100 Frases de Julio César sobre el Poder, Liderazgo y Vida
Julio César fue un político y general del Imperio romano, quizás el más conocido en la cultura popular por sus citas, sus aventuras, guerras y por la forma en que murió en el año 44 a.C. Pero como verás a continuación, no era solo alguien del ejército, sino que además era alguien sabio y con cultura.
Julio César nació en el 100 a.C. en una familia noble y por su capacidad y ambición fue subiendo poco a poco en la escala hacia el máximo poder. Aún siendo joven le nombraron gobernador de la provincia romana de España. Más tarde, cuando volvió a Roma, consiguió ser gobernador de las Galias.
Pero no se conformó con eso; habiendo ganado liderazgo y poder en sus éxitos en las guerras de las Galias, entró en una guerra civil con el gobernador de Roma, Pompeyo, de la que salió ganador. En el 44 a.C. se declaró dictador de Roma de por vida, pero su ambición y poder no duraron mucho. Un mes después de esta declaración un grupo de senadores, entre los que estaba Marco Junio Bruto, lo asesinaron.
Las mejores frases de Julio César
En estas frases de Julio César podrás observar la sabiduría y conocimientos que este gobernador adquirió durante su vida. La ambición por el poder le salió cara, pero como verás era una persona sabia y que se interesaba por leer y aprender.
-Divide y vencerás. (En latín, Divide et impera).
-Vine, vi, conquisté. (En latín, Veni, vidi, vici).
-La suerte está echada. (En latín, Alea iacta est).
-La experiencia es la maestra de todas las cosas.
-Es mejor crear que aprender. La creación es la esencia de la vida.
-El valiente nunca saborea la muerte salvo una vez.
–Amante del habla pura y simple. (En latín, Puri sermonis amator).
-¿Tú también, Bruto? (En latín, Et tu Brute?)
-Apresúrate despacio.
-Solo los cobardes son valientes con las mujeres.
-No ha aprendido la lección de la vida aquel que cada día no supera un miedo.
-No me importa si me respetan, mientras me teman.
-Dile a tu amo que en el César solo manda el César.
-Es mejor morir que vivir esperando la muerte.
-Los hombres en algún punto son maestros de su destino.
-Hoy el enemigo habría ganado, si hubiera tenido un comandante que fuese un ganador.
-El hombre en general es rápido para creer lo que desearía que fuera cierto.
-Nadie es tan valiente que no se ve perturbado por algo inesperado.
-Nada es más fácil que censurar a los muertos.
-No son estos hombres bien alimentados y con pelo largo los que temo, sino el pálido y el hambriento.
-Preferiría estar el primero en una aldea que el segundo en Roma.
-¿Qué muerte es la preferible por todos? La inesperada.
-La muerte, un final necesario, vendrá cuando venga.
-El peligro sabe bien que el César es más peligroso que él.
-El César debe ser una bestia sin corazón.
-Sin entrenamiento, no existe el conocimiento. Sin conocimiento, no existe la confianza. Sin confianza, la victoria no existe.
-El mal que hacen los hombres vive después de ellos; el bien a menudo es enterrado con sus huesos.
-Déjame correr y lucharé con cosas que todos piensan que son imposibles.
-Creer es la esencia de la vida.
-Es más fácil encontrar hombres voluntarios para morir, que encontrar aquellos que están dispuestos a soportar el dolor con paciencia.
-Nada es tan difícil que no se pueda conseguir con fortaleza.
-Amo la traición, pero odio al traidor.
-Los cobardes mueren muchas veces antes de sus muertes reales.
-Al final, es imposible no convertirse en lo que los demás creen que eres.
-No debemos tenerle miedo a nada, a lo único a lo que debemos temerle es al mismo miedo.
-Como una regla, el hombre se preocupa más por lo que no puede ver, que por lo que puede.
-Te poseo, África.
-Los ciudadanos impulsados por el miedo y cegados por el patriotismo, ofrecerán todos sus derechos al líder y lo harán con mucho gusto.
-Si tienes que romper la ley, hazlo para tomar el poder: en los demás casos obsérvala.
-Con todo mi corazón.
-¡Varo, devuélveme mis legiones!
-Es ley de guerra que los vencedores traten a los vencidos a su antojo.
-Amo el nombre del honor, más de lo que temo a la muerte.
-Lo que deseamos, lo creemos fácilmente, y lo que pensamos, imaginamos que otros piensan.
-He vivido suficiente, tanto en años como en logros.
-En la guerra, los eventos de importancia son el resultado de causas triviales.
