Genética

Impacto social, económico y ambiental de la ingeniería genética


El impacto social, económico y ambiental de la ingeniería genética se puede observar en la diversidad genética, la calidad ambiental o en la soberanía alimentaria. Aunque esta tecnología ha sido ampliamente discutida, cada vez está más extendida y es la base para resolver diversos problemas en el futuro.

La ingeniería genética es una ciencia basada en la manipulación directa del ADN, a través de la aplicación de la biotecnología moderna, para generar organismos con una nueva características fenotípica deseada. Estos organismos genéticamente modificados (OGM) se logran a través del aislamiento de un gen, que se inserta en el ADN de una especie diferente.

Otra forma de ingeniería genética, surgida de la sinergia de las ciencias biológicas con la nanotecnología y la bioinformática, es la biología sintética. Su objetivo es la creación de ADN, para producir algas y microbios capaces de sintetizar una gran diversidad de productos como combustibles, sustancias químicas, plásticos, fibras, fármacos y alimentos.

La ingeniería genética ha sido empleada en la agricultura industrial de cultivos tolerantes a herbicidas o resistentes a plagas y enfermedades. En medicina, se ha aplicado para diagnosticar enfermedades, mejorar tratamientos y producir vacunas y fármacos.

Las aplicaciones de la biología sintética se extienden a la industria farmacéutica, alimentaria, textil, energética, de cosméticos e incluso a la industria bélica.

Índice del artículo

Impactos ambientales

La aplicación de la ingeniería genética en la agricultura tiene importantes impactos ambientales vinculados con el cultivo de organismos genéticamente modificados o transgénicos.

Los cultivos transgénicos forman parte de un esquema de agricultura industrial que requieren de grandes extensiones de tierra plana, riego, maquinaria, energía y agroquímicos.

Esta agricultura es altamente depredadora del ambiente, al amenazar a la biodiversidad y contribuir a la destrucción de ecosistemas nativos por ampliación de la frontera agrícola, degradación y contaminación de suelos y aguas.

Sobre la diversidad genética

Los organismos genéticamente modificados constituyen un peligro para la biodiversidad, por su potencial como contaminantes genéticos de especies y variedades autóctonas de la agrobiodiversidad.

Al ser liberados al medio, los OGM pueden entrecruzarse con variedades locales y especies silvestres emparentadas, atentando contra la diversidad genética.

Amenaza a la diversidad de maíz en México

México es el centro de origen y diversificación del maíz. En la actualidad cuenta con 64 razas y miles de variedades locales de este cereal.

El germoplasma de estas variedades y sus parientes silvestres, los teocintes, ha sido cuidado y producido durante cientos de años por los indígenas y campesinos mexicanos.

En la actualidad se conoce que muchas variedades han sido contaminadas con genes de maíz transgénico, lo que amenaza esta importante diversidad genética.

Amenaza a los bosques naturales

Las plantaciones de árboles manipulados geneticamente son una amenaza para los bosques nativos. La contaminación con la resistencia a insectos podría afectar a las poblaciones de insectos vulnerables y por consiguiente a las poblaciones de aves.

El escape de genes para un rápido crecimiento generaría arboles más competitivos por la luz, agua y nutrientes, conduciendo a degradación del suelo y la desertificación.

Sobre la calidad ambiental

La ingeniería genética ha generado cultivos genéticamente modificados resistentes a herbicidas.

La soja Roundup Ready (soja RR) expresa un gen de resistencia al glifosato aislado de Agrobacterium sp, una bacteria propia del suelo. Su cultivo admite la aplicación de grandes cantidades de glifosato, comúnmente aplicado con avionetas, de manera consecutiva en grandes escalas espaciales y temporales.

El glifosato elimina a todas las plantas secundarias, bien sean dañinas, benéficas o inocuas para el cultivo central. Además generan una disminución de la cobertura vegetal en los alrededores del cultivo que impacta el hábitat de diversas especies y los procesos ecológicos.

Además, el glifosato disminuye la sobrevivencia de diferentes especies artrópodos y afecta la flora microbiana. Su uso permanente en cultivos transgénicos altera las tramas tróficas, disminuyen la diversidad en los agroecosistemas, altera el equilibrio del suelo y disminuye su fertilidad.

Algunas plantas, conocidas como supermalezas, han creado resistencias al glifosato, por aparición de nuevas mutaciones. Para controlarlas, los productores deben incrementar las dosis de herbicida, por lo que las cantidades de glifosato aplicadas a estos cultivos son cada vez mayores.

También se han descrito casos en los que parientes silvestres adquieren el gen de resistencia al herbicida.

Las consecuencias de la aplicación de varios millones de litros de glifosato en el ambiente se expresa en la contaminación de suelos, aguas superficiales y subterraneas. El glifosato también ha sido detectado en la lluvia en las regiones donde se utiliza este producto, e incluso en lugares alejados.

Impactos socioeconómicos

Sobre la salud

Efectos del glifosato

Los alimentos producidos a partir de cultivos transgénicos están contaminados con agrotóxicos. Se han detectado residuos de glifosato en trigo, soja, maíz, azúcar y otros alimentos. También se ha determinado la presencia de glifosato en el agua de consumo humano y en la lluvia.

Una basta cantidad de estudios indican que el glifosato es tóxico, incluso a concentraciones hasta 400 veces inferiores a las detectables en vegetales cultivados con este herbicida.

Contribuye al desarrollo de enfermedades a través de daños en el ADN, efectos citotóxicos, interferencia en la acción de enzimas hepáticas y la generación de problemas hormonales en los receptores de andrógenos y estrógenos.

Resistencia a antibióticos

Por otro lado, la ingeniería genética utiliza genes para la resistencia a los antibióticos como marcadores en el proceso de producción de organismos geneticamente modificados para la identificación de células que han absorbido los genes extraños. Estos genes continúan expresándose en tejidos vegetales y se mantienen en la mayoría de los alimentos.

La ingesta de estos alimentos podría reducir la efectividad de los antibióticos para combatir las enfermedades. Más aún, los genes de resistencia podrían transferirse a patógenos humanos o animales, haciéndolos resistentes a los antibióticos.

Terapia genética

La aplicación de la ingeniería genética en la medicina también podría tener impactos negativos.

La introducción de genes funcionales en el cuerpo humano a través de vectores virales, se ha realizado con el objetivo de que estos reemplacen genes mutados. Sin embargo, se desconoce donde se alojan estos genes funcionales, pudiendo reemplazar genes importantes, en lugar de genes mutados.

Este tipo de terapias pudieran generar otro tipo de enfermedades en los seres humanos o susceptibilidad al virus o cualquier forma de enfermedad.

Además, accidentes o liberaciones al ambiente de un virus o una bacteria podría resultar en un tipo más fuerte, que podría causar epidemias graves.

Sobre la soberanía alimentaria

Las semillas de todas las variedades locales han sido guardadas y conservadas durante miles de años por los pueblos campesinos del mundo.

Este derecho de los agricultores ha sido vulnerado por el control corporativo de las semillas a través de la creación de patentes sobre variedades locales que han sido genéticamente modificadas.

Esta privatización de la semilla restringen su uso, control y reproducción a un oligopolio de empresas trasnacionales, lideradas por Monsanto y Bayer.

Otra forma de controlar la semilla es a través de la tecnología terminator. Esta consiste en la manipulación genética dirigida a la producción de semillas programadas para producir frutos con semillas estériles, obligando al productor a comprar la semilla nuevamente.

Estas semillas constituyen una gran amenaza, tanto a las variedades autóctonas y parientes silvestres, como para los campesinos.

Sobre las economías locales

La ingeniería sintética se ha enfocado principalmente en la biosíntesis de productos con bajo volumen y altos costos, como los saborizantes, fragancias e ingredientes cosméticos.

Estos han sido los rubros tradicionalmente producidos por campesinos, indígenas y agricultores en todo el mundo, por lo que existe una importante amenaza sobre estas economías locales.

En la actualidad, la industria de sabores y fragancias, requiere aproximadamente de 250 rubros agrícolas provenientes de todo el mundo. El 95% son cultivados y cosechados por más de 20 millones de campesinos.

El impacto de una industria creciente que ya ha empezado a sustituir y comercializar estos rubros tendrá graves efectos sobre los modos de vida, la económica y la cultural de las comunidades involucradas en su producción.

Referencias

  1. Grupo ETC. 2007. Ingeniería genética extrema: Una introducción a la biología sintética.
  2. Grupo ETC. 2008. ¿De quién es la naturaleza? El poder corporativo y la frontera final en la mercantilización de la vida.
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  4. Massieu Trigo, Y. C. (2009). Cultivos y alimentos transgénicos en México. El debate, los actores y las fuerzas sociopolíticas. Argumentos, 22 (59): 217-243.
  5. Patra S y Andrew A. A. (2015). Human, Social, and Environmental Impacts of Human Genetic Engineering, 4 (2): 14-16.
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  7. Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 3. Montreal, 2010. 94 páginas