho lomo-plateado en grupos en los que solo hay un reproductor, el nuevo macho mata a todas las crías del grupo. El infanticidio ocurre como una medida que asegura que la progenie sea solo suya y además acelera la entrada en celo de las hembras.

En grupos con varios machos reproductores, el infanticidio en menos frecuente, pues el macho que toma el mando es parte del grupo.

Conductas sociales

Los grupos de gorilas de montañas suelen mostrar una alta actividad de desplazamiento y alimentación durante las primeras horas de la mañana (entre las 6 y las 11 am). El macho alfa es el que se encarga de guiar al grupo y de llevarlo a las zonas con mejor disponibilidad de recursos.

Habitualmente descansan alrededor del mediodía, cuando comparten juegos y acicalamientos entre sí, reforzando las relaciones ente cada uno de los miembros.

Durante las noches, los individuos construyen nidos muy elaborados con hojas, ramas secas y arbustos pequeños sobre los cuales pernoctan hasta el día siguiente. Cada individuo construye su propio nido, sin embargo, las crías pequeñas y juveniles comparten el nido de sus madres o del macho alfa.

Las crías que duermen con el macho alfa muchas veces se han quedado sin su madre. En estos casos es el macho alfa quien se encarga de su cuidado si la cría no es muy pequeña.

Vocalización

Los gorilas de montaña emiten alrededor de 16 tipos de vocalizaciones diferentes, que varían en frecuencia, intensidad y según las situaciones en las que se expresan. Además presentan variaciones según la edad y el sexo de los individuos.

Estas vocalizaciones se pueden agrupar en diversas categorías, según la función que cumple y la respuesta que ocasionan.

Los sonidos de agresión (gruñidos y jadeos) incluyen un comportamiento amenazante, intimidante o de carga hacia otros miembros. Los aullidos acompañados de eructos, flatulencias y golpeo de ramas denotan una amenaza leve.

Para comunicar alguna amenaza fuerte los gorilas de montaña trasmiten la información mediante gritos claros y fuertes. Las vocalizaciones de angustia incluyen gemidos, sollozos y quejidos. Existen también vocalizaciones para coordinar al grupo, que incluyen gruñidos similares a los emitidos por los cerdos, eructos alargados y sonidos similares a ladridos.

La comunicación entre varios grupos incluye una serie de ululatos acompañados algunas veces de golpeo de pecho para advertir su presencia y mantener la distancia.

Se conocen muchas otras vocalizaciones, como las destinadas a la copula, que consisten en gemidos cortos que van alargándose hasta convertirse en suaves aullidos.

Referencias

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