-La mujer del César debe estar por encima de toda sospecha.
-He vivido lo suficiente para satisfacer a ambos, naturaleza y gloria.
-Casissus tiene una mirada amarga y hambrienta; piensa demasiado: los hombres así son peligrosos.
-Incluso ahora podemos dar marcha atrás. Pero una vez que hayamos cruzado ese puente, todo deberá ser decidido por las armas.
-Soy constante, como la estrella en el norte.
-Las grandes cosas deben realizarse sin dudar, así las posibles dificultades no serán capaces de detenerte.
-Encontré Roma una ciudad de ladrillos y la dejé echa una ciudad de mármol.
-Todos los hombres que reflexionan sobre los asuntos controversiales deberían ser libres de odio, amistad, ira y pena.
-Toda Galia está dividida en tres partes.
-Es excelente tener la fuerza de un gigante, pero es tiránico usarla como un gigante.
-Solo es arrogancia si fallo.
-Todos los malos precedentes comienzan como medidas justificadas.
-La causa es: mi voluntad. No iré. Eso es suficiente para satisfacer al senado.
-El César saldrá adelante. Las cosas que me amenazan nunca han visto más que mi espalda, cuando ellas ven la cara del César, desaparecen.
-Los dioses hacen esto en la vergüenza de la cobardía.
-Somos dos leones hechos camada en un día, y yo, el más antiguo y terrible.
-El César no hace mal, no sin causa.
-Oigo un cántico, más agudo que toda la música, grita ¡César!
-Ven mi mano derecha, que este oído es sordo y dime lo que verdaderamente piensas de él.
-¡Senadores! La guerra ha terminado.
-Esta disputa entre ustedes debe terminar, Roma quiere que ambos estén en paz.
-Debemos ganar o morir.
-Mientras sea capaz de subirse a un caballo ¡Es peligroso!
-En el futuro recordarán que solo yo y nadie más les ofreció misericordia.
-¿Pueden imaginar un sacrilegio más terrible, que el que nuestra amada república esté en las manos de unos dementes?
-La suerte, que tiene un gran poder en varios asuntos, especialmente en la guerra, puede provocar grandes cambios en una situación donde existan muy pocas fuerzas.
-Estoy dispuesto a recurrir a lo que sea, a someterme a cualquier cosa, por el bien de todo el pueblo.
-Quienes están alrededor de las figuras públicas ni siquiera deberían estar bajo sospecha.
-De todas las maravillas que aún he oído, me parece extraño que los hombres tengan miedo.
-Llora por la destrucción y deja caer a los perros de guerra.
-Siempre he considerado la dignidad de la República de mayor importancia que la vida.
-El enemigo más grande siempre se esconderá en el último lugar en el que buscarías.
-Es mejor sufrir una vez que estar en un sufrimiento perpetuo.
-Suertudos los españoles, para quienes vivir es beber.
-Si fallo, es simplemente porque tengo demasiado orgullo y ambición.
-El que conquista dos veces es quien muestra misericordia a los conquistadores.
-No existen trucos en la fe simple.
-En extremo peligro, el miedo no se compadece.
-La diferencia entre una República y un Imperio es la lealtad del ejército.
-Existe una marea en los asuntos de los hombres que tomada en el diluvio conduce a la fortuna.
-En un mar tan lleno, ahora estamos a flote, y debemos seguir la corriente.
-Vamos al sitio donde los dioses nos han mostrado el camino y la injusticia de nuestros enemigos nos llama.
-Galia es sometida.
-De todos estos, los belgas son los más fuertes.
Algunas frases de sus escritos y discursos
-También existen animales que se llaman alces… tienen piernas sin articulaciones ni ligaduras, no se acuestan con el propósito de descansar… los árboles le sirven de cama… recostados solo un poco descansan.
-Muchos de ustedes hoy aquí lucharon contra mí, muchos de ustedes desearon mi muerte, muchos de ustedes tal vez aún la desean. Únanse a mí para construir una nueva Roma, una Roma que ofrezca paz, justicia y tierra para todos sus ciudadanos, no solo para los pocos privilegiados.
-Era costumbre de los dioses de vez en cuando brindar prosperidad y una larga impunidad a los hombres a quienes tenían la intención de castigar por sus crímenes, para que en una vuelta de la suerte los hiciera sufrir más.
-Cuando los tambores de guerra hayan alcanzado su punto más crítico, la sangre hierva con odio y la mente esté totalmente cerrada, el líder no tendrá la necesidad de apoderarse de los derechos de los ciudadanos